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Cultura Sudcaliforniana: evento 2 de octubre

 

FOTOS: Archivo

 

Colaboración Especial

Ariadna Esmeralda Ávila García

 

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En está ocasión tuvimos la oportunidad de entrevistar al Director del Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC) Victor Hugo Caballero quien nos hace la invitación para los eventos del mes de octubre y noviembre.

En esta primera parte de la entrevista hablamos sobre el evento del 2 de octubre, el cuál se llevará a acabo en la explanada de la Unidad Cultural Jesús Castro Agúndez a partir de las 19:00 horas con tres presentaciones.

  • Conferencia Magistral de Rafael Barajas Durán El fisgón.
  • Declamación de poesía por Alerae Amada y el Director de Cultura Victor Hugo Caballero.
  • Trova por el grupo Arena de Río

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A continuación la entrevista:

¿Qué esperamos ver este 2 de octubre?

El proyecto del 2 de octubre es una actividad que, para nosotros en el Gobierno del Estado y el Instituto de Cultura, desde el año pasado lo tomamos con una fecha oficial, como una actividad conmemorativa nacional, ya que, tiene como objetivo, darle la vuelta a esa parte trágica de nuestra historia y convertir como hemos podido convertir en muchos momentos esas actitudes que tuvo el Estado contra la población, contra los jóvenes, como es este caso, en una fecha de luchas y de memoria y también en tener la capacidad de conmemorarlos desde la expresión artística y cultural y así devolverle otra energía a las conmemoraciones, sobretodo en algo tan relevante tan emblemático como lo fue el 2 de octubre.

Entonces, por está razón, armamos un comité específico de esta actividad, que como segundo año, estamos apoyando en la difusión y en la generación de otras actividades, por eso, estamos viendo que en los siguientes años, integramos con un ciclo de cine a lo largo del mes de octubre, que en las bibliotecas se haga una selección de los libros que hablen sobre este periodo de la historia, para que cuando tú llegues a las bibliotecas del Instituto Sudcaliforniano de Cultura, puedas tener el acceso cercano promocionado de alguna manera de los libros que abordan estos periodos, que además, es una idea que iremos haciendo con todas las fechas emblemáticas.

Y en específico para este 2 de octubre  vamos a tener una exposición donde compartiremos algunos poemas la compañera Aletsa en el Teatro de la Ciudad y tu servidor y compartir algunos textos de nuestra autoría y en mi caso compartir algunos de los poetas latinoamericanos que de alguna manera le dieron voz a los movimientos populares y revolucionarios de la época y la conferencia magistral de Rafael Barajas El fisgón, que es nuestro evento estelar y además, de escuchar trova música referente con composiciones contestatarias de la época para redondear una noche solemne y por supuesto una noche de reflexión, pero también una noche de manifestación artística y cultural, siendo respetuosos de todas las manifestaciones culturales artísticas, sin embargo, con el interés y necesidad de elevar nuestros niveles culturales, cómo parte de una sociedad justa y que como Instituto, esa es una parte de nuestra responsabilidad y sabemos que es un proceso, no solo un cambio meramente de administración sino también buscamos que se entienda como un cambio de régimen y que el próximo año, abrirle mucho más espacio a otras actividades y otras instituciones que están relacionadas con las escuelas, ya que, necesitamos tener estudiantes reflexivos.

Sabemos que hoy por hoy los movimientos feministas los movimientos ambientalistas han generado mucha conciencia en la gente muy joven y eso no nos da mucho gusto.

FOTO: Archivo

Por ello, planteamos hacer círculos de estudio y estas fechas que para nosotros son hitos fundamentales en términos generales por la historia general, que para nosotros simboliza mucho porque somos resultado de esa lucha y hoy tenemos la posibilidad de estar ahí,  porque mucha gente perdió su vida y eso también nos responsabiliza para que sus muertes no sean en balde y que de alguna manera lo que su vida significó sea también una una una manera de trascender a la muerte en condiciones tan lamentables,  que la gente sepa y que eso no vuelva a suceder nuestro país.  q

Que ese tipo de acontecimientos no no sean normalizados, nunca más en nuestro país y que los espacios que tengamos oportunidad de hacer la reflexión de empujar a que las nuevas generaciones valoren una vida en paz.

¿Cómo hacer visible un 2 de octubre desde Baja California Sur que en ocasiones puede visualizarse como un Estado lejos de la capital del país?

El movimiento estudiantil del 68, fue el arrojó de la juventud de confrontar a un gobierno, que si tú lees la historia, el origen fue un pleito entre dos preparatorias, pero la represión brutal con qué las policías atacaron y sometieron a los estudiantes alborotados, no era esa manera, lo que generó esa confrontación con el poder desmedido y el abuso de la fuerza pública y la negativa del gobierno a reconocer en ese entonces esa esa grave falta de tacto y el trato criminal a sus estudiantes adolescentes, prácticamente menores de edad, mostró a un gobierno represor que, además, era una época económicamente estable en México, que no admitía el reclamo.

Entonces, fue un momento de ruptura un momento importantísimo que le dio a la juventud la legitimidad de opinar no solamente de obedecer y de callar y de aguantarse y lo volvimos a ver unos cuantos años después con el movimiento del 132, dónde comienzo mi incursionó, mi estreno en la vida activa política, que aunque ya antes había estado desde el 2006 participando con el tema del fraude electoral, la represión que se vino y todo está política absurda de guerra contra el narcotráfico. Lo que también nos ha dado una identidad a muchos jóvenes y otros ya no tan jóvenes, para articular el discurso político y una reflexión social desde las comunidades desde las calles.

FOTO: Gobierno del Estado

Por ejemplo, el movimiento 132, tuvo una un papel muy relevante en la defensa de la Sierra, en la defensa contra los desarrollos, defensa de los mares, las dunas, etcétera.

Nos permite darnos cuenta de la  capacidad de la juventud de confrontar a las autoridades, dónde tenemos que seguir siendo solidarios para que exista una cohesión legítima digna transparente justa en la medida en la que entonces estos escenarios y estos episodios tan tristes que hemos tenido en nuestra historia de México derivados desde gobiernos autoritarios e inhumanos, no suceda jamás y que en Baja California Sur no suframos una represión a la juventud y para ello es importante poder entender esa dimensión, conocer la historia y que uno pueda salir a la calle y protestar con un cartel.

En cuanto a la vinculación de Baja California Sur, por estar separados aunque seamos una península en términos generales, somos una isla en muchos sentidos, vivimos como isleños, aunque estemos pegaditos por un pequeño margen, los movimientos sociales a nivel nacional o desde el centro del país suelen llegar un poco después al Estado, por su cuestión geográfica, siempre hay crisis o situaciones que las sociedades tenemos que enfrentar y en ese sentido, nos sentimos identificados como mexicanos y nosotros hemos tratado desde el Instituto Sudcaliforniano de Cultura, de hacernos visibles a nivel nacional, de decirles que las pinturas rupestres es la expresión artística más antigua del país, de nuestro territorio y buena parte del continente y de las más antiguas del mundo entonces necesitamos también fraternizar esa parte cultural y al ser Baja California Sur, una tierra de migrantes nos hace fraternizar con muchas entidades con muchos lugares.

¿Cómo se seleccionó a los invitados?

Hay mucha gente muy valiosa con mucha trayectoria y pues es la circunstancia de poder invitar a tres o cuatro personas y alguien te dice yo sí tengo ese espacio ese día y puedo acompañarles, que en el caso de El fisgón, el intermediario directo fue el gobernador, quién hace la invitación, para que sea un evento emotivo, ya que mucha gente va a venir, gente de casi todos los municipios, compañeros interesados en el movimiento y en la palabra y en la trayectoria de Barajas, tener una conferencia magistral, es un agasajo en muchos sentidos, he tenido la oportunidad de estar en algunas actividades donde ha estado y la verdad siempre es una persona muy muy reflexiva muy profundamente.

Mi participación dejar un poco la oficinas y formar parte también del proceso cultural y compartir esa es aparte poética esa parte artística que muchos mucha mucha gente del instituto tiene y que ya forma parte de la nómina y que no hay necesidad de hacer más gastos.

Por ejemplo, El fisgón no nos cobra la conferencia, le apoyamos con el vuelo y con su hospedaje y es todo. Además, vamos a usar de sonido con equipos que ya pudimos adquirir para evitar esto de las rentas.

Para ser responsables, en ese sentido, de ser un buen evento, bonito simbólico,  importante pero, también sencillo y sobrio y tratamos de mantener mucha congruencia.

El programa lo hacemos con mucho gusto con mucho orgullo y con mucha con mucho respeto a la memoria de nuestras compañeras y compañeros que han perdido la vida y digo ahora es el 2 de octubre pero habido muchas muchas luchas muchos episodios terribles donde gente que ha luchado por las causas justas por los Derechos Humanos por la libertad este es una manera de honrar esa esas vidas que tristemente se fueron y que gana familias partidas por la mitad y te cambiaron muchos sentidos para para mal la vida de muchas familias en nuestro país y bueno pues queremos honrar les esa y agradecerles siempre.

En la próxima entrega hablaremos de la segunda parte de la entrevista, por lo que, agradezco al Director Víctor Hugo Caballero por brindarnos el espacio.

 

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Crítica: Un extraño enemigo (serie de Amazon Prime)

FOTOS: Internet.

Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

Calificación: ****Bien actuada, escrita y dirigida.

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Se han cumplido 50 años de la fatídica noche de Tlatelolco, y aún no tenemos certeza de lo que realmente pasó en el movimiento estudiantil. Hay crónicas, reportajes, testimonios, películas, entrevistas, pero el pesado halo de oscuridad y terror que ha sido cómplice de esta trágica historia no termina por desaparecer. Y es por eso que a 50 años de los hechos, es un tema que sigue revolviendo las mentes y los intestinos de los mexicanos, aún en búsqueda de ser verdaderamente oídos y escuchados, sin una claridad sobre el legado que dejará en la historia mexicana este hecho.

Y es en esas oscuras bifurcaciones que Gabriel Ripstein, director de la serie y que tiene en su historial la multipremiada cinta 600 Millas, aprovecha para sumergirnos de nuevo en el movimiento del 68 pero contada desde la óptica del gobierno. Y lo que logra en los primeros cuatro capítulos de la misma es remarcable, adictivo, con un ritmo que no cesa gracias a un eficiente trabajo de edición, y una magistral actuación de Daniel Giménez Cacho como el comandante Barrientos, director de la Dirección Nacional de Seguridad (antecesora del CISEN).

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Así, Ripstein, no sin antes advertirnos que todo lo que veremos en pantalla es ficción y que si hay cosas que se parezcan a la realidad es mera y fortuita coincidencia, se construye un thriller político —spoiler alert!— donde el movimiento del 68 es una estrategia desestabilizadora potenciada por el comandante Barrientos, para sacar de la jugada a los dos mayores oponentes de su jefe en la lucha por la sucesión presidencial. No será mayor problema para ustedes desentrañar quién gana la carrera por la Silla del Águila, pero la manera en que está construida esta narración y los detalles que nos regala nos obliga a malabarear varias ideas en nuestras ya saturadas neuronas. Y de inmediato queremos googlear algunos nombres y descubrir quién es en realidad el comandante Barrientos, y quienes son todos esos políticos priístas como Corona del Rosal, Martínez Manautou, Echeverría, que ante la indiferencia del presidente Díaz Ordaz —quienstaba más preocupado por la Olimpiada que por su país, fueron capaces en este México histórico-ficticio-fantástico-corrupto-nauseabundo de jugar con la vida y el porvenir de una generación que quería ser escuchada.

Pero, hay un gran pero. Dentro de este thriller político, se resiente la falta de un ingrediente esencial para cualquier evento histórico. La prensa, al menos en la primera mitad de la serie, es presentada solamente como un instrumento más del gobierno, y no tenemos un solo personaje que sirva de contrapeso y nos ayude a balancear un poco el huapango de traiciones que vemos en pantalla. Sabemos, que en gran medida, la prensa fue cooptada para encubrir el hecho y es ampliamente conocida la mítica frase de Hoy fue un día soleado que supuestamente Jacobo Zabludovsky dijo al iniciar su noticiero el día de la masacre. Quizás por ello no se profundiza en su actuar, aunque también me llama la atención que esta serie es una producción de Televisa, y en sus créditos aparece como productor ejecutivo Emilio Azcárraga Jean. Saquen sus conclusiones.

Otro pero que le pongo es la fotografía. Si bien, la ambientación es excelente y nos sentimos inmersos en 1968, se optó por hacer una corrección de color que se parece demasiado a los filtros old fashioned de Instagram, lo que provoca una saturación de nostalgia y hasta cierta sensación de encubrimiento. Como si todo eso hubiera sido un mal sueño que busca difuminarse antes de ser recordado de nuevo. Aunque también puede ser un artilugio para disfrazar un poco los sets y hacer menos costosa la reproducción de lugares históricos. Yo sólo me pregunto, qué hubiera pasado si  hubieran optado por el legendario blanco y negro en esa última escena del primer episodio donde antes de los créditos finales empieza a sonar Paint It Black de los Rolling Stones. Por cierto, el soundtrack es fenomenal, aunque denota un poco de falta de atrevimiento dejar sólo para la última escena y los créditos finales la canción que cierra el episodio. Es grandioso para los dos primeros episodios, pero después se antoja repetitivo.

Finalmente rescato esto como el mayor logro de la serie, revivir hechos históricos con una perspectiva que nos permita analizar, pensar, debatir y cuestionar. Que nos muestre en la cara que seguimos atados por la sucesión presidencial y que este pueblo sabio, aún deja manipularse dócilmente ya que al parecer, nuestra memoria se resetea cada seis años. Y que el extraño enemigo que osara profanar con sus plantas nuestros suelos, no es tan peligroso como el enemigo íntimo que se alimenta de nuestra ignorancia y de nuestros impuestos.

La calificación de Kinetoscopio:

5 Estrellas: Clásico imperdible

4 Estrellas: Bien actuada, escrita y dirigida

3 Estrellas: Entretiene

2 Estrellas: Sólo si no tienes otra opción

1 Estrellas: Exige tu reembolso

0 Estrellas: No debería existir

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Sudcalifornianos y la matanza del 68. Tan lejos y tan cerca

FOTO: Internet.

El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Rubén era muy joven cuando estuvo en la Ciudad de México, en 1968, y llegó a aceptar dinero para ser un porro. El ahora catedrático de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), por supuesto, lo ve muy distinto. En aquel entonces —relató—, era un muchacho inocente que no hizo daño alguno, y jamás pasó por su mente lo que ocurriría la tarde y noche del 2 de octubre: la matanza del 68; el asesinato y la desaparición forzada de cientos y cientos de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas. Tan sólo unos días antes, él se había regresado a La Paz. Consternado, lleno de rabia, se enteró de todo ante la indiferencia de la sociedad paceña de aquel entonces. A 50 años de la masacre de Tlatelolco, CULCO BCS buscó el testimonio de sudcalifornianos que muy cerca —en el tiempo y en la distancia—, sobrevivieron a ese brutal acontecimiento.

El doctor Rubén Salmerón es profesor de Filosofía en la UABCS. Nació en La Paz en 1942. Con algunas licenciaturas y maestrías a cuestas, no sólo es una enciclopedia andante con datos que le salen a borbotones, si no que realmente tiene una memoria prodigiosa, recreando en esta larga entrevista la ciudad de La Paz de hace medio siglo: una tierra aislada. “Estábamos como en otra dimensión (…) Éramos un pueblo de campanario”, ya que las campanadas de la catedral se escuchaban en todo el poblado en aquel entonces; cuando el estadio “Arturo C. Nahl” quedaba “lejos” del centro; la carrera transpeninsular apenas se estaba construyendo; y la vida comercial de la ciudad empezaba gracias al transbordador, en donde él llegó de vuelta a su ciudad natal desde la Ciudad de México, por casualidades de la vida, unos días antes de la noche de Tlatelolco.

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Doctor Rubén Salmerón. FOTOS: Modesto Peralta Delgado.

“Me encabroné”

“Yo llegue a la Ciudad de México con huaraches de llanta, tipo ranchero, y con sombrero, y hablando ¡Me puchi! Así éramos todos, era lo que nos caracterizaba. Las regiones de México eran muy plurales —lo sigue siendo, pero ahora no hay muchas diferencias, antes no, ahora se parecen muchos los jóvenes de todo el mundo—. Aquí éramos muy regionalistas”. Había ido a la enorme ciudad a estudiar teatro, tras asistir a clases aquí con el profesor Piñeda Chacón. Aunque iba becado, contó que se le hizo fácil aceptar dinero para andar como porro, es decir, de revoltoso para desprestigiar a los verdaderos activistas. Sin embargo, moralmente empezó a simpatizar con la causa estudiantil, tocándole participar en la Marcha del Silencio realizada el 13 de septiembre de ese año.

El 2 de octubre del 68, ya estaba en La Paz. “Como siempre, Televisa no dijo nada; en los periódicos locales, por ahí alguna notita (…) Sería la radio, la XEW que era la que nos llegaba. Yo me enteré al siguiente día”. Diez días después de aquella masacre empezaban las Olimpíadas del 68, y le tocó saber de ellas al momento: “¡Y le aplauden a Díaz Ordaz! ¡Yo me encabroné! Desde aquí me fui a Todos Santos y bien encabronado, ¡’que no pasaba nada’! ¡No es posible!”. Por su mente cruzó la idea que tras estos asesinatos a manos del gobierno se vendría una guerrilla en México, “desde Sonora, Guerrero, ‘se va a prender la mecha’, pensé, pero no, no pasó nada”. Le sorprendió también ver la falta de reacción de indiferencia en gran parte de la sociedad mexicana. Ni qué decir de La Paz que, al parecer, no le dio la mínima importancia al suceso.

Al preguntarle si tenía conocimiento sobre si hubo algún estudiante sudcaliforniano en aquel evento, dijo que no sabía de ninguno. “Hubo militares nacidos aquí, que los llevaron. Uno de ellos recibió un balazo en la columna y duró mucho tiempo con dificultades (…) Ningún sudcaliforniano figuró como directivo de los comités de huelga”. Pero hubo alguien más por ahí, un joven sudcaliforniano, en el preciso momento de la mascare. Quiso ir, pero de nuevo intervino el azar, colocándolo lejos del sitio de las balas, a unos 4 ó 5 kilómetros.

Aníbal Angulo. FOTO: Modesto Peralta Delgado.

“No me mataron porque se me olvidó”

El artista plástico Aníbal Angulo estuvo en la Ciudad de México el 2 de octubre de 1968. También es nacido en La Paz; y también iba a estudiar arte, creyendo que iba por el teatro, pero encontrándose con la fotografía. “Yo quería hacer teatro, con Juan Melgar, Nacho del Río…”. Ese día se enteró de una manifestación masiva en la Plaza de las Tres Culturas, y aunque no tenía nada qué ver con el conflicto estudiantil, había salido de su casa, con su cámara al hombro para ir a tomar fotos. Un amigo le llamó para pedirle ayuda para revelar unas fotografías y allí, en un laboratorio de revelado, se le fueron las horas, mientras mataban y detenían estudiantes. “No me mataron porque se me olvidó”, dijo.

“Yo iba ir a tomar fotos pero un amigo que tenía un lugar donde llevabas a revelar los rollos, por la colonia Juárez, me pidió ayuda para hacer unos fotos que necesitaba. En esa época había que usar tinas largas, con ácidos; entre dos teníamos que meter el papel, enrollarlo, desenrollarlo, etcétera. Y empezaron a salir las fotos con manchas, y decíamos ‘¿qué pasa si le negativo estaba bien?’ Volvimos a poner el papel, hasta que nos dimos cuenta que éramos nosotros con la grasa de las manos… Tenía un radio y de pronto escuchamos las noticia de lo que estaba pasando en Tlatelolco. Y dije ‘¡Chin, se me olvidó! ¡Yo iba a ir a tomar fotos!’ (…) Empecé a oír la narración, me empezó a entrar un medio, ¡qué bárbaro de la que me salvé!”.

En ese viaje, hizo amistad con el joven actor José Alonso, a quien le pidieron unas fotografías para una obra de teatro; a Aníbal se le ocurrió que él se las podía tomar. Y así inicia en la fotografía, y es en la Ciudad de México de 1968 donde explora ésta y otras disciplinas de la plástica, por lo que lo toma como el punto de partida de su trayectoria artística. Justo este año, Aníbal Angulo celebra 50 años de carrera, siendo uno de los artistas plásticos más prolíficos y reconocidos de Baja California Sur.

2 de octubre, no se olvida

De vuelta al relato de Rubén Salmerón, escribimos aquí un resumen de la matanza del 68, con algunos datos interesantes concedidos en esa larga entrevista. El académico de la UABCS recordó que todo empezó el 1 de julio de 1968 con el Bazucazo en la Escuela de San Ildefonso. “Con un pleito entre dos vocaciones del Poli y una preparatoria de la UNAM, en La Ciudadela. Termina en golpizas. El gobierno propiciaba la rivalidad para tener divididos a los jóvenes; intervienen después los granaderos (…) el rector Barros Sierra junta a 100 mil estudiantes y sale al frente de las calles protestando contra la intervención violenta del gobierno, y se van dado las cosas al grado de que se van concentrando en el Zócalo. Ya para entonces son más de medio millón”.

Se forma el Consejo Nacional de Huelga a fines de julio. Por esas fechas, bajan de la bandera de México del asta del Zócalo y suben la bandera rojinegra de huelga, lo que enciende el coraje del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz y de su secretario de Gobernación: Luis Echeverría Álvarez. “Para entonces está interviniendo la CIA, después se sabe que Díaz Ordaz era agente de la CIA: le paga Estados Unidos para tener aquí controlado al país”, y a pesar de que, aparentemente, el pretexto del ataque era que la manifestación irrumpiría en las Olimpíadas del 68, según el sociólogo, lo que estaba detrás eran las políticas de control del país vecino del norte: “la histeria norteamericana, decían a lo pendejo, sin ninguna prueba que estaban influenciados por cubanos, soviéticos (…) Todo estuvo planeado desde el Pentágono por la CIA”.

De julio a octubre, “los muertos se están viendo en todo el trayecto”, por lo que al pliego petitorio de los manifestantes se suma la indemnización a las familias de los estudiantes que han ido muriendo. “El 13 de septiembre fue la Marcha del Silencio. A mi tocó ir a esa marcha donde todos iban tapados”. El 18 el ejército entró a la UNAM y se llevó más de 600 detenidos que fueron a parar a diferentes cárceles. El día 20, Salmerón regresaba a casa.

En la mañana del 2 de octubre, al saber de la manifestación masiva en la Plaza de las Tres Culturas, Díaz Ordaz y Echeverría planean la represión. “Díaz Ordaz se va a Guadalajara para decir que ‘no tuve qué ver’, ¡una pendejada!, y Echeverría se entrevista con Siqueiros, lo invita a un café a una reunión para taparse de que él tampoco hizo nada. Las acciones empezaron a las 5 de la tarde, y a las 6 empezó el operativo (…) La balacera duraría hasta la madrugada”.

Habría alrededor de 10 mil personas. De pronto, gente disfrazados de estudiantes, pero distinguidos por un guante blanco, tomaron el tercer piso de uno de los edificios y sacaron a representantes de los comités. Eran del batallón Olimpia. “Empezaron a tirarle al ejército, empezaron a matar soldados siendo soldados —para echarle la culpa a los estudiantes—, entonces se armó el merequetengue y todo el mundo a correr (…) Díaz Ordaz dijo que murieron 20 personas, pero periodistas, porque estaba la prensa internacional, dijeron que entre 300 y 400 (..) La gente da testimonio que iban en camiones, como los de Ayotzinapa. Muchos fueron incinerados, otros tirados al mar,y gran parte terminaron en lo que era la prisión de Lecumberri“.




Ecos del 68 

FOTO: Internet.

San José del Cabo, Baja California Sur (BCS). La vi caminar entre los estrechos pasillos de los conjuntos habitacionales de Tlatelolco, me llamó la atención porque su mirar era imperativo, desesperado. Cuando miraba a un joven, lo seguía con la vista hasta perderlo, sacudía la cabeza y seguía con su lento andar. Casi al oscurecer la volví a ver, con la vista gacha, sentada sobre las baldosas de la escalinata del centro ceremonial.

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—Buenas noches, disculpe, ¿es usted de Sinaloa? –Usted… ¿¡Quién es!? ¿Es de Gobernación? –No, no, cálmese. —Mire, dije mostrando mi credencial de elector, -yo también soy de allá. —¿De dónde allá? –De Sinaloa. -¿Usted también busca a alguien? –Sí, a mi compañero de prepa. -¿Cuántos años tenía? -18, nos decíamos cuates porque habíamos nacido en la misma fecha. —¿Y también desapareció? –Sí. Aquella tarde, en la refriega nos perdimos. Yo alcancé a meterme debajo de un auto, arrastras salí y logré escapar. -¿Cómo se llamaba? —Él, se llamaba Pedro. —¡Pedro! —¡Era mi hermano!…

Historias como estas, existen por cientos, porque cientos, tal vez miles, fueron los muertos y desaparecidos en aquella masacre del 68, que el Estado Mexicano ordenó, por el mismo presidente Gustavo Díaz Ordaz; cínicamente lo declaró. Y ahora nos enteramos que también era agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de los Estados Unidos, lo que ratifica su traición a la patria, pues es posible haya recibido órdenes de aquellos.

El próximo 2 de octubre, de este año 2018, se cumplirán 50 años, 5 décadas, de aquella nefasta y terrible matanza. Fecha que quedó marcada con un crespón negro, en señal de luto por los muertos, y, a partir de ese acontecimiento, el Gobierno Federal, apoyado por la mayoría de los gobernadores de los Estados, continuaron con una escalada de detenciones, desapariciones, torturas y encarcelamiento de miles de estudiantes, obreros y campesinos, cuyo único delito era serlo, es decir, ser pobre, ser estudiante; para el gorilesco presidente y sus lacayos, suficiente motivo para ser reprimido. Miraban en cada uno de ellos a un posible enemigo, un manifestante en potencia que podría alzar la voz y reclamar libertad, justicia y mejores condiciones de vida.

Muchos fueron los perseguidos, torturados con horrendos castigos, y asesinados que servía “al sistema” para aterrorizar a la población y seguir sosteniendo el unipartidismo en el poder. Son muchos los  nombres de los héroes, pero más de los que murieron, la mayoría sin causa justificada. Gobierno bestial, amparado con la llamada Dictadura Perfecta.

Desde el primero de agosto pasado, se empezaron a desarrollar algunos eventos, no nada más para conmemorar, sino para seguir manteniendo viva la llama de la protesta, y para seguir alentando el recuerdo de todos aquellos que dieron su vida por tener el derecho de alzar la voz.

El ciudadano Enrique Graue Wiechers, rector de la Universidad Autónoma de México (UNAM), declaró hace unos días a la prensa nacional: “Con más de un centenar de actividades en diversas sedes, un fuerte programa editorial, la renovación del Memorial del 68 en Tlatelolco y la creación de un repositorio con los principales movimientos ciudadanos que han mejorado nuestro régimen de libertades, la UNAM conmemorará los 50 años del M68”.

Será una intensa actividad conmemorativa cultural, donde se expresaran testimonios de algunos actores que aún viven y se conservan en pie de lucha. Habrá también manifestantes extranjeros, sobre todo de América Latina y algunos países europeos. Todo ello en necesario y justo, sobre todo ahora que el pueblo mismo ha dado una muestra contundente de su sentir con relación a la gobernanza que hemos tenido en las últimas tres décadas. Los 133 periodistas inmolados, los más de 440,000 muertes provocadas por una guerra injusta y estúpida, y los más de 200 mil desaparecidos, todo en tres décadas, en las que además, el país ha ido en retroceso en cuanto a desarrollo económico, educativo y cultural.

Otras instituciones académicas como el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Colegio de México (Colmex), la Universidad Iberoamericana (UI), la Universidad Autónoma de Chapingo, así como diversidad de agrupaciones civiles, tendrán participación. Seguro ocuparan los estrados muchas personalidades que tomaran la palabra para exponer pasajes de aquella historia negra, y es posible que se develen algunos hechos, como los expuestos recientemente en la revista Proceso por el comentaristas y escritor Sergio Aguayo, donde nos da a conocer nombres que aparecen en la lista de la CIA, no cualquier nombre, sino precisamente de ex presidentes y algunos integrantes de las más altas esferas, que ahora también se les identifica como: La mafia del poder.

No, no se nos olvida, porque  el espacio de nuestro compañero y amigo JAVIER VALDÉS CÁRDENAS   jamás nadie podrá ocuparlo, por eso seguimos exigiendo sean detenidos los que ordenaron su asesinato: ¡JUSTICIA! ¡JUSTICIA! ¡JUSTICIA!

Leónidas Alfaro Bedolla. Escritor de la novela: En el casi ombligo del mundo.