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#TodosSomosLaPaz contra el COVID-19

FOTOS: Cortesía

La Última Trinchera

Por Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). “Muchos de nosotros queremos ayudar con la crisis actual de salud y después de haber hecho algunas llamadas y videoconferencias con médicos locales y cirujanos, representantes del IMSS y el ISSSTE, el Departamento de Bomberos de La Paz y el de Todos Santos, Cruz Roja y otros paramédicos… creo que he encontrado un buen primer paso. No es ninguna sorpresa que todas estas organizaciones tienen la necesidad de Equipo de Protección Personal (EPP) y los que se encuentran en mayor necesidad de ellos son los paramédicos. Muchos de ellos dependen de las donaciones para su EPP, algunos son voluntarios y, como tal, ellos se encargan de comprar sus propios EPP.”

Lo anterior lo escribió en su página de Facebook mi amigo Pablo Ahuja, conocido miembro de la sociedad paceña, que desde hace 5 años realiza actividades altruistas de educación y de rescate ecológico a través de la organización no gubernamental Mar Libre; y que, así mismo, lleva 7 años haciendo el evento anual “Amigos de la Navidad” que lleva comida y diversión a las familias de las colonias más desprotegidas de La Paz; entre otros eventos y colectas para obras de beneficio social. Pablo es, además, un gran promotor del talento musical sudcaliforniano, eso es ya conocido por la mayoría, y qué buenos tokines se organiza, esperemos que el próximo reventón sea pronto, justo después de que le ganemos la batalla al coronavirus.

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Las doctoras en ciencias marinas Xchel Pérez y Frida Lara están organizando con Pablo la recolección de EPP a nivel local, lo cual ha resultado muy difícil pues los diversos implementos para la protección física de los trabajadores de la salud y de protección civil son ya muy escasos en las tiendas. Por lo que ellos están recolectando donaciones monetarias para poder comprarlos vía internet a proveedores nacionales e internacionales; afortunadamente, han podido entablar negociaciones con algunos proveedores locales así como en los Estados Unidos e Inglaterra, quienes pueden proveer de los implementos de protección personal necesarios.

Además de poner a disposición de la ciudadanía una cuenta para los donativos en efectivo, Pablo está dispuesto a ir a tu casa o tu lugar de trabajo si es que puedes apoyar con donativos en especie, ya sea EPP o materiales que puedan ser utilizados para su fabricación.

Dice Pablo que “no importa lo pequeña que sea la donación, es valiosa. El 100% de las donaciones en efectivo serán usadas para la compra de EPP. Donaré mi tiempo y el costo de transportación inicial.”

Los primeros resultados de la gesta de Pablo, Xchel y Frida son ya un hecho. El martes 31 de marzo, gracias a la aportación de varios paceños nativos y paceños extranjeros radicados, entregaron 2000 guantes y 300 máscaras quirúrgicas al Departamento del Heroico Cuerpo de Bomberos de La Paz; el miércoles 1 de abril dieron a los paramédicos del Grupo Voluntario Calafia Oficial una aportación igual; y el jueves 2 de abril entregaron un paquete de ayuda al grupo de Protección Civil de La Paz. Los anteriores son los primeros grandes logros de la comunidad paceña pero es apenas el principio. Está planeado hacer entregas de EPP a los Bomberos Voluntarios de Todos Santos y El Pescadero, a los Servicios de Ambulancias de La Ventana y El Sargento así como de San Pedro y El Carrizal. En la medida de que las aportaciones se incrementen se podrá asistir a otros grupos e incluso a las instituciones gubernamentales que así lo requieran.

Al COVID-19 lo vamos a derrotar con la participación de todos, con las instituciones de salud, con los cuerpos de voluntarios, pero sobre todo con la ayuda que nosotros los ciudadanos, los paceños, todos, les podamos brindar a los profesionales de la salud y de la protección civil; es momento de ayudar, si puedes donar en especie o en efectivo, cualquier ayuda será de gran ayuda.

Enlace para depósito vía PayPal: https://www.paypal.me/xchelapp?fbclid=IwAR0FK4Ey3q-UOvdu9kOXva0gHHf6YpP5e9ECPjHLF0PUU86_tYif4gJ5c-4

A la tarjeta Banamex Saldazo de Oxxo: 4766 8414 6307 6193

Ambas a nombre de Xchel Aurora Pérez Palafox

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Ante el COVID-19, dinero para todos. Ingreso Básico Universal (I)

FOTOS: Internet.

Agenda Comunitaria

Por Frank Aguirre

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La mayoría de los mexicanos no pueden irse a cuarentena a su casa. O mueren de hambre o de COVID-19. Bajo éste escenario de desigualdad ¿qué se puede hacer ante esta inminente ola de infectados que se viene?

Sé que algunos de ustedes me han estado leyendo en mis redes repitiendo una y otra vez el mismo discurso: ¡INGRESO BÁSICO UNIVERSAL YA! Pero ¿Qué es el IBU (Ingreso Básico Universal)? ¿De dónde surgió? ¿Cómo funciona? ¿Es viable en México? ¿Cuál es su meta? ¿Qué beneficios tiene? Durante las siguientes semanas estaré publicando un ensayo, en partes, respondiendo todas éstas preguntas con la intención de dar a conocer uno de los puntos de apalancamiento clave que alcanzo a visualizar entre esta catástrofe económica de desempleo, bancarrota, quiebra y cierre de negocios. Un ensayo sobre #UtopíasPosibles.

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¿Qué es el Ingreso Básico Universal (IBU)?

Para explicarse su significado es imprescindible dejar claro el contexto de dónde surge la idea del IBU.

Primeramente, es un proyecto de izquierda, una aspiración postcapitalista (¡Y no! ¡No se maltripeen con Cuba, Venezuela, la Unión Soviética! O con si Frank se ha chairizado mucho durante este encierro. Si tienes la necesidad de visualizar a qué me refiero con postcapitalismo imagina Islandia, Dinamarca, Suecia, Finlandia), o, en otros términos: una reestructuración de la sociedad en sus aspectos político y social, en la que el recurso básico sería el conocimiento. El IBU surge de un enfoque ambicioso de política universal con el objetivo de pluralizar la economía al perturbar el funcionamiento del poder cotidiano (explotación laboral = utilidades) y promover espacios igualitarios.

Quiero dejar algo bien claro: no estoy proponiendo volver al pasado, al contrario, con esto quiero afirmar al igual que Srnicek y Williams que la izquierda no puede, ni permanecer en el presente, ni regresar al pasado.

El Ingreso Básico Universal es el otorgamiento de una cantidad de dinero con la que se pueda vivir, sin ningún estudio socioeconómico de por medio.

¿A quién chingados se le ocurrió que dar dinero a todos es una “buena” idea?

No me malinterpreten, no es una idea descabellada, ni mucho menos “imposible”, “idealista”, o que no alcance el dinero de las arcas públicas para implementarlo – más adelante comenzaremos a hacer números para ver su viabilidad institucional y económica, y responder a la duda ¿puede la República mexicana aventarse el tiro de establecer un programa que entregue tanto dinero a todos los mexicanos?-. Para empezar, este es un proyecto olvidado de los años sesenta y setenta. Tuvo su auge en Estados Unidos durante la posguerra (después de la Segunda Guerra mundial); incluso Nixon (presidente del gabacho de 1969 a 1974) y Carter (también presidente de E.U. de 1977 a 1981) intentaron se aprobara una legislación al respecto. Los suizos organizaron un referéndum sobre el IBU en 2016, y hay otros países donde ya se está experimentando con el mismo, como India y Namibia.

Aquí en México, Ricardo Anaya (candidato a la presidencia 2018 por el PAN/PRD/MC) la tenía como iniciativa para conectar con la juventud, una reforma al estado de bienestar mexicano.

La idea de proponerte, querida y querido lector, que el gobierno nos dé una feria a todos por igual por el simple hecho de ser mexicanos, surgió en mí primeramente por hacer conciencia de clase y entender que nuestro país no va a poder aspirar en los días siguientes a tener un lockdown (un encierro total por parte de todos los ciudadanos, en sus casas).

Si tuviéramos un IBU, sin pedos y sin remordimientos pudiéramos estar en redes sociales exigiendo al vecino, a los que aún deambulan por el centro, a los que se siguen trasladando todos los días en pesero porque no tienen para comprar un carro, que se regresen a sus casas, que no sean inconscientes, que sean “solidarios”, que podemos evitar el contagio masivo. Pero la realidad es que la desigualdad social, el vulnerable sistema de pensiones, el abandono de la política pública de vivienda y la endeble Ley del Trabajo no nos está permitiendo acabar con la pandemia como los médicos quisiéramos.

Si hay un aprendizaje de ésta crisis, es que acabando la pandemia debemos exigir reformar la Ley del Trabajo, modernizar el sistema de pensiones, mejorar la transparencia de las arcas de dinero público y presionar para que se redistribuyan de manera más equitativa los impuestos o ¿en serio usted tiene la ingenuidad de creer que no podemos costear estipendios para toda la población, pero sí podemos subsidiar los viajes a París a la familia de la diputada Perla Flores, pagarle millones de pesos a los senadores, condonarle impuestos millonarios a la morenista Yeidckol Polevnsky y perdonar los millonarios desvíos de recursos públicos al Gobernador Carlos Mendoza Davis?

Nos vemos en la próxima entrega de Dinero para Todos (Ingreso Básico Universal), para profundizar las metas y los beneficios del IBU. Por mientras te recuerdo ¿qué se puede hacer ante esta inminente ola de infectados que se viene? donar alimentación a los más necesitados (como cuando es huracán), exigir la moratoria en renta y cancelación del pago de la luz; si puedes, continúa pagándole a tu trabajadora doméstica aunque no vaya a casa, y no visites a tus papás y abuelos hasta que pase la contingencia (o visítalos con una ventana de por medio).

Palomilla, saldremos de ésta, pero neta nos tenemos que poner las pilas porque ahora si nos necesitamos bien cabrón. Unidad, Comunidad y Cooperación. ¡Ingreso Básico Universal Ya!

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Es fundamental tener unidad social, pero más importante tener unidad mental

FOTOS: Internet

El librero

Por Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En esta ocasión quiero detenerme un poco, darme un respiro en estos días de cuarentena. Hemos compartido muchas cosas en CULCO BCS, sobre todo recomendaciones de libros, la mayoría grandes propuestas literarias. Ha sido un ejercicio de más de cuatro años en el que he podido constatar que los libros y la información son fundamentales. He disfrutado cada palabra y cada idea, pero más que nada estar en constante actividad, escribiendo y repensando sobre las ediciones que caen en mis manos.

En estos días un virus comenzó a esparcirse desde China hacia el mundo, que a muchos ha agarrado desprevenidos y a otros los ha llevado a plantearse y replantearse los porvenires y pormenores de nuestras sociedades mundiales y locales. Hay mucha zozobra porque de pronto el virus que debiera ser tomado simplemente como un acontecimiento sanitario para que se establezcan medidas congruentes y acorde a la situación de cada país, se convirtió en un espeluznante espectáculo de los medios de comunicación para, desde un lado, infundir miedo y paranoia, y desde otro, a partir de los temores, obtener cuotas políticas y económicas.

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Es triste ver que los noticieros televisivos abren con una tabla del número de muertos, como si se tratara de un tablero de competencias para que crezca el miedo. Uno no sabe si verlos y creerles, o de plano cambiar de canal para que no invadan la mente, porque en el fondo del sesgo pareciera que debemos tener miedo y no tomar las adecuadas providencias del caso. Hay un sector de la sociedad mexicana que difunde fakenews, miente, distorsiona, desinforma, y otro que se atiene a los datos oficiales, se informa de diferentes lados y participa como apoyo moral. Está claro que si se miente en una contingencia sanitaria de estas dimensiones no es para que nos informemos, sino para provocar confusión, incertidumbre y caos.

El campo de batalla ahí está. Y nosotros en medio de la rebatinga que se traen los que difunden el pánico. En las redes, con tal de descalificar al sector oficial no les importa edificar la idea de que nada está bajo control, de que no confiemos, lo cual resulta terrible porque si no confío en las autoridades entonces ¿en quién?, ¿en los múltiples comentarios negativos de las redes?, ¿en sendos articulistas que no plantean propuestas sino que incitan a los temores más primitivos para que dejemos de oír y que al final ni siquiera podamos detectar lo que es verdad o es mentira?

Yo veo, escucho, leo, comparo, me informo, decido. Estos días son aciagos, pero no malditos. Es una oportunidad de reflexión que muchos no tendrán porque viven al día y requieren salir a la calle para ganarse el pan y el de sus seres queridos. Miles tenemos el privilegio de permanecer en nuestros hogares, pero hay una enorme mayoría que está luchando para sobrevivir, no de esta época, sino de toda la vida, a causa de los grupos políticos y económicos que empujaron a que el país quedara desamparado socialmente en todos los niveles, en especial el de salud porque no se le invirtió ni se le dio importancia. Sobra decir por qué.

Saldremos, sin duda, de esto. La vida sigue su curso. Unos hablan del regreso a la normalidad, pero lo cierto es que tal cosa nunca ha existido, porque la vida es un vaivén continuo, un río trepidante que se renueva a cada momento y genera vida y muerte. Amamos mucho la vida, pero le tememos a la muerte, a pesar de que dicen que el mexicano no le teme, se ríe de ella y hasta platica con ella. La muerte es una posibilidad de vida, la regenera, los versos de Jorge Manrique y Jaime Sabines lo atestiguan. En lugar de escuchar la voz tenebrosa de un sector de la sociedad mexicana interesada en la incertidumbre, la paranoia y el miedo, detengámonos en estos dos poetas para empezar. Nosotros mismos somos la alternativa de vida que queremos y de la información que entra, no las voces que quieren meterse en nuestras cabezas para que miremos al lugar que ellas quieren.

Es un tiempo de vida interior y un lujo que la vida nos da, para saber de lo que somos capaces y de cómo somos frente al otro y frente al espejo.

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Un día sin ellas en La Paz…. Y también con ellas. Crónica

FOTO: Gabriel Larios Heredia.

El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Esta crónica, si hubiera querido, la pudo escribir una mujer. Sí, porque este día vimos a varias en las calles y espacios públicos de La Paz. Confieso que hubiera deseado que fuera un día apocalíptico, “desaparecidas” total y voluntariamente para darnos una lección, pero no fue así del todo. Sin embargo, sí forma parte de un suceso histórico, una manifestación del avance en su lucha. No sé ustedes, pero para mí, este lunes fue un poco triste.

Este 9 de marzo recorrimos algunos lugares públicos de esta ciudad. La marcha que ayer se dio en La Paz en el Día Internacional de la Mujer sería, quizás, la más asistida en su historia. Hoy, el Paro Nacional de Mujeres debía ser la cara opuesta: luego de hacer mucho ruido deberíamos notar su ausencia como un acto de protesta. Una estrategia de contraste, inteligente y muy importante.

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De ninguna manera se puede tomar este recorrido y texto como un sondeo, o una muestra representativa. No. Me propuse simplemente caminar alrededor de donde vivo, ir a ciertos lugares y solamente observar y platicar; sin grabar nada para que las palabras fluyeran de un modo cotidiano hacia un curioso preguntando por aquí y por allá. De manera que no hay nada cuantitativo en esto que escribo, mucho menos algo que se jure como una verdad. Es sólo un pedazo del día, una mirada a la calle, una reflexión.

Hoy todo el día estuvo nublado. El clima, algo raro, donde te daba calor y cuando ponías el abanico te daba algo de friyito. Para variar, me levanté tarde, cerca de las 8 de la mañana. Mientras se hacía el café, me asomé a la calle desde un segundo piso —vivo en la zona centro, sobre un bulevar con mucho tráfico— deseando en el fondo de mi corazón que todas las mujeres de La Paz se hubieran unido y que este día tuviera ese aire apocalíptico. Amanecer como si una enfermedad hubiera diezmado a la mitad a la población. Aunque ahora que lo pienso, se trataría de una enfermedad milenaria de falta de equidad y respeto; y se cansaron de vivir con ese mal.

FOTO: Modesto Peralta Delgado.

Hubiera deseado eso que les digo. Pero no. Sobre el bulevar vi, y he seguido viendo, mujeres de prácticamente todas las edades ir y venir. Unas caminaban solas, otras adolescentes en pequeños grupos de estudiantes, unas mujeres mayores se dirigían con ayuda de hombres o mujeres a la iglesia. En una escuela primaria —la escuché por el altavoz— una maestra dirigía los honores a la bandera, y luego supe de algunas profesoras que sí quisieron ir a dar clases.

La presencia más evidente eran las mujeres trabajadoras. Estaban barriendo los frentes de los negocios; atendían detrás del mostrador; preparaban las comidas en loncherías. Nos dijeron que si faltaban nos descontarían, me contó una empleada de una tienda quien desde las 7 de la mañana estaba en la caja. Una más que barría la banqueta en un negocio de sushi me dijo simplemente Yo quise venir. Una señora que atiende un Oxxo me dijo que algunos no abrieron pero que les respetaron —sin descontarles el día, según ella—, a quienes no quisieron sumarse al Paro Nacional. Pero ella fue porque quiso, Por la responsabilidad de estar a cargo de la tienda.

Ayer domingo en la mañana, a quien acostumbramos comprarle su rico desayuno, dijo que ella sí abriría hoy Porque tenía que trabajar, porque quería. En el rato, otras clientas comentaron sobre el tema que, qué bueno, ya no es tratado con ignorancia o con frivolidad. Escuché a la misma cocinera decir que Las mujeres habían conseguido muchas cosas de forma pacífica y que mejor deberían dejar de escuchar banda y reggaeton donde las denigran.

Hoy no abrieron el café de la esquina donde compraríamos el desayuno y que habitualmente tiene lleno los lunes. La lavandería tenía cerradas sus puertas con una hoja donde se leía que se unían al Paro Nacional de Mujeres. ¡Vaya! Me dio gusto. Tener un día más mis bolsas con ropa sucia no me va a hacer nada. Y es que en esta zona hay muchos negocios, y si bien no fue un recorrido exhaustivo, parecía un día normal. Es más, parecía un día de asueto: ciertamente se ven menos carros que otros días, eso es cierto, pero en el bulevar 5 de Febrero, en Colosio y en Forjadores sí había damas conduciendo sus vehículos, esperando o tomando el pesero, o conduciendo el Uber…

Precisamente me regresé en un Uber y la conductora me dijo que ella apoyaba a las mujeres, claro, pero que para ella, No logramos nada si no trabajamos hoy. Me comentó que no estaba de acuerdo con ciertas cosas, como haber rayado el monumento de La Paloma ayer, y que si querían respeto ellas no mostraban respeto actuando De esa forma indigna. La mujer me contó que este lunes había llevado a varias mujeres, entre ellas, maestras que le decían que iban por los niños, pues no había maestros en sus escuelas.

Donde sí parecía que hubo un ataque zombie fue en la UABCS, donde se vio muy poco movimiento. Una que otra alumna —una me dijo que no había visto una sola maestra, pero ella era de las escasas alumnas que sí quisieron ir a clases. En el Ayuntamiento de La Paz, acudieron muy pocas trabajadoras, aunque afuera sí estaban instaladas vendedoras o andaban por allí las que iban a algún trámite. Y en Plaza Soriana mujeres por todos lados: atendiendo los negocios y comprándoles; las que iban al mandado o a comprarse algo al Sears. No como otros días, hay que tomar en cuenta que es lunes de mitad de quincena y pasé allí a la hora de comer, pero sí, de que se vieron, se vieron en todos lados.

FOTO: Modesto Peralta Delgado.

El paro de mujeres en La Paz tenía un lado predecible: muchas de gobierno a las que les habían dado permiso y les dijeron que no les descontarían, sí pararon. Muchas trabajadoras de la iniciativa privada, no. Quién sabe qué hacían tantas en tantos lados, pero repito que las más evidentes eran las que hacían quehacer o atendían clientes. Es importante remarcar que esto no es un dato, es una percepción, espero mañana se publiquen números que informen de manera más fehaciente las repercusiones.

Debería haber repercusiones. La causa lo amerita. ¿Era necesario? Sí, yo creo que sí era justo y necesario. Más allá de lo que opinemos —quien quiera y lo que quiera—, de las formas de expresarlo o de manifestarse, por supuesto que no es ningún cuento la violencia contra las mujeres, los feminicidios, la discriminación, el acoso sexual o laboral. Este texto no busca hacer menos la convocatoria, que a nivel personal apoyo, al contrario, es dejar un registro de quiénes no participaron y por qué.

Que se ha nota su ausencia, se nota —mi compañera editora que paró este día, ya me dirá las metederas de pata que he tenido hoy que la cubrí—; que hubiera estado chingonsísimo que más trabajadoras, ¡que todas!, se hubieran sumado, habría sido el golpe más fino y limpio contra el machismo y la mala educación. Que es un avance, claro que sí; que falta más, también. Que las queremos vivas y sin violencia, muy cierto; que aún con todo esto las han seguido matando, pues ya ven que sí.

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¿Dónde están las madres? Cuando acusan la ausencia de las mamás en una tragedia

FOTOS: Internet

Hilo de media

Por Elisa Morales Viscaya

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). De sobra se ha hablado de la inseguridad que ahoga nuestro país: homicidios, infanticidios y feminicidios de los que dan cuenta los medios de comunicación. Cuando la víctima es un menor de edad, suelen saltar quienes esgrimen un ejército de dedos acusadores y preguntan airados ¿Dónde estaba su madre,que lo permitió? Y esto nos lleva a preguntarnos, realmente, ¿dónde están las madres?

En México, de acuerdo con cifras del cuarto trimestre de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2017, el porcentaje de hogares monoparentales sostenidos económicamente por una mujer ha ido en aumento, registrándose que al 2017, casi el 30% de hogares es mantenido por una jefa de familia.

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No es de sorprender entonces, que la participación de las mujeres que son madres en el mercado laboral es notoriamente más alta para las madres solteras (69%) y para las que son separadas, divorciadas o viudas (45.6%). Lo que no implica que las madres con pareja no estén en trabajando.

En total, de las mujeres económicamente activas, 73% tiene al menos un hijo. De estas madres ocupadas en el mercado laboral, de acuerdo con cifras del cuarto trimestre de la ENOE 2017, seis de cada diez trabajan en el sector informal. Es decir, un alto porcentaje de madres se ve en la necesidad de cruzar diariamente el umbral de su hogar para garantizar el sustento de su familia ante la imperante necesidad de salir adelante, por ellas mismas y por los suyos, con la culpa a cuestas; estas madres ejercen un rol laboral que muchas veces no permite que permanezcan al lado de sus hijos, y requieren de apoyo para garantizar sus cuidados.

Sin embargo, ¿existen estos apoyos? Como ya vimos, existe una alta participación de mujeres en empleos informales, lo que se refleja en un bajo nivel de acceso a beneficios laborales: están expuestas a salarios inferiores, a condiciones de inseguridad laboral y suelen darse sin acceso a prestaciones sociales como las pensiones, la licencia por enfermedad, el seguro de salud, y, en específico, al cuidado y atención infantil como prestación laboral, entre otras (ONU Mujeres, 2017).

¿Quién los cuida?

Del total de mujeres solteras con al menos un hijo y que trabajan, sólo 11.4% tiene el beneficio de cuidado maternos por parte de su trabajo y, de acuerdo con cifras del primer trimestre de la ENOE 2017, apenas el 12.5% tiene la prestación de guardería para sus hijos.

La mujer trabajadora se encuentra en la encrucijada terrible de necesitar salir por el sustento de sus hijos sin que existan, ni por asomo, suficientes espacios otorgados por el Estado para garantizar que los menores queden a buen resguardo.

En consecuencia, en México hay cerca de 3 millones de niños que son cuidados en casas y, de estos, el 61% es cuidado por sus abuelos, que seguramente ejercen estos cuidados con mucho amor, pero no necesariamente se encuentran en las condiciones físicas, emocionales y económicas de afrontar la responsabilidad de guiar el desarrollo de los nietos, sin contar con que ellos ya han cumplido este rol con sus propios hijos.

Baja California Sur

En BCS, hasta el 2017 existían 33 mil 627 hogares monoparentales encabezados por una jefa de familia, de las cuales el 46.6% trabajan en actividades informales, con las desventajas que ya hemos planteado. Al respecto de los servicios de cuidado infantil en el estado, existen, por parte del ISSSTE, cuatro estancias infantiles; así como 14 guarderías por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social, con atención a dos mil 408 menores en un horario de 7:00 a 16:00 horas. Un fuerte sostén para las madres con empleos informales o carentes de esta prestación, lo fueron las llamadas guarderías Sedesol, que contaban con un subsidio que permitía que el costo del servicio fuera accesible, desafortunadamente, con los recortes del gobierno federal a este apoyo, de las 74 que trabajaban en el 2017 solo sobreviven 60, y, de éstas, en casi todas se ha desplomado la matrícula hasta en un 50 por ciento.

¿Conciliación de horarios?

Cuando los menores ya están en edad escolar, el panorama puede parecer menos sombrío. Las horas que los hijos pasan en la escuela suelen ser las que las madres ocupan trabajando, sin la necesidad de procurar un tercer cuidador. Desafortunadamente, los horarios, días feriados, vacacionales y asuetos escolares, pocas veces empatan con la oferta laboral a la que se tiene acceso. Y nos enfrentamos entonces de nuevo a la acusación inclemente contra la madre que se retrasa a la salida de la escuela, la que manda al hermano mayor a recoger al menor, la que llega rápido por el niño y nunca para a averiguar de festivales o tareas, porque apenas tiene media hora para recoger a su hijo y dejarlo en casa de la abuela, antes de volver a trabajar.

Y ha sido ahí, en esos espacios de inseguridad que las necesidades económicas generan en muchas familias mexicanas, donde niños y niñas quedan expuestos a monstruos disfrazados de personas, que violan, que matan, que descuartizan.

Es urgente que nuestras autoridades fomenten puntos de encuentro para reflexionar sobre la posibilidad de adecuar y conciliar condiciones y horarios laborales y escolares, para proponer medidas y políticas concretas en favor calidad de vida de los 6.9 millones de hogares que se encuentran bajo la responsabilidad de una mujer y los casi 12 millones de niños en edad escolar que viven en pobreza.

¿Qué hacer entonces?

Organismos internacionales resaltan la necesidad de impulsar políticas dirigidas a reconciliar al trabajo y a las familias y, ante la creciente incorporación de las mujeres al ámbito laboral, citan políticas que alienten a las madres trabajadoras, cómo dar tiempo para el cuidado de los infantes después del parto, la seguridad social universal, apoyo con horario flexible que permita organizar su vida en familia y el cumplimiento de todas sus obligaciones laborales sin afectar salarios y derechos (ONU Mujeres, 2016), por ejemplo:

  • Incentivos fiscales a las empresas que implementen jornadas continuas con flexibilidad horaria de entrada y salida.
  • Incentivos a las empresas que permitan el trabajo desde casa
  • Regulación y financiación de un sistema de permisos remunerados parentales, así como la implementación de excedencias y reducciones de jornada por cuidado de hijos pequeños
  • Ampliación del permiso de paternidad, para favorecer la corresponsabilidad del cuidado de los hijos, y
  • Por supuesto, ampliar la cobertura y alcance de los servicios de cuidado infantil.

No basta con las buenas intenciones de una clase política que se esconda tras el discurso y haga proclamas en pro de la mujer trabajadora. Exijamos a nuestros gobernantes acciones reales que permitan conciliar la esfera pública y privada, congruente con las necesidades y responsabilidades de las madres trabajadoras.

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