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La pobreza en zonas rurales de Baja California Sur

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Colaboración Especial

José Luis Cortés

 

San José del Cabo, Baja California Sur (BCS). En un Estado donde las playas de arena blanca y los lujosos resorts parecen prometer un futuro dorado, la realidad para muchos habitantes de Baja California Sur es muy diferente. A pesar del crecimiento económico impulsado por el turismo y la industria inmobiliaria, un 24.2% de la población vive en condiciones de pobreza, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). Esta cifra, aunque inferior a la media nacional, revela una necesidad urgente de acciones efectivas.

Mientras en las zonas rurales de Los Cabos, La Paz y Loreto brillan como destinos turísticos, las comunidades de este tipo en Mulegé y Comondú enfrentan una dura realidad. En las zonas rurales de Los Cabos, el 32% de los habitantes carece de acceso a servicios básicos como agua potable, lo que agrava las condiciones de vida. La educación, vital para el progreso, también queda rezagada: en estas áreas, la tasa de deserción escolar alcanza el 25%, frente al 10% en las zonas urbanas. Las escuelas, muchas veces sin infraestructura adecuada, se convierten en un reflejo de la falta de oportunidades.

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El gobierno ha intentado abordar esta problemática a través de iniciativas como el Programa Integral de Desarrollo Rural y Educativo (PIDRE), enfocado en mejorar la infraestructura escolar y capacitar a docentes. Sin embargo, los recursos han sido insuficientes. En 2023, solo el 15% de las escuelas rurales contaba con acceso a Internet, limitando el aprendizaje tecnológico.

En el ámbito rural, los proyectos de agricultura sostenible están en marcha, pero su impacto es mínimo. Según el Consejo Estatal de Población, un 40% de las familias rurales enfrenta inseguridad alimentaria, comprometiendo su calidad de vida.

La solución a esta crisis requiere una estrategia que integre desarrollo económico y social. Expertos sugieren fomentar la participación comunitaria y crear cooperativas que empoderen a los habitantes, mejorando su capacidad de negociación en el mercado.

La colaboración con el sector privado también puede ser clave. Iniciativas de turismo comunitario han demostrado ser exitosas en otras regiones y podrían replicarse en BCS, generando ingresos y respetando las culturas locales.

A pesar de los esfuerzos, la falta de coordinación entre entidades gubernamentales y la escasa inversión en proyectos a largo plazo son obstáculos importantes. La migración de jóvenes a las ciudades agrava la falta de mano de obra en el campo, complicando aún más la situación.

Es esencial reevaluar las prioridades en la inversión pública. La educación y el desarrollo rural deben considerarse como inversiones fundamentales para el futuro del estado. Con un enfoque inclusivo y sostenible, BCS puede avanzar hacia un desarrollo más equitativo.

Sociedad Civil en acción

Organizaciones no gubernamentales están desempeñando un papel crucial en la mitigación de la pobreza. Proyectos que ofrecen capacitación en habilidades técnicas y financieras están surgiendo en diversas comunidades, fomentando la mentalidad emprendedora.

El uso de tecnologías digitales en la educación también abre nuevas oportunidades. Programas que conectan a estudiantes rurales con tutores en línea han demostrado mejorar los resultados académicos, pero requieren apoyo gubernamental y privado para expandirse.

El camino hacia la reducción de la pobreza en Baja California Sur es complejo. La intersección de educación, desarrollo rural y participación comunitaria es vital para construir un entorno en el que todos los ciudadanos puedan prosperar. Las políticas públicas y las iniciativas privadas deben trabajar juntas para abordar las desigualdades persistentes.

Sin embargo, el cambio no sólo depende de las autoridades. Cada uno de nosotros puede contribuir, aportando nuestro granito de arena. Ya sea a través del voluntariado en organizaciones locales, apoyando a emprendedores de la región, o simplemente informándonos y sensibilizando a otros sobre la situación que enfrentan muchas comunidades. Cada acción cuenta y puede marcar una diferencia significativa en la vida de quienes más lo necesitan. En este momento crucial, el compromiso colectivo es la clave para forjar un futuro más justo y equitativo para todos.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.

 




La noche en que las láminas volaron. Crónica del huracán Jimena

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Colaboración Especial

Karla Malibé Amaya Bravo

Ciudad Constitución, Baja California Sur (BCS). Las láminas azotaban contra la barda a medida que se desprendían. Las ventanas temblaban. Toda la familia reunida en una habitación, permanecíamos juntos, en la oscuridad. Este 2024, se cumplen 15 años del devastador huracán Jimena que arrasó con los municipios de Comondú, Loreto y Mulegé en Baja California Sur; y Guaymas en Sonora del 2 al 4 de septiembre del 2009. A su paso dejó cinco fallecimientos, miles de damnificados y cientos de millones de pesos en daños materiales según las autoridades.

En Baja California Sur, es normal, cada año escuchar sobre ciclones y huracanes. Creces familiarizado con eso, pero no todos se quedan grabados en la memoria. En 2003 recuerdo los huracanes Ignacio y Marty, en 2006 fue el huracán Jhon, por lo que conoces el protocolo: 1) comprar mandado, 2) tener agua purificada, 3) comprar lámparas o veladoras y 4) tener gas suficiente. En mi casa, estábamos listos.

Láminas voladoras, vidrios temblorosos

En la madrugada del 2 de septiembre del 2009 —por ese entonces yo sólo tenía 12 años— me despierta el ruido de las láminas de un techo exterior chocando contra la barda, a medida que la intensidad del viento las levantaba provocando un estruendo constante. “¡Taz, taz, taz!”, una lámina voló. “¡Taz, taz, taz!”, otra lámina está por irse. Para este punto de la madrugada, toda la familia estábamos despiertos, reunidos en una habitación acompañados con la oscuridad de la noche, con un radio que a veces permitía escuchar reportes y un profundo olor a humedad.

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Aviso No. 20 del Archivo Histórico del National Hurricane Center. 2 de septiembre a las 7:00 am, el centro de Jimena esta sobre tierra en la desembocadura del Río Comondú al SW de Puerto San Andresito, BCS. vientos máximos sostenidos de 160 km/hr. Avanzando a 20.9 km/hr.

Transcurrieron las horas, la incertidumbre aumentaba a medida que el viento continuaba rugiendo con ferocidad y el vidrio de la ventana temblaba al mismo tiempo que las láminas desaparecían. De pronto, el vidrio fue el que continuó en la lucha, temblando, pero valiente, porque las láminas se habían volado. No recuerdo la hora, aún no amanecía completamente y el viento había disminuido. Ahora entiendo que, quizá, en ese momento, el centro del huracán estaba sobre nosotros.

La puerta principal de casa de mis papás está orientada hacia el Este y está protegida por una barda lateral, ésto y la dirección de los vientos de Jimena, no permitían que las ráfagas impactaran la casa de frente. Por lo que, en ese momento de aparente tranquilidad, nos acercamos a la ventana frontal, y por pocos minutos pudimos apreciar cómo pasaban grandes pedazos blancos, como de hielo seco, por la calle, en dirección al Norte, siendo arrastrados por el viento, al igual que tapas de tinacos, entre otros objetos. También, alcanzamos a ver como el árbol de pirul que estaba frente a mi casa había sido derribado. Más tarde sabríamos que esos pedazos blancos eran de la tienda Súper Ley, porque con Jimena, hubo un antes y después.

Mis recuerdos posteriores son pocos, lo más probable es que una vez que el viento disminuyó, decidiéramos dormir. Por la tarde del mismo 2 de septiembre fuimos de las primeras colonias en recuperar la energía eléctrica, al vivir cerca de un hospital. Una vez que ya era seguro salir, una calle enlodada, un olor a tierra mojada, un aire fresco, un cielo grisáceo, un árbol caído y una banqueta levantada, adornaban la escena. En ese entonces, solía jugar, con una vecina, a balancearnos de una de las ramas del árbol que ahora se encontraba en el suelo. Era uno de nuestros juegos preferidos, brincar del carro hasta el árbol, balancearnos y soltarnos. Ese día terminó el juego.

Una ciudad sin Ley

Las láminas del techo exterior no estaban en su sitio, pero, al menos sí en el patio trasero, junto a otra lámina de domicilio desconocido. “Busco la tapa de mi Rotoplas” decía un vecino, “en mi casa está una lámina azul”, aseguraba la vecina; “ya vieron la Ley, quedó destruida, creo que va a cerrar”, murmuraban las personas. Súper Ley estaba irreconocible, y al ver su devastación repartió sus productos perecederos a las personas. Aquí no hubo rapiña. Los pedazos blancos que veíamos pasar: eran pedazos de la tienda Ley.

Dos o tres días más tarde, con reparaciones improvisadas con madera y mucha voluntad, esa tienda reabrió sus puertas —y nosotros pensando en que iban a cerrarlo. Años mas tarde, en 2015, Juan Manuel Ley López, presidente del Consejo de Casa Ley para el NOROESTE mencionaría que conel huracán Jimena la tienda ley de Ciudad Constitución afrontaría la devastación y se reconstruiría. Desde ese día, apenas hay amenaza de ciclón y en este negocio, inmediatamente, se observan maderas cubriendo los vidrios de la entrada.

FOTO: Enrique Borbón.

FOTO: Enrique Borbón.

Recorrer las calles fue toda una experiencia, puesto que la avenida principal, el Boulevard Agustín Olachea Avilés se convirtió en la zona de los cuatro altos adornados por semáforos. Jimena, molesta de tanto semáforo en la carretera —ese boulevard es parte de la carretera transpeninsular— decidió jubilarlos haciendo que esta principal vía de la ciudad estuviera con semáforos descompuestos por casi 15 años. Hasta este año, 2024, el semáforo de la calle Francisco I. Madero comenzó a funcionar. Aún hay muchos semáforos “adornando” nuestro boulevard.

Hubo bardas caídas, árboles, casas, postes, y hasta el estadio Vázquez Rubio tuvo grandes daños estructurales y se cayó gran parte de la barda. En la zona agrícola, hubo transformadores que cayeron al suelo y postería derribada. Algunas personas comentaban que, por la cantidad de estructuras caídas y daños materiales, quizás había ocurrido un temblor al mismo tiempo que el huracán, sin embargo, nunca se confirmó. Otros creen que Jimena, al impactar, era de categoría 3, debido a la fuerza de sus vientos; no obstante, los registros señalan que el centro de Jimena cuando toco tierra firme era categoría I, pero los vientos se comenzaron a sentir en Comondú cuando este huracán era categoría II.

La presencia del “Sur” en el nombre de nuestro Estado, no nos quita lo norteños, y al igual que con otros sucesos relevantes, Jimena pasa a formar parte de la música con el corrido “Huracán Jimena” interpretado por “El Chacal de la Sierra”: … Dicen que Jimena, no podía avanzar / Porque por el centro de Constitución, por el boulevard le dio por pasar / De tantos semáforos que se encontró, pues todos en rojo se vino a topar… Por otra parte, “Reflejo Norteño” tiene otra canción con el mismo título “Huracán Jimena” donde menciona la devastación de Múgele tras su paso …Mulegé se encuentra en ruinas, lo tenemos que aceptar…

Lo que el viento se llevó

CONAGUA informó que a las 7:30 horas del 2 de septiembre del 2009 el centro del huracán Jimena tocó tierra desembocadura del Río San Gregorio, siendo huracán de categoría I en escala Saffir-Simpson, con vientos máximos sostenidos de 140 km/hr y rachas de 165 km/hr. Tras su paso, Jimena dejó cinco pérdidas humanas (cuatro en Sonora, una en Baja California Sur). WRadio publicó que el entonces secretario general de gobierno, Luis Armando Díaz, mencionaba que Jimena ocasionó daños materiales por 301 millones de pesos, sólo en BCS. El periódico La Jornada menciona que en Guaymas las cifras de daños ascendieron a 200 mil damnificados, 8 mil desplazamientos y 10 mil hogares dañados, además de las vidas humanas.

En cuanto a lluvias, CONAGUA informa que en Ciudad Constitución, entre el 2 y 3 de septiembre de ese 2009, se registraron 345.6 mm de precipitación, casi el doble de lo que se registra en promedio al año. Por otro lado, en Guaymas, Sonora, del 3 al 4 de septiembre se acumularon 514.9 mm cifra que rompe el récord de lluvia por efectos de un huracán en tierra firme en 24 horas impuesto por Gilbert en 1988.

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Loreto: ¿cuál es la prisa?

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Ius et ratio

Arturo Rubio Ruiz

La Paz, Baja California Sur (BCS). Resulta sospechosa la prisa del X Ayuntamiento de Loreto por aprobar el Programa Subregional de Desarrollo Urbano (PSDU) Región Loreto-Nopolo-Notri-Puerto Escondido-Ligüí-Ensenada Blanca en Baja California Sur.

En un procedimiento irregular, el 19 de agosto de 2024, se celebró la primera consulta pública donde se presentó el Programa de Desarrollo Subregional de Desarrollo Urbano de Loreto.

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Desde una perspectiva de interés ciudadano, a todos los loretanos en particular, y a los habitantes de Baja California Sur en general, hacemos las siguientes observaciones:

La presentación fue muy pobre, sin soporte técnico adecuado. No explica los fundamentos para las propuestas de los cambios que desean realizar y aprobar.

Los encargados de presentar este documento que regirá el crecimiento y desarrollo urbano de Loreto no tienen conocimiento detallado de lo que plantean.

No pudieron responder nuestras preguntas sobre particulares específicos. Por ejemplo, en un tema que a todos los sudcalifornianos preocupa, preguntamos ¿En qué región específica de Loreto es que permitirían el 01% de minería a que se hace alusión en su programa?

Sólo obtuvimos por respuesta vaguedades balbuceantes.

No pudieron explicar, ni motivar, ni fundamentar legalmente, el hecho de que decidieron “reducir” el plazo para que la comunidad de Loreto extienda sus observaciones a su nuevo programa subregional, pues en una franca violación a la norma reguladora, redujeron el tiempo que otorga la Ley, de 120 días naturales a 45 días naturales. Lo único que nos queda claro es que quieren dejarlo aprobado antes de que concluya la administración de Paola Cota.

Es inevitable preguntar: ¿Por qué la prisa? ¿Cuál es el interés de la administración saliente de acelerar los trámites? Se trata de un proceso que por su importancia y trascendencia debe llevarse a cabo de manera transparente, y donde al pueblo loretano se le deben socializar estos temas, ya que implican un impacto definitivo a la población como hoy la conocemos.

Mencionan en su documento las “Lagunas de Oxidación”, mismas que se encuentran ubicadas en su proyecto dentro de un predio de propiedad privada, y que la existencia de esas lagunas ha estado sujeta a querellas legales en las que ya un Juez resolvió a favor de la propietaria de dicho inmueble.

¿Cómo es posible que aparezcan estas lagunas de oxidación en este documento?

Resulta increíble que quienes presentaron esta consulta, no supieran que esa información es incorrecta y no procedente para el nuevo PSDU.

Incluso, este documento da cuenta de que las aguas negras, continúan de manera ilegal llegando a este predio particular, y que no sólo llegan las aguas negras de Loreto Pueblo, sino que también se trasladan las aguas negras desde Puerto Escondido.

En vez de promover que Puerto Escondido tenga su propia planta de tratamiento, pretenden continuar enviando estos desechos tóxicos hasta Loreto Pueblo, en tierras que no le pertenecen al Ayuntamiento de Loreto.

Hoy por hoy, la población sufre alarmante escasez de agua en este municipio. No cuenta con un sistema de agua potable y alcantarillado suficiente, adecuado y eficiente para quienes ya habitan en la ciudad de Loreto, y, sin embargo, proyectan para 2043 un crecimiento acelerado para zona urbana pero no indican cómo resolverán el abasto adecuado de agua para quienes ya viven en Loreto.

A pesar de nuestras preguntas sin respuesta y las diversas solicitudes de información detallada, técnicamente soportada, las consultas van a continuar, y todo indica que se cubrirá con apariencias este requisito, pues sin importar las deficiencias apuntadas desde la observancia ciudadana, parece ser nulo el interés por realmente atenderlas.

Todo lo acotado nos hace suponer que, en los tres niveles de gobierno, no ven este ejercicio de consulta la comunidad como un derecho que tenemos los ciudadanos, sino más bien como un simple requisito de machote para poder cumplir con los pasos y conseguir al vapor una aprobación de los cambios en usos de suelo que promueven.

Estamos trabajando en un posicionamiento público con nuestras observaciones, para que usted como ciudadano esté enterado y pueda emitir una opinión acerca de las preocupaciones que estamos seguros son las mismas de todos: Abastecimiento de agua, drenaje y alcantarillado, salud, protección efectiva del medio ambiente, y muchas más que resulten procedentes y adecuadas, una vez atendiendo debidamente el sentir y parecer de todos los residentes de Loreto.

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De la minería al turismo. Evolución económica y cultural de Los Cabos

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Colaboración Especial

José Luis Cortés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Baja California Sur es un estado que ha experimentado transformaciones significativas a lo largo de su historia. Desde la llegada de los colonizadores en el siglo XVI, la región ha sido moldeada por diversas actividades económicas, siendo la minería una de las más prominentes. Durante el siglo XIX, la extracción de minerales como la plata y el cobre fue un motor económico que atrajo a muchos inmigrantes en busca de nuevos horizontes. Pueblos como El Triunfo y San Antonio florecieron, convirtiéndose en centros vitales de actividad económica y cultural.

Nuestros antepasados no solo trabajaron arduamente en la minería, también innovaron en sus métodos. La construcción de ingenios y sistemas de riego ayudaron a maximizar la producción agrícola. El cultivo de algodón se desarrolló a finales del siglo XIX y, aunque efímero, permitió que muchas familias se asentaran en la región. El 40% de la población de la época se dedicó a la agricultura, estableciendo un legado que debería ser valorado por las nuevas generaciones.

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Sin embargo, a pesar de estos logros, sus esfuerzos se han visto eclipsados por la creciente desconexión de las generaciones más jóvenes con estas tradiciones. Mientras que los ancianos del lugar recuerdan con nostalgia el trabajo de la tierra y las cosechas, los jóvenes parecen más interesados en el turismo. La falta de interés en el legado agrícola y ganadero que definió durante tanto tiempo la economía ha llevado a una pérdida de identidad cultural entre los millennials.

La Era del turismo

En las últimas décadas, BCS ha visto un auge en el sector turístico, catalizado por su belleza natural y biodiversidad. Con el desarrollo de destinos turísticos como Los Cabos, la Paz y Loreto, la región se ha convertido en un imán para turistas tanto nacionales como internacionales. De acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo, en 2020, el Estado recibió más de 3 millones de visitantes, un aumento del 25% en comparación con años anteriores.

Sin embargo, este crecimiento ha traído consigo una nueva dinámica que ha impactado la cultura y la economía local, especialmente, en el municipio de Los Cabos. Mientras que nuestros antepasados trabajaron la tierra y cultivaron la autonomía económica, muchos jóvenes millennials hoy prefieren buscar oportunidades en el turismo. Aunque este sector ha generado empleo, ha contribuido a la falta de interés en las actividades tradicionales que definieron a la región.

La dependencia del turismo ha hecho que muchos jóvenes se enfrenten a un vacío de ideas y una falta de iniciativa en la búsqueda de alternativas. Las encuestas indican que menos del 20% de los jóvenes muestra interés en involucrarse en la agricultura o la ganadería, vitales para la sostenibilidad de las comunidades locales. En su lugar, prefieren empleos en el sector turístico, que, aunque lucrativos, no ofrecen la misma conexión con su historia y cultura.

Generación Millennial y desconexión cultural

Hoy en día, muchos jóvenes millennials se encuentran en una encrucijada. Aunque viven en un entorno con múltiples oportunidades, hay una preocupante falta de ideas y actitud proactiva hacia el aprendizaje de las prácticas agrícolas y ganaderas de sus antepasados. La cultura de la inmediatez y el éxito rápido ha hecho que muchos opten por carreras en el turismo y la tecnología, dejando de lado el legado cultural y productivo que sus abuelos construyeron con tanto esfuerzo.

El testimonio de jóvenes como Javier es común: “No veo el valor en trabajar la tierra cuando hay oportunidades más fáciles en el turismo.” Esta forma de pensar resalta una desconexión que amenaza con borrar las técnicas y conocimientos que fueron fundamentales para el desarrollo de la región. Las historias de esfuerzo, innovación y dedicación de nuestros antepasados son cada vez menos escuchadas, y hay un riesgo real de que se pierdan esos saberes.

La resiliencia de la comunidad

A pesar de esta desconexión, la comunidad local continúa mostrando resiliencia. Aquellos que cultivaron la tierra y criaron ganado durante generaciones poseen un conocimiento invaluable que podría ser un faro para los jóvenes. Pero esta sabiduría corre el riesgo de perderse si no se promueven iniciativas que fomenten el interés en estas prácticas.

Las cooperativas agrícolas, por ejemplo, están comenzando a resurgir. Estas organizaciones ofrecen oportunidades a jóvenes que desean redescubrir sus raíces y aprender de las técnicas que sus antepasados perfeccionaron. En lugares como San José del Cabo, se han creado iniciativas que enseñan sobre la producción sostenible de alimentos, atrayendo a jóvenes interesados en la fusión de técnicas tradicionales con prácticas modernas.

La agricultura orgánica y sostenible está ganando terreno, lo que representa una alternativa viable en un mundo donde los consumidores buscan cada vez más productos responsables. Los datos muestran que el 30% de los jóvenes tienen interés en proyectos que combinan la agricultura con la sostenibilidad, lo que sugiere que hay un potencial si se les brinda la oportunidad adecuada.

Un futuro por descubrir

La historia de BCS —y de Los Cabos, en particular— está marcada por la capacidad de sus habitantes para adaptarse y prosperar. Desde la minería y la agricultura hasta el turismo, cada etapa ha dejado una huella en su identidad. La juventud millennial, aunque enfrenta una crisis de ideas y actitud, tiene la oportunidad de redescubrir su legado.

Integrar la herencia cultural en sus proyectos y aspiraciones puede brindar un camino hacia un futuro más sostenible y enriquecedor. Al recuperar el interés en las actividades que definieron a la región, los millennials podrían no sólo honrar a sus antepasados, sino también contribuir al desarrollo económico de la media península.

Promover iniciativas que combinen el aprendizaje de tradiciones con nuevas tecnologías puede ofrecer una visión renovada y un futuro que honre el pasado mientras se enfrenta a los retos contemporáneos. La apertura de espacios de diálogo y talleres intergeneracionales puede servir como un puente entre el conocimiento y las nuevas ideas, revitalizando así la conexión que una vez unió a la comunidad con su rica historia.

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Autonomía judicial

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Ius et ratio

Arturo Rubio Ruiz

La Paz, Baja California Sur (BCS). La autonomía judicial es un pilar fundamental en todo régimen democrático. Se refiere a la capacidad del poder judicial para tomar decisiones libres de influencias externas, políticas o económicas, así como garantizar el estado de derecho y la justicia para todos los ciudadanos.

La importancia de la autonomía judicial radica fundamentalmente en el equilibrio de poderes, como presupuesto esencial en el esquema de pesas y contrapesas entre los poderes constitucionalmente establecidos.

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Es indispensable contar con una autonomía judicial plena, tratándose de las funciones judiciales, tanto en la administración de justicia entre particulares, entre órganos del Estado y entre éstos y los particulares, no sólo como resolutora final de conflictos, sino como garante de la constitucionalidad y la legalidad, fundamentalmente, en la protección y salvaguarda de los derechos humanos de los gobernados, sin distinción de raza, credo, condición social o filiación política. Podemos fincar la importancia de la autonomía judicial en cinco pilares fundamentales:

  1. Protección de los derechos humanos y su progresividad: Los jueces deben ser capaces de interpretar la ley y proteger los derechos de los ciudadanos sin temor a represalias.
  2. Imparcialidad: La autonomía judicial asegura que los jueces tomen decisiones basadas en la ley y no en intereses personales o políticos.
  3. Control del poder ejecutivo y legislativo: El poder judicial actúa como un contrapeso a los otros dos poderes, revisando que todo autoridad se someta a los principios de constitucionalidad, legalidad, fundando y motivando siempre su actuar —y con ello—, evitando abusos de autoridad.
  4. Confianza en el sistema judicial: La autonomía judicial fomenta la confianza de los ciudadanos en el sistema judicial y en la democracia en general.
  5. Desarrollo de la democracia: Dicha autonomía es esencial para el desarrollo de una democracia madura y estable.

En resumen, la autonomía judicial es crucial para garantizar la justicia, la igualdad y el estado de derecho en una democracia. Su protección y fortalecimiento son esenciales para el bienestar de la sociedad.

De acuerdo al criterio sostenido por la SCJN en su tesis de jurisprudencia P./J. 29/2012 (10a.) de fecha primero de octubre de dos mil doce, bajo registro digital número 2001845, tanto la autonomía como la independencia judicial son instrumentales respecto del derecho humano de acceso a la justicia y se enmarcan en la fracción III del Artículo 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, conforme al cual deben ser “establecidas” y “garantizadas”, lo que se traduce en un doble mandato constitucional: el de establecer condiciones de independencia y autonomía, que exige una acción positiva y primigenia del legislador local para incluirlas en la ley; y el de garantizar esos contenidos, lo que significa para el legislador ordinario un principio general que presume la necesaria permanencia de los elementos y previsiones existentes, bajo una exigencia razonable de no regresividad, para evitar que se merme o disminuya indebidamente el grado de autonomía e independencia judicial existente en un momento determinado.

Lo anterior significa que los componentes que integran la independencia y autonomía judicial deben preverse, por mandato constitucional, en normas materialmente legislativas que, una vez establecidas, dejan de estar a la libre disposición del legislador, de modo que el estudio de su constitucionalidad debe tomar en cuenta necesariamente el contexto de la evolución constitucional de cada entidad federativa.

Por todo lo expuesto, la reforma propuesta por el Ejecutivo Federal es una grave amenaza a la autonomía judicial, pues en su aplicación se pretende someter al Poder Judicial de la Federación, único contrapeso entre los Poderes de la Unión y garante de los derechos humanos de todos los habitantes de este país contra los abusos y arbitrariedades de las autoridades.

Reforma que, además, atenta contra los derechos de la base trabajadora, ya que se pretende eliminar la carrera judicial como sistema de mérito para acceder a los cargos de juzgadores federales, y se privilegia la improvisación, el amiguismo y la sumisión al poder político en turno.

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