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Rápido y Furioso 10: adoctrinamiento con sabor a caucho quemado

Colaboración especial

Alejandro Aguirre Riveros

La Paz, Baja California Sur (BCS). Si eres de aquellos que encuentran placer culpable en las películas tan malas que son buenas, entonces Rápido y Furioso 10 será un regocijo para tu paladar cinematográfico. Es una cinta que parece haberse propuesto desafiar no solo las leyes de la física, sino también del buen juicio. Y es que, en este pandemonio a alta velocidad, la muerte parece más un receso que una despedida definitiva para los personajes.

El reparto estelar, con nombres que van desde Charlize Theron hasta Jason Statham y John Cena, no logra esquivar los diálogos insípidos y repletos de frases cliché. Y a pesar de haber soportado el peso de una saga de diez películas, los personajes mantienen un nivel de superficialidad que, paradójicamente, resulta admirable. Pero, no nos engañemos, la saga Rápido y Furioso nunca pretendió ser un tratado de profundidad y complejidad. La risa -y a veces la incredulidad- es la reina de este espectáculo.

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Vin Diesel, retomando el rol de Dominic Toretto, emerge como un coloso de la masculinidad exagerada que deambula a lo largo del filme. Si buscas actuaciones inolvidables, quizás debas seguir buscando, a menos que encuentres memorable el empeño casi frenético de Jason Momoa por inyectar vida a su personaje.

El último episodio de la saga Rápido y Furioso presenta en su tablero de juego a caras recurrentes y otras que, simplemente, hacen una aparición relámpago. Pero la carta maestra del film es el personaje de Dante, interpretado con una extravagancia desbordante por Jason Momoa. Su rol de villano, con un apetito de venganza que se despliega desde la secuencia inicial, podría recordarnos a una versión descarriada del Joker, evocando de manera torpe más a Cesar Romero que a Nicholson o Ledger. El resultado: más patético que fascinante.

Pero este misil descontrolado encarna una amenaza para Dom (Vin Diesel) y su clan automovilístico, iniciando con una persecución descomunal que pone en jaque a la ciudad de Roma. Luego, el epicentro se desplaza a Río de Janeiro, donde se desarrolla una carrera automovilística, un guiño nostálgico a la esencia de la saga, en medio de su extravío narrativo actual.

El plan del villano Dante pone a Dom y a su banda huyendo de la justicia, con la ayuda compasiva de una agente gubernamental (Brie Larson) y la implacable persecución de otro agente (Alan Ritchson).

A estas alturas, las entregas de Rápido y Furioso han logrado una sofisticación de la acción que resulta hilarantemente absurda, obligándote a aceptar su ridiculez en forma de esteroides o, como es más frecuente en esta última entrega, provocándote risas por su absurdo sin límites.

Visualmente, Rápido y Furioso 10 es una orgía de efectos CGI que, sin embargo, parecen pertenecer a una época anterior, una donde aún podíamos sorprendernos con la magia digital. No obstante, el verdadero atractivo de esta décima entrega radica en su audacia para presentar una trama absurda con la solemnidad de un drama de época.

La saga sigue tropezando con la representación femenina, presentando personajes que parecen más atuendos decorativos que individuos complejos en el mundo de alta testosterona de Dominic Toretto. Resulta desconcertante que, a estas alturas, una franquicia tan rentable siga manteniendo una visión tan arcaica y superficial de sus personajes femeninos.

Pero no se equivoquen, Rápido y Furioso 10 es un viaje desbocado y absurdo que atrapará tu atención con su audacia. Sin embargo, detrás de su fachada de espectáculo palomero, se esconde un análisis perturbador. En “La máquina del desamparo”, una obra inédita del autor Pablo Chiw, se utiliza la metáfora de las avispas parasitoides para ilustrar cómo ciertos sistemas socioeconómicos pueden manipular y controlar a las comunidades en beneficio de un poder superior.

La saga de Rápido y Furioso, y en particular su décima entrega, se convierte en un caso de estudio de cómo el cine comercial estadounidense se vuelve cada vez más explícito en su adoctrinamiento. Dominic Toretto, el prototipo de la masculinidad contemporánea, es un individuo musculoso, adinerado y con arraigados valores familiares. Su vida está rodeada de automóviles de lujo y mujeres hermosas, un modelo que, para el hombre promedio, es un ideal inalcanzable. Esta brecha crea en el inconsciente colectivo una frustración constante y alimenta una percepción distorsionada de la realidad social.

La saga Rápido y Furioso, de este modo, promueve el automóvil como un elemento de deseo, un símbolo de estatus que enmascara su verdadera naturaleza. Anualmente, alrededor de 1.3 millones de personas pierden la vida en accidentes de tráfico en todo el mundo. Además, la contaminación producida por los vehículos puede ocasionar más de 11,000 muertes anuales.

Pero quizá el daño más profundo es cómo el autocentrismo transforma nuestras ciudades en pesadillas de tráfico, favoreciendo a unos cuantos propietarios de vehículos, en vez de impulsar el transporte público y las vías ciclistas.

En resumen, Rápido y Furioso 10 es un carrusel vertiginoso y absurdo que, tras su inocente fachada, esconde una realidad perturbadora sobre cómo ciertas lógicas socioeconómicas pueden manipular a la sociedad. Es un deleite para los amantes del cine tan malo que es bueno, un festín de acción y adrenalina que, sin embargo, deja un sabor agridulce tras su estela de polvo y caucho quemado.

 

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Carta Al Padre 2023. Regresa el concurso literario de CULCO BCS

CULCO BCS | CULTURA Y COMUNICACIÓN DE BAJA CALIFORNIA SUR

CONVOCA AL CUARTO CONCURSO

“CARTA AL PADRE” 2023

FOTO: Internet

Podrán participar hombres y mujeres de cualquier ocupación, de 18 años en adelante, que radiquen en Baja California Sur. En caso de quedar seleccionados sus textos, las y los participantes aceptarán su publicación en esta revista digital bajo las siguientes condiciones:

Sobre la recepción de trabajos: Las y los concursantes deberán enviar su texto en Word al correo m_peraltadelgado@yahoo.com.mx y modestoperalta@culcobcs.com del jueves 1 de junio al miércoles 14 de junio a las 12:00 horas. En el Asunto deberá decir: “Concurso Carta al Padre en CULCO BCS 2023”. En el cuerpo del correo deberán escribir sus nombres y teléfonos, así como sus datos de localización. Si se detecta algún error, se les regresará esta convocatoria para que verifiquen su posible falla. Deberán recibir respuesta de “Recibido” para asegurarse de su participación. No se aclararán dudas por inbox. No se solicitarán textos en físico, sólo es por correo electrónico. Adjuntos se enviarán los archivos con la carta firmada con seudónimo y otros archivos con fotografías (opcional); CULCO BCS se compromete a enviar al jurado sólo sus textos, sin dar a conocer los datos del o la participante.

Sobre la presentación del trabajo: 2 Hojas tamaño carta como mínimo y 4 como máximo; márgenes de 3X3 cm; fuente Arial o Times New Roman número 12; párrafos justificados o a la izquierda; espaciado doble; hojas numeradas. No se editarán los trabajos para el concurso, sólo para publicación, en caso de salir seleccionados.

Sobre el contenido: Se trata de una carta personal y real (no ficticia) dedicada al padre de familia, con calidad literaria y entera libertad de expresión; sólo para efectos del concurso, se deben omitir nombres o poner “alias”, aunque en caso de quedar seleccionada la carta, sí sería publicada con los datos reales; CULCO BCS no censurará palabras y respetará el sentido de la carta, sea a manera de homenaje o de crítica, y sólo se reservará de publicar si el contenido denigra la dignidad de alguna persona. El autor puede iniciar y terminar su carta como desee; debe proponer arriba y al centro de la hoja el título de su carta, que podría editarse en caso de publicarse.

Sobre el dictamen: El jurado se compone de tres personalidades de las letras en BCS y su fallo será inapelable. Su deliberación será a más tardar el viernes 16 de junio a las 18:00 horas, dándose a conocer los resultados en el Facebook de CULCO BCS y de los patrocinadores, mismo día en que se darán a conocer los nombres del jurado. Los jueces determinarán los lugares del 1 al 5, mismo número de cartas que se publicarán. Los aspectos a calificar son: originalidad, calidad literaria y calidad de la escritura.

Sobre los premios:

  • Primer lugar: Publicación de su carta en CULCO BCS el domingo 18 de junio, Día del Padre de 2023; desayuno completo para dos personas en Café Delis y paquete de libros de autores y temas sudcalifornianos.
  • Segundo lugar: Publicación de su carta en CULCO BCS la semana posterior al Día del Padre; desayuno completo para dos personas en Café Delis.
  • Café Delis se ubica en La Paz, BCS. Los ganadores podrán disponer de sus consumos el Día del Padre o hasta un mes después como máximo; serán debidamente identificados ante los patrocinadores y podrán invitar a sus padres o a quien deseen. No son transferibles.
  • Se notificará al resto de los concursantes que hayan quedado en los lugares 3, 4 y 5, para pedir su autorización si desea la publicación de su texto en CULCO BCS en la semana posterior al Día del Padre.
  • Lee aquí la carta ganadora del Primer Lugar del concurso de 2022.

Sobre las fotografías: Este es un concurso literario, y aunque esto no impedirá su participación, es preferible que en el mismo correo del texto se adjunten dos o tres fotografías de los participantes y sus padres o familias (opcional); las imágenes deben ser en JPG, amplias y con buena resolución para manipularlas con fines de publicación en tamaño 604X468 px. El crédito dirá “FOTO: Cortesía” o nombre de autor.

Restricciones: No podrá participar personal de CULCO BCS, ni sus colaboradores vigentes o anteriores. Tampoco podrán participar los ganadores del primer y segundo lugar de los concursos anteriores. Cualquier situación no contemplada en la presente convocatoria se resolverá entre la Dirección de este medio y el Jurado.

CULTURA Y COMUNICACIÓN DE BAJA CALIFORNIA SUR AGRADECE EL PATROCINIO DE “CAFÉ DELIS”, EMPRESA COMPROMETIDA CON EL ARTE Y LA CULTURA EN LA PAZ, BCS, Y AL DEPARTAMENTO DE FOMENTO EDITORIAL DEL INSTITUTO SUDCALIFORNIANO DE CULTURA.

                                        




Parcela blanca, de Kenia Cano, naturalezas muertas y vivas

El librero

Ramón Cuéllar Márquez

La Paz, Baja California Sur (BCS). Siempre hay que buscar la poesía vital de Kenia Cano, en especial ahora en su nuevo libro Parcela blanca (2023, Bonobos Editores), que como un caballo corre en la pradera del arte, uniéndose al viendo estético del verso y a las imágenes recreadas al paso de las crines de la bestia, que no detiene su carrera hacia el horizonte que significa. Recorre así las salas del museo en la vida, se desconcierta, se aviva con otros relinchos, otros belfos que se encuentran en las redes interminables de los objetos que están por aquí y allá.

Ninguno de esos animales podrá desconocer que en los alrededores otras obras y otros pintores en la historia del arte acompañan su troteo, pues a lomo o ensillado los potros, su manada, se acompañan siempre de su vigor equino, lo que resignifica la mirada de la artista Cano, que una y otra vez con palabras filma las imágenes que brotan también de sus dedos en los planos que acomodan formas, colores: un brillante sentido de logros consumados por la también poeta.

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Los objetos dentro de las paredes que se erigen en formas que respiran, que se asocian unas con otras y le dan un paisaje a quien mira, donde se siente contemplativo, pero incluso a sus anchas en un mundo que habla por quien observa. El amor y sus cosas vuelan en el aleteo de las abejas, las vacas y la leche, se anclan con su suavidad ante los ojos atónitos y acostumbrados al mismo tiempo. Son naturalezas vivas y muertas, depende de cómo las veas y cómo las leas: la poeta ha logrado que palabras, figuras e imágenes se reproduzcan como en un cinematógrafo, así como las historias del pasado lejano se transmutan y se regeneran en los latidos de los poemas en prosa.

Se puede decir que existe un disfrute inmenso, intenso, porque cada descubrimiento nos ha llevado al goce, al asco, la seguridad de que el arte se ha fusionado con nosotros al leer y visitar el museo imaginario que se nos ha presentado en la lectura de este poemario de prosas vivientes u objetos que charlan con nosotros. En efecto, la Parcela blanca ha de ser el límite donde se monte la realidad para ir en pos de quienes pueden gozar de un buen trozo de la cotidianeidad.

Kenia Cano nació en la Ciudad de México en 1972, pero radica en Cuernavaca. Algunos de sus libros de poesía andan por la tierra, por el aire como Hojas de una sibarita indiscreta (1994), Tiempo de hojas (1995), Oración de pájaros (2004), Las aves de este día (2009, Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer), Un animal para los ojos (2009) y Diario de poemas incómodos, este último publicado por el Fondo Editorial de la Universidad Autónoma de Querétaro en 2017. Ha sido parte de varias antologías nacionales, poemas suyos han sido traducidos al francés, al inglés y al rumano; asimismo, imparte talleres de poesía y de correspondencia entre poesía y artes visuales.

La poeta Kenia ha logrado que su nombre esté estrechamente vinculado con su entorno, con la plástica y las letras, fusionada con su andar armónico a través de los objetos con una mirada siempre acuciosa para desnudar de significado aquello que permanece oculto.

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Cómo pueden las lecciones del pasado ayudarnos a enfrentar los desafíos del presente

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). A lo largo de los siglos, la humanidad ha experimentado una gran variedad de conflictos, crisis y desafíos. Sin embargo, al analizar el pasado, podemos encontrar lecciones valiosas que pueden ayudarnos a enfrentar los desafíos del presente.

Una de las formas en que la historia puede ayudarnos a enfrentar los desafíos del presente es proporcionando una perspectiva histórica. Al comprender los eventos pasados, podemos poner en contexto los problemas actuales y tener una mejor comprensión de cómo se desarrollaron. Por ejemplo, si nos fijamos en la Gran Depresión de los años 30, podemos ver que muchas de las condiciones económicas y políticas que contribuyeron a ella también están presentes hoy en día. Al entender las raíces históricas de estos problemas, podemos tomar decisiones más informadas sobre cómo abordarlos. Además, la historia nos proporciona un marco para comparar situaciones similares en el pasado y en el presente. Si nos enfrentamos a una crisis política o económica, podemos buscar ejemplos de cómo se enfrentó a situaciones similares en el pasado. Al hacerlo, podemos encontrar soluciones que hayan funcionado en el pasado y aplicarlas al presente.

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Otro beneficio de aprender de la historia es que nos permite evitar repetir los mismos errores del pasado. Al estudiar los eventos pasados, podemos identificar las causas subyacentes de los conflictos y crisis, y así evitar cometer los mismos errores. Por ejemplo, si nos fijamos en la Segunda Guerra Mundial, podemos ver que las políticas económicas restrictivas y la falta de diálogo diplomático fueron factores importantes que contribuyeron a la guerra. Al aprender de estos errores, podemos evitar repetirlos en el futuro. La historia nos permite comprender las raíces históricas de los conflictos actuales. Si nos fijamos en los conflictos actuales en el mundo, podemos ver que muchos de ellos tienen raíces históricas profundas. Al entender estas raíces históricas, podemos trabajar para abordar los problemas subyacentes y encontrar soluciones más efectivas.

Además, la historia puede proporcionar ejemplos inspiradores de líderes y movimientos que han logrado superar desafíos difíciles. Al estudiar las historias de figuras como Martin Luther King Jr. o Mahatma Gandhi, podemos ver cómo han enfrentado adversidades y desafíos de manera pacífica y efectiva. Al aprender de estos ejemplos, podemos encontrar inspiración para enfrentar nuestros propios desafíos.

La historia también nos enseña sobre la importancia de la innovación y la adaptabilidad. A lo largo de la historia, hemos visto cómo las sociedades que han sido capaces de adaptarse a los cambios han logrado sobrevivir y prosperar. Por ejemplo, si nos fijamos en la Revolución Industrial, podemos ver cómo las sociedades que adoptaron nuevas tecnologías y formas de producción pudieron superar las dificultades económicas y mejorar la calidad de vida. Al aprender de estos ejemplos, podemos ver la importancia de la innovación y la adaptabilidad en el mundo moderno.

Otro ejemplo de cómo la historia puede ser útil en el presente es en la comprensión de los conflictos culturales. Si nos fijamos en la historia de los conflictos culturales, podemos ver que muchas veces los problemas se deben a la falta de comprensión y respeto por la cultura de los demás. Al aprender de los errores del pasado, podemos trabajar para construir un mundo más inclusivo y justo, donde todas las culturas son valoradas y respetadas.

La historia también puede ayudarnos a aprender sobre las consecuencias a largo plazo de las decisiones que tomamos en el presente. Si nos fijamos en la historia ambiental, podemos ver cómo las decisiones tomadas en el pasado han tenido un impacto significativo en el medio ambiente y en la calidad de vida de las personas. Al aprender de estos ejemplos, podemos tomar decisiones más informadas sobre cómo cuidar nuestro planeta y garantizar un futuro sostenible para las generaciones futuras.

Además, la historia nos enseña sobre la importancia de la cooperación y la colaboración en tiempos de crisis. Si nos fijamos en los grandes logros de la humanidad, como la llegada del hombre a la luna o la erradicación de enfermedades como la viruela, podemos ver que estos logros fueron posibles gracias a la colaboración y cooperación de personas de diferentes disciplinas y países. Al aprender de estos ejemplos, podemos ver la importancia de trabajar juntos para enfrentar los desafíos del presente.

Finalizamos diciendo que la historia es una herramienta poderosa que puede ayudarnos a enfrentar los desafíos del presente. Al proporcionar una perspectiva histórica, ejemplos inspiradores y lecciones aprendidas, la historia nos puede enseñar sobre la importancia de la innovación, la adaptabilidad, la cooperación y la comprensión intercultural. Al aprender de los errores del pasado y las soluciones exitosas, podemos tomar decisiones más informadas y trabajar juntos para construir un futuro mejor y más sostenible para todos.

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¡Qué viva México!

FOTOS: Internet

Colaboración especial

Alejandro Aguirre Riveros

La Paz, Baja California Sur (BCS). ¡Alerta spoiler! Pero nada que no te ahorre el sufrimiento de sentarte a ver ¡Qué Viva México! (2023), la última entrega de Luis Estrada, el rebelde de la cinematografía mexicana, famoso por sus ataques frontales y sin piedad a la política y la sociedad de nuestro país. En sus cintas pasadas, Estrada ha demostrado una capacidad notable para mezclar el humor y la sátira en una disección brutal de la realidad mexicana. Sin embargo, en esta ocasión, su nuevo proyecto deja mucho que desear.

A lo largo de su carrera, este audaz director ha homenajeado a los grandes del cine internacional, desde Fellini hasta De Sica, y ha incorporado elementos de la Época de Oro del cine mexicano, en especial de humoristas como Cantinflas y Tin Tan. Pero en esta ocasión, lo que nos entrega es más una caricatura que una película, y nos deja preguntándonos: ¿Dónde quedó Estrada?

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Después de casi una década de silencio desde “La dictadura perfecta” (2014), Estrada vuelve con “¡Qué Viva México!”, una cinta que genera mucha expectativa pero que termina cayendo en una parodia de sí misma. Nos presenta la historia de Pancho Reyes, quien tras olvidar sus raíces humildes durante dos décadas, regresa a su pueblo natal, La Prosperidad, para enfrentarse a una guerra despiadada por la herencia de su adinerado abuelo minero.

Los Reyes de La Prosperidad, una excéntrica familia que no duda en usar cualquier medio para ganar esta guerra por la herencia, se transforman en el centro de un espectáculo caótico y folclórico. Pero lo que parece un inicio prometedor se apaga a medida que la película se prolonga. Lo que podría haber sido una crítica mordaz y aguda se convierte en un enervante espectáculo de tres horas que te deja exhausto y frustrado.

El humor, que alguna vez fue la gran arma de Estrada, se siente forzado y repetitivo en ¡Qué Viva México! El contraste entre los familiares fifís y “el pueblo noble” pierde su gracia en poco tiempo y lo que queda es un abismo sombrío de desesperanza donde ningún personaje se salva. En lugar de ofrecer una visión fresca y audaz sobre el México contemporáneo, Estrada nos presenta una cinta llena de estereotipos y clichés que parecen sacados de un meme de Facebook.

Los personajes son caricaturas sin redención, lejos de la complejidad y profundidad que nos había acostumbrado este maestro del cine. Desde el corrupto gobierno hasta la población de doble moral, todos reciben su dosis de ironía, pero lo hacen en una serie de chistes y situaciones que parecen más propias de una telenovela de bajo presupuesto que de una película de un director reconocido como Estrada.

Y aquí es donde duele más. ¡Qué Viva México! se siente como una oportunidad desperdiciada, una crítica superficial que se queda corta en todos los aspectos. En lugar de ofrecer una visión incisiva y mordaz de la sociedad mexicana, la cinta cae en la repetición y la trivialidad, sin ofrecer nada nuevo o provocador.

Estrada, alguna vez considerado un visionario, parece haberse rendido ante la facilidad de los estereotipos y el humor simple. Su crítica, antes aguda y penetrante, se ha diluido en una lluvia de chistes sin gracia y situaciones forzadas que apenas provocan una sonrisa. Su película se convierte en un reflejo sombrío de la desesperanza y la corrupción que parece justificar lo mal que está México, sin ofrecer ninguna propuesta o solución.

Este mar de trivialidades se siente aún más evidente en la construcción de los personajes. Los actores, algunos de ellos reconocidos por su talento, como Damián Alcázar y Joaquín Cosío, parecen perdidos en este revoltijo de clichés y situaciones ridículas. A pesar de que interpretan tres roles distintos, la falta de un guion bien desarrollado y una dirección clara convierte sus actuaciones en algo olvidable.

Estas referencias a Los Tres Huastecos, una clásica película de la época de oro del cine mexicano, parecen forzadas y sin ningún sentido, como si Estrada estuviera tratando de emular el éxito de sus anteriores cintas sin realmente entender lo que las hacía únicas.

Incluso el mensaje político, siempre presente en las obras de Estrada, se pierde en este mar de absurdos. Lo que debería ser una crítica mordaz al nuevo jugador en la escena política mexicana, Morena, se convierte en una sátira superficial y vacía, que no aporta nada nuevo a la conversación.

La duración de la película, innecesariamente larga, solo agrega a la frustración del espectador. Lo que podría haber sido un divertido sketch se convierte en una agonía de tres horas que se siente más como un castigo que como una experiencia cinematográfica.

En conclusión, ¡Qué Viva México! es una gran decepción. Lejos de ser una crítica audaz y mordaz a la política y la sociedad mexicanas, se convierte en una burla de sí misma, que deja al espectador con un sabor amargo y la sensación de haber desperdiciado tres horas de su vida. Es una lástima que un director tan talentoso y provocador como Luis Estrada haya perdido su rumbo de esta manera.

Nos queda la esperanza de que este patito feo de la filmografía de Estrada sea solo un traspié y que en el futuro nos entregue cintas que nos devuelvan la fe en su talento. Mientras tanto, quédense con La ley de Herodes y olviden que ¡Qué Viva México! existe. Porque, aunque suene duro, este es un filme que ni merece ser recordado ni, mucho menos, ser visto.

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