Pablo L. Martínez Márquez: Maestro, historiador y cronista de Baja California

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Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La historia de Baja California Sur no podría entenderse sin el legado invaluable de Pablo L. Martínez Márquez, un hombre cuya pasión por el conocimiento y su compromiso con la educación y la historia marcaron profundamente a su tierra natal. Nacido el 11 de enero de 1898 en el poblado de Santa Anita, en el entonces Distrito Sur de Baja California, Martínez Márquez dejó un impacto imborrable en la cultura y educación de su región.

Desde temprana edad, Pablo demostró una dedicación excepcional a los estudios. Sus padres, José Martínez e Isabel Márquez, lo inscribieron en la escuela elemental del rancho La Playa, donde destacó como un alumno brillante. Más tarde, ingresó en la Academia para Maestros fundada por el profesor Vicente V. Ibarra en San José del Cabo, donde cursó sus estudios entre 1912 y 1915. Incluso, antes de finalizar su formación docente, en 1914 ya había sido designado Maestro de la Federación tras el triunfo del ejército maderista.

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La formación académica de Martínez Márquez no se limitó a la enseñanza básica. Estudió Geografía e Historia Universal, Latín y Raíces Griegas con el sacerdote italiano Celestino Grisciotti. Posteriormente, entre 1922 y 1924, estudió las materias del programa de la Escuela Normal de México bajo la dirección del educador poblano D. Pedro González Orduña. Con una sólida base educativa, inició su labor docente en diversos poblados como San Miguel de Comondú, San José del Cabo, Todos Santos y finalmente en la ciudad de La Paz.

Además de su compromiso con la enseñanza, Pablo L. Martínez tuvo una destacada participación en el periodismo. En 1927 fundó el periódico Labor omnia vincit en La Paz y El luchador en San José del Cabo. Más adelante, colaboró con la revista Adalid, dirigida por el profesor Jesús Castro Agúndez, y entre 1930 y 1933 dirigió el periódico Sudcalifornia.

Su contribución a la educación no se limitó a las aulas ni a las páginas impresas. En 1929 fundó y dirigió la Escuela Secundaria Número 14, que posteriormente llevaría el nombre de «José María Morelos y Pavón». Esta institución representó un paso crucial para que los jóvenes sudcalifornianos pudieran continuar sus estudios más allá de la primaria.

En 1937, Martínez Márquez se trasladó a la Ciudad de México, donde continuó su labor intelectual. Fue durante el mandato del general Agustín Olachea como gobernador de Baja California Sur cuando Pablo inició su trayectoria como historiador con la publicación de su obra Efemérides californianas. Este libro fue el primero de varios más que contribuyeron a la construcción de la memoria histórica de Baja California.

Legados históricos

Entre 1950 y 1952, dirigió en la capital del país la revista Baja California, en colaboración con Alfonso Landera Quijada. Más tarde, en 1953, se trasladó al Estado de Baja California por invitación del gobernador Braulio Maldonado Sández. Fue en esta etapa cuando publicó su obra El magonismo en Baja California (1958), donde defendió el papel de los hermanos Flores Magón en el levantamiento armado de 1911.

Su legado histórico alcanzó su máxima expresión con la publicación de Historia de Baja California, resultado de una extensa investigación entre 1954 y 1959. Este libro se convirtió en una referencia obligada para quienes desean comprender la evolución histórica de la península. Otra obra de gran relevancia fue la Guía familiar de Baja California, donde detalló el origen de los principales apellidos sudcalifornianos.

El 9 de enero de 1970, Pablo L. Martínez Márquez falleció en la Ciudad de México a los 72 años, víctima de una neumonía agravada por un estado avanzado de inanición. Sus restos fueron trasladados a San José del Cabo y, en 1990, fueron llevados a la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres, donde hoy descansan como un símbolo de su legado.

El impacto de Pablo L. Martínez Márquez va más allá de sus libros o su labor en las aulas. Fue un visionario que entendió la importancia de preservar la memoria histórica de su tierra y garantizar el acceso a la educación para las futuras generaciones. Su vida y obra son un ejemplo de compromiso, perseverancia y amor por su comunidad. Sin duda, Martínez Márquez es y será recordado como uno de los grandes pilares culturales e históricos de Baja California Sur.

Bibliografía:

Sudcalifornianos Ilustres De La Rotonda. Vida y Obra De Manuel Márquez De León, Rosaura Zapata Cano, Domingo Carballo Félix, Jesús Castro Agúndez, Agustín Olachea Avilés, Ildefonso Green Ceseña y Pablo L. Martínez – Leonardo Reyes Silva

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Caminantes y territorios: La lucha por los espacios públicos en La Paz

FOTO: El Informante / INTERIORES: Archivos.

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El malecón de La Paz, BCS, ha sido históricamente un espacio emblemático para los paceños, un lugar de encuentro y reflexión que teje la identidad colectiva de la ciudad. Sin embargo, en los últimos años, este icónico lugar ha sido testigo de una transformación significativa, marcada por la privatización simbólica de sus espacios públicos en favor de intereses turísticos y comerciales. Este artículo explora cómo los cambios en la apropiación y uso del malecón están afectando no sólo el paisaje urbano, sino también la memoria y el sentido de pertenencia de sus habitantes, quienes se enfrentan a la creciente desterritorialización de un espacio que alguna vez fue suyo.

La ciudad, esa amalgama de edificaciones, calles y la vida que fluye en su interior, es un lienzo donde se despliegan un sinfín de emociones y experiencias. Cada calle, cada esquina, cada rincón urbano cuenta una historia, y esta narrativa se teje a través de la interacción de sus habitantes y la forma en que estos se apropian y transforman los espacios públicos. En este contexto, el libro Privatización simbólica de los espacios públicos. Prácticas histórico-territoriales en torno al malecón de La Paz, Baja California Sur, México del Dr. Tito Fernando Piñeda Verdugo, se erige como un profundo análisis de la relación entre la ciudad, sus espacios públicos y sus ciudadanos.

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Los espacios públicos, esos lugares abiertos donde convergen la diversidad de la vida urbana, son auténticas encrucijadas de experiencias compartidas. Aquí, los habitantes, independientemente de su género, edad, ocupación u origen, contribuyen a la construcción simbólica de su ciudad. Estos espacios se convierten en escenarios donde las prácticas sociales se desarrollan y donde, con el transcurso del tiempo, se forjan las memorias colectivas que otorgan identidad a la comunidad.

Si bien, las ciudades pueden ser objeto de planificaciones urbanas desde los centros del sistema capitalista global, es en la práctica cotidiana y local donde estas planificaciones cobran vida y se transforman. Cada calle es un capítulo de la historia urbana, donde se entrelazan deseos, sueños y realidades. La ciudad es un organismo vivo que evoluciona constantemente, moldeado por las acciones y aspiraciones de quienes la habitan.

El libro del Dr. Piñeda Verdugo se adentra en este intrigante mundo de las ciudades y sus espacios públicos. A través de una meticulosa observación de los caminantes y sus narrativas, el autor nos brinda un valioso reporte de investigación etnográfica. Sin embargo, este no es un estudio aislado; se enriquece con una reflexión teórica profunda en torno a conceptos fundamentales como cultura, territorio y ciudad. Esta base teórica proporciona las herramientas necesarias para analizar crítica y juiciosamente los movimientos y cambios en la trama urbana de La Paz, BCS, con un enfoque especial en su emblemático malecón.

El malecón de La Paz se ha convertido en un territorio particularmente significativo. A través de las décadas, ha sido más que una simple vía costera; ha sido territorializado por sus caminantes como un laboratorio social y cultural. En este espacio, las personas encuentran un lienzo en blanco donde pueden reflexionar sobre sus identidades individuales y colectivas. El «paceño,» aquel que habita y da vida a La Paz, encuentra en el malecón un espacio para expresarse, definirse y construir una narrativa común que les vincula.

No obstante, el libro de Piñeda Verdugo también aborda un tema crucial: la privatización simbólica de estos espacios públicos. En los últimos años, el malecón de La Paz ha experimentado una clara desterritorialización en favor de una mayor privatización socio-simbólica, en gran medida centrada en el turismo. Este proceso se ha propagado como una ola expansiva que se extiende en todas direcciones por la geografía sudcaliforniana.

La privatización simbólica implica que, aunque el espacio público siga existiendo físicamente, su esencia como un lugar de encuentro e intercambio cultural se ve eclipsada por intereses económicos y turísticos. Los caminantes dejan de ser los protagonistas de su propia narrativa urbana y ceden ese protagonismo a fuerzas externas. El espacio público se transforma en un escenario, y sus habitantes pasan a ser actores secundarios en una producción diseñada para satisfacer las demandas del turismo.

Es en este contexto que la obra del Dr. Tito Fernando se convierte en una herramienta esencial para entender los cambios que están moldeando el tejido urbano de La Paz y, por extensión, de muchas otras ciudades en todo el mundo. Su investigación etnográfica y su profundo análisis teórico nos invitan a reflexionar sobre la importancia de preservar los espacios públicos como lugares donde los ciudadanos pueden seguir siendo los protagonistas de la historia urbana. La privatización simbólica no sólo afecta la estructura de las ciudades, sino que también socava la esencia misma de la vida urbana y la identidad de sus habitantes.

Concluyo que la presente obra trasciende la mera descripción de un lugar y sus cambios urbanos. Es un llamado a la reflexión sobre el papel de los espacios públicos en nuestras ciudades y la importancia de protegerlos como lugares donde la comunidad puede seguir construyendo su historia y su identidad. El autor nos brinda una brújula para navegar por el laberinto de emociones y experiencias que es la ciudad, recordándonos que, en última instancia, son los caminantes quienes dan vida a sus calles, plazas y malecones, y que la ciudad es un texto en constante reescritura, una narrativa colectiva que merece ser preservada y enriquecida.

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Las migraciones son los ríos de la cultura

El librero

Ramón Cuéllar Márquez

La Paz, Baja California Sur (BCS).  Leer El blues del migrante del escritor Ramiro Padilla Atondo es un viaje no solo por su vida personal, de alguien que tuvo que emigrar a causa de las crisis económicas en las que nos zambulleron los políticos e intelectuales del neoliberalismo, sino la identidad de los paisanos que se ven en la necesidad de abandonar a sus familias y sus terruños. El migrante es la gota de agua en el río de las civilizaciones, sin ella es imposible que el agua circule, alimente y genere vida, aunque haya unos necios que se afanen en detener el río con diques porque piensan que las aguas de las culturas humanas tienen dueño. Entender esta fundamental premisa ayuda a ser solidarios con el migrante, en un mundo que está lejos de adherirse a dicha sentencia, en especial en los Estados Unidos de América, uno de los países que se ha forjado y beneficiado una historia a partir de la migración. Todos ahí son migrantes, excepto los pueblos originarios, que han sido relegados a reservaciones donde no molesten el porvenir ni el progreso de los blancos, o más bien del capitalismo, base sobre la que se construyó ese país y que diseñó una oligarquía con el propósito de expandirse económica y territorialmente.

Su libro es un largo recorrido por el pensamiento que se va forjando cuando uno se convierte en migrante en un país extraño, pero con el que tiene lazos históricos —no solo consanguíneos y nacionales— debido a la intervención del colonialismo estadounidense, cuando a México le fue arrebatado más de la mitad del territorio allá por mil ochocientos cuarenta y siete. Padilla Atondo no solo nos ofrece la voz de una experiencia sino las voces de miles que han tenido que desplazarse para superar las crisis económicas que gobiernos siniestros implementaron. Porque eso son, siniestros. La manera en que nos cuenta las razones por las que tiene que abandonar a su familia, su llegada, su búsqueda, lo que tiene que enfrentar, su adaptación y la toma de conciencia de lo que significaba vivir en una nación ajena, que sin embargo le ayudó a entenderse y comprender a los propios mexicanos que, como él, tuvieron que migrar por las mismas razones, nos muestra el dolor y el sufrimiento por el que tienen que pasar quienes van en pos de una vida nueva y de un porvenir.

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Dueño de una narración vigorosa, que nos envuelve en su historia de enfrentamientos y superaciones en una tierra que no es la propia y donde se ve forzado a padecer la marginación, el racismo y el clasismo estadounidense, ese que trata de negar en el discurso y muy presente en sus conductas cotidianas, Ramiro Padilla Atondo hilvana las palabras desde las venas de la vivencia, donde podemos hacer un acto de inmersión y palpar sus cadencias, sus ritmos y reflexiones poderosamente poéticas porque ha logrado el acto de la transmutación hacia un nuevo ser humano, uno que se identifica con quienes han tenido que verse a sí mismos como invisibles, como fantasmas, como ausentes luchando por hallar sus destinos, que no obstante sabe perfectamente que a pesar de todo sus raíces mexicanas son más fuertes que la estupidez de los políticos que hundieron a México.

Cada una de las anécdotas son universos que contienen la raíz de lo que sienten y piensan los migrantes, pero sobre todo lo que como mexicanos nos llevamos al estar por allá, de tal modo que el sistema estadounidense no termine por borrarle su rostro identitario, que no le robe su esencia ni que la sustancia sirva para lucrar con ella para justificar sus atrocidades alrededor del mundo. El migrante Padilla Atondo logra con este libro darnos en todo instante, en cada párrafo, las claves para desarrollar un puente con quienes de alguna manera dejaron atrás su mundo y se ven forzados a revolucionarse a sí mismos. No todos lo logran, porque algunos terminan por negar su origen, rechazarlo para que no los identifiquen con el otro, el menospreciado por los blancos sajones, quienes se han erigido en la norma de belleza, ideología y pensamiento del mundo. Hay recreaciones extraordinarias como la de Ernesto Guevara, El Che, y James Bond, el espía ficticio en la gran pantalla; me parece a mí que ese pasaje retrata muy bien las relaciones entre el tercer mundo y el primero, donde el tercer lleva la ventaja porque ha entendido en lo que han convertido la Patria Grande que es Latinoamérica, debido a que se tiene que entender desde lo profundo de nuestras sociedades lo que somos y de cómo la lucha social nos ha dado mayor comprensión de nuestras cosmogonías.

Todo migrante y todo mexicano debe leer este libro, lleno de pedagogía política sin que tenga ese propósito, sino el de contar las vivencias para conectarnos con el migrante y de cómo las revoluciones de conciencias son las nuevas formas de transformación de las sociedades.

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Maestro Sealtiel Enciso Pérez recibe el reconocimiento al alto mérito: Forjador de Generaciones 2023 por la Escuela Normal Superior de B.C.S.

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En una jornada repleta de emotividad, la Escuela Normal Superior de Baja California Sur Profr. Enrique Estrada Lucero celebró el pasado lunes 4 de diciembre, su XLVII aniversario, destacando la entrega del prestigioso reconocimiento Forjador de Generaciones 2023. La distinción, que rinde homenaje al destacado maestro Sealtiel Enciso Pérez, tuvo lugar a las 9:00 hrs.

El maestro Sealtiel Enciso, con una trayectoria de 36 años de servicio en la Secretaría de Educación Pública de Baja California Sur, compartió sus reflexiones al recibir tan ilustre reconocimiento. Es un título que me llena de humildad y compromiso, ya que reconoce no solo mi labor como docente y directivo en educación básica, sino también mi dedicación a la investigación, promoción y difusión de la cultura y la historia, expresó con gratitud. Para él, el título de Forjador de Generaciones no solo representa Un logro personal, sino un reflejo del trabajo y el esfuerzo de un equipo de profesionales que ha dedicado su vida a la educación. A lo largo de mi carrera, he tenido la fortuna de trabajar con colegas excepcionales, cuya pasión por enseñar y compromiso con el bienestar de nuestros estudiantes han sido una fuente constante de inspiración. Gracias a ellos, he aprendido que la educación va más allá de impartir conocimientos; es el arte de sembrar semillas de conocimiento y valores en el corazón y la mente de las nuevas generaciones.

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El reconocimiento Forjador de Generaciones 2023 no solo celebra la labor del maestro Enciso como educador, sino que también destaca su influencia positiva en ámbitos más amplios de la sociedad. La educación es un acto de amor y entrega, un proceso en el que los educadores sembramos semillas de conocimiento, valores y pasión por el aprendizaje en cada uno de nuestros estudiantes. A lo largo de mi carrera, he visto a jóvenes crecer y florecer, convertirse en ciudadanos conscientes y comprometidos con la sociedad, gracias al poder de la educación. Cada logro, cada sonrisa, y cada superación son testimonios vivos de la importancia de nuestra labor expresó el maestro.

En su discurso de aceptación, el maestro Enciso Pérez agradeció a la comunidad educativa por brindarle la oportunidad de contribuir al desarrollo de tantas generaciones. Deseo expresar mi profundo agradecimiento a mis colegas, a los directivos de la Escuela Normal Superior de Baja California Sur Profr. Enrique Estrada Lucero, a la Secretaría de Educación Pública, y a todos los que han creído en mí y en mi trabajo a lo largo de los años. Su apoyo y colaboración han sido fundamentales en mi trayectoria educativa.

En la ceremonia estuvieron presentes la familia del maestro homenajeado así como más de medio centenar de amigos y compañeros de profesión. Destacó entre ellos el profr. Rafael Robles, el cual fue maestro del Profr. Enciso cuando cursaba el 6to año de primaria en la Esc. Gral. Vicente Guerrero, así mismo, el Profr. Abraham García García, quien fuera su profesor durante el tiempo que estudió en la Esc. Normal Urbana Profr. Domingo Carballo Félix en esta ciudad capital.

La Escuela Normal Superior, en su 47 aniversario, reafirmó su compromiso con la excelencia educativa y la valoración de aquellos que han dedicado su vida al noble propósito de formar a las nuevas generaciones. La entrega del reconocimiento Forjador de Generaciones 2023 se convirtió en un símbolo no solo de reconocimiento individual, sino de celebración colectiva de la labor educativa que, día a día, moldea el futuro de la sociedad.

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Entre Godínez y Guerrilleros: La Adaptación Descafeinada de ‘Recursos Humanos’

 

Colaboración especial

Alejandro Aguirre Riveros

La Paz, Baja California Sur (BCS). La novela Recursos Humanos de Antonio Ortuño, publicada en 2007, es una joya literaria que zarandea las conciencias de sus lectores con su prosa ágil y su mordacidad a la mexicana. Aquí, Ortuño mezcla la brutalidad de un Chuck Palahniuk con la astucia de un Rubem Fonseca, pero sazonado con un picante toque tapatío. La trama se zambulle en el mundillo gris de los oficinistas, destapando sin pelos en la lengua el clasismo, la exitocracía desenfrenada, el machismo y el nepotismo en las entrañas del idealizado mundo empresarial.

El protagonista, Gabriel Lynch, se alza como un ícono de la literatura mexicana contemporánea. Harto de ver ascensos regalados a juniors sin experiencia, se transforma en un guerrillero de oficina. Su lucha no es por la revolución, sino por un ascenso, usando la violencia como escalera en su empresa. Esta novela es un corte transversal, crudo y provocador, de las dinámicas sociales y laborales, pintando un retrato vibrante y necesario del aspiracionismo mexicano actual.

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Antonio Ortuño

Dieciséis años después, esta icónica novela da el salto al cine bajo la batuta de Jesús Magaña Vázquez. ¿El resultado? Una adaptación que para desencanto de todos se va por la tangente de su fuente original.

Lo primero que choca es la estética: Alejandro Cantú, cinefotógrafo de la película, nos mete en un mundo blanco y negro, buscando, quizás, captar el minimalismo de Ortuño, pero termina más bien en un diseño de producción soporífero que le roba al film la chispa que la novela tiene a raudales.

Pedro De Tavira se luce como Gabriel Lynch, metamorfoseándose de godín a guerrillero de corbata. Aunque su actuación es intensa y poderosa, la película como un todo se siente desconectada. Su frialdad visual pone un muro entre el público y la trama. La adaptación se queda corta en capturar la esencia de Ortuño, perdiendo su introspección aguda y su análisis certero del clasismo y machismo en el corporativo mexicano. Incluso perpetúa clichés con sus personajes femeninos pasivos y sexualizados, minimizando a María, quien en la novela es un contrapeso clave para Lynch.

La riqueza de movimientos de cámara, en vez de dotar de profundidad a la experiencia cinematográfica, resulta en un lío visual pesado. La narrativa parece más un alarde técnico que una historia coherente y significativa. Los zooms y planos secuencia se sienten forzados y presuntuosos, quitándole autenticidad al conjunto. La dirección, pese a su amor evidente por el cine, se pierde en un mar de autoindulgencia y no logra conectar con la audiencia.

El guion deforma a los personajes, convirtiéndolos en meros payasos en situaciones ridículas y ajenas a la crítica social filosa de la novela. La película, intentando ser una obra de arte, termina siendo un intento pretencioso y vacío, más parecido a una parodia de Mirreyes vs Godínez que a una adaptación digna. Aunque la cinta trata de rescatar elementos de la novela, como romper la cuarta pared, termina siendo una versión aguada y menos chispeante que la icónica serie americana The Office.

Recursos Humanos, en su esencia literaria, seguirá siendo un referente, pero esta adaptación fílmica, desafortunadamente, está destinada al olvido, incapaz de rendir justicia al material original que tenía mucho más que ofrecer.

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