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Obed Téllez y su Divina Pesquera: Un libro sobre hombres que todas las mujeres deberían leer

Colaboración Especial

Por Pablo Chiw

La Paz, Baja California Sur (BCS). Con la teoría crítica feminista y los estudios de género, se ha ido develado un vasto panorama de la violencia y dominación patriarcal. Ejercida principalmente por los sujetos masculinizados, el hombre violento está en el ojo del huracán, su rostro, nombre y crímenes cuelgan infames del tendedero público de la vergüenza.

Se habla del juez, del Estado, los policías, el presidente, el bandolero, el macho violador e incluso afirman que el violador eres tú. Declaraciones sin lugar a dudas, subidas de tono, pero que contienen una verdad indisoluble, en nuestra sociedad los hombres odian, violan y matan a las mujeres y a las personas de la comunidad LGTBQ+.

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Con su Divina Pesquera, Obed Téllez nos lleva al origen, al génesis de la violencia en contra de las mujeres; la violencia en contra de los niños varones. Quizá no hemos entendido plenamente la trascendencia, la profundidad, la gravedad que nos implica la siguiente pregunta: ¿cómo un niño inocente, amoroso y vulnerable es convertido en un macho violador?

Obed Téllez es el Caronte, quien conduce la barca literaria por el río de sangre, mierda y semen que constituyen los engranes de la producción social de sujetos masculinos. El hombre hegemónico es un producto, una tecnología social que posee un software instalado y desarrollado a partir de un código social denominado masculinidad criminal gandalla (término propuesto por Héctor Domínguez Ruvalcaba en su libro Gandallas).

La Divina Pesquera es un infierno viviente, Obed Téllez lo sabe perfectamente y nos advierte: quien, entre aquí, abandone toda esperanza. Las historias que nos cuenta son tan brutalmente reales, que los hombres que pudimos sobrevivir el proceso de masculinización, corremos el riesgo de revivir los traumas, mirar de frente las heridas abiertas, añejas y podridas del pasado o en el peor de los casos, encontrarnos con el cadáver del niño que nos tocó asesinar para poder ser llamados hombres.

Mientras leas la Divina Pesquera habrás de preguntarte una y otra vez las siguientes consideraciones: ¿Dónde estaban las feministas? ¿Dónde estaba el Estado? ¿dónde estaba la iglesia? ¿Dónde estaban los padres y madres de familia? ¿Dónde estaban las personas de buena voluntad? ¿Dónde estaba Dios?

Vemos niños desamparados, abandonados en los brazos una violencia que no fue interrumpida por la hora de salida del horario escolar, niños que no gozaron del privilegio de la seguridad del hogar o de la protección del Estado. Niños convertidos a la religión del sadismo, candidatos inmejorables para la psicopatía, sociopatía o narcisismo. Futuros sicarios, militares o policías. La Secundaria Técnica No.3 Pesquera, es una de las máquinas más sofisticadas en la producción de hombres hegemónicos.

Una lectura así puede ser imposible de llevar a cabo para la mayoría de los lectores no especializados en violencia, sin embargo, el virtuosismo de Obed Téllez se materializa en su capacidad para crear e integrar una finísima línea humorística que nos sirve como tanque de oxígeno y válvula de escape emocional. Hay momentos en se puede reír y llorar con la misma intensidad y al mismo tiempo. Sin lugar a dudas, la Divina Pesquera tendrá un lugar especial en los estudios de las masculinidades como un referente que nos ayuda a entender el cómo los niños varones violentados se convertirán en futuros agresores de mujeres.

Por este motivo, todas las mujeres deben de leerlo, es el eslabón perdido que pone el dedo en el renglón: ¡para salvar a las mujeres de la futura violencia patriarcal, necesitamos salvar a nuestros niños varones de la presente violencia patriarcal!

Vamos aclarando las cosas, la responsabilidad social es compartida, todos los cuerpos, todas las personas importan a la hora de intervenir para cambiar la sociedad. A nosotros los hombres, la Divina Pesquera nos invita a repararnos, es un recordatorio de lo artificial que es nuestro performance de lo masculino, evidencia el alto precio que tuvimos que pagar para ser aceptados en la empresa de la masculinidad y las graves consecuencias que significaría dejar de ser considerados hombres en nuestra sociedad. Ante esta disyuntiva y a pesar de la advertencia dantesca, la lectura instala la semilla de la esperanza en aquellos que logramos entender la necesidad y el deber ético que tenemos los hombres con hijos quienes no estamos dispuestos a entregarlos a los brazos de la violencia sádica, el acoso y la violación sexual masculina.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Reseña del Libro Cabeza de Narco de Alejandro Aguirre

Colaboración Especial

Por Pablo Chiw

 

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Aquí en la Paz, en el mundo de las y los escritores, hay una expresión que se utiliza para bien venir a quienes han logrado alcanzar un nivel suficiente de habilidad para con las letras: tienes buena pluma.

La metáfora me resulta sumamente interesante, así como el chofer de Uber tiene su beat cereza y el pescador su cuchillo, el escritor tiene su pluma. Aquí pudiéramos correr el riesgo de distraernos un poco con la imagen ¿Cómo es la pluma que visualizas? ¿se trata de una pluma metálica con inscripciones medievales? ¿es una pluma fuente con punta dorada y cuerpo de marfil? ¿o una BIC transparente con la tapa extraviada y el extremo mordisqueado? Algún hiperrealista objetará que las plumas ya no se usan, los chavo-rucos usan teclados y los millenials las pantallas. Y quizá tengan razón. Pero yo creo que sería un error darle demasiada importancia a la pluma, para mí, lo que verdaderamente importa es la tinta ¿De dónde sacan la tinta los autores?

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Sé de algunos que la toman de sus sueños lúcidos y nos comparten realidades oníricas, donde mariposas amarillas vuelan liberadas precediendo la llegada del hombre enamorado.

Conozco a personas que escriben desde sus sueños húmedos, desde el deseo más íntimo, más intenso, más perverso incluso. Seducen, envuelven y nos invitan con sus letras a recorrer los cañaverales de frutas fermentadas, a revolcarnos entre sábanas y humerales, entre besos, carnes y sonidos animales.

Con Cabeza de Narco, Alejandro Aguirre extrae la tinta desde su herida más profunda; la del costado izquierdo, por allí entró la daga del cristal y se le clavó hondo. Esto representa un problema existencial sumamente complicado, pues cada vez que su corazón se hincha, se engrandece, se inflama, la punta del cristal se clava. Tampoco se puede andar por la vida con el corazón contraído.

Cómo no le va a doler allí en lo profundo del corazón si él sabe, porque conoce, porque ha escuchado, porque ha estado con tantas personas que le hablan sobre el abismo, que le describen el abismo, que le advierten del abismo mientas van cayendo, mientras se van perdiendo, mientras se van oscureciendo hasta convertirse en una sombra indistinguible del fondo.

Hablamos de vidas que se pierden, pero que no se extinguen inmediatamente, desaparecen de nuestros caminos y allá a los meses, a los años, escuchamos el golpe seco de su cabeza impactar definitivamente el suelo. Ahora si sucedió la última de sus muertes, porque los adictos se mueren muchas veces, se mueren para la sociedad y los amigos, se mueren para la familia y la pareja, se mueren para sí mismos cuando abandonan por fin la esperanza, se mueren cuando muere su cuerpo vacío de todo propósito o sentido y mueren por última vez cuando se pierden para siempre en la fosa común o en la fosa clandestina, nadie pronunciará sus nombres otra vez.

​Cabeza de Narco es un libro sobre el dolor que supura desde las profundas heridas y rupturas abiertas en el tejido social de nuestra Baja California Sur, historias escritas con tanta misericordia que conmueve, más que exceso de realismo es un compromiso obligado con la verdad. Pues quien busca decididamente el cambio social, debe ser los suficientemente honesto para describir la realidad tal cual lo atraviesa.

Debo advertirles que la empatía de Alejandro es contagiosa, el dolor que sufrió durante cada historia escrita será el dolor nuestro durante cada historia leída. Su libro es un llanto agónico que retrata implacablemente la magnitud de nuestra tragedia compartida, es, por lo tanto, un libro que debe llorarse comunitariamente, pues en esa comunión es donde podemos conjurar las fuerzas para hacer frente a este abandono en el que nos encontramos.

Cabeza de Narco cuenta trece historias donde la vulnerabilidad de sus protagonistas me lleva a entender la obra a partir de los atributos metafóricos del cristal.

1. Transparencia: Lo que se dice y la forma de decirlo, aunque se articula de manera bellísima, no oculta la bancarrota ética y moral en la que nos encontramos. Al contrario, acentúa con mayúsculas, rojas y negritas la magnitud de la catástrofe, grita con todas sus fuerzas la condición Odílica del huracán de consumo, extracción, robos y asesinatos que ocurren mientras ignoramos las advertencias.

2. Su Filo: Podemos ver astillas de cristal quebrado repartidas injustamente por los vecindarios más pobres de la ciudad, allí esperan sin prisas, ni preocupaciones, pero nosotros sabemos que es cuestión de tiempo para que un muchachito pase corriendo con su pie descalzo y tenga la mala fortuna de clavarse en el cristal hasta llegarle al hueso, allí donde difícilmente podrá desprenderlo de sí. La clase social si importa y mucho a la hora de repartir desgracias.

3. Fragilidad: Quizá esta es la característica más conmovedora de todos los personajes, su condición sucinta, fugaz, perene. Al final de cuentas, todos mueren, se muere el drogo dependiente, se muere la prostituta, se muere el sicario, se mueren los padrinos y sus ahijados. Para quien revolotea alrededor de la estructura desechable del mercado transnacional de las drogas la vida es tan frágil como el cristal, un poquito de lumbre y se vuelve humo.

Cabeza de Narco es una obra sublime porque en ella Alejandro Aguirre sublima y espiritualmente derrama las lágrimas que materialmente no puede llorar.

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Las dunas serpentean en la playa y otros relatos, de Roberto E. Galindo Domínguez

El librero

Ramón Cuéllar Márquez

La Paz, Baja California Sur (BCS). Roberto Galindo es un buen escritor. Esta afirmación no está basada en la emoción y la fraternidad que nos une a las personas por afinidades. Más bien parte de que los siete relatos que componen Las dunas serpentean en la playa están estructurados de tal modo que podemos disfrutarlos como aquella literatura que se creaba para lectores ávidos de encontrar historias de la vida cotidiana y que pudieran significar algo más que simples personajes y relaciones intrahumanas. Por ello, Roberto logra de muchas maneras establecer con una sintaxis depurada, narraciones con estilos conectados por sus actividades particulares, evocar la realidad con buen tino y engancharnos en cada uno de los cuentos que conforman este libro.

Para quienes no conocen a Roberto E. Galindo Domínguez, como dice en su ficha del diario de cultura y comunicación, Culco BCS, es sudcaliforniano por decisión, formado como escritor en apreciación y creación literaria y en ciencias en exploración y geofísica marina, además de diseño gráfico, arqueología y letras hispánicas. Con esa formación ha andado por el mundo investigando barcos hundidos, restos culturales sumergidos en aguas y en el tiempo, así como dando clases a diferentes generaciones interesadas en las temáticas que plantea nuestro escritor. Con ese camino, pues, no es para nada ilógico que su libro Las dunas serpentean en la playa y otros relatos tenga ese extraordinario sostén al momento de estarlo leyendo.

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No quiero contarles lo que viene en esta pequeña obra. Quiero decirles que este es un libro del amor, pero no del amor romántico que nos heredó el siglo XIX y que se repite una y otra vez en telenovelas, novelitas rosas, cómics populares y baratos, comedias gringas que repiten la fórmula hasta la náusea; no. Es un libro del amor a las circunstancias, a las relaciones interpersonales, a los misterios, a las raíces de los pueblos, a la carnalidad desbordante que se une a las causas que engloba cada historia que se nos va narrando. Ese tipo de amor es lo que crea nuevos lectores, apasionados que gustosos se lanzan a los brazos de una realidad simulada, pero que en nuestra mente se vuelve por completo real. ¿Cómo no sentir ese entusiasmo con semejante escritor que, partiendo de sus estudios, obsesiones, logra ofrecernos un cúmulo de relatorías de sus andares por el mundo?

Reitero: Roberto Galindo es un buen escritor. Sería muy fácil decir que contiene imágenes cinematográficas, que bien podría hacerse una serie para disfrute de los espectadores. Pero, ¿saben qué?, pienso que eso mataría el lenguaje, la profundidad de los relatos que no solo nos otorga estampas de la vida diaria, sino que abonaría a que la lucha porque haya lectores se volviera cada más débil, perpetuando generaciones que se acostumbraron al Gerber de la televisión, donde todo está dosificado, dirigido, sesgado y manipulado.

Uno sabe detectar un gran libro no solo por sus historias sino por el cuidado que ha tenido el autor para narrarnos lo que estaba en su cabeza y también en su propia vida, que se entremezcla en los renglones de las dunas de esta playa galindeana. En su estructura narrativa, las historias dialogan con sus personajes y ellos hablan entre sí para darnos una idea de lo que piensan y sienten; extranjeros que hablan en inglés mezclado con español es una propuesta poco común —un mérito de Roberto Galindo, diría—, que abona al robustecimiento del estilo, su estética interior, pues dimensiona el espacio en que se mueven, los vuelve verosímiles.

Y es que Roberto E. Galindo Domínguez no solo logra relatos interesantes, mucho de su poderosa sintaxis proviene de otro de sus oficios, el periodismo de fondo, que también con meticuloso esmero nos ofrece en diferentes plataformas y diarios de circulación digital. Culco es uno de ellos, Contralínea otro; dos espacios donde lo hallaremos y testificaremos que lo que digo no es aventurado sino una verdad a secas. Punto aparte es la simpatía que nos une políticamente —que también es un defensor acérrimo de sus ideales e ideas— y que lo encontraremos preciso en sus debates dentro de la izquierda mexicana.

En este universo —ahora que anda de moda decirlo— de vínculos, paralelismos, intersecciones de personajes que se vuelven criaturas en pos de su verdad: arqueólogos, mayas, barcos, mares enfurecidos, naufragios, burdeles, prostitutas que caminando entre los párrafos vamos entendiendo algo más de la dimensión de ser simples mortales para convertirnos en partícipes de los entresijos que derivan en horrores, aventuras, decepciones, engaños, todo aquello que nos hace personas y que muchos escritores, siento, han olvidado contarnos por creer que son semidioses del pasado, presente y futuro, y nos pueden mirar por encima del hombro para que compremos sus libracos. No es el caso de Roberto, más bien es el de un tejedor de palabras y circunstancias ligadas a su quehacer, que es capaz de desembocar en todo esto que nos reúne al momento de leerlo.

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Carta Al Padre 2023. Regresa el concurso literario de CULCO BCS

CULCO BCS | CULTURA Y COMUNICACIÓN DE BAJA CALIFORNIA SUR

CONVOCA AL CUARTO CONCURSO

“CARTA AL PADRE” 2023

FOTO: Internet

Podrán participar hombres y mujeres de cualquier ocupación, de 18 años en adelante, que radiquen en Baja California Sur. En caso de quedar seleccionados sus textos, las y los participantes aceptarán su publicación en esta revista digital bajo las siguientes condiciones:

Sobre la recepción de trabajos: Las y los concursantes deberán enviar su texto en Word al correo m_peraltadelgado@yahoo.com.mx y modestoperalta@culcobcs.com del jueves 1 de junio al miércoles 14 de junio a las 12:00 horas. En el Asunto deberá decir: “Concurso Carta al Padre en CULCO BCS 2023”. En el cuerpo del correo deberán escribir sus nombres y teléfonos, así como sus datos de localización. Si se detecta algún error, se les regresará esta convocatoria para que verifiquen su posible falla. Deberán recibir respuesta de “Recibido” para asegurarse de su participación. No se aclararán dudas por inbox. No se solicitarán textos en físico, sólo es por correo electrónico. Adjuntos se enviarán los archivos con la carta firmada con seudónimo y otros archivos con fotografías (opcional); CULCO BCS se compromete a enviar al jurado sólo sus textos, sin dar a conocer los datos del o la participante.

Sobre la presentación del trabajo: 2 Hojas tamaño carta como mínimo y 4 como máximo; márgenes de 3X3 cm; fuente Arial o Times New Roman número 12; párrafos justificados o a la izquierda; espaciado doble; hojas numeradas. No se editarán los trabajos para el concurso, sólo para publicación, en caso de salir seleccionados.

Sobre el contenido: Se trata de una carta personal y real (no ficticia) dedicada al padre de familia, con calidad literaria y entera libertad de expresión; sólo para efectos del concurso, se deben omitir nombres o poner “alias”, aunque en caso de quedar seleccionada la carta, sí sería publicada con los datos reales; CULCO BCS no censurará palabras y respetará el sentido de la carta, sea a manera de homenaje o de crítica, y sólo se reservará de publicar si el contenido denigra la dignidad de alguna persona. El autor puede iniciar y terminar su carta como desee; debe proponer arriba y al centro de la hoja el título de su carta, que podría editarse en caso de publicarse.

Sobre el dictamen: El jurado se compone de tres personalidades de las letras en BCS y su fallo será inapelable. Su deliberación será a más tardar el viernes 16 de junio a las 18:00 horas, dándose a conocer los resultados en el Facebook de CULCO BCS y de los patrocinadores, mismo día en que se darán a conocer los nombres del jurado. Los jueces determinarán los lugares del 1 al 5, mismo número de cartas que se publicarán. Los aspectos a calificar son: originalidad, calidad literaria y calidad de la escritura.

Sobre los premios:

  • Primer lugar: Publicación de su carta en CULCO BCS el domingo 18 de junio, Día del Padre de 2023; desayuno completo para dos personas en Café Delis y paquete de libros de autores y temas sudcalifornianos.
  • Segundo lugar: Publicación de su carta en CULCO BCS la semana posterior al Día del Padre; desayuno completo para dos personas en Café Delis.
  • Café Delis se ubica en La Paz, BCS. Los ganadores podrán disponer de sus consumos el Día del Padre o hasta un mes después como máximo; serán debidamente identificados ante los patrocinadores y podrán invitar a sus padres o a quien deseen. No son transferibles.
  • Se notificará al resto de los concursantes que hayan quedado en los lugares 3, 4 y 5, para pedir su autorización si desea la publicación de su texto en CULCO BCS en la semana posterior al Día del Padre.
  • Lee aquí la carta ganadora del Primer Lugar del concurso de 2022.

Sobre las fotografías: Este es un concurso literario, y aunque esto no impedirá su participación, es preferible que en el mismo correo del texto se adjunten dos o tres fotografías de los participantes y sus padres o familias (opcional); las imágenes deben ser en JPG, amplias y con buena resolución para manipularlas con fines de publicación en tamaño 604X468 px. El crédito dirá “FOTO: Cortesía” o nombre de autor.

Restricciones: No podrá participar personal de CULCO BCS, ni sus colaboradores vigentes o anteriores. Tampoco podrán participar los ganadores del primer y segundo lugar de los concursos anteriores. Cualquier situación no contemplada en la presente convocatoria se resolverá entre la Dirección de este medio y el Jurado.

CULTURA Y COMUNICACIÓN DE BAJA CALIFORNIA SUR AGRADECE EL PATROCINIO DE “CAFÉ DELIS”, EMPRESA COMPROMETIDA CON EL ARTE Y LA CULTURA EN LA PAZ, BCS, Y AL DEPARTAMENTO DE FOMENTO EDITORIAL DEL INSTITUTO SUDCALIFORNIANO DE CULTURA.

                                        




Parcela blanca, de Kenia Cano, naturalezas muertas y vivas

El librero

Ramón Cuéllar Márquez

La Paz, Baja California Sur (BCS). Siempre hay que buscar la poesía vital de Kenia Cano, en especial ahora en su nuevo libro Parcela blanca (2023, Bonobos Editores), que como un caballo corre en la pradera del arte, uniéndose al viendo estético del verso y a las imágenes recreadas al paso de las crines de la bestia, que no detiene su carrera hacia el horizonte que significa. Recorre así las salas del museo en la vida, se desconcierta, se aviva con otros relinchos, otros belfos que se encuentran en las redes interminables de los objetos que están por aquí y allá.

Ninguno de esos animales podrá desconocer que en los alrededores otras obras y otros pintores en la historia del arte acompañan su troteo, pues a lomo o ensillado los potros, su manada, se acompañan siempre de su vigor equino, lo que resignifica la mirada de la artista Cano, que una y otra vez con palabras filma las imágenes que brotan también de sus dedos en los planos que acomodan formas, colores: un brillante sentido de logros consumados por la también poeta.

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Los objetos dentro de las paredes que se erigen en formas que respiran, que se asocian unas con otras y le dan un paisaje a quien mira, donde se siente contemplativo, pero incluso a sus anchas en un mundo que habla por quien observa. El amor y sus cosas vuelan en el aleteo de las abejas, las vacas y la leche, se anclan con su suavidad ante los ojos atónitos y acostumbrados al mismo tiempo. Son naturalezas vivas y muertas, depende de cómo las veas y cómo las leas: la poeta ha logrado que palabras, figuras e imágenes se reproduzcan como en un cinematógrafo, así como las historias del pasado lejano se transmutan y se regeneran en los latidos de los poemas en prosa.

Se puede decir que existe un disfrute inmenso, intenso, porque cada descubrimiento nos ha llevado al goce, al asco, la seguridad de que el arte se ha fusionado con nosotros al leer y visitar el museo imaginario que se nos ha presentado en la lectura de este poemario de prosas vivientes u objetos que charlan con nosotros. En efecto, la Parcela blanca ha de ser el límite donde se monte la realidad para ir en pos de quienes pueden gozar de un buen trozo de la cotidianeidad.

Kenia Cano nació en la Ciudad de México en 1972, pero radica en Cuernavaca. Algunos de sus libros de poesía andan por la tierra, por el aire como Hojas de una sibarita indiscreta (1994), Tiempo de hojas (1995), Oración de pájaros (2004), Las aves de este día (2009, Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer), Un animal para los ojos (2009) y Diario de poemas incómodos, este último publicado por el Fondo Editorial de la Universidad Autónoma de Querétaro en 2017. Ha sido parte de varias antologías nacionales, poemas suyos han sido traducidos al francés, al inglés y al rumano; asimismo, imparte talleres de poesía y de correspondencia entre poesía y artes visuales.

La poeta Kenia ha logrado que su nombre esté estrechamente vinculado con su entorno, con la plástica y las letras, fusionada con su andar armónico a través de los objetos con una mirada siempre acuciosa para desnudar de significado aquello que permanece oculto.

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