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El derecho humano a la movilidad de los discapacitados

Ius et ratio

Arturo Rubio Ruiz

La Paz, Baja California Sur (BCS). El 13 de diciembre de 2006, La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la denominada Convención Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, cuyo objetivo fundamental es proteger, asegurar y promover el goce y ejercicio pleno de los derechos humanos, libertades fundamentales y dignidad de las personas con discapacidad.

El 02 de mayo de 2008 dicho tratado internacional fue publicado en el Diario Oficial de la Federación, y desde entonces, las autoridades mexicanas quedaron obligadas legalmente a adoptar todas las medidas necesarias y efectivas para brindar y asegurar que las personas con discapacidad gocen de movilidad personal con la mayor independencia posible, buscando siempre que se atiendan las necesidades características, -propias de cada persona- para brindarles la máxima independencia funcional en su movilidad

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FOTO: Archivo

El derecho humano a la movilidad de las personas con discapacidad motriz se concatena indefectiblemente con el derecho humano a gozar de una vida independiente y a la inclusión plena en la comunidad, en particular, en su ámbito personal de desenvolvimiento social, tal y como lo previene el artículo 19 del tratado internacional en cita, y se constituye en un presupuesto elemental para garantizar el respeto irrestricto de la dignidad de las personas con discapacidad, atendiendo al principio de autonomía individual que también consagra la misma Convención en su artículo 3 inciso a).

Han pasado ya 15 años y el cumplimiento de las obligaciones que este tratado impone a los órganos de gobierno del estado sudcaliforniano sigue siendo una promesa de campaña inconclusa.

La infraestructura urbana, específicamente la relativa a los accesos a las oficinas públicas y las relativas a la movilidad y el transporte, así como su normatividad reguladora, no han sido debidamente adecuadas para brindar a las personas con discapacidad motriz, las facilidades mínimas indispensables para facilitarles el ejercicio de los derechos de movilidad, independencia, inclusión e integración a la comunidad, derechos fundamentales cuyo ejercicio es presupuesto para el pleno ejercicio de otros derechos humanos tutelados constitucional y convencionalmente, como la igualdad, autonomía, libertad deambulatoria plena y no discriminación, entre otros.

Solo por citar un ejemplo, referiremos el caso de doña Herminia*, persona de la tercera edad con discapacidad motriz, que requiere del apoyo de una andadera mecánica para poderse desplazar. Fue víctima de un delito patrimonial en su domicilio ubicado en el municipio de Los Cabos. Su caso llegó al juzgado penal, y enfrentar el proceso le resultó muy complejo, pues en un arranque de austeridad, el Poder Judicial del Estado cerró el juzgado penal en Los Cabos y trasladó los expedientes al juzgado único del sistema tradicional en La Paz.

Así que, para asistir a las audiencias, doña Herminia tuvo que viajar 200km desde su domicilio al juzgado penal, que se encuentra en la planta alta del Cereso de La Paz. Y aunque el juzgado cuenta con acceso directo desde la calle, los usuarios del sistema deben cruzar todo el patio externo del cereso para ingresar al juzgado, pues por motivos de seguridad el acceso directo del juzgado fue cerrado. Así que doña Herminia tuvo que agregar a su viacrucis procesal el tener que cruzar los 300 metros de ida y vuelta que implica cruzar el patrio externo del cereso, para trasladarse desde el acceso exterior clausurado, hasta las escaleras de acceso al juzgado, cuyo ascenso implica otro complicado esfuerzo, peligroso y extenuante, sobre todo en verano, pues tanto el patio como la escalera de acceso se encuentran a la intemperie.

Una mañana, mientras acompañaba a doña Herminia en su trayecto pedestre de cruzamiento del patio de maniobras externo del cereso, con rumbo al juzgado, pasó a nuestro lado una camioneta de la Policía ministerial con un detenido a bordo. La camioneta se detuvo al pie de la escalera, y de la misma descendieron un detenido y dos agentes ministeriales. Como el detenido iba esposado, los agentes lo ayudaron a subir las escaleras, para presentarlo ante la presencia judicial. Doña Herminia comentó que mientras ella tenía que caminar todo el trayecto y subir sin apoyo la escalera, al detenido lo trasladaban en carro y hasta lo ayudaban a subir las escaleras. Al ver lo anterior, doña Herminia sentenció: Los delincuentes, tienen derechos humanos. Nosotros, las víctimas, no.

Cuando expusimos el caso ante el entonces gobernador en turno, uno de sus auxiliares, asumió el papel de bufón del palacio, y en tono socarrón, soslayando el caso de las personas con discapacidad motriz, refiriéndose a los abogados litigantes dijo no sean flojos, la caminata les sirve de ejercicio. Una carcajada generalizada del cortejo real que rodeaba al gobernador dio por zanjado el tema.

A la fecha, la gran mayoría de instalaciones públicas con oficinas en plantas superiores, carecen de mecanismos adecuados de apoyo para el acceso de las personas con discapacidad.

El derecho humano a la movilidad de las personas con discapacidad motriz es asignatura pendiente en Baja California Sur.

* El nombre es ficticio, el hecho es real

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Las migraciones son los ríos de la cultura

El librero

Ramón Cuéllar Márquez

La Paz, Baja California Sur (BCS).  Leer El blues del migrante del escritor Ramiro Padilla Atondo es un viaje no solo por su vida personal, de alguien que tuvo que emigrar a causa de las crisis económicas en las que nos zambulleron los políticos e intelectuales del neoliberalismo, sino la identidad de los paisanos que se ven en la necesidad de abandonar a sus familias y sus terruños. El migrante es la gota de agua en el río de las civilizaciones, sin ella es imposible que el agua circule, alimente y genere vida, aunque haya unos necios que se afanen en detener el río con diques porque piensan que las aguas de las culturas humanas tienen dueño. Entender esta fundamental premisa ayuda a ser solidarios con el migrante, en un mundo que está lejos de adherirse a dicha sentencia, en especial en los Estados Unidos de América, uno de los países que se ha forjado y beneficiado una historia a partir de la migración. Todos ahí son migrantes, excepto los pueblos originarios, que han sido relegados a reservaciones donde no molesten el porvenir ni el progreso de los blancos, o más bien del capitalismo, base sobre la que se construyó ese país y que diseñó una oligarquía con el propósito de expandirse económica y territorialmente.

Su libro es un largo recorrido por el pensamiento que se va forjando cuando uno se convierte en migrante en un país extraño, pero con el que tiene lazos históricos —no solo consanguíneos y nacionales— debido a la intervención del colonialismo estadounidense, cuando a México le fue arrebatado más de la mitad del territorio allá por mil ochocientos cuarenta y siete. Padilla Atondo no solo nos ofrece la voz de una experiencia sino las voces de miles que han tenido que desplazarse para superar las crisis económicas que gobiernos siniestros implementaron. Porque eso son, siniestros. La manera en que nos cuenta las razones por las que tiene que abandonar a su familia, su llegada, su búsqueda, lo que tiene que enfrentar, su adaptación y la toma de conciencia de lo que significaba vivir en una nación ajena, que sin embargo le ayudó a entenderse y comprender a los propios mexicanos que, como él, tuvieron que migrar por las mismas razones, nos muestra el dolor y el sufrimiento por el que tienen que pasar quienes van en pos de una vida nueva y de un porvenir.

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Dueño de una narración vigorosa, que nos envuelve en su historia de enfrentamientos y superaciones en una tierra que no es la propia y donde se ve forzado a padecer la marginación, el racismo y el clasismo estadounidense, ese que trata de negar en el discurso y muy presente en sus conductas cotidianas, Ramiro Padilla Atondo hilvana las palabras desde las venas de la vivencia, donde podemos hacer un acto de inmersión y palpar sus cadencias, sus ritmos y reflexiones poderosamente poéticas porque ha logrado el acto de la transmutación hacia un nuevo ser humano, uno que se identifica con quienes han tenido que verse a sí mismos como invisibles, como fantasmas, como ausentes luchando por hallar sus destinos, que no obstante sabe perfectamente que a pesar de todo sus raíces mexicanas son más fuertes que la estupidez de los políticos que hundieron a México.

Cada una de las anécdotas son universos que contienen la raíz de lo que sienten y piensan los migrantes, pero sobre todo lo que como mexicanos nos llevamos al estar por allá, de tal modo que el sistema estadounidense no termine por borrarle su rostro identitario, que no le robe su esencia ni que la sustancia sirva para lucrar con ella para justificar sus atrocidades alrededor del mundo. El migrante Padilla Atondo logra con este libro darnos en todo instante, en cada párrafo, las claves para desarrollar un puente con quienes de alguna manera dejaron atrás su mundo y se ven forzados a revolucionarse a sí mismos. No todos lo logran, porque algunos terminan por negar su origen, rechazarlo para que no los identifiquen con el otro, el menospreciado por los blancos sajones, quienes se han erigido en la norma de belleza, ideología y pensamiento del mundo. Hay recreaciones extraordinarias como la de Ernesto Guevara, El Che, y James Bond, el espía ficticio en la gran pantalla; me parece a mí que ese pasaje retrata muy bien las relaciones entre el tercer mundo y el primero, donde el tercer lleva la ventaja porque ha entendido en lo que han convertido la Patria Grande que es Latinoamérica, debido a que se tiene que entender desde lo profundo de nuestras sociedades lo que somos y de cómo la lucha social nos ha dado mayor comprensión de nuestras cosmogonías.

Todo migrante y todo mexicano debe leer este libro, lleno de pedagogía política sin que tenga ese propósito, sino el de contar las vivencias para conectarnos con el migrante y de cómo las revoluciones de conciencias son las nuevas formas de transformación de las sociedades.

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Aloha Vaquero: Un Encuentro Cultural entre Ranchos de México y Hawái

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Este sábado 13 de enero del 2024, los amantes de la cultura y la historia tuvieron el placer de sumergirse en el fascinante mundo de Aloha Vaquero, una exposición que revela la sorprendente conexión entre los rancheros mexicanos y la arraigada cultura vaquera que ha perdurado en las hermosas islas de Hawái durante casi dos siglos. La invitación, cortesía de nuestro buen amigo Miguel Ángel de la Cueva, nos permitió descubrir un capítulo poco conocido pero crucial en la historia de estas tierras paradisíacas.

La inauguración de la exposición tuvo lugar en un entorno acogedor, con el personal del museo desplegando calidez y profesionalismo desde nuestra llegada. Cada detalle en la organización fue cuidadosamente atendido, garantizando una experiencia inolvidable para todos los presentes.

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La ceremonia de apertura, puntualmente a las 13:00 hrs., nos brindó una visión integral del propósito de Aloha Vaquero. Se destacó la importancia de los rancheros mexicanos de la Alta California como pioneros fundamentales en la configuración de la tradición vaquera que aún perdura en Hawái. El resumen histórico ofrecido nos sumergió en un viaje a través del tiempo, revelando la conexión cultural única entre dos mundos aparentemente distantes.

La Sala de Exposiciones Temporales del Museo del vaquero de las Californias en el poblado de El Triunfo, B.C.S., fue el marco de nuestro viaje visual y educativo. Allí, nos encontramos con el renombrado artista visual y fotógrafo naturalista, Miguel Ángel de la Cueva. Sus cautivadoras fotografías, tomadas en los ranchos de nuestra querida Sudcalifornia, sirvieron como puentes visuales entre dos culturas aparentemente divergentes. La similitud sorprendente entre la vestimenta y las herramientas de trabajo de los rancheros mexicanos y los vaqueros hawaianos se hizo evidente, creando una narrativa visual que ilustra la fusión de estos dos mundos aparentemente dispares.

La tarde transcurrió con una generosa oferta de alimentos y bebidas para los asistentes, creando un ambiente de camaradería y celebración. Un espectáculo artístico envolvente, con bailes alusivos y canciones típicas de Hawái, agregó un toque festivo a la experiencia, consolidando la conexión cultural entre estas dos regiones.

La exposición Aloha Vaquero no es solo un evento cultural; es un puente que une dos tierras distantes a través de una tradición compartida. Invitamos a toda la ciudadanía a sumergirse en esta reveladora exposición, que estará abierta al público a partir del lunes 15 de enero. Descubran la riqueza de la historia vaquera, la conexión entre ranchos mexicanos y la isla de Hawái, y la continuidad de esta fascinante tradición que ha resistido la prueba del tiempo. No se pierdan la oportunidad de explorar “Aloha Vaquero” y descubrir la inesperada hermandad entre estas dos culturas aparentemente dispares.

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Aquaman y el Reino Perdido: en el mar no toda la mierda flota

Colaboración especial

Alejandro Aguirre Riveros

La Paz, Baja California Sur (BCS). En el mar toda la mierda flota pero ni siquiera eso logra Aquaman y el Reino Perdido: la segunda entrega del superhéroe acuático es un pedazo de cerote que se hunde más rápido que el ancla de un crucero. Dirigida por James Wan, mejor conocido por las sagas de Saw y El Conjuro, esta vez pasa de ser el maestro del terror a ser el terror de taquilla. Con un presupuesto de 215 millones de dólares estamos ante una de las películas más caras de la historia de la humanidad y aún así, ¿no pudieron comprar un guion decente? Porque claro: ¿quién necesita un guión cuando tienes efectos especiales?

Martin Scorsese ya nos lo había advertido al expresar su postura ante las películas de superhéroes: “eso no es cine. Son como un parque temático”. Una frase que recalca la manera en que los grandes estudios gringos detrás de estos bodrios tratan a su público: como adultos infantilizados capaces de consumir cualquier cosa que se les pongan enfrente. ¿Trama? ¿Sentimientos? ¿Para qué? Tenemos explosiones y capas. O en este caso mallas verdes y tridentes.

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Dejémoslo claro: Aquaman es más un meme que un superhéroe. El gran contrasentido es su postura especista y utilitaria hacia la misma vida marina que pretende defender. No obstante, la revisión que hace Wan del mismo no parece abarcar el más mínimo atisbo de autocrítica. Al contrario, expande la narrativa tóxica tan característica en las grandes sagas norteamericanas: Aquaman es otro hombre blanco salvador, pero esta vez, de peces. Porque, obviamente, los delfines y los tiburones necesitaban un líder humano… blanco y hermoso. Y carismático. Tan hermoso y carismático como puede ser Jason Momoa (eso no lo vamos a negar). Pero ni siquiera esto logra sacar a flote este titánico fracaso.

Aquaman y el Reino Perdido, al igual que la mayoría de las películas de superhéroes, con algunas excepciones (te estamos viendo a ti Logan), recurre a un lenguaje audiovisual superficial y cacofónico. No obstante, en esta ocasión se torna aún más cringeoso al ser básicamente Thor pero con un título diferente: un heredero (Aquaman/Thor) de un reino mágico oculto (Atlantis/Asgard) enfrentando un peligro inminente (Black Manta/Destroyer) con la ayuda de un hermano conflictivo (Orm/Loki). Mientras tanto, el interés amoroso (Mera/Jane Foster) oscila entre una figura pasiva y una mujer empoderada.

En pocas palabras, la trama de esta cinta está basada en la función Ctrl+C y Ctrl+V. El resultado son dos horas de diálogos intentan ser humorísticos pero provocan más bostezos que risas. Aunque quizás lo peor son los efectos especiales cuya estética se asemeja a un videojuego de los años noventa. Las escenas de acción son tan cutres que más de un espectador desprevenido podría dudar si la calidad en declive de la experiencia Cinépolis ahora incluye copias piratas.

Lo más lamentable es ver actores de renombre esforzándose por formar parte de estas lamentables producciones en un intento desesperado por ser chidos y estas en la “onda” de los superhéroes. En la última película de DC, Blue Beetle, vimos a Susan Sarandon y Damián Alcazar haciendo el ridículo. Y ahora, es Nicole Kidman quien se encuentra en esa situación, sin una verdadera necesidad más allá del generoso cheque que probablemente recibió por su papel robado de La Sirenita.

 

Aquaman y el Reino Perdido es un gran letrero de bienvenida al nuevo Hollywood post SAG-AFTRA donde actuar es solo un filtro de Instagram. Si es que se puede llamar actuación a una serie de personajes y tramas que parecen escritos por una desalmada inteligencia artificial.

La película a pesar de su presupuesto da la impresión de que no se realizó con un auténtico interés creativo. Su existencia parece estar motivada únicamente por consideraciones comerciales, careciendo de una verdadera visión artística. La segunda entrega de Aquaman ejemplifica a la perfección como el cine de superhéroes se ha vuelto repetitivo y carente de originalidad. Aunque quizás, en un esfuerzo por ver el vaso medio lleno, podríamos decir que la cinta funciona como un acertado test para diagnosticar individuos con tendencias esquizoides: si alguien te dice que le gustó Aquamany el Reino Perdido, ¡alerta roja!, estás ante una víctima de lobotomía cultural. Consejo: mantén distancia, puede ser contagioso.

@Alex_Escribe

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Proyecto carretero: Ruta de las misiones de BCS una opción turística para los municipios de Comondú y Loreto

 

 

Explicaciones Constructivas

Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El estado de Baja California Sur se ha distinguido por los historiadores, como la cuna de todas las misiones de las Californias, y no por nada, pues los misioneros jesuitas traídos por los conquistadores españoles a estos inhóspitos lugares y carentes de cultura indígenas nómadas.

La primera misión fundada fue en el aquel año de 1697 en el asentamiento indígena denominado Conchó, y que los misioneros fundaron esa misión con el nombre de misión de nuestra señora de Loreto. Al mismo tiempo fue declarada capital de todo el extenso territorio de Las Californias, y qué a diferencia del macizo continental de la Nueva España, estos lugares sufrieron mucho abandono de las autoridades centralistas; en mucho por las condiciones extremas de calor, poca disponibilidad de agua y con nula presencia de minerales. Esta condición de abandono se alargó hasta ya entrado el siglo XX, cambiando drásticamente con la colonización del Valle de Santo Domingo y posteriormente la explotación turística del sur del estado.

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Después, de que en 1777 Loreto dejó de ser la capital de las Californias toda la zona centro de lo que hoy es el estado de Baja California Sur y todas las misiones incluidas, se vinieron abajo y varias de ellas se fueron cayendo en pedazos por la falta de mantenimiento, como la misión de La Purísima de Cadegomó. Recordemos que ya el 7 de abril de 1772, se emitió un decreto real donde la extensa región que conformaba las Californias, dividía esta en dos partes, las Alta California (Nueva California) y la Baja California (Vieja California).

Ya en la etapa moderna de la historia de México, el territorio de la Baja California, la que le quedó a México, después de la guerra con estados Unidos, se dividió en territorio Norte y Sur. Y así llegamos hasta el 8 de octubre de 1974, donde se creó el estado constitucional de Baja California Sur.

Podemos decir que desde su creación, el desarrollo económico ha crecido exponencialmente cada año, derivado del potencial turístico de sus playas y la cercanía con los turistas estadounidenses y canadienses.

Desafortunadamente el crecimiento económico está muy desigual y la zona sur del estado y lo que comprende los municipios de La Paz y Los Cabos están muy por encima del resto de los municipios de Baja California Sur en lo que se refiere a infraestructura de todo tipo.

Y se tiene también que el tema del turismo cultural debido a la presencia de las misiones más antiguas fundadas en las Californias por los jesuitas, está muy poco explotado. Las misiones que aún se conservan en buen estado, son las ubicadas en los municipios del centro y norte del estado, por lo que una inversión en infraestructura de acceso y difusión turística podría ser un detonante para impulsar este tipo de turismo, sobre todo, levantar las economías de estos municipios.

Una propuesta muy interesante que abarcaría 4 misiones históricas de la zona ventral de Baja California Sur sería la creación de La Ruta de las Misiones de BCS. Este proyecto se ocupa prácticamente en construir una red de carreteras pavimentadas por la sierra de la Giganta, donde el visitante podría viajar en el tiempo e imaginarse los recorridos de los misioneros jesuitas en el siglo XVIII; y por defecto sería una importante creación de empleos para los lugareños y también el poder sus productos nativos de la región.

Las 4 misiones que se beneficiarían con el proyecto serían: la misión de Loreto Conchó, la misión de San Javier Viggé Biaundó, la misión de san José de Comondú y la misión de La Purísima Cadegomó (actualmente destruida). Todas ellas en la sierra de la Giganta, con excepción de Loreto que está nivel del mar.

Vale la pena comentar que actualmente existe caminos de terracerías entre algunas de ellas, por lo que la inversión en caminos pavimentados sería por donde está actualmente el camino vecinal, y se tiene la ventaja que entre la misión de Loreto y San Javier ya existe pavimento.

La distancia entre la misión de Loreto y la misión de La Purísima (ambas en los extremos) es de 107 kms, de los cuales 27 kms ya se encuentran pavimentados, por lo que únicamente se tendrían que pavimentar 80 kms, donde la mayoría corresponden al municipio de Comondú.

Las distancias entre ellas quedan de la siguiente manera: de la misión de Loreto a la misión de San Javier hay 38 kms totalmente pavimentados, en dicho camino y en el km. 27.5 en el lugar denominado Rancho Viejo, sale el entronque del camino hacia San José de Comondú en tramos casi completamente por montañas con una distancia de 42 kms; y desde la misión de San José de Comondú hacia la misión de La Purísima el recorrido es de 38 kms en terracería con una topografía no tan serrana.

En un sueño futuro y con pavimentación, sería fascinante recorrer esta ruta y empaparnos con la historia de las californias, y tal vez con una buena inversión hotelera, podremos llegar a contemplar los bellos paisajes de los oasis sudcalifornianos en el mismo lugar; ojalá y que pronto pueda suceder.

 

Escríbenos…

noeperalta1972@gmail.com

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