Abre Conalep de BCS dos nuevas carreras: Administración y Urgencias

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La Paz, Baja California Sur (BCS). A partir del ciclo escolar 2025-2026, el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep de BCS) ofrecerá dos nuevas carreras: Administración y Atención a Urgencias Médicas, así lo dio a conocer Sandra Lili Herrera Nagafuchi, directora del Subsistema Educativo, a través de un comunicado oficial.

La carrera en Administración dispondrá, en el municipio de Los Cabos, un enfoque hacia el idioma inglés; en tanto que, en La Paz, al área de ventas; esto derivado de las necesidades del mercado laboral, lo que permite mayor vinculación con el sector productivo.

La funcionaria señaló que la institución ofrece, además, áreas técnicas en Turismo, Alimentos y bebidas, Enfermería y Electromecánica, como excelentes opciones de estudio y preparación para las y los estudiantes de bachillerato, al recibir capacitación y preparación técnica de calidad y acorde a las necesidades productivas de la región, así como en beneficio las juventudes egresadas.

En este sentido, comentó que durante el nuevo ciclo escolar se contará con nuevos talleres y un laboratorio de realidad virtual, en el que las y los jóvenes podrán tener un enfoque más amplio de su campo de especialización, preparándolos de acuerdo a las nuevas tecnologías.

Asimismo, agregó que será a finales del mes de febrero que iniciará el periodo de prerregistro y la difusión en las escuelas secundarias de La Paz y Los Cabos, en el que estudiantes podrán conocer más de la oferta educativa que se ofrece.

Finalmente, Lili Herrera destacó que Conalep de BCS es una de las instituciones educativas en nivel bachillerato con mayor reconocimiento en la entidad y en el país, toda vez que los egresados tienen la oportunidad de contar con la expedición de una cédula profesional técnica y una certificación laboral en el área en la que se especializan, garantizando así la calidad de los trabajos a desempeñar, concluye el boletín de prensa.




Gana BCS primer lugar en ExpoCiencias Nacional 2024

FOTO: COSCYT.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Entre 504 proyectos representantes de las 32 Entidades Federativas, y 8 países invitados (Belice, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Luxemburgo, Paraguay y Sudáfrica), la delegación de Baja California Sur obtuvo primer lugar nacional, así como nueve acreditaciones a eventos internacionales en la ExpoCiencias Nacional 2024, informó Sara Díaz Castro, directora General del Consejo Sudcaliforniano de Ciencia y Tecnología (COSCYT).

Indicó que durante este importante evento, desarrollado del 4 al 6 de diciembre en Villahermosa, Tabasco, 20 equipos sudcalifornianos expusieron sus proyectos científicos, lo que representa un importante avance educativo, científico y tecnológico que brinda orgullo a la entidad.

Cabe destacar que el proyecto en búsqueda de antimicrobianos en fagos para acuicultura, de Carolina Arévalo Camacho y su asesora Iraís Ramírez Sánchez, de la Preparatoria Juan Pablo II, obtuvo primer lugar absoluto de Expociencias Nacional; recibiendo acreditación al Stockholm Youth International Science Seminar 2025 en Suecia, donde convivirá por una semana con los nominados al Premio Nobel.

Los trabajos que recibieron distinción con acreditaciones a eventos internacionales fueron los siguientes: SAEB-Life, del CECYTEEMSAD 13, a Talent Land México, de plástico a asfalto sostenible, de CETMAR 21, a Ecuador; trazando puentes hacia el futuro de la educación: estrategias de aprendizaje en niños con autismo, de la Universidad Internacional de La Paz, y garfel, creaciones de garbanzo, del Instituto Tecnológico Superior de Ciudad Constitución, ambos acreditados a España.

Asimismo, SHAR sistema de alarma para las comunidades sobre la creciente de agua en los arroyos de BCS, a Milán Italia, el templo del buzo, análisis de desigualdades enunciadas en el arte todosanteño, de la escuela de La Palapa, e hidrógeno verde como combustible para la producción de energía eléctrica en la planta de Punta Prieta, The Palapa Society of Todos Santos, acreditados a Inglaterra, y Bibliorefri BCS, de la Preparatoria Maestro José Vasconcelos, acreditado para Canadá. Además, guardianes de los cielos oscuros, de la escuela Luis Donaldo Colosio recibió reconocimiento como proyecto sobresaliente.

Díaz Castro mencionó que en estos espacios al promover un ambiente que fomenta un espíritu crítico e innovador en niños y jóvenes, propicia la investigación científica y una cultura de cambio frente a los retos actuales de la humanidad.

Finalmente, agregó que México es el país con mayor participación a nivel internacional; y Baja California Sur se ha caracterizado por ser un semillero de talentos con proyectos que han destacado mundialmente y de manera indiscutible en los últimos años.




Hito trifinio en Baja California Sur

IMÁGENES: Google Earth.

Explicaciones Constructivas

Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Cuando tres países, estados o regiones, políticamente diferentes, coinciden sus fronteras, se dice que un punto trifinio. El término del latín trifinium significa «lugar donde confluyen tres jurisdicciones territoriales».

En el mundo existen varios puntos trifinios entre países independientes, y dos de los más famosos se encuentran en Sudamérica; uno de los puntos fronterizos esta entre Bolivia, Chile y Perú, donde existe un monumento y el otro es un atractivo turístico que se forma en la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay en la confluencia de los ríos Iguazú y Paraná, que tienen las bellísimas cataratas de Iguazú del lado argentino y brasileño.

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También entre entidades federativas existe este fenómeno, siendo en México el más famoso el punto Put, donde tienen su frontera los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, y que ha sido objeto de muchas disputas territoriales en la región, al grado que cada Estado lo reconoce en diferente lugar.

En Baja California Sur existe únicamente un punto trifinio entre los municipios que lo conforman, y estos son Comondú, Loreto y Mulegé. El punto limítrofe entre los tres municipios está en el cruce de la carretera transpeninsular y el arroyo denominado Cadejé, muy cerca de la Bahía Concepción.

La palabra hito significa mojonera ó algún elemento de piedra para señalar el fin de una región. Se ponen en los límites de terrenos y cuando la frontera es importante señalarla o, turísticamente apropiada, se construyen grandes y vistosos monumentos.

En el punto trifinio de los municipios mencionados, se hizo el intento de construir un hito en el lugar exacto, pero como dicho lugar corresponde a un arroyo, se decidió moverla 1.5 kilómetros al Norte, en una vista hacia la Bahía Concepción. Incluso en la actualidad, y en el lugar exacto donde está el punto limitante, hay un puente debido a la crecida del arroyo en temporadas veraniegas.

Las coordenadas exactas donde está el punto de confluencia de los tres municipios es 26 grados, 33 minutos, 14.84 segundos Norte y 111 grados, 46 minutos, 23.60 segundos Oeste.

El monumento que se construyó es una concha de concreto y en la parte posterior tienen incrustado un mapa metálico del municipio de Comondú y Loreto, antes de que se separaran en el año de 1990. Actualmente está muy descuidado y despintado, y sigue siendo el lugar donde los automovilistas se detienen a tomarse la foto cuando transitan hacia el Norte y como tipo ritual, dar la bienvenida al municipio de Mulegé.

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Los rituales funerarios de los antiguos californios. Un viaje a través de la muerte y el Más Allá

FOTOS: Internet.

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Desde tiempos inmemoriales, la muerte ha sido un evento que las sociedades humanas enfrentan con complejos rituales y creencias. En la península de Baja California, las culturas indígenas que habitaron estas tierras desarrollaron un profundo vínculo entre sus cuerpos, la naturaleza y el Más Allá, plasmando su visión de la vida y la muerte a través de intrincados rituales funerarios. Estos rituales, algunos de los cuales perduraron por milenios, son consecuencia de una rica tradición espiritual que ha sido documentada tanto por misioneros como por exploradores, y más tarde, investigada por antropólogos.

La información que tenemos sobre las prácticas funerarias de los pueblos indígenas de Baja California proviene de tres principales tipos de fuentes. En primer lugar, los escritos de misioneros jesuitas como Miguel del Barco, Francisco Javier Clavijero y Juan Jacobo Baegert, entre otros, que ofrecen descripciones detalladas de los rituales que observaron durante su evangelización de la región. Estos relatos proporcionan una ventana a los primeros contactos entre los colonizadores europeos y los nativos californios.

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En segundo lugar, también contamos con los testimonios de soldados, marinos y exploradores que convivieron con estos grupos étnicos. Uno de los más notables es Francisco de Ortega, quien en 1632 narró un ritual fúnebre entre los guaycuras en La Paz. Su relato describe el velorio de tres días tras la muerte del hijo de Bacari, un líder local, y el proceso de duelo en el que los amigos y familiares se cortaban el cabello y pintaban sus cuerpos de negro. Este tipo de fuentes ofrecen una visión externa sobre la interacción entre los colonos y las costumbres indígenas.

Finalmente, el trabajo de antropólogos e investigadores que han estudiado los entierros antiguos a partir del siglo XIX ha sido crucial para entender la evolución de las prácticas funerarias en la península. Nombres como León Diget, Harumi Fujita, Martha Elena Alfaro, Cecilia Sánchez y Antonio Rosales-López destacan entre los estudiosos que han aportado hallazgos sobre las prácticas mortuorias. Estos estudios han desvelado rituales como el «segundo entierro», practicado entre los guaycuras, donde los restos de los difuntos eran desenterrados, pintados y reorganizados meses después de la muerte.

El cuerpo como símbolo y objeto ritual

En las sociedades antiguas de la península de Baja California, el cuerpo no era simplemente una entidad biológica; era un artefacto cultural que trascendía la muerte. En muchas religiones indígenas, el poder del cuerpo se trasladaba al espíritu, y los rituales funerarios garantizaban el tránsito de la persona al Más Allá. Según el antropólogo Alfonso Rosales-López, el concepto occidental de la muerte no existía en estas culturas. En lugar de desaparecer, el individuo se fundía con el universo a través de los rituales funerarios, integrándose de nuevo en el ciclo natural.

Los primeros seres humanos que llegaron a la península de Baja California, hace aproximadamente 12,500 años, no desarrollaron de inmediato una cultura funeraria estructurada. Es probable que los cuerpos de aquellos que morían fueran abandonados sin mayor ceremonia. Sin embargo, alrededor de 5,500 años atrás, con el surgimiento de sociedades semi-sedentarias, se comenzaron a realizar entierros formales. Esta transición hacia rituales funerarios más elaborados refleja el desarrollo de una mayor complejidad cultural y social en estos grupos.

El ritual funerario en la Antigua California

Los guaycuras, cochimíes y pericúes, algunos de los grupos étnicos que habitaron la península, concebían la muerte y los rituales funerarios de maneras distintas, pero compartían algunos elementos en común. Las descripciones de Francisco de Ortega y otros exploradores documentan rituales donde el duelo no sólo incluía el luto verbal, sino también el físico. Los familiares de los fallecidos se golpeaban la cabeza con piedras filosas hasta sangrar, como muestra de respeto y dolor por la pérdida.

En los funerales de los guaycuras, según el misionero Juan Jacobo Baegert, el cuerpo de los difuntos solía ser cremado o enterrado en una cueva. También existía la costumbre de «enroscar» el cuerpo de los fallecidos, es decir, flexionar sus extremidades inferiores hacia atrás y atarlas con cuerdas. Solo aquellos que morían en batalla eran enterrados en posición boca arriba, como símbolo de honor. Además, el Guama, un hechicero o chamán, dirigía el ritual y pedía mechones de cabello del difunto y sus familiares como pago por sus servicios.

Uno de los rituales más fascinantes descritos por Rosales-López es el «segundo entierro». Pasados tres o cuatro meses de la primera inhumación, el cuerpo del difunto era exhumado y sus huesos cuidadosamente separados y pintados con pigmento ocre. Luego, los restos eran envueltos en piel de venado y enterrados de nuevo. Este proceso, que puede parecer macabro a los ojos modernos, era parte de una creencia que sostenía que el difunto no encontraba paz hasta que su cuerpo era reorganizado y sus huesos eran purificados.

Creencias sobre el Más Allá

Las creencias sobre lo que sucedía después de la muerte variaban entre los diferentes grupos étnicos de la península. Según Francisco Javier Clavijero, los pericúes creían que aquellos que morían flechados no iban al cielo, sino que eran llevados a una cueva donde moraba Tuparán, un ser castigado por rebelarse contra el dios creador Niparajá. Por su parte, los guaycuras creían que ciertos espíritus llamados «mentirosos y engañadores» capturaban a los hombres y los escondían bajo tierra para que no pudieran ver al «Señor que vive».

Los cochimíes, por otro lado, sostenían que los muertos venían a visitarlos una vez al año desde los «países septentrionales», durante una festividad conocida como «el hombre venido del cielo». Durante esta celebración, un hombre disfrazado de mensajero traía mensajes de los difuntos a sus familiares, quienes lo recibían con reverencia. Estos rituales, complejos y profundamente simbólicos, muestran cómo los antiguos habitantes de Baja California mantenían una conexión constante con sus ancestros y el Más Allá.

Influencias externas y evolución de las prácticas funerarias

Con el tiempo, las costumbres funerarias de los pueblos indígenas de Baja California fueron evolucionando, influenciadas por migraciones y contactos con otras culturas. Los antropólogos han identificado tres fases principales en la evolución de los entierros en la península. La primera, hace unos 5,500 años, vio el inicio de la sepultura de cuerpos en posición flexionada. La segunda, hace unos 3,500 años, introdujo el seccionamiento de cuerpos y su entierro en las playas. Finalmente, a partir del año 1,200 d.C., comenzaron a enterrarse los cuerpos en abrigos rocosos, una práctica posiblemente traída por grupos migrantes del Nnorte.

La llegada de los europeos también trajo nuevas influencias a las prácticas funerarias. Los misioneros jesuitas intentaron erradicar algunas de las costumbres más violentas, como el autoflagelamiento de los dolientes, aunque con poco éxito. Además, la cremación de cuerpos y el entierro boca abajo, costumbres comunes entre los guaycuras y los cochimíes, podrían haber sido influenciadas por prácticas funerarias de Sinaloa y Sonora.

La rica y variada cultura funeraria de los antiguos habitantes de Baja California revela no sólo su visión de la muerte, sino también su profunda conexión con el entorno y el cosmos. Los rituales funerarios eran una forma de asegurar que el individuo, aunque muerto, permaneciera conectado a la tierra y a su comunidad. A través de los estudios antropológicos y los relatos históricos, podemos conocer y apreciar la complejidad de estas prácticas, que nos ofrecen una visión fascinante de cómo las culturas prehispánicas entendían el ciclo de la vida y la muerte.

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La salina abandonada en la Isla del Carmen, BCS

FOTOS: Internet.

Explicaciones Constructivas

Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El golfo de California está compuesta por muchas islas, muchas de ellas con playas inigualables en medio de los paisajes desérticos propios de la península de Baja California. Este mar que hace que la península fuera catalogada como una isla por los exploradores españoles del siglo XVI, en aquel tiempo tuvo el nombre original de California, pero, con el paso del tiempo, la Unión Americana se apropió del nombre, dejando para México el nombre de Baja California. Lo paradójico, es que actualmente el Estado de Baja California Sur, tiene una condición casi de isla, al tener gran parte de su comunicación vía marítima y aérea con el México continental.

Dentro de las islas bajacalifornianas del golfo se encuentra la isla del Carmen, que se encuentra frente al pueblo histórico de Loreto y dentro del parque nacional Bahía de Loreto. Esta isla, tiene una historia antigua y ligada con los misioneros jesuitas que vinieron a evangelizar tierras californianas, porque cuando se descubrió sirvió como abastecimiento de sal a todas las misiones recién establecidas. En la parte Noreste de la isla, se encuentra una salina de origen natural, que al momento de descubrimiento, llamó la atención a los descubridores por la pureza de la sal y su naturalidad. Fue durante la fundación de la Misión de Loreto, cuando ya se tenía conocimiento de esta salina en la isla, ya que se tenía que llegar a ella forzosamente al arribar al puerto de Loreto.

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La extracción de sal se dio a pequeña escala cuando se descubrió debido a la falta de técnicas adecuadas, pero fue hasta el año de 1875, que una empresa de los hermanos Viosca, del puerto de La Paz, le dio un uso más intensivo y empezó a construir la infraestructura necesaria y las primeras edificaciones, así como una vía férrea de locomotora de 600 metros, para acercar la sal a un muelle que también se construyó.

Con el advenimiento de La Revolución Mexicana y debido a la lejanía de la región, le salina pasó a manos de la empresa Santa Fe Railroad y poco después a otra empresa inglesa Pacific Salt Co. Limited, que no invirtieron más, que lo que ya se había construido con anterioridad.

Alrededor del año 1945, la misma empresa inglesa con sede en Londres, intentó renovar y modernizar la salina, al mismo tiempo que cambia de nombre por el de Salinas del Pacífico, S.A. para tener un acercamiento con el gobierno mexicano.

Debido a la baja cantidad de sal, comparada con otros yacimientos cercanos, y también la insistencia del gobierno central de convertir en áreas naturales protegidas a todas las islas del golfo de California, fue como el proyecto llegó a su fin en 1978, con la declaratoria de zona natural de área protegida.

En la actualidad, el pequeño poblado se encuentra abandonado, y únicamente vive un velador, pocas veces un grupo de pescadores y en temporada vacacional es visitada por turistas. La pequeña capilla de la Virgen del Carmen, es la edificación que se encuentra en buen estado únicamente.

Las coordenadas de la salina en la isla del Carmen es de: 26 grados 00 minutos 48 segundos Norte  y 111 grados 06 minutos 11 segundos Oeste. En las imágenes satelitales aún se pueden apreciar el banco de sal natural en la bahía Nororiental de la isla, y en la capital histórica de Loreto, se pueden tomar tours hacia la isla haciendo un recorrido de 2 horas y disfrutando de la belleza de sus playas.

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