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La Paz, Baja California Sur (BCS). De acuerdo al estudio realizado por Carmen María González, alumna de la maestría en Ciencias Marinas y Costeras de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), la oscilación sureña del fenómeno “El Niño” en el Pacifico mexicano ha ocasionado fuertes impactos sobre los corales. A raíz de ello, trabaja en una investigación para estimar la cobertura de coral vivo en ocho zonas en el occidente de México, que pudieran haber sido afectadas por este fenómeno climático, informó la propia universidad.

De acuerdo con  la metodología del estudio, tanto en Isla espíritu Santo, Cabo Pulmo, Islas Marietas, entre otras, se realizaron muestreos para estimar la abundancia de coral, entre los años 2014 y 2016, de manera que se tuviera información de la cobertura viva antes, durante y después del evento de “El Niño” de 2015, considerado como muy fuerte.

Para determinar los umbrales de blanqueamiento, afectación que sufren los corales debido a situaciones de estrés por cambios ambientales, se obtuvo de la temperatura superficial de cada sitio por medio satelital.

A pesar de que el fenómeno de “El Niño” ocurrido en 2015 se considera de gran magnitud por los impactos que generó a escala global, según sugieren los resultados de la investigación no tuvo consecuencias permanentes en la cobertura de coral vivo, pues permaneció estable en todos los sitios de estudio; incluso, aumentando en algunos.

Al respecto, Carmen González sugiere que los corales se han ido ajustando a las condiciones climáticas, lo cual podría estar correlacionado con la mortalidad masiva que se registró en 1997 y al incremento gradual en el umbral de blanqueo. Esto quiere decir que evolucionaron en sus niveles de adaptación, así que las condiciones que en 1997 eran anómalas, ahora son más normales.

Sin embargo, la joven investigadora recomienda seguir monitoreando a las comunidades arrecifales del Pacífico mexicano cada año, para contar con una mayor cantidad de datos que comparar.

Asimismo, indica que sería muy útil complementar este tipo de trabajos con otros que se enfoquen en áreas adyacentes a esta región e, incluso, de otras partes del mundo,  a fin de tener una idea más clara y precisa de qué está ocurriendo a escala global con los corales y poder tomar medidas de conservación y preservación más contundentes.