Teorías sin pruebas directas

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La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Las teorías son modelos de la realidad, especulaciones filosóficas a modo de explicación de ciertos fenómenos o hechos. Históricamente, compiten entre sí en un fragor no solo científico sino también político.

Y, aunque idealmente se evalúa la eficacia de las teorías probando a posteriori su funcionamiento, escogiendo, de entre los modelos posibles, aquellos que mejor se adapten empíricamente al fenómeno que se estudia; muchas de las inferencias son más indirectas de lo que se puede esperar. Esto no es banal ya que, como apunta Feyerabend, varios hechos pueden valer para dos teorías antagónicas. El mismo conjunto de datos observacionales puede ser compatible con teorías muy distintas.

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Piense usted en el experimento con el interferómetro de Michelson y Morley que resultó en que la velocidad de la luz es constante. Los datos mismos fueron interpretados en tres teorías diferentes e incompatibles: la de Lorentz, la de Michelson y la de Einstein.

También cabe la posibilidad de que teorías discrepantes entre sí sean asimismo conformes con los hechos. Piensen en la teoría de Einstein contra la de Newton. Aunque la relatividad explica mejor ciertas especulaciones sobre la masa y el espacio tiempo, los físicos no arrojan a la basura la teoría de Newton. Recordemos la frase del cosmonauta del Apolo XI cuando abandonó la Tierra: “Señores, ahora es Newton quien nos conduce”.

En suma, no todas las teorías se derivan de los hechos ni son consistentes con ellos. Los hechos no refutan ni confirman la teoría. Algunas, incluso, terminan siendo falacias de correlación como la frenología, tan popular en el siglo XIX.

Que sobreviva o que se descarte una teoría no siempre depende de esto sino de las condiciones histórica y políticas ajenas a la ciencia. Piense usted en la teoría de la selección natural por medio de la lucha por la vida como explicación del origen de las especies, teoría que hizo el persa Al Yahíz en el siglo IX pero que fue aceptada parcialmente mil años después, cuando fue enunciada por Darwin y Wallace.

O la teoría heliocéntrica enunciada por Aristarco en el siglo III a.C y desarrollada por astrónomos islámicos en el siglo XIV como Ibn al-Shatir, pero que fue aceptada hasta 300 años después, en la versión de Copérnico, gracias a los esfuerzos de Kepler y Galileo.

Evaluar las pruebas indirectas de las teorías va desde los arbitrario hasta lo experimental, pero entre menos falsable sea una teoría según Popper corre el riesgo de ser encasillada como pseudociencia. Por otro lado, la escuela española del materialismo filosófico toma en cuenta la teoría del cierre categorial para criticar las teorías y ubicarlas en distintas categorías.

Ahora bien, las teorías son inconmensurables y también muy ajenas entre sí, las ciencias son bastante heteróclitas y no es lo mismo teorizar sobre electrones que sobre la conducta de los delfines o de porqué los humanos sentimos placer al dañar a otros humanos.

Aquí una pequeña lista de teorías actuales sin hechos que las avalen, con casi nula posibilidad de experimentación o con hechos muy indirectos que podrían ser aplicables a otras explicaciones:

  • El origen de la vida por medios abióticos químicos y la autorregulación de la materia. Aunque un gran espaldarazo a esta fue la síntesis de aminoácidos gracias al experimento de Urey y Miller, no resuelve el enigma de como la materia adquiere la configuración de lo vivo.
  • La Panspermia y el Creacionismo.
  • La teoría de la inflación cósmica. George Ellis afirma que es más metafísica que astronómica y la acusa de falacia ad hoc. Esta teoría implica un concepto llamado inflatón que parte de la nada.
  • La materia y la energía oscuras.
  • La formación de las galaxias por acreción.
  • El psicoanálisis de Freud.
  • El inconsciente colectivo como arquetipos inconscientes de Jung.
  • La selección natural darwiniana.                                         
  • La teoría neutralista de la evolución molecular de Kimura.
  • La mayoría de las teorías matemáticas no relacionadas con el mundo físico.
  • La teoría de los taquiones, partículas que viajarían más rápido que la luz.
  • El Big-Frezze.
  • La teoría de los multiversos y de los portales entre ellos.
  • La teoría de las cuerdas, teoría de supercuerdas o M.
  • Teorías de somatotipos de la personalidad.
  • Teoría del espacio tiempo superfluido.
  • La condensación fantasma que produciría materia oscura.
  • Los neutrinos estériles.
  • Teoría holonómica del cerebro. Sugiere que la conciencia emerge de efectos cuánticos entre las neuronas.
  • La evolución de los homínidos en cuerpos de agua bajos. Teoría del simio acuático.

Son algunas teorías actuales que no se pueden resolver de manera directa, pero soportan modelos para explicar ciertas realidades a diversas escalas.

Cada día aparecerán nuevas, desplazarán a otras, volverán viejas nociones, reaparecerán espectros del pasado y surgirán nuevas doctrinas más o menos malinterpretadas. La imaginación resulta la base de ellas y, en el futuro, quedarán como preciosas joyas poéticas u olvidados mitos de épocas arcaicas.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.

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La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

Doctor en Ciencias Marinas. Recibió el Premio Internacional de Divulgación Científica “Ruy Pérez Tamayo” en 2012. Entre sus libros sobre temas científicos destacan “Tiburones, supervivientes en el tiempo” y “Ensayos en Filosofía Científica” en coautoría con David Siqueiros.

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