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Lenguaje inclusivo

FOTOS: Internet

Sexo + psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hace unos pocos días se viralizó un video donde una persona que se identifica como no binaria reclamaba en medio de sollozos: ¡No soy tu compañera, son tu compañere! Aunque el video duro apenas unos segundos, ha logrado abrir el debate sobre cómo usamos el lenguaje y de qué forma nos debemos de referir a personas que no se identifican dentro de lo masculino y femenino, pero, ¿cómo funciona el lenguaje inclusivo?

El uso del lenguaje propicia todos los procesos de pensamiento. En ese sentido, crea la realidad misma o le da sentido a lo que nosotros percibimos como realidad. Sin embargo, en el uso del lenguaje, en específico el español en donde se utiliza el masculino genérico, se reproducen sesgos y estereotipos que sistemáticamente han excluido, minimizado o desvalorizado a diversos grupos, como mujeres, personas indígenas o con alguna diversidad funcional —antes discapacidad.

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Sin embargo, pese a que diversas instancias como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el gobierno mexicano, así como asociaciones civiles y público en general solicita ser incluidos en el lenguaje —porque recordemos que lo que no se nombra, no existe—, otros grupos han buscado entorpecer o frenar estos intentos. Estos detractores del lenguaje incluyente suelen utilizar a la Real Academia de la Lengua Española (RAE) como base de sus críticas, pero observemos lo siguiente:

Pese a que el lenguaje inclusivo es mucho más que solo agregar una letra a alguna palabra, la RAE asegura que no supone discriminación sexista alguna, sin embargo, en la siguiente imagen menciona lo siguiente:

Sustentado en categorías biológicas de sexo masculino/femenino… lo que quiere decir que, sigue estando sustentado en las categorías sexistas de lo masculino y femenino cuando dentro de la biología no solo existen hembras y machos, o XX y XY, las variaciones cromosómicas son muy diversas, pero ese tema es para otro artículo.

Por otro lado, pese a que el lenguaje es algo que nosotros construimos y modificamos a nuestro antojo, como prueba está la incorporación de palabras como Facebook, postear, shit, perreo, instagramear, entre muchas otras que utilizamos todos los días sin darnos cuenta, ya que se volvieron parte del lenguaje popular. Así como lo asegura la RAE:

Después de revisar estos tuits —otra palabra de reciente creación—,  podemos darnos cuenta que la RAE reconoce que el lenguaje cambia y se adapta a los nuevos descubrimientos, así como a las distintas formas en las que vemos la vida, ¡el lenguaje no es inmutable! Nosotros lo construimos y podemos moldearlo para que se nombre aquello que se ha buscado invisibilizar a lo largo de la historia de la humanidad, como son las minorías y/o personas que no entren en la hegemonía caucásica.

Para ya casi dejar a la RAE en paz, recupero otro tuit donde dejan en claro que el respeto es lo que debe imperar al momento de dirigirme al otro:

Y ahora sí, como último comentario sobre la RAE, ésta no tiene en su diccionario la palabra feminazi, por si había alguien preocupado por seguir sus normas al pie de la letra.

Entonces… ¿qué es el lenguaje inclusivo? Es un modo de expresión oral, escrito y visual que busca dar igual valor a las personas al poner de manifiesto la diversidad que compone a la sociedad y dar visibilidad a quienes en ella participan. De este modo se busca forjar una sociedad integrada que promueva en todo momento la igualdad entre los seres humanos. Busca que nos expresemos con términos neutros para erradicar estereotipos y seguir perpetuando los roles de género tradicionales, que refuerzan la idea de desigualdad al subordinar al género masculino todo lo que sea distinto a él.

En el lenguaje incluyente hay que entender que el masculino no es universal ni neutro. En la lengua española no hay más razón para esta práctica que la convención social que no da visibilidad a las mujeres, etnias, nacionalidades, géneros, edades, discapacidades, condiciones sociales, de salud, religiones, preferencias sexuales, estado civil, ni a los cambios sociales que exigen el reconocimiento que de por sí merecen1

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en su curso —gratuito—, de Género, masculinidades y lenguaje incluyente y no sexista2, nos ofrece una guía sobre cómo el lenguaje incluyente contribuye a hacer visibles a personas y grupos de población históricamente discriminados. Los criterios para denominarlos son los siguientes:

  • Nombrarles conforme a los instrumentos internacionales de derechos humanos.
  • Atender a los consensos generados entre las personas de cada grupo, ya que “la elección de un término por parte de un grupo para representarse a sí mismo tiene un poder político para reivindicar la presencia y el valor de ese grupo” (Islas, 2005).
  • La forma en que las personas desean, solicitan o prefieren ser nombradas.

Incorrecto

 

Correcto

 

Personas con capacidades diferentes o especiales, discapacitados/as, inválidas/os, disminuidos/as o minusválidas/os. Personas con discapacidad

Personas con diversidad funcional

Viejito/as, adultos en plenitud. Personas adultas mayores.

Personas mayores.

Indios/as.

Inditas/os

Personas indígenas.

Pueblos y/o comunidades indígenas.

Personas de pueblos o comunidades originarias

Raros.

Maricones.

Marimachas.

Tortilleras.

Personas/población LGBTTTIQ+ (lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales, transgénero, intersexuales, queer).
Sidosos/as. Personas que viven con VIH.
Niños de la calle. Niñas y niños en situación de calle.
Indigentes. Personas en situación de calle.
Negritas/os, personas de color. Afromexicanas/os o afrodescendientes.
Sirvientas/es, muchachas, chachas (“mi” muchacha). Trabajadoras/es del hogar
Trata de blancas. Víctimas de trata.

Trata de personas.

Enanos/as. Personas de talla baja.
Prostituta/o Trabajadora/trabajador sexual.

Si en realidad nos preocupamos por ser inclusivos en nuestra comunicación, no solo es nombrar a las personas invisibilizadas, es respetar las formas, culturas, y pensamientos ajenos, todos somos parte de la diversidad cultural y todos construimos nuestro lenguaje que fundamenta nuestra realidad, seamos más empáticos con nuestros semejantes.

Bibliografía:

  1. (2021). Guía y recomendaciones para el lenguaje incluyente en la comunicación institucional. igualdad.ine.mx/lenguaje-incluyente/
  2. (2021). Género, masculinidades y lenguaje incluyente y no sexista. cursos3.cndh.org.mx/

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