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Lagunas en Baja California Sur. Llanos de Hiray (III)

FOTOS: Prof. Gilberto Emilio Hernández

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La parte sur de la península de Baja California, que por cierto es la más antiguamente conocida y explorada por los aventureros y misioneros jesuitas, está conformada por el hoy estado de Baja California Sur; y por mucho tiempo fue una región inhóspita, con escasa población nativa en gran medida por la falta de fuentes de importantes fuentes de agua, y con un clima tan seco que los oasis fueron los únicos lugares donde los antiguos nómadas podían subsistir y ya después con la llegada de los jesuitas fueron la cuna de los primeros centros de población. Una de estas lagunas se conoce como “Los Llanos de Hiray”

Cuando hablamos de los mantos acuíferos del valle de Santo Domingo, el cual viene siendo el granero de Baja California Sur por la cantidad de hectáreas destinadas a la producción agrícola, siempre se nos viene a la mente ¿cuál será la cuenca hidrológica o reservorio de agua recolectada a través de la precipitación pluvial en temporadas benignas de lluvia? Los Llanos de Hiray.

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Cuando toda la precipitación en exceso que proviene principalmente de las temporadas de huracanes, cae sobre la Sierra de la Giganta, y se distribuye a través de múltiples arroyos que corren de este a oeste llevándose toda el agua recolectada hacia el Océano Pacífico, a través del recorrido van filtrando agua a los mantos acuíferos del valle antes mencionado; pero existe un gran reservorio natural que, gracias a su existencia, ayuda a que el manto acuífero de esa zona tan desértica tenga posibilidades de reabastecerse cuando hay lluvias muy copiosas, esta gran laguna se llama Llanos de Hiray, también comúnmente conocidos como Llanos de Magdalena, por estar a un costado de la Bahía Magdalena, de la cual toma el nombre.

En la zona se hallan vestigios de piedras labradas y gran cantidad de pedernales, se piensa que fue un lugar de asentamientos de indígenas guaycuras en épocas de lluvia, donde la laguna les proveía de agua abundante por muchos meses (incluso años) en buenas temporadas de precipitación;  también en la región crece de forma silvestre una gran cantidad de hierbas y arbustos, así como venados que servían como sustento a las tribus aborígenes prehispánicas. Un mito muy comentado incluso en la actualidad, es que los guaycuras utilizaban la Damiana como infusión para tener mucha actividad sexual, y poder reproducirse en aquel medio hostil para la supervivencia.

Una vez que llegaron los misioneros españoles queriendo ¨civilizar¨ a los indígenas, que llevaban una vida nómada, fundaron la misión de San Luis Gonzaga en un lugar donde siempre había agua, que, aunque no abundante, incluso en épocas de sequía era suficiente para sobrevivir; este lugar los indígenas lo llamaban Chiriyaquí, sin que se sepa con exactitud su significado. Fue el misionero de origen alsaciano Juan Jacobo Baegert, quien llegó a la Misión de San Luis Gonzaga en el año de 1750 (la Misión era una simple capilla fundada por el padre Lamberto Hostell), y en 17 años ininterrumpidos viviendo en aquellas soledades desérticas, se avocó a la construcción de una Misión con buenos materiales, que aún en la actualidad se encuentra en muy buenas condiciones.

La importancia de estos años de ¨retiro¨ del misionero jesuita, fue que conoció de las costumbres y cultura de los indígenas de la zona, con quienes muy probablemente vivió alguna lluvia abundante y esto lo llevó a realizar el recorrido por estos sitios ya conocidos por los indígenas, lugar al que le llamaban en aquel momento Arúi, vocablo que se fue deformando hasta convertirse en la actual Hiray. Según fuentes del libro ¨Vocablos indígenas de Baja California Sur¨ de Gilberto Ibarra Rivera, el nombre de Arúi ya era usado por los indígenas guaycuras, esto fue registrado por primera vez por el padre Clemente Guillén durante la expedición en el año de 1719, y renombrado como San Benito de Arúi; se da como crónica de que el lugar era ya un centro de reunión entre los indígenas, hasta la llegada del misionero Baegert, que debido a las continuas sequías características del desierto, optó por hacer una población permanente en el ojo de agua de San Luis Gonzaga Chiriyaqui.

En la actualidad, existen algunos ranchos aledaños que subsisten con crías de ganado vacuno y caprino, en temporadas secas tienen que llevarse sus hatos ganaderos a ranchos del valle de Santo Domingo o comprar pacas de alfalfa y alimentarlos en el lugar. Pero en buenas temporadas de lluvias por la presencia de huracanes, el Llano de Hiray logra recaudar una gran cantidad de agua, que si, hipotéticamente, estuviera lloviendo de forma continua durante un año, el agua nunca se derramaría, por tener del lado occidental una pequeña cadena montañosa compuesta por tierra arenosa sedimentaria por millones de años, que sirve como barrera natural para que el agua nunca llegue al mar, específicamente a la Bahía Magdalena.

El punto más bajo donde se encuentra la laguna es a 2 metros sobre el nivel del mar, y tiene las coordenadas de latitud 24 grados, 41 minutos y 23.24 segundos Norte y longitud 111 grados, 42 minutos y 32.25 segundos Oeste, mientras que a su alrededor el punto más bajo de la cortina natural es de un promedio de 30 metros sobre el nivel del mar, haciendo imposible que se derrame por exceso de agua; incluso si fuéramos una zona de llegadas de ríos con constante agua se formaría una delta parecida a la del continente africano en el desierto de Kalahari, y que es lugar de muchas especies endémicas, la llamada delta de Okavango.

En tiempos recientes, mucho se ha hablado sobre la posible construcción de una presa sobre el arroyo de Santa Rita, donde revisando los niveles preliminares de la topografía del lugar conocido como ¨El Médano¨ que se encuentra camino de Santa Rita a Puerto Chale, además de retener agua en tiempos de precipitación abundante, pudiera derramar el agua excedente a estos llanos, logrando la captación total de una amplia cuenca hidráulica sudcaliforniana; sería una posibilidad soñada por todos los productores que se surten de pozos de agua en todo el valle de Santo Domingo, y crearía una amplia zona de pastizales alrededor de los llanos.

Uno de los ranchos más cercanos a los Llanos de Hiray es ¨La Selva¨ (nombre muy contradictorio al lugar), cuyo propietario, Martín de la Toba Márquez, tiene atendiéndolo muchos años, incluso su niñez fue vivida entre los matorrales y arbustos propios de la región. Tiene un pozo artesiano con el que se abastece de agua de no muy buena calidad en pequeñas cantidades para el ganado que no se pastorea, también tiene una pequeña vivienda y comunicación vía celular con la ciudad, haciendo de este lugar menos hostil que como lo hallaron los misioneros y exploradores españoles hace varios siglos. En un tiempo que visitamos el lugar observamos los llanos llenos de agua (para mi mala fortuna no llevaba cámara fotográfica); pudimos explorar la región con Martín, donde nos encontramos gran cantidad de la hierba conocida como Damiana, y muchos pastizales, en los que, de vez en cuando, se esconden las víboras de cascabel tan peligrosas.

A los llanos se puede llegar por dos caminos, ambos de terracería y en regulares condiciones. El primer acceso es tomando un camino revestido que sale de la carretera transpeninsular tramo La PazCiudad Constitución, con el campo pesquero de Cancún, en el km 173.3 (aquí se encuentra un restaurante llamado ¨Brisas del Desierto¨) sale dicha brecha de terracería, hacia el lado izquierdo y de ahí se recorren 6.5 kms, desde donde sale un camino vecinal del lado derecho donde se recorren otros 6 kms hasta llegar al rancho La Selva.

El otro camino, que está más transitado, es el que sale del km 190.8 de la misma carretera transpeninsular, en un paraje llamado la virgencita, y de ahí se recorren cerca de 19 kms hasta el rancho La Selva. Desde este rancho, ya llegando por el camino que elijamos, se deben de recorrer 10 kms entre pequeñas veredas y arroyuelos secos hasta llegar hasta la parte más baja, claro, siempre y cuando los llanos estén secos.

Según estimaciones hechas, sobre la superficie que se ha llenado más comúnmente, se tiene un área de 50 kilómetros cuadrados hasta donde hay marcas de crecidas de la laguna, pero tiene una capacidad enorme y sería el sueño para muchos ver el llano totalmente lleno, pues las lluvias constantes que caen sobre Ciudad Constitución y sobre todo el llano que se ve en carretera desde Santa Rita hasta la misma ciudad, van a dar a los Llanos de Hiray; si puede, le recomiendo que vaya a conocerlos y traerse unas ramas de Damiana, la planta afrodisíaca usada por los antiguos guaycuras, y prepárese una infusión en recordatorio de nuestros indígenas nómadas antepasados.

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