Testigo, de Gabriel Rovira, toda una vida de poesía

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El librero

Ramón Cuéllar Márquez

La Paz, Baja California Sur (BCS). Ya hemos hablado de cómo los nuevos tiempos están marcando la historia de nuestras civilizaciones en todos los sentidos, especialmente el de los libros, de cómo poco a poco el mundo digital está dando paso a la desaparición del libro en papel, aunque algunos se resistan a que tal cosa suceda, pero que tarde o temprano sucederá. 

Con la aparición de dispositivos para lectura, de los que ya he dado cuenta en anteriores colaboraciones para Culco, esos cambios se aceleraron desde hace algunos años, pienso, para bien. Eso incluso da paso a que los libros tengan mayor alcance y mayor cobertura, además de que los propios autores pueden ser sus propios publicistas y divulgadores de su obra, ante la casi imposibilidad de que las grandes editoriales tomen en cuenta a nuevos creadores en sus catálogos, que usualmente apuestan por nombres consagrados o también recomendados de la elite del medio cultural y editorial.

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Es el caso del poeta y narrador Gabriel Rovira, un destacado escritor asentado en La Paz, B.C.S. desde hace más de treinta años y que se ha dedicado a la academia, donde decenas de generaciones de estudiantes han pasado por sus aulas. Rovira es sin duda alguna uno de los profesores más entrañables y queridos, que ha dejado una huella importante en lo literario y en la enseñanza de la lengua. Ya hemos hecho algunos apuntes literarios en este mismo medio acerca de la obra Rovira, donde destacamos la solvencia de su escritura.

Nacido en la Ciudad de México en 1962, estudió Letras en la ENEP Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); inició su carrera docente desde 1985 dando clases en las universidades más importantes de México, como la propia UNAM, la Universidad Iberoamericana, la UNISON y el ITESM. Estudió la maestría en Letras Mexicanas en la UNAM y la de Educación en la Universidad del Noroeste; asimismo, el doctorado en Literatura de la Universidad Autónoma de Madrid. Desde 1991 es profesor-investigador en la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS). Ha sido miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Es miembro del Cuerpo Académico de Estudios Humanísticos de la UABCS, entre otras actividades.

Como escritor se inició muy joven, a los catorce años, en lo que luego sería Crónica del sueño, y a los dieciocho publicó su primer cuento en la antología Los frutos compartidos; ha aparecido en diversas compilaciones y en colaboración con autores diferentes a lo largo de su vida literaria. Por otro lado, tiene publicado en lo individual Los pequeños objetos amados (y otros cuentos), en la editorial Diana, en 1983, con un tiraje de quince mil ejemplares; también Discurso del asombro, de 2003 en la UABCS, así como una gran cantidad de publicaciones de artículos y temas dedicados a la educación.

Hace algunos días terminé de leer su libro Testigo publicado por él en Amazon y me ha maravillado encontrarme todas las voces que Gabriel Rovira ha desarrollado en el transcurso de toda una vida dedicada a las letras, donde veremos sus influencias, sus lecturas, sus amores, su familia, su entorno y el constante fluir de la cotidianidad. 

El sinfín de hallazgos que uno puede encontrar en cada verso, en cada poema, nos remite al encuentro con nuestros propios recuerdos, nostalgias, espejos en los que uno puede identificarse a plenitud. Gabriel es de esos poetas con los que nos unimos no solo por su voz sólida, fuerte, rítmica, sino también porque tiene la capacidad de que su poesía abarque la vida misma, es decir, que le habla a su lector, que le habla al individuo que entra en diálogo con él, con su corazón, con su inteligencia, pero sobre todo con su pasión por las relaciones interpersonales.

La poesía es uno de los géneros menos leídos y sin embargo por intuición es el más venerado. Testigo es una obra que deslumbra por su contenido bien cuidado, un trabajo honesto que hace honor a las tradiciones poéticas de la lengua española; será, con mucho, un libro leído y también venerado porque le habla a las personas que buscan y se desencuentran constantemente, en una eterna conversación poética con la realidad. Acercarse a la poesía, en especial la de Gabriel Rovira, será siempre una oportunidad de que constatemos la vitalidad de los versos y de la necesidad de que haya lectores que se adiestren en eso de limpiar el alma con las palabras de una poesía que todo lo trastoca. Vaya a Amazon, teclee Testigo de Gabriel Rovira y dese la oportunidad de leer a este poeta de voz clara y directa. No se arrepentirá.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.

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Ramón Cuéllar Márquez

Nació en La Paz, en 1966. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Actualmente se desempeña en Comunicación del Instituto Sudcaliforniano de Cultura. Ha publicado los libros de poesía: “La prohibición del santo”, “Los cadáveres siguen allí”, “Observaciones y apuntes para desnudar la materia” y “Los poemas son para jugar”; las novelas “Volverá el silencio”, “Los cuerpos” e “Indagación a los cocodrilos”; de cuentos “Los círculos”; y de ensayos: “De varia estirpe”.

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