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Los mitos del amor romántico

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Sexo y psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

La Paz, Baja California Sur (BCS). ¿Qué no se ha hecho por amor? Desde componer canciones, poesía, cruzar largas distancias, esperar el tiempo que sea necesario y hasta dar la vida, son acciones que consideramos naturales a la hora de hablar de amor, pero, ¿qué pasaría si todo lo que crees del amor fuera una mentira?

Es muy común creer que hay cosas que siempre han sido de determinada manera y que es lógico y hasta obligatorio que sigan siendo así. Una de ellas es el amor romántico, el cual se puede definir como la concepción del amor actual en nuestra sociedad y que sirve de modelo para establecer las relaciones de pareja, así como la idea, alcances, compromisos, expectativa de éstas. El amor romántico se basa en la idea de que las parejas deben de ser heterosexuales, monógamas, estar casadas, o aspirar a estarlo, y tener hijos.

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Gracias a esto, es muy común ver series de televisión o películas con temática romántica, donde los protagonistas son una mujer y un hombre, heterosexuales, jóvenes y hermosos que pasan por una serie de dificultades — por lo general descuidos, omisiones y hasta violencia emocional y verbal por parte del hombre—para al final, descubrir que se aman profundamente y que pese a cualquier adversidad, su amor los hará más fuertes. Estos componentes se encuentran en miles de historias, desde los cuentos de hadas hasta películas de hoy en día.

A través de estas historias, se ha creado la idea — socialmente demandada— de que somos seres incompletos que vagamos a lo largo de nuestra existencia para encontrar una pareja, para que ese amor verdadero nos complete y de sentido a nuestra vida. Y a que, una vez que encontremos a nuestra alma gemela, ésta deba de ser el centro de nuestra vida, convirtiéndose en lo más importante que tenemos y ello nos exige hacer todo lo posible por mantener ese amor, incluso cuando es dañino para nosotros. Todo esto contribuye a crear una imagen irreal e inalcanzable del amor que únicamente crea frustraciones, como el no tener pareja y, por lo tanto, pensar que hay algo mal con nosotros mismos, o que la relación no sea esa montaña rusa de emociones que nos imaginamos y nos parezca que no es amor de verdad, o en muchos casos, nos lleva a creer que el amor es solo aceptar migajas del otro.

Por otro lado, perpetuar estas creencias contribuye a establecer una idea nociva del amor que genera violencia, ya que el amor romántico como lo conocemos crea la idea de pertenencia, de ahí la justificación de los celos como símbolo de amor. Pero, ¿cuál es el problema de pertenecer a alguien? En primer lugar, que somos personas autónomas y libres, la esclavitud se abolió hace muchos años, en segundo lugar, si alguien me pertenece lo estoy convirtiendo en objeto, y un objeto no tiene la capacidad de pensar, sentir o irse libremente — de aquí que muchos feminicidios se justifiquen con la frase la maté porque era mía — y en tercer lugar, el hecho de que no poder estar solo(a) y tener que llenarme de otra persona para sentirme completo va más de la mano con la dependencia que con el amor.

En palabras de Coral Herrera: el amor romántico es, en este sentido, una herramienta de control social, y también un anestesiante. Nos lo venden como una utopía alcanzable, pero mientras vamos caminando hacia ella, buscando la relación perfecta que nos haga felices, nos encontramos con que el mejor modo de relacionarse es perder la libertad propia, y renunciar a todo con tal de asegurar la armonía conyugal.

Todo esto contribuye a que en la actualidad aceptemos ciertos mitos sobre lo que es el amor romántico, comentaré los más comunes:

Hablar de amor siempre es complejo, cada uno de nosotros tiene instaurado lo que es correcto o incorrecto en una relación de pareja y a veces, aunque sepamos que algo no está bien, no hayamos la manera de salir de eso. Es por esto que es importante abrir la conciencia hacia otras formas de ver la vida, pero sobre todo a formas sanas de ver la vida, y ser muy analíticos sobre el origen de nuestras creencias.

Es de suma importancia aprender a romper con los mitos, a dialogar, a tratarnos con respeto y ternura, a asimilar las pérdidas y a construir relaciones sólidas y asertivas, no solo con mi pareja.

Estamos tan inmersos en un ciclo de dolor y violencia que es difícil ser consciente de este proceso y, como dice Paul Preciado: cuando socialmente no percibes la violencia, es porque la ejerces.

 

Bibliografía

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