La guitarra no tenía secretos para él. Daniel Tuchmann in memoriam

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Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El día de ayer nos enteramos de una triste noticia, ha partido de este plano existencial Daniel Tuchmann Melgar, el gran compositor, guitarrista y cantante Sudcaliforniano. Con tan sólo 63 años de edad se sumó a la larga lista de las personas que, antes de su tiempo, nos ha arrebatado esta pandemia de la COVID-19.

Sin embargo, como bien dicen los que saben, A una persona si se le sigue recordando por sus obras y por todo lo bueno que hizo cuando estaba con nosotros, no se va cuando muere, y este es el caso del gran Daniel Tuchmann.

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Recuerdo que la primera noticia que tuve de Daniel fue a través de su señora madre, la Profesora Prisca Melgar Sánchez, la cual tuve la oportunidad que fuera mi maestra cuando estudiaba la carrera de Profesor de Primaria en la Escuela Normal Urbana “Domingo Carballo Félix” de esta ciudad de La Paz, B.C.S.  Ella me platicaba con gran orgullo de sus hijos, pero en particular de Daniel, el cual había partido muy joven (a los 16 años) rumbo al Distrito Federal buscando perfeccionar sus conocimientos de canto y guitarra. Para ello se había inscrito en la Escuela Nacional de Música, sin embargo, la abandonó al poco tiempo para iniciar su aprendizaje autónomo. Nos comentaba que durante el tiempo que estuvo como Senadora en la capital del país, permaneció  en contacto con él y le comentaba que tocaba en varios grupos de rock en diversos lugares de aquella ciudad. En ese entonces, cuando nos platicaba esto, Daniel ya contaba con 26 años de edad y despuntaba como una de las grandes promesas de la guitarra eléctrica, con gran talento natural, sobre todo para tocar el género del “Blues”,  que lo llevó a ser tan aclamado en todos los foros donde ejecutaba su arte.

Hace unos 2 o 3 meses atrás platicaba con mi amiga Antonieta Cortés Bareño, directora del prestigiado Estudio de Ballet “Petipa” de esta ciudad de La Paz, B.C.S., sobre la trayectoria de Daniel Tuchmann en esta ciudad, y ella me comentó que tuvo el gran gusto de coincidir en la secundaria y preparatoria con él. Recordaba que era una persona sumamente agradable, alegre; y que disfrutaban reunirse con una gran cantidad de amigos en unas memorables lunadas, las cuales eran amenizadas por la música y canto de Daniel. De estas reuniones salieron algunas canciones que hizo famosas tiempo después, con su muy particular forma de tocar y cantar. Ella recuerda que desde los 12 años lo veía cargando su guitarra (acústica) para todos lados, tiempo en el que también Daniel incursiona en la guitarra eléctrica.

Ya para el año de 1988, recibido como profesor, inicié mis incursiones en la vida nocturna de esta ciudad, que a decir verdad era muy poca. Uno de los pocos sitios que contaba con música en vivo era “La Varitas”, aquel sitio bohemio y en penumbras, en donde conocí de viva voz del mismo Daniel las canciones de su primer disco “La última Neurona”, el cual había producido la disquera BMG-RCA en el año de 1987. Aún recuerdo como si lo estuviera viendo en este mismo momento, en el escenario tocando aquellas canciones como Una palabra, Laura, Si vuelves, La última Neurona, Hace como un año, Aventurero y paria. Al tiempo, llegó el grupo “Fórmula 5” con Julián Vázquez como vocalista. Entre su repertorio incluían varios de estos éxitos de Tuchmann, así como las canciones que fueron emblema del Rock Sudcaliforniano y que, con su humor característico, Daniel supo incluirlo en ellas: “El Rock del Yico” y “Vas a querer”. Años después, Tuchmann declararía que estas canciones fueron las precursoras del rock netamente sudcaliforniano y que el primero que las escuchó fue el señor Francisco King Rondero, el cual lo felicitó y propuso programarlas en la XENT Radio La Paz.

Algo que muy poca gente sabe, es que Daniel fue el fundador de un grupo musical llamado “Machete” el cual se caracterizaba por tocar el llamado “Canto Nuevo” o “Música de protesta”. En esta etapa de su vida tuvo oportunidad de conocer a cantantes de la talla de Tania Libertad, Óscar Chávez, Betsy Penanis, Eugenia León, Gabino Palomares y Amparo Ochoa. Con esta última llevó a cabo giras por casi toda la República Mexicana, en donde él era el guitarrista principal. Otro dato curioso es que en su álbum “La última Neurona” incluyó tres canciones que son poemas musicalizados del gran escritor y poeta de estas tierras, Edmundo Lizardi, los cuales llevan por nombre “Bella fugitiva”, “Una palabra” y “Aventurero y paria”.

Conforme pasaron los años, ocasionalmente veía anuncios en periódicos o en la televisión que anunciaban la llegada o partida de Tuchmann de esta ciudad. Sus amigos comentaban que Daniel podía pasar años, a veces más de diez, sin dar idea de dónde pudiera encontrarse, y, de repente, les aparecía en La Paz invitándolos a una velada de rock en alguno de los sitios de moda. Daniel comenta que pasó varios años viviendo en Irlanda y Bélgica; posteriormente emigró a California, EUA, en donde vivió en Berkeley, para al final asentarse en la ciudad de Oakland. Sin embargo, su amor por esta bella península y su país lo hacían que regresara y retornara, aunque sea de visita, por aquellos lugares en donde creció hasta adquirir la estatura que hoy tiene: Ciudad de México, Guadalajara, La Paz, Cabo San Lucas. Incluso comentó que realizó largos viajes al interior del desierto sudcaliforniano en busca de conocimiento e inspiración.

Daniel se caracterizaba por su mente ágil, siempre dispuesto a hacer una broma a quien se pudiera; cuenta que en una ocasión un amigo chilango le dijo, con ganas de molestarlo: “Oye Daniel, ¿por qué los paceños son tan huevones?” a lo que nuestro personaje en comento, al momento y con una sonrisa en los labios, le espetó lo siguiente: “Porque podemos, compa, ¡porque podemos!”.

Daniel dejó este preciado mensaje como un legado a los jóvenes que, como él, deseen incursionar en el arduo pero hermoso camino de la música: “Desde que me fui de aquí a la Ciudad de México, cuando tenía 16 años, yo ya estaban viviendo allá, entonces, como quien, dice me di cuenta que la única manera de hacer una carrera en la música era enfrentarte al mundo, no nada más a nivel local, inclusive es un consejo que yo siempre le he dado a los chavos que están empezando, que traten lo más pronto que puedan salir del rancho, como digo yo, vayan a buscar porque hay todo un mundo afuera muy grande para pasarse la vida en la propia tierra de uno, aunque eso no me quita lo regionalista, por que como buen sudcaliforniano soy regionalista, pero creo que me despegue del cordón umbilical, del terruño, a buen tiempo, a los 16 años, entonces eso te hace inclusive extrañarlo de lejos y regresar cada vez con más ganas”.

En este año, a mediados de enero, falleció la profesora Prisca Melgar y hoy lo hace su hijo Daniel. Ambos, grandes talentos en sus propios campos. Sin embargo, los despedimos como queremos recordarlos, como grandes seres humanos.  Daniel siempre será un ejemplo para todos aquellos artistas que deseen seguir su camino en la música: perseverante, apasionado y un talento natural. Ve en paz y que la tierra te sea leve.

 

Bibliografía:

 

https://tuchmann.wordpress.com/

“PLATOS LASER: “Las varitas III”, rock sudcaliforniano”. Revista “Proceso”.

“Daniel Tuchmann leyenda viva del Blues-rock sudcaliforniano”. Periódico en línea “bcsnoticias”.

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Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

Profesor de Educación Primaria, Licenciado en Educación Especial y Maestro en Ciencias de la Educación. Labora en la Secretaría de Educación Pública y comparte su tiempo con su pasión por la historia de la California del Sur. Administra el grupo de Facebook “Conociendo Baja California Sur”. Nació el 22 de septiembre de 1969 en Puerto Vallarta, Jalisco, pero radica en Sudcalifornia desde hace 44 años. Actualmente es Director de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular No. 17 y Maestro de Comunicación del Centro de Atención Múltiple “Gilberto Vega Martínez” en La Paz. Escribió la antología (Ebook) “Piratas, Corsarios y Filibusteros en la Antigua California”.

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