Glass: aburrida y pretenciosa

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FOTOS: Internet.

Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

Calificación: ****Sólo si no tienes otra opción

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El director de Glass, M. Night Shyamalan se hizo un espacio en el mundo del cine de manera brutal en el lejano 1999 con el estreno de Sexto Sentido; una película que se puede considerar como un clásico del género, y que es un caso de estudio en academias de cine gracias a su excelente guion, su gran dirección y la famosa vuelta de tuerca que es una de las mejores de la historia. No hace falta detallar los memes que ahora inundan la red y esa sensación de inevitabilidad de quedarse pegado a la pantalla cuando pasan la película por el Canal 5.

Pero de ese Shyamalan no queda nada. Su más reciente película, el cierre de la “trilogía” de El Protegido es un burdo intento de convertir a los superhéroes en personas de carne y hueso, y darle a los cómics un papel muy pretencioso de trascendencia filosófica contemporánea, pero al final su premisa cae por su debilidad de trama y por su pobrísima ejecución como director.

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A pesar de todo, este filme es producto de un chispazo de genialidad. En el 2016, al final de Fragmentado, vemos a David Dunn, el hombre irrompible de El Protegido interpretado por Bruce Willis, sentado en una cafetería enterándose de los horrores de La Bestia, interpretado por un sobreactuado James McAvoy, y de inmediato supimos quién era, y nos pusimos a imaginar locuras con lo que esos personajes nos podrían dar en un supuesto enfrentamiento.

Fue una ocurrencia genial, un easter egg que movió muchas fibras sensibles y que desató una avalancha de fans para exigir el desenlace. A mi parecer, esto no estaba planeado y el resultado final de Glass refuerza mi teoría, pues la dirección de Shyamalan se ve confusa, sin rumbo, sin objetivos. Hecho que contamina a los actores y que hacen que veamos a un Bruce Willis con mucha hueva de vivir, un James McAvoy que parece que soltará la carcajada en cada “transformación” y un Samuel L. Jackson que está pensando más en cómo derrotar a Thanos que concentrado en ser el despiadado Mr. Glass.

Y regreso a tundir al director porque hay encuadres que parecen hechos para una telenovela, que exhiben una elemental falta de planeación y están hechos improvisadamente. Y no hay que avanzar mucho en la película para darnos cuenta de esto, en los primeros minutos, cuando Dunn llega a su tienda y empiezan a establecer su estrategia de combate, está filmado de manera tan aburrida y superficial, que desearías tener un control remoto para avanzar rápido, avanzar para buscar algo que se vea relevante, algo que nunca, nunca, nunca llega. Jamás llega la emoción, la empatía por los personajes, la vuelta de tuerca que le dará sentido a todo o la catarsis de estar soportando dos horas de close ups y diálogos intrascendentes.

Si bien, alguna vez el universo de Shyamalan pintaba para ser algo interesante, ha caído en una condescendencia donde no se exige a sí mismo, donde él siempre gana y él es la mente maestra que controla los hilos de todas las historias y todos los personajes; no permite que sus personajes se transformen, evolucionen o tomen sus propias decisiones. En su universo, él está haciendo una película épica de superhéroes terrenales, pero en el nuestro sólo hizo un mamotreto infumable, autocomplaciente, pretencioso y servil que aburre y degrada a sus anteriores trabajos.

La calificación de Kinetoscopio:

5 Estrellas: Clásico imperdible

4 Estrellas: Bien actuada, escrita y dirigida

3 Estrellas: Entretiene

2 Estrellas: Sólo si no tienes otra opción

1 Estrellas: Exige tu reembolso

0 Estrellas: No debería existir

Los invito a seguirme en Twitter y hablar de cine en @marcoaric

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Kinetoscopio

Marco A. Hernández Maciel

Nació en La Paz a inicio de los 80’s. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por el Tec de Monterrey. En 2006 dirigió el corto “Maldito Murphy” con la beca “Jóvenes Creadores”. Ha sido docente en la UABCS, Universidad de Tijuana y Universidad Mundial en guionismo y producción audiovisual. No puede evitar decir “I’m Batman” con voz rasposa, balbucear diálogos de “Volver al Futuro”, elogiar a Hitchcock o llorar al ver “Toy Story 3”.

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