Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En noviembre pasado se celebró el Séptimo Festival Internacional de Cine de Los Cabos, y entre todo el glamour, estrellas invitadas, talleres y conferencias no se pierde de vista que lo más importante es lo que podemos ver en la pantalla. Hay que decirlo: el festival tiene un trabajo de curaduría tremendo, que demuestra un conocimiento y dominio de la escena fílmica región T-MEC, sin dejar de lado lo hecho en otros rumbos del planeta.

Ir al festival y zambullirse en la programación, enfrentando dilemas de no saber qué ver porque todas las películas valen la pena, es un sentimiento que dispara la adrenalina de cualquier cinéfilo. En esta ocasión, les presento un breve comentario de tres producciones que difícilmente se estrenarán en salas comerciales de La Paz,  y las cuales habría que anotar en nuestra lista de pendientes debido a su original propuesta y calidad de manufactura tanto en dirección y guión, como en actuaciones del elenco.

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Vómitos y sangre

Mandy. Dirigida por Panos Cosmatos y protagonizada por Nicolas Cage.Una locura esquizofrénica llena de gritos, sangre, tripas, cuchillos y motosierras XXXXL. Con un manejo de los colores desquiciante, música fuera de control y edición vomitiva que no te deja respirar. Y todo ello protagonizado por un salvaje Nicolas Cage, que explota y hace explotar la pantalla toda y nos da lo que hubiéramos querido ver en Ghost Rider. Una película insoportable que se volverá de culto instantáneo y pone de nuevo a Cage en el rumbo de retomar su carrera —o mandarla al diablo, cosa que a él parece no importarle. Mandy es un filme que no me atrevería a recomendarle a nadie, no por que no sea una pieza cinematográfica con una propuesta genuina de mezcla entre gore y cine de arte, sino por el miedo de que llenen el piso de vómito o tengan pesadillas por el resto de su vida. Así como yo.

Una joya de balazos

The Sister Brohters. Dirigida por Jaques Audiard, protagonizada por Joaquin Phoenix, John C. Reilly, Jake Gyllenhal y Riz Ahmed. Un western que cuenta la historia de los hermanos Sister, asesinos al servicio de un rico comodoro que los envía en una misión para matar a un joven ingeniero con una fórmula novedosa para extraer oro. Pero lo interesante de este filme es que, más allá de muchos balazos, paisajes impresionantes, fiebre del oro, fogatas y caballos, esta producción muestra además a personajes perfectamente construidos, una historia sólida y una dirección precisa que consigue extraer y conocer las emociones y sentimientos de personajes que muy pocas veces han tenido la oportunidad de expresarlo más allá de ser bandidos por el simple hecho de serlo. Aunado a ello, tenemos un elenco de lujo que soporta con creces el peso de la historia y le dota de la profundidad adecuada a cada uno de los personajes. Una joyita que quizás no ha recibido toda la atención que merece.

Narco sin cliché

Pájaros de verano. Dirigida por Cristina Gallego y Ciro Guerra. Producción colombiana que cuenta la historia basada en hechos reales de una familia indígena Wayuu, que se convierten en poderosos traficantes de marihuana en la región de La Guajira. Un filme que construye su impacto de poco a poco, de secuencia en secuencia, avanzando lento, pero con pasos firmes y poderosos, hasta que de repente los personajes han cambiado tanto, que han traicionado sus raíces, sus creencias, sus familias y su tranquilidad. Un relato que intimida por su crudeza y no brinda concesiones de ningún tipo, y aunque estemos saturados de historias del narcotráfico, esta producción justifica plenamente su existencia y se desmarca por completo de otras películas o series que han emancipado a los personajes y a los clichés de este tipo de relatos.

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