FOTOS: Archivo

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

La Paz, Baja California Sur (BCS). La ciudad y puerto de La Paz, ubicada en las costas de Baja California Sur, tiene una rica historia que se remonta al siglo XIX. Uno de los aspectos más destacados de su pasado es el delta del arroyo central, un sitio protegido por barras y bancos de arena que se extienden en la playa frente a las mesas norte y sur.

En sus inicios, la población de La Paz se concentró en esta área, a lo largo de la calle más importante debido a la ubicación de las casas habitaciones. Con el tiempo, surgieron casas comerciales en anexos de estas viviendas, convirtiendo a la Calle Comercio en el lugar principal para realizar los negocios más importantes. Este nombre fue reconocido por los ediles, como consta en el Acta del Ayuntamiento del 21 de agosto de 1835. Podría decirse que con esta calle se inició la nomenclatura de la ciudad y el puerto.

También te puede interesar: El papel de la educación en la construcción de la identidad nacional

El trazado de la Calle Comercio se realizó de manera paralela a la línea irregular de la playa, con sectores de trazos rectos y quebrados que aún se pueden observar en ciertos tramos. Estas características contribuyen al origen de la traza irregular que caracteriza al centro histórico de La Paz.

En 1836, según los relatos de don Adrián Valadés, ya se identificaban otras  calles importantes en la ciudad, como la calle de La Playa, que corría frente a la bahía en dirección al Poniente, la calle del Teso hacia el Oriente, y las calles La Breva y Portugal hacia el Norte. Además, algunas casas estaban diseminadas en la Loma de la Capilla. Estas referencias revelan la expansión de la ciudad y su crecimiento hacia diferentes direcciones.

El grupo dominante en la vida social, política y económica de La Paz estaba conformado por la clase comerciante, que representaba al puerto. Otros grupos representativos eran los rancheros y ganaderos en San Antonio y San José, así como los militares ubicados en Loreto, sede de las fuerzas armadas. Estas diversas clases sociales contribuyeron al desarrollo y la identidad de la ciudad.

En cuanto al aspecto físico natural del puerto de La Paz, podemos reconstruirlo desde finales de la década de 1820. A pesar de la extensión de la ensenada, el puerto se concentraba en un pie de playa. En la cabeza de la ensenada, frente a la punta del mogote que la cerraba, se distinguía el delta del arroyo principal, que se extendía a lo largo de la costa en su parte baja. En 1683, el padre Eusebio Francisco Kino lo denominó “la boca del puerto de La Paz”, dejando así su huella en la historia.

​El caudal del arroyo provenía de la parte alta y, a medida que se acercaba a la zona costera, cortaba la tierra arenosa, dejando altos paredones a ambos lados. Estas características geográficas formaron dos mesas, conocidas como mesa norte y mesa sur. Los misioneros fundadores de la misión en 1720 fueron los primeros en describir la mesa sur. Entre estas mesas, el terreno era quebrado, lleno de zanjones, monte espeso y cauces de arroyos menores que bajaban por los paredones y llegaban hasta la costa. Algunos de estos cauces se convirtieron en afluentes del arroyo grande, conocido actualmente como calle 16 de septiembre.

El delta y su entorno físico han desempeñado un papel crucial en la configuración de La Paz como ciudad y puerto a lo largo de los siglos. Estos elementos geográficos y urbanos son testimonios tangibles de la historia de la región y merecen ser preservados como un tesoro histórico. La identidad de la ciudad se ha forjado en su relación con el mar y la tierra, y entender sus orígenes es fundamental para comprender su evolución hasta la actualidad.

 La historia de La Paz es una combinación única de influencias culturales, económicas y sociales. El delta del arroyo central y la Calle Comercio son solo algunos de los muchos elementos que dan forma a la rica historia de esta ciudad costera. A medida que avanzamos hacia el futuro, es fundamental reconocer y valorar el legado histórico de La Paz y trabajar juntos para preservarlo y promoverlo para las generaciones venideras.

—–

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.