El blues inventó a Elvis Presley

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El librero

Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Con frecuencia se dice que el origen del rocanrol fue el blues. Hace muchos años, allá por 1977, cuando vivía en una aldea de pescadores en Baja California, Puertecitos, me enteré por un periódico que llegó a mis manos de que Elvis Presley había muerto. La noticia me conmocionó porque yo había sido su fan unos poco antes, cuando viví en California, EUA, por cerca de dos años. Incluso recuerdo que la noticia la transmitieron por la W, La Voz de la América Latina, desde México. Para mi conciencia infantil fue doloroso saber que ya no estaba y que solo quedaba su memoria, su legado musical. También recuerdo que transmitieron una radionovela basada en su vida, con actores mexicanos, desde la radio de Puerto Peñasco, Sonora, que era lo que más oíamos. Elvis era más que un cantante para mí.

Hoy 16 de agosto que se cumplen 45 años de su fallecimiento y con la aparición de la película Elvis (USA, 2022), del director Baz Luhrmann, a partir de un guion propio, con la colaboración de Craig Pearce, y con las actuaciones principales de Austin Butler y Tom Hanks, me vienen un montón de imágenes, sentimientos y tristeza incluida. La película maneja la tesis de que el coronel Tom Parker (Tom Hanks) fue quien creó a Elvis (Austin Butler), además de someterlo a una sobrexplotación comercial que no permitió que Elvis pudiera cantar en otros países. No coincido con esa idea, en especial porque el origen de lo que fue Elvis, está en sus nexos con la música afroamericana —que la película sí menciona—, y que toda la carga cultural que Elvis sintetizó proviene de esas raíces musicales, con hincapié en el blues.

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La música afroamericana estaba teniendo gran influencia en la juventud de finales de los 40 y mediados de los 50; básicamente era lo que los chavos de la época escuchaban, blancos y negros. Para una sociedad como la gringa, racista y clasista no podían tolerar que sus jóvenes estuvieran siendo influidos por negros a través de la música. Quizá por eso comenzaron a buscar un blanco que cantara como negro. Y ese fue Elvis (Tupelo, Misisipi, 8 enero de 1935). No contaré aquí cómo lo descubrieron y cómo saltó a la fama, pero sí mencionar que no solo cantaba como negro, también se movía como negro, y que otra vez para la mentalidad conservadora estadounidense aquel chico de Tupelo les pareció una provocación a las buenas costumbres y una amenaza para la juventud blanca, pues prácticamente ese cantante movía las caderas como una invitación sexual.

La película Elvis de este 2022 es muy buena, pero pienso que no le hace justicia del todo —ninguna lo hará porque todas tomarán solo vertientes—, en especial porque su influencia fue mucho mayor de lo que se piensa y plantea. Así que el blues y la cultura negra inventaron a Elvis, Elvis inventó a Los Beatles y Los Beatles reescribieran la música moderna. Fue una sucesión de historias que terminaron creando la juventud reinante, el pensamiento occidental y las costumbres fueron sacudidas para siempre. Se ha manejado la hipótesis de que ese cisma fue una conspiración para el control social de masas, sin embargo, lo cierto es que al final la música permanece como corolario de un tiempo que rompió con el molde tradicional y que para control eso no creo que se haya previsto.

De Elvis nos quedarán eternamente sus rolas y su voz multifacética.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.

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Ramón Cuéllar Márquez

Nació en La Paz, en 1966. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Actualmente se desempeña en Comunicación del Instituto Sudcaliforniano de Cultura. Ha publicado los libros de poesía: “La prohibición del santo”, “Los cadáveres siguen allí”, “Observaciones y apuntes para desnudar la materia” y “Los poemas son para jugar”; las novelas “Volverá el silencio”, “Los cuerpos” e “Indagación a los cocodrilos”; de cuentos “Los círculos”; y de ensayos: “De varia estirpe”.

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