Crítica: Kong, la isla Calavera; cuando el tamaño no ayuda

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“Kong, la Isla Calavera” ya está en las salas de cine de La Paz. Imágenes: Internet.

Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

Calificación: ***** Sólo si no tienes otra opción

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Nunca se había visto a un Kong tan grande en pantalla. 30 metros de descomunal fiereza, fuerza y agilidad, pero que no le alcanzan para salvar una producción que en el papel parecía una pieza decente del cine de monstruos. El Kong más grande en la historia del cine y de ese tamaño la decepción que deja esta película.

El director —un casi desconocido Jordan Vogt-Roberts— pensó que sería una idea genial recrear la atmósfera y el mundo de Apocalypse Now pero en la búsqueda de un mono gigante. Sí, con todo y napalm, bocinas en los helicópteros, travesías acuáticas y tomas a contraluz en tonos sepia, con una exagerada utilización del CGI. Además, pensó que la ridiculización de la guerra quedaría a tono para una aventura de estas dimensiones por lo que se las ingenió para dar con un guión que parodiara la labor de las fuerzas armadas y, si esto no fuera suficiente, sacarse de la manga un bobblehead de Richard Nixon para decirnos que no pasa nada y que realmente nada de lo que pasa en la pantalla importa.

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Con todo esto y un casting que cualquier director envidiaría: Tom Hiddleston, Brie Larson, Samuel L. Jackson, John Goodman y John C. Reilly, nos deja una sensación de desperdicio tremenda, una sucesión de imágenes tan espectaculares como vacías gracias a una historia que no se justifica a sí misma más que como un medio de explotación de mitos cinematográficos que pretende convertirse en una renovada franquicia que se extienda, al menos, hasta la rumorada versión de Godzilla vs. King Kong a estrenarse por allá del 2020.

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Es por eso que nos presentan a un Kong de 30 metros de alto, muy fuerte y muy ágil que podrá en su momento subirse al ring contra el enorme lagarto de origen japonés. Para referencia, en la película de 2005 de Peter Jackson, King Kong tenía una altura aproximada de 8 metros, pero si empezamos a hablar de alturas cinematográficas, a pesar de que esa versión tuvo opiniones encontradas, este reboot no le llega ni a los tobillos.

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De igual forma, si recordamos la más reciente versión hollywoodense de Godzilla de 2014 dirigida por Gareth Edwards, que se encuentra en el mismo universo fílmico de esta nueva versión de Kong, nos ofrece un tono de tragedia y realismo que trasciende la presencia de los monstruos y logra situarnos en un mundo a punto del colapso con la evidente tensión que eso puede generar. Y más importante aún que la película a pesar de sus fallas y cuestiones criticadas como el hecho de que Godzilla aparezca menos de 15 minutos en pantalla, se degusta como un producto único y con un concepto definido. Algo que esta reinvención de Kong no logra en lo absoluto, a pesar de ver al monstruo en pantalla mucho más tiempo y de secuencias de acción espectaculares aunque demasiado artificiales gracias al uso excesivo –o mal uso– de los efectos digitales.

Se rumora que en un momento Guillermo del Toro pudo haber dirigido esta película, esto sin duda le hubiera dotado de personalidad única a este film que es un un collage de machincuepas vistas en otro lado. Y también cuando empezamos a hablar de un film en términos de lo que hubiera podido ser en vez de lo que ofrece, es tiempo de ponerle punto final al texto, pues queda poco y nada que decir salvo que tenemos en la pantalla un producto con muchos recursos a su disposición, pero que no logran cuajar entregando una película sin personalidad ni originalidad. Roguemos que Godzilla pueda salvar este desastre.

La calificación de Kinetoscopio:

5 Estrellas: Clásico imperdible

4 Estrellas: Bien actuada, escrita y dirigida

3 Estrellas: Entretiene

2 Estrellas: Sólo si no tienes otra opción

1 Estrellas: Exige tu reembolso

0 Estrellas: No debería existir

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Marco A. Hernández Maciel

Nació en La Paz a inicio de los 80’s. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por el Tec de Monterrey. En 2006 dirigió el corto “Maldito Murphy” con la beca “Jóvenes Creadores”. Ha sido docente en la UABCS, Universidad de Tijuana y Universidad Mundial en guionismo y producción audiovisual. No puede evitar decir “I’m Batman” con voz rasposa, balbucear diálogos de “Volver al Futuro”, elogiar a Hitchcock o llorar al ver “Toy Story 3”.

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