Carta a un actor sin teatro

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FOTO: Cortesía

Especial Día del Padre

 

Mención honorífica del concurso “Carta al Padre” 2022

Por Rodolfo Tejeda Martínez

Querido padre,

Desde el origen surgieron tus claros oscuros, los mismos que compartimos desde la raíz. Y a cada paso, cegado por tu luz, recurriste a la actuación. ¿Qué es nuestra familia? Una plataforma en la que podías creer lo que quieras, como un actor sin teatro ni escenarios.

Surgió una procreación idealizada. Aún recuerdo la fascinación que yo tenía por los actores de televisión, mientras que tú eras un simple profesor, como de niño juzgaba, ellos podían ser doctores, carpinteros, astronautas o cualquier cosa habida y por haber.

¿Papá quien eras tú?, ¿Quién soy yo? ¿Hacia dónde va todo este melodrama? No preguntes, tan solo sigue actuando. Esta filosofía que con tanta vehemencia sigues. Actuar sin teatro es algo extraño, un día era Español y a la siguiente hora Matemáticas, con las mujeres Religión y con los hombres jugar a ser hombres o el guion que dictaba el cómo sin un porqué. Era extraordinario el ojo agudo de nuestra familia masculina, con sus sombreros de cuero, su botella de tequila como un perfecto escenario y un guion que no se le escapa nada., mucho más agudo que el ojo de una mujer, analizando cada detalle, como si la vida de un trapecista dependiera de ello, con entrega y el fuego de la pasión.

¿Qué es la vida? Nada más que un salto al vacío, ¿Qué tiene que ver mi madre con conocerte? Mucho. De mi madre admiro su capacidad de dejar que las cosas sucedan sin involucrarse en lo más mínimo, esperando a que yo pueda descifrar el rompecabezas. Mi madre y yo nos comunicamos mediante un novedoso código morse; cuando se activa su rabia significa que es verdad, cuando evade el tema es un te estás acercando y cuando es socialmente imprudente es un “toma el mensaje porque yo sola no puedo con esto”. Y contigo únicamente es un juego a la ignorancia mientras en lo profundo de tu ser gritas para ser descubierto.

Es por eso que escribo esta carta con letras tan básicas, la vida misma es tan indescifrable que no tiene sentido complicarla más. Como profesor has visto el problema; de cientos de alumnos pocos han podido entender, no solamente eso, después de la escuela es caminar a ciegas por la vida.

De mi madre el show debe continuar, de ti el amor al arte. Al negarme mi vocación pudiste salvarme de ser un bufón. Padre mío, adoro tu capacidad de resistencia por llevar un papel muy pesado. Gracias a tu amor me ayudaste a escapar de esa coraza. A veces la ayuda es por apoyo y otras por oposición, en silencio o rompiendo ventanas. Ahora entiendo el porqué de tu odio por el cine, así como por las expresiones artísticas. El cine como el teatro son un fenómeno masivo, una ventana hacia el público; alabanzas o repudios. El coste de ser una estrella es alto y el de una estrella sin plataforma escénica es caótica pero no masiva.

En la pantalla lo que callamos las mujeres, pero en la vida real tú callaras más que cualquier mujer. En la calle el instituto de la mujer y en tu mente el deseo insatisfecho de sentir tus emociones. En la mujer el derecho a ganar más, en el hombre no es el derecho a tener cosas físicas, sino a sentir y llorar. ¿Por qué has decidido dar el paso a la fantasía en vez de la realidad?

No lo sé, tampoco pienso forzarte a hablar, ¿Quién soy yo para arruinar el show? La mayor conquista humana es tan difusa a la vista, pero es tan real como palpable e invisible, es el más importante juego cósmico de nuestra vida. Con la frente en alto, con la corriente del corazón. Ya no es un personaje, tan solo camino por el parque después de jugar a la guerra.

Vamos a jugar a sentirse atacado, eso es un viejo truco para construir el guion. Admiro y a la vez me asombra la forma en que tu mente saca matices. Tenemos una gran productora de telenovelas dentro, con guiones controvertidos que enseñan al público que también tenemos la necesidad de ser vistos, que también existimos. Que forma tan ingeniosa de expresar lo inexpresable; el albur, las palabras en doble sentido, aquello que no puedes decir para no ser apedreado, pero que tanto permea en nuestros sueños más íntimos. Fingir no ser íntimo es tu mayor deporte., pero que forma tan original de evolucionar. ¿Qué es una obra de teatro? No es nada más que un jugar a hacer algo que no es cierto, donde no hay víctimas ni victimarios, únicamente sentarse a contemplar.

Es muy creativo jugar a ser hombres; con pantalones de mezclilla, unas veces la carpintería, otras ver el fútbol. No hay profesión más femenina; con sus colores, sus detalles, aquello que encaja y aquello que no. ¿Podría haber algo más femenino? Igual que un estilista que sabe de colorimetría y secretos de belleza, tú sabes como ser un camaleón. Eres una gran base de datos que proyecta los personajes de acuerdo a tu paleta de posibilidades.

Eres un artista en todo el sentido de la palabra, como una modelo que se preocupa por su rostro; un poco de rubor allí, un poco más por allá. Muestras al público tu personaje mientras caminas por la pasarela de la vida. Todavía recuerdo aquel momento en que te dije; ¡Papá quiero ser actor de televisión! Y por supuesto, no puedes apoyarme en tal locura porque tú ya eres un actor y sabes el costo de llevar un personaje las 24 horas. ¿Qué es la vida? Que pregunta tan ambiciosa, aquí entre nosotros esto es blanco y aquello color rosa, pero en la vida no hay colores. No hay propósitos, no hay significados de la vida, no hay actores, tan solo hay un profundo saber que no sé nada. Mientras que en tus telenovelas hay buenos y villanos, en la vida no existe ni el bien ni el mal. En la obra te gustan las manzanas verdes y en la vida las enchiladas suizas, en el show jugamos a la guerra, en la realidad las mujeres andan en pantalón y los hombres en falda, el espacio es tan inmenso como incierto, con una confusión en el paladar donde ya no sabes ni lo que te gusta.

Una obra tan falsa, pero mágica; donde los personajes se atraen por resonancia compartiendo lo que ven, lo que deben ser y en privado lo que son, y, por supuesto, llegan aquellos que son en todo momento. Estos últimos son los que dan tanto miedo, es como si en plena obra de teatro gritarán ¡Basta!, mientras el público queda suspendido sin saber qué hacer.

Es extraño como aquello que puede liberar es lo que más incómodo nos hace sentir. Hoy he salido de mi papel. Es algo mágico cómo la pandemia destruye los teatros, como mueve las emociones, las luces y las sombras. El universo sube y baja los ratings, teje nuevas formas de comunicación. Es extraordinaria la manera en que un acontecimiento mueve todo el rompecabezas. Una persona entre miles de millones fue necesaria para darme cuenta de tantas cosas. Impulsada por la fuerza vital de la pasión y apoyada por el universo. Las coincidencias, los impulsos. Existir es algo mágico. Al verte en tus verdes ojos pude ver mi propio reflejo y en mis pupilas puedes verte a ti mismo. Así de simple, así de extraordinario, como los actores sin teatro.

Gracias papá.

Dedicada a Rodolfo Tejeda Santillán 

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Rodolfo Tejeda Martínez

Mención honorífica del concurso “Carta al Padre” 2022

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