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Sistema de riego con diques y canales en zona de La Purísima-San Isidro (II)

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Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Como se recordó en la primera parte de este artículo, la captación del agua en pleno desierto californiano fue una verdadera proeza para poder sobrevivir y, sobre todo, fundar centros de población estable donde se pudiera tener una vida sedentaria.

El canal de La Purísima aunque tiene menos uso agrícola, comparado con el de San Isidro, y según se pudo apreciar también, tiene menos agua en su caudal; tiene una rica historia que va de la mano con los primeros misioneros jesuitas que llegaron a la región a principios de 1700. Esta región era habitada por los indígenas cochimíes que tenían una vida nómada y que, en aquel tiempo, como hoy, a todo lo largo del arroyo de La Purísima, y sobre todo en la región actual de los poblados de La Purísima y San Isidro sobrevivían en los ojos de agua abundantes. En esta región, los indígenas podían tener una vida más o menos sedentaria debido al agua que brotaba de la orilla del arroyo en tiempos de sequías, por lo que llamaron el lugar Cadegomó, cuyo significado era ¨arroyo de carrizales¨.

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Como se dijo, la región fue descubierta por los misioneros jesuitas que ya estaban instalados en misiones a lo largo del Golfo de California, como la misión de Loreto y de Mulegé. Por pláticas entre los indígenas se decía que había una región con agua abundante al otro lado de la Sierra de La Giganta, fue así que una de las figuras icónicas en la fundación de las misiones de la Antigua California, el padre italiano Francisco María Píccolo descubrió un paso desde la misión de Santa Rosalía de Mulegé hacia el Océano Pacífico por el paso de la Sierra de Guajademí, donde se encontraban pequeños ojos de agua suficientes para subsistir, y podrían servir para abrir un camino hacia el Pacífico y construir un puerto franco para las naves provenientes del lejano oriente, algo que nunca se logró, precisamente, por la falta de agua en el litoral de gran océano.

Corría el año de 1712, cuando el padre Píccolo fundó de manera provisional una misión que denominaría La Purísima Concepción de María que, en la actualidad se le llama La Purísima Vieja, y donde no quedó ningún vestigio arqueológico. El padre Francisco María Píccolo regresó a Mulegé y ya nunca regresó. Aquí aparece en escena otro gran misionero, conocido desde la parte sur de la península, el misionero sevillano Nicolás de Tamaral quien era más ambicioso de cristianizar, buscó un mejor lugar para establecer de manera permanente la misión y encontró agua suficiente en la región actual del pueblo de La Purísima, donde según varían las fechas, pero fue oficialmente el 1 de enero del año 1720. En la actualidad hay opiniones divididas sobre si el año de fundación debe considerarse 1712 o 1720.

Una vez establecida la misión de La Purísima de Cadegomó, se optó por buscar pequeños represos donde se pudieran detener el agua y aprovecharse continuamente, recordando que la abundancia de ojos agua en el arroyo hacia posible tener agua almacenada todo el tiempo. Con el aprendizaje de qué en temporadas de huracanes o lluvias abundantes, tales represos salían destruidos completamente por la fuerza de la corriente del agua.

Después de la expulsión de los jesuitas en el año de 1767, todas las misiones californianas quedaron abandonadas y no fue hasta mediados del siglo XIX, que llegaron oleadas de colonos procedentes, principalmente, del Estado de Sonora y del extranjero. De las familias llegadas sobresalen los Higuera, Peralta, Miranda, Meza, Osuna, Arce. De oriente llegaron los Mayoral, y posiblemente, de Estados Unidos los Canett y los Smith.

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En el caso de misión de La Purísima de Cadegomó, su estado ya estaba muy precario debido a la mala calidad de los materiales usados —aun circula en internet una foto antigua donde se aprecia su forma—, y los colonos llegados reactivaron la construcción de represos para regar sus huertos, entonces se construyó el represo que aún se puede apreciar en la parte baja del Cerro El Pilón. Si buscan en Google satelital lo hallará en las coordenadas 26.201329 grados Norte y 112.053102 Oeste.

No se sabe con exactitud el año en que se puso la primera piedra en este represo, pero lo qué si sabe es que ha sido reconstruido tantas veces como ha sido dañado por la crecida intempestiva del arroyo, sobre todo, en temporadas de huracanes el sistema de canales que se construyó, se aprovechó lo que dejaron los antiguos misioneros y que va rodeando la falda del famoso cantil, desde donde se tiene una vista espectacular del icónico Cerro El Pilón. De ahí parte rumbo al pueblo y las huertas de La Purísima llegando hasta el pequeño poblado periférico de El Mezquital donde el canal se desvanece.

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Y llegando al año de 1933, cuando el general oriundo Juan Domínguez Cota se propuso reactivar los pueblos nativos de la región de El Pilón, se tiene que La Purísima ya tiene su represo aunque en mal estado, pero tiene la función de llevar agua por los canales ya en funciones. Por lo que se construye el represo de San Isidro y para La Purísima se refuerza con más piedras de mampostería el represo que funcionaba, además se construyó el represo que se denominó El Mezquital y que aún existe, pero el sistema de canales que alimentaba esta totalmente destruido debido a las cercanías del arroyo donde se construyó y que con los temporales se demolió completamente, hasta la fecha no se ha vuelto a restaurar. Se le llamó represo El Mezquital porque la totalidad del agua encauzada iba a dar sustento a las huertas localizadas en la pequeña población de El Mezquital.

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Este represo se utiliza actualmente como atractivo turístico por personal local que aún sueña en que La Purísima tenga su auge de población económica de antaño, se realizan paseos en kayak y es concurrida como balneario para los visitantes. Si lo busca buscar en Google Satelital lo hallará en las coordenadas 26.190941 Norte y 112.075101 Oeste.

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Sin duda, la construcción del canal de San Isidro vino en algo a mermar la corriente de agua que los purismeños captaban en sus canales, y es que estando aguas abajo del arroyo, primero eran los habitantes de San Isidro los que aprovechaban el agua, el sobrante lo regresaban al arroyo para que de ahí La Purísima lo canalizara. En algún tiempo, el agua se escaseó y obligó a los pobladores de San isidro que derramaran el agua sin aprovecharse. A la altura de lo que es el Centro de Salud del lugar esta agua se tiraba de nuevo al arroyo y eran unas cascadas bien vistosas donde los niños solían bañarse. En la actualidad, el canal que abastece la parte mas baja de La Purísima está muy lleno de tierra y se nota la falta de mantenimiento, no así la primera parte de donde nace, donde aun se puede apreciar su buen estado de la mampostería.

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Con el paso del tiempo, y con la fuerte migración de la población de La Purísima hacia la capital del Estado y la cabecera municipal las huertas se fueron quedando en el abandono, y en menor medida también San Isidro que, con la instalación de la telesecundaria, telebachillerato y algunas oficinas de gobierno ha logrado sobrevivir.

Sin duda alguna, el padre Nicolas de Tamaral fallecido de manera muy trágica en el otoño de 1734 en la región de Los Cabos durante la rebelión de los pericúes, dejó la semilla sembrada de cómo colonizar la región inhóspita del centro de lo que hoy es el Estado de Baja California Sur, y ojalá se le hiciera un merecido homenaje donde los canales de riego junto con el Cerro El Pilón sean testigos de la colonización del Cadegomó de los cochimíes.

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