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Primer Día del Sexólogo

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Sexo + psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El pasado 29 de junio se celebró por primera vez el Día Internacional de la Sexóloga y el Sexólogo, fecha que coincide con la firma de la Declaración Mundial por los Derechos Sexuales que, entre otros propósitos, busca que todas las personas ejerzan plenamente sus derechos sexuales. Pero, ¿sabes que hace un sexólogo por qué es tan importante su actuar en nuestra sociedad?

Un sexólogo es un especialista que estudia la sexualidad humana desde una perspectiva integral: bio, psico y social, sin embargo, en el uso popular del término parece entenderse, únicamente, al coito penetrativo, obviando que la sexualidad humana se compone de múltiples expresiones, emociones y pensamientos que nos hacen ser quienes somos.

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La Asociación Mexicana para la Salud Sexual define “sexualidad, como una dimensión fundamental del hecho de ser un humano basada en el sexo, incluye al género; las identidades de sexo y género; la orientación sexual; el erotismo; la vinculación afectiva y el amor; y la reproducción. Se experimenta o se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones.

Es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales. Si bien, la sexualidad puede abarcar todos estos aspectos, no es necesario que se experimenten ni se expresen todos1”. Lo anterior nos invita a revalorar lo que suponemos creer de ella o a lo que la hemos reducido socialmente, eso tiene un impacto en cómo nos percibimos, así como a minimizarla a expresiones muy concretas y, prácticamente del siglo pasado.

De tal forma que, el especialista que se encarga de promover la educación sexual, brindar información y orientación, asesoramiento sexológico e intervención en problemas sexuales y de vinculaciones erótico-afectivas, es el sexólogo2. ¿Qué es lo que hace? Trata de ampliar la mirada de la sexualidad humana como algo más allá de lo corporal y busca la salud sexual, acompañan en el proceso de mejorar la experiencia de la sexualidad individual y/o con algún vínculo, comprendiendo las dificultades y aportando asesoría especializada a partir de tus necesidades3.

Sin embargo, pese a que desde hace años los sexólogos se han expandido por el país, existen muchas personas que desconocen su existencia o sienten vergüenza, al tener un problema sexual no saben con qué especialista acudir o han visitado múltiples y ninguno soluciona su molestia, por nombrar algunas. De aquí nace la importancia de visibilizar su actuar para empezar a normalizar las diferentes vivencias de la sexualidad y sus afecciones.

Así como con el paso del tiempo se ha normalizado acudir a un psicólogo, de la misma manera normalicemos el ir a un sexólogo cuando no estoy satisfecha con mis vivencias, con mis parejas/vinculaciones o con mi propia satisfacción sexual.

A sabiendas de estas carencias y necesidades, la Red de SexólogxsMx, en aras de visibilizar la labor de los mismos y buscando sentar un precedente para que el mundo se entere de nuestro trabajo y dar a conocer que somos un frente común para promover una educación integral de la sexualidad, realizó una encuesta para buscar un día específico de celebración, en donde participaron nueve países, entre ellos Puerto Rico, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, Venezuela y Uruguay.

Se eligió el 29 de junio como fecha para dicha celebración, ya que coincide con el día en que se firmó la primera Declaración de los Derechos Sexuales, durante el XIII Congreso Mundial de Sexología, celebrado el 29 de junio de 1997, en Valencia, España.

Es así, como este fue el primer año en el que se celebró el Día Internacional de las Sexólogas y los Sexólogos, en donde además de visibilizar nuestro trabajo, enfatiza que la educación de la sexualidad trasciende el abordaje exclusivo o incluso predominante de los aspectos eróticos y coitales y, en cambio, abarca todos los aspectos de la vida de las personas.

Así que la ausencia de una educación formal de la sexualidad genera consecuencias —y que también son motivo de consulta—, como4:

  • Embarazos adolescentes y el aborto como una de las principales causas de muerte materna en mujeres entre 15 y 39 años, de acuerdo con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres.
  • El abuso sexual y violación, donde el 60% de los casos a menores suceden en el hogar y, en muchos de estos, los principales agresores son los padres, abuelos y otros familiares cercanos5.
  • Permanencia de Infecciones de Transmisión Sexual que afectan la salud y en ocasiones, las relaciones interpersonales.
  • Considerar la pornografía como principal fuente de educación, esperando que la vida sexual sea comparable a la fantasía de una película.
  • Vinculaciones erótico-afectivas problemáticas, violentas, inestables o que generan una sensación de soledad, aun estando acompañado.
  • Insatisfacción sexual o con mis vinculaciones, problemas con el deseo sexual, disfunciones sexuales, imposibilidad de alcanzar el orgasmo, entre muchas otras.

Por lo tanto, es imprescindible reconocer y validar el trabajo del sexólogo, así como generar la cultura de acudir con uno cuando se tenga algún malestar o displacer.

Bibliografía

  1. Definiciones básicas. Recuperado de: amssac.org
  1. La Sexología (2018). Un sexólogo, ¿qué es? Recuperado de: lasexologia.com
  1. UNESEX WTV. (2021). ¿Qué hace un sexólogo? Recuperado de: facebook.com/photo
  1. SexólogxsMx. (2021). Boletin de prensa: 29 de junio: Día Internacional de las Sexólogas y los Sexólogos. Recuperado de: facebook.com/photo
  1. Lucas, R. (2018). El enemigo que habita en casa. El Universal. Recuperado de: eluniversal.com.mx

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¿Por qué fingimos orgasmos?

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Sexo + psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

La Paz, Baja California Sur (BCS). Fingir un orgasmo es más común de lo que parece, o por lo menos es lo que arroja una investigación realizada por Archives of Sexual Behavior. Las causas son múltiples, desde terminar pronto la relación sexual hasta levantar el ánimo. En el pasado se creía que solo las mujeres fingían un orgasmo, ¿será así?

¿Qué son los orgasmos? Por simple que parezca la pregunta y por obvia que pueda parecernos la respuesta, definir el orgasmo puede resultar en una ardua tarea, la palabra griega orgasmos se define como “hincharse de humedad, estar excitado o deseoso”. Si bien, el orgasmo es la acumulación de tensión para luego liberarla, lo que provoca una sensación de satisfacción y relajación, hay algunos signos corporales que nos indican que está ocurriendo: aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria, espasmos involuntarios, enrojecimiento, entre otras. Sin embargo, parece que identificar estas señales, sobre todo en mujeres, ha sido confuso a lo largo del tiempo.

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¿Esto se debe a que es más difícil para las mujeres alcanzar un orgasmo? No y sí a la vez. No es que sea más complicado físicamente para la mujer alcanzar un orgasmo, el problema es la parte social/cultural. Veamos el ejemplo del porno, por lo general en el porno tradicional heterosexual, la única estimulación que reciben las mujeres es vía vaginal, no hay caricias, pausas, uso de lubricante, entre otras cosas que pasan en el coito real, simplemente se limitan a la penetración, cuando en la vida real no todas las mujeres alcanzan el orgasmo solo con la penetración, hay muchas que necesitan la estimulación del clítoris, y, como hemos visto en redes sociales, hay una gran cantidad de hombres que piensan que no existe y que es un invento de las feministas.

FLAVITA BANANA

¿Por qué se finge un orgasmo?

Eva Moreno, sexóloga y terapeuta dice para ABC Bienestar1 que, para muchas personas, el sexo se ha convertido en una obligación o en algo en lo que hay que fichar o cubrir el expediente y no en algo que puede vivirse de forma placentera, enriquecedora y que, además, contribuye a hacer que nos sintamos más autónomos, independientes y hasta poderosos. Entonces, ¿es habitual fingir los orgasmosSí, es algo que se sigue dando desafortunadamente, afirma la autora de “Mi deseo depende de mí, que además se muestra preocupada por las consecuencias que puede tener sobre una mujer esta práctica si lo hace a menudo.

Por un lado, la terapeuta afirma que la principal engañada es precisamente la persona que finge porque se está mintiendo a sí misma y que, a nivel emocional, esa mentira es una forma de desvincularse de la pareja. Le engañas porque no le estás diciendo que no disfrutas, o porque no te atreves a decirle que te apetece que hagáis otras cosas o que eso que hacéis te aburre o no te excita. Y eso no te acerca a tu pareja, sino que te aleja, explica. Y, por otra parte, el hecho de no hacer lo posible por disfrutar de un orgasmo (con los beneficios psicológicos, anímicos y físicos que conlleva, añade) hace que, según explica la experta, una persona reduzca su salud sexual y emocional. Mostrar algo que va en contra de lo que realmente se está sintiendo tiene un precio a nivel emocional, señala.

¿Entonces, que es lo que sigue motivando a que esta práctica perdure? En pos de descubrir la verdad, se han realizado múltiples estudios sobre el por qué las personas fingen sus orgasmos, ya que los hombres también los fingen, aunque al parecer en menor cantidad.

En el estudio que se publicó en Journal of Sexual Archives los investigadores proponen la Escala de Fingir Orgasmo para Mujeres (FOS)2 que fue diseñada para evaluar los motivos personales de las mujeres para fingir un orgasmo durante el sexo oral y las relaciones sexuales, en donde descubrieron cuatro causas:

  1. Engaño altruista, fingir orgasmo por preocupación por los sentimientos de la pareja
  2. Miedo e Inseguridad, fingir el orgasmo para evitar emociones negativas asociadas con la experiencia sexual
  3. Excitación elevada, el intento de una mujer de aumentar su propia excitación fingiendo un orgasmo
  4. Aplazamiento sexual, fingir un orgasmo para terminar con las relaciones sexuales.

Lo autores del estudio consideran que mentir por hacer feliz al otro, o por la propia inseguridad, resulta negativo para la relación sexual pero que, cuando se realiza para aumentar la propia excitación, puede ser positivo porque se trata de una herramienta más para mejorar su propia experiencia.

En el caso de los hombres, hay menos información todavía: en promedio3, los participantes informaron fingir orgasmos en aproximadamente una cuarta parte de los encuentros sexuales en su relación sexual actual, más comúnmente durante el sexo vaginal. Dentro de las razones para fingir un orgasmo, se encontró que la vivencia de experiencias sexuales previas que calificaron como negativas o malas y una errónea elección de pareja, son las más frecuentes, aunque también se encontró que lo hacían para apoyar el bienestar emocional de su pareja.

Fingir orgasmos es común en hombres y mujeres, independientemente de su orientación sexual, pero considero importante hablar sobre las consecuencias que tiene hacerlo de forma habitual. Es posible que, entre más tiempo se mantenga esta situación, la relación de pareja se dañe ya que no se obtiene goce con el sexo y se engaña a la otra persona.

Los motivos por los cuales una persona finge un orgasmo pueden ser múltiples, sin embargo, es importante recalcar que lo ideal en las relaciones de pareja o en las vinculaciones erótico-afectivas, siempre será la comunicación asertiva, poder decirle a mi pareja o compañero sexual lo que me está pasando y cómo me estoy sintiendo, sin miedo a una respuesta negativa. Y creo que, este último punto es fundamental para la crítica interna, ¿soy lo suficientemente capaz de recibir una crítica sobre mi desempeño sexual?, ¿permito que mi pareja/vínculo me hable honestamente sobre sus sentimientos?, ¿me permito yo expresar lo que siento y pienso a mi pareja/vínculo?, ¿me causa miedo la reacción que tiene mi pareja/vínculo? o ¿yo provoco miedo a mi pareja/vínculo?

La reflexión interna y en pareja/vínculo, así como la honestidad con empatía, puede ayudar a solucionar algunos conflictos que vamos arrastrando. También es importante considerar acudir con un sexólogo o un terapeuta de pareja para mejorar aquellos aspectos que, con el tiempo, pudieran originar una ruptura o hacer que la relación sea complicada.

Referencias
1. Alcolea, R. (2019). Si finges el orgasmo a menudo, te puede pasar esto. ABC Bienestar. Recuperado de: https://www.abc.es/bienestar/psicologia-sexo/sexualidad/abci-si-finges-orgasmo-menudo-puede-pasar-esto-201911180723_noticia.html
2. Cooper, E.B., Fenigstein, A. & Fauber, R.L. The Faking Orgasm Scale for Women: Psychometric Properties. Arch Sex Behav 43, 423–435 (2014). https://doi.org/10.1007/s10508-013-0212-z
3. Léa J. Séguin & Robin R. Milhausen (2016) Not all fakes are created equal: examining the relationships between men’s motives for pretending orgasm and levels of sexual desire, and relationship and sexual satisfaction, Sexual and Relationship Therapy, 31:2, 159-175, DOI: 10.1080/14681994.2016.1158803
4. Muehlenhard CL, Shippee SK. Men’s and women’s reports of pretending orgasm. J Sex Res. 2010 Nov;47(6):552-67. Recuperado de: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19707929/

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Responsabilidad afectiva

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Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Desde hace muchos años, han existido diversas formas de vincularse emocional y/o sexualmente con los demás, sin embargo, es relativamente reciente términos como relaciones abiertas, poliamor, triejas, entre otras. Y pareciera que, cuando hablamos de estas formas de vinculación o de amor libre, damos por hecho que el otro no importa.

Sin embargo, aunque las relaciones sean casuales, breves, o efímeras, es necesario aprender a respetar a la otra persona y ser conscientes de que, lo que nosotros hagamos repercute en la mente y/o emociones del otro. A esto se le conoce como responsabilidad afectiva, ¿sabes cuáles son sus implicaciones?

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La responsabilidad afectiva es hacerte cargo de los vínculos que generas, aunque no tengan nombre. Es comprender que se generan afectos, sea o no recíproco. No se vale decir “es que no somos nada” para justificar el egoísmo de no considerar que la otra persona tiene sentimientos1. Viene a decirnos que cuidemos a la otra persona para evitar no el sufrimiento, pero si el dolor innecesario. Se trata de hacerse cargo, enfrentar las situaciones, ser claros con los vínculos que deseamos formar y hacernos responsables de éstos. La responsabilidad afectiva, en este sentido, implica que, si uno está en una relación con otra u otras personas, todo acto que realice va a tener una consecuencia en esa o esas personas. Tiene que ver con la empatía2 y el no tratar al otro como un objeto de consumo, que desecho una vez que ya no me sirva o me sea incómodo.

Si bien se habla más frecuentemente de responsabilidad afectiva en vinculaciones erótico-afectivas, aplica para todas las relaciones humanas en mayor o menor grado. El ser honestos, hablar sobre lo que sentimos y queremos, no jugar con las emociones de la otra persona, ser auténticos con quienes somos y con lo que esperamos del otro con el que nos vinculamos.

Por otro lado, si lo que uno quiere es una relación física, sólo hay que decirlo. El endulzar la oreja, crear castillos en el aire o simplemente mentir para obtener sexo es manipulación, en muchas ocasiones chantaje y, depende de lo que se diga, podría ser considerado violencia. Y son estas cosas las que comienzan a complicar las relaciones humanas.

Recupero algunos ejemplos que da la psicóloga Valeria Manzanilla3 para ejemplificar la responsabilidad afectiva:

× Pues no somos exclusivos, así que coquetear frente a ti no tiene nada de malo ✅ Tal vez no somos exclusivos, pero eso no me evade de cuidar los sentimientos de la otra persona

 

× Puedo desaparecerme y volver cuando yo quiera porque nadie es dueño de nadie ✅ No uso el alejamiento como chantaje. Necesito un tiempo para mí y te diré por qué. Si me necesitas, aquí estaré

 

× No me interesa escuchar tus problemas porque para eso tienes amigas(os) ✅ Me interesa escuchar atentamente lo que quieras compartirme porque te valoro como persona y respeto tus sentimientos

 

× No te voy a decir que salgo con otras personas, pero te voy a tratar y hacer sentir como si fueras única(o)

 

✅ Vamos a establecer los términos en conjunto y respetarlos para no herirnos
× Si hiero tus sentimientos no es mi culpa porque yo nunca te dije que esto es serio ✅ La naturaleza de la relación no imite el procurar a la otra persona. No actuaré de formas hirientes o desconsideradas

 

× No estaré presente es tus esfuerzos, ni en tus logros, ni en tus fracasos ✅ En realidad, estaré ahí alentándote y acompañándote en tus metas y en los resultados que obtengas

 

Todo lo anterior suena muy bien, pero, ¿cómo lograrlo? Podría hacer una lista bastante larga sobre lo que se necesita, pero me concentraré en las que considero son las más esenciales:

En primer lugar, aunque sea un encuentro de una sola noche, es importante establecer acuerdos en donde ambas o todas las partes se sientan cómodas, estos deben girar en torno a lo que te gusta y las expectativas que tienes sobre ese momento o persona y sobre todo respetar el acuerdo al que se llegue

En segundo lugar, ser empático con la otra persona; que a mí no me afecte una situación/comentario/pensamiento no significa que no sea importante y que por eso le reste valor a lo que mi vínculo me externa. El comprender que mis palabras y actos pueden desencadenar reacciones en los demás que no esperaba, me puede ayudar a ser menos directo — recordemos que la sinceridad sin empatía es crueldad— y, por lo tanto, pensar o medir mejor lo que digo.

En este punto va de la mano el ser responsables de nosotros mismos, no podemos esperar ser responsables del otro si no nos conocemos o si le queremos entrar a una relación sin saber qué es lo que quiero en realidad, cuando sucede esto por lo general escuchamos la tan trillada frase no eres tú, soy yo. Y efectivamente, es uno el que no debió meterse en una relación basada en autoengaños.

Por último, ser honesto siempre, aunque a veces no sepamos cómo abordar el tema, temamos que se enojen, nos de pena o nos de miedo que se alejen, siempre hay que ser sinceros con nuestros deseos y expectativas.

 

Bibliografía
1. María Francisca Valenzuela. (2020, febrero, 16). [Tuit]. Recuperado de https://twitter.com/franfeminista/status/1229213834617016321?lang=es
2. ESI para vivir. (2019, diciembre, 11). Responsabilidad afectiva. Recuperado de https://www.facebook.com/2270034433063672/photos/a.2275604575839991/2603328736400905/?type=3&theater
3. Página de Facebook de Valeria Manzanilla. https://www.facebook.com/psicologa.manzanilla/

 

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Relaciones tóxicas: cómo identificarlas

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Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

La Paz, Baja California Sur (BCS). Últimamente la forma de relacionarnos con los demás ha cambiado y se ha adaptado a las nuevas tecnologías. Sin embargo, parece que hay ciertos patrones y actitudes dañinas que seguimos repitiendo pese a que pase el tiempo. En el pasado, muchas de estas actitudes estaban asociadas al amor romántico, ahora sabemos que son parte de un ciclo violento. Hoy, son comúnmente conocidas como relaciones tóxicas, ¿sabes identificarlas?

Aunque muchas personas han bromeado con la palabra tóxico, con memes del tipo: “tóxicos lo que viven en Chernobyl” y cosas así, la realidad es que el término se ha extendido y popularizado, y es que, su significado literal le queda bien para aplicarlo en el campo de las relaciones humanas. Tóxico: que puede causar trastornos o la muerte a consecuencia de las lesiones debidas a un efecto químico.

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Las relaciones tóxicas — para este artículo, abordaré el tema con enfoque a los vínculos afectivos, en específico parejas, aunque muchas aplican para cualquier tipo de relación — son las relaciones de poder que se reproducen entre las parejas, en donde una de las dos partes o las dos, hace daño de forma constante debido a ciertas dinámicas peligrosas.

Y, pese a que esta forma de relacionarnos han existido desde hace cientos de años, cada día vamos descubriendo nuevas formas de violencia que teníamos normalizadas y que ahora, por fin, podemos empezar a vislumbrar y por lo tanto cambiar. Sin embargo, darme cuenta de la violencia que he sufrido o ejercido no siempre es sencillo, por eso, te dejo ciertas actitudes que son características de este tipo de relación:

Primera fase o señales de alerta:

  • No le da importancia a tus sentimientos: ignora o se muestra inconforme con las peticiones que haces o cuando quieres hablar de algo que te lastimó, le da la vuelta para que tú seas culpable.
  • Te ridiculiza enfrente de los demás: no le importa hacer bromas hirientes o ponerte en situaciones bochornosas y, por lo general, cuando muestras tu molestia, menciona que no era para tanto.   
  • Desprecia tu manera de vestir o va sugiriendo pequeños cambios a lo largo del tiempo: suele ser de manera gradual, solicita que incluyas o modifiques la forma en la que vistes, maquillas, hablas, entre otras. Puede que los comentarios que te haga sean “tiernos” como: vístete así solo para mí, no quiero compartirte con nadie, me perteneces, o chantajistas ¿quieres que otras personas te vean?, ¿para quién te estas vistiendo?, entre otras
  • Se muestra celoso y/o posesivo: intenta controlar tus actividades diarias o que lo mantengas en comunicación constante de tu horario.
  • Si algo sale mal, te culpa de lo ocurrido, aunque él/ella haya tenido la culpa: suele ser muy común en personas manipuladoras, que, ya sea se hagan las víctimas o comiencen a cambiar el tema de discusión hasta que de algún modo que parece convincente, tú tuviste la culpa.
  • Te chantajea emocionalmente para que hagas cosas que no quieres hacer: puede ser que tome el papel de víctima y alegue sentirse herido o sea activamente agresivo, pero buscará convencerte de hacer lo que quiera.
  • Te presiona para que solo estén juntos: poco a poco va creando problemas con tus amistades y familiares, es decir, con las personas que podrían ser tu red de apoyo.
  • Pide tus contraseñas y/o acceso a tu privacidad, como el celular, computadora, entre otras.

Segunda fase:

  • Te grita: ya sea en público o privado, para imponer su autoridad sobre ti.
  • Golpea paredes y/o tira objetos: con lo anterior se está asegurando de ser intimidante y provocarte miedo, posiblemente lo próximo que golpee, seas tú.
  • Destruye tus objetos personales o amenaza con hacerlo: como manera de manipulación o para herirte, puede destrozar desde pequeños recuerdos hasta tu computadora, celular o, en casos extremos, incendiar tus cosas. 
  • Te empuja y/o forcejea contigo: puede ser que pretenda que lo hace como un juego, o cuando discutan lo haga; este punto es similar a golpear paredes, por lo general la violencia tiende a escalar, por lo que es sumamente probable que te golpee pronto.
  • Se enfada de manera desproporcionada por pequeños detalles: ante pequeños “errores u omisiones” tuyos sobrereacciona con ira o tristeza, que te llevan a sentirte culpable.
  • Te culpa de que siempre haya peleas: ante cada posible discusión, buscará la manera de que termine siendo tu culpa en algún momento. Ya sea que se escude en que heriste sus sentimientos o se moleste de manera desproporcionada.
  • Chantajea sobre exponer cosas tuyas: amenaza con compartir tus nudes, secretos, problemas o cualquier información que pueda ser utilizada para herirte.

Tercera fase

  • Te agrede físicamente: cuando estén solos o enfrente de otras personas. Puede ser para proporcionar un “castigo”, para reformar un comportamiento o “porque tuvo un mal día”.
  • No deja que veas a familiares, amigos o personas con las que puedas recurrir: ya sea porque ha hablado mal de ti o de ellos o te lo prohíba explícitamente, busca aislarte por completo para que no pidas ayuda. Por lo tanto, sientes que no tienes a nadie con quien acudir.                                                                         
  • Te obliga a mantener relaciones sexuales: cuando o donde no quieres. Pese haber manifestado tu inconformidad.
  • Te amenaza con objetos o con suicidarse: utiliza el tan sonado si me dejas, me mato para hacerte sentir culpable.
  • Te amenaza de muerte: utiliza frases del tipo: si no estás conmigo, no estarás con nadie, tú me perteneces solo a mí, entre otras.

Todas estas fases pueden ir acompañadas de un fingido remordimiento al paso del tiempo, sobre todo cuando golpean o avientan cosas o a ti mismo. Sin embargo, pese a todas las disculpas que pueda formular, los episodios se siguen repitiendo y subiendo de intensidad, hasta que, en algún momento, sientes que es imposible escapar de ahí o te empeñas en creer que tu amor logrará cambiar sus actitudes.

Y es que no importa el género, la orientación sexual o, en muchas ocasiones, la edad para sostener este tipo de relación que va mermando nuestra autopercepción y autoestima, ya que la manipulación mental junto con el desgaste emocional que se viven, nos van desarmando poco a poco, hasta sentirnos completamente desvalidos y dependientes de la persona agresora.

Hay ocasiones en que el agresor — o en algunos casos, ambos miembros de la pareja— no se da cuenta de la agresión que inflige, solo reproduce los modelos comerciales y alterados del amor romántico; sin embargo, por lo general, a la víctima —aunque de manera consiente lo niegue—, le queda la sensación de no estar completamente feliz o de que lo que acaba de vivir está mal; posiblemente no sabe explicar el porqué, pero no se siente correcto. En muchas ocasiones, viene rápidamente la justificación ante el agresor y las ganas de querer cambiar aquello que está mal en mi para que la situación no se vuelva a repetir.

Otras formas de saber si te encuentras una relación tóxica es percibir lo que te tiene ahí, ya sea por una necesidad de control o dominio sobre el otro para satisfacer tus necesidades, por mantener una mentira para alimentar tu ego o causar compasión; puede ser por caridad, para no herir a la otra persona, también podría ser por rencor, como aguantar una infidelidad para después vengarse, o, en muchas ocasiones, la causa para mantenerse ahí es por pura soledad.

Si te has identificado viviendo alguno de los dos lados de las relaciones tóxicas, te dejo algunos centros de atención donde podrás exponer tus dudas sobre el tema:

  • Para mujeres y niñas que conviven con su agresor, está la página de Facebook Alternativas Pacíficas la cual brinda ayuda 24/7 en el teléfono 018005092527.
  • Si eres hombre y te sientes enojado, frustrado, molesto, triste o en tensión, llama a la línea 015552642011 o visita su página en internet gendes.org.mx, la cual brinda atención las 24 horas del día.
  • En caso de que quieras iniciar un proceso terapéutico, pero quieres seguir las recomendaciones del sector salud de no salir de casa, puedes visitar la página de Facebook del Colegio de Psicólogos BCS, en donde anexan una lista de los profesionales que ofrecerán apoyo psicológico virtual y telefónico en esta contingencia.
  • La página de Centro de Crecimiento Personal y Familiar, brindará psicoterapia en línea, completamente gratuita, ya sea que visiten su página centrodecremiento.com o llamen al celular 8120362733.
  • Por último, el número de emergencias 911 atenderá situaciones de violencia de género con protocolos especializados.

Además, en caso de que no te sientas bien en tu relación o no sepas como salir de ella, siempre es importante tener en cuenta que, por más lejanos que pudieran parecer tus amigos y familiares, es altamente probable que estén preocupados por ti y te brinden su apoyo. Y en caso de que no tengas familiares, hay muchos grupos de ayuda a los que puedes acudir.

 

Bibliografía

·         Andrade, J. (2013). Relaciones Tóxicas de pareja. San Buenaventura University.

·         Márquez, X. (2005). Ni contigo, ni sin ti: la pareja irrompible. Revista Intercontinental

·         Mas Delblanch, M. (2013). Relaciones de pareja tóxicas, cómo identificar el problema y resolverlo. Recuperado de https://www.siquia.com/2013/08/relaciones-de-pareja-toxicas-como-identificar-el-problema-y-resolverlo/

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¿Podemos leer un cuerpo como se lee un texto?

“Mi cuerpo y tu cuerpo”. FOTOS: Amelia Guillén Mansilla.

Sexo + Psique

Por Amelia Guillén Mansilla 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Dentro de los objetivos de la existencia humana,  están la buena salud, la educación y la obtención de conocimientos; y en la esencia de la salud sexual está el placer como factor de bienestar irrenunciable, aunque el disfrute erótico frecuentemente ha sido negado, condicionado y patologizado. Es importante darnos cuenta que existimos y que también existen los demás, y un mundo en el cual nos relacionamos. Dentro de la danza de los sexos, ¿cómo saber si somos compatibles?, ¿qué hacer si no lo somos? Frente a una combinación de emociones, personalidades e incluso creencias familiares y culturales, ¿cómo comprender lo que ambos amantes aportan a la relación y trabajar sobre eso? ¿A qué se enfrentan las parejas en estos  momentos de cambios tan grandes y rápidos?  ¿Cómo se encuentra tu vida amorosa?

Hasta el siglo XX, en nuestra cultura mexicana había referencias claras respecto a cómo debía ser la vida sexual y la relación de pareja. Si bien, muchas de esas creencias eran falsas o incorrectas, se transmitían de boca en boca, a pesar de no tener ningún fundamento.

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Estas referencias ya no son la única voz dogmática que te guían.  Ahora, desde la cultura y las instituciones, vale tanto ser homosexual como heterosexual; tener hijos biológicos o con material genético ajeno; o que la familia conyugal ocupa un pequeño porcentaje entre las formas de crianza. También cambian los conceptos y los roles entre los sexos.

¿Cómo pensar el encuentro amoroso en una época como la nuestra, que carece de las normativas que regulaban anteriormente el encuentro entre los cuerpos? ¿Es pensable un encuentro en el amor que no esté enmarcado por los funcionamientos de los prejuicios? ¿Es posible “curarse” de los sufrimientos del amor cuando aparecen la desesperación y el dramatismo?

Es conveniente interrogarnos. Necesitamos conocer cómo se organizan nuestros pensamientos y nuestras acciones, que nos han llevado a aislarnos y ser el eterno soltero; o bien, a relacionarnos con otra persona, con la cual, a pesar de desearlo, no logramos sentir la conexión, la intimidad del placer y la satisfacción. 

El amor requiere una participación consciente, una perfecta armonía entre mi Ser; recordar que tengo un cuerpo, con capacidad motriz, sexual, emocional y cognitiva.; y una vez que consciente, y vuelva a integrarme, estaré listo para ir hacia el otro, a quien tendremos que reconocer que existe y validarle todas sus potencialidades. Donde un Yo y un Tú formarán un Nosotros.  

Por lo tanto, requeriremos organizar nuestro “discurso”, porque es en las palabras desde donde se estructuran nuestros pensamientos y se pone en función todo nuestro cuerpo. Pero en la familia hemos perdido la voz y por lo tanto el voto. Los demás han venido decidiendo sobre nuestros cuerpos. Quién puede recordar todas las frases que escuchó haciendo referencia a un acto que tendrías que realizar para que otro te validara como persona; o bien, evitgar un acto porque de igual manera serías juzgado por la mirada inquisidora del Otro. Y lo coloco con mayúscula porque son las autoridades que nos educaron y que se quedaron convertidas en mandatos resonando en nuestra mente y corazón, dándole forma a nuestro cuerpo y por lo tanto, aquello que nos permitiremos experimentar.

Hablando de nuestra sexualidad, es la  manera como me relaciono con mi cuerpo y con los cuerpos de los demás;  si bien tiene bases biológicas comunes, es única, cambiante y relativa.  Tenemos por costumbre usar la palabra sexo para múltiples aplicaciones; sin embargo buscando una educación sexual, a la cual todos tenemos derecho. Se pretende por acuerdos internacionales que la palabra sexo se reconozca por  igual en todas las sociedades como las características biológicas que se pueden observar anatómicamente.

Sin embargo, en nuestra sociedad nadie habla de los cuerpos que se quedaron en el “intersexo” donde no se desarrollaron algunos de los procesos que determinarán su función de reproducción. Ya existen muchos estudios sobre los “trastornos del desarrollo sexual” y algunos autores consideran que se podría llegar al 10% de la población mundial con estos trastornos, que por lo general se definen con esterilidad. La estadística se va logrando gracias a que muchas personas se sienten cómodas con sus cuerpos y aceptan hablar del tema. La sexualidad como parte de las ciencias de la salud sigue recibiendo pocos estímulos para la investigación y divulgación de la misma.

Hablando de nuestra sexualidad, es la  manera como me relaciono con mi cuerpo y con los cuerpos de los demás;  si bien tiene bases biológicas comunes, es única, cambiante y relativa.  Tenemos por costumbre usar la palabra sexo para múltiples aplicaciones; sin embargo buscando una educación sexual, a la cual todos tenemos derecho. Se pretende por acuerdos internacionales que la palabra sexo se reconozca por  igual en todas las sociedades como las características biológicas que se pueden observar anatómicamente. Recibe su influencia desde el periodo prenatal, será entre la quinta y novena semana de gestación donde se realizan estos procesos que definen las estructuras del sexo de una persona. Son los procesos anatómicos: genéticos con sus estructuras cromosómicas gonadales donde la glándula llamada gónada se convierte en ovario o en testículo. Dando procesos neuronales y hormonales. Mientras se definen los órganos sexuales internos y en seguida los órganos sexuales externos. Pero bien, se dará la asignación del sexo como hombre o mujer hasta el nacimiento de ese ser humano y no sabremos mucho sobre los procesos funcionales, hasta la pubertad donde se verán los siguientes cambios del desarrollo del sexo.  Sin embargo, en nuestra sociedad nadie habla de los cuerpos que se quedaron en el “intersexo” donde no se desarrollaron algunos de los procesos que determinarán su función de reproducción. Ya existen muchos estudios sobre los “trastornos del desarrollo sexual” y algunos autores consideran que se podría llegar al 10% de la población mundial con estos trastornos, que por lo general se definen con esterilidad. La estadística se va logrando gracias a que muchas personas se sienten cómodas con sus cuerpos y aceptan hablar del tema. La sexualidad como parte de las ciencias de la salud sigue recibiendo pocos estímulos para la investigación y divulgación de la misma.

La sexualidad es uno de los aspectos más importantes de la identidad, es todo lo que la persona cotidianamente experimenta con respecto al placer y todo lo que puede decir acerca de su sexo, género y orientación sexual cuando responde la pregunta: ¿quién soy yo? Y que ésta se construye a lo largo de la vida en la interacción que tenemos con otras personas y es el producto de cada una de las experiencias que tenemos en el medio en el que vivimos.

Recuerda que cada cuerpo es una historia, como un libro abierto. El amor entrena en este arte de la lectura de los cuerpos.  Y tú, ¿te atreves a amar y disfrutar tu historia? ¿Le permites a los demás que pueden leer tu cuerpo como un texto…?

Sexo + Psique 
Amelia Guillén Mansilla

“Sexo + Psique” Tamaulipeca. Psicóloga clínica con Maestría en Terapia Familiar y de Pareja. Especialista en Sexualidad Humana. Combina sus actividades como catedrática universitaria con conferencias, impartición de talleres y apoyo a diversos grupos de autoayuda, además de brindar terapia en consultorio privado. Porque la salud del cuerpo es el placer más prolongado, se apoya en la Psicología Transpersonal en la búsqueda de la integración del Ser, para recuperar la sensación de placer y satisfacción mientras se vive la vida plenamente en armonía. Ama la fotografía. Disfruta verdaderamente del arte, la cultura y el Internet, y aunque prefiere hablar, hoy se atreve a escribir. ¿Podemos leer un cuerpo como se lee un texto?