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Sierra de La Laguna: OVNIS, apariciones y misterios

FOTO: Internet / Interiores: Archivo Histórico.

California Mítica

Por Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

Baja California Sur (BCS). Nuestra más grande y evidente cadena montañosa, es más que un elemento decorativo para disfrutar durante nuestros viajes en carretera. La Sierra de la Laguna es parte importante de lo que consideramos la identidad sudcaliforniana: en lo cultural, natural, geográfico y hasta en el ámbito de las leyendas. Además, resguarda gran diversidad de especies animales y vegetales, también es la principal captadora de agua de Baja California Sur, siendo de vital importancia para nuestro Estado.

El ritual de ascenso

Para los jóvenes sudcalifornianos subir la Sierra de la Laguna es una especie de ritual de iniciación; una aventura de varios días, donde uno se enfrenta a la naturaleza en todo su esplendor, sin posibilidades de hacer llamadas de celular, prácticamente desconectado del mundo.

Todos aquellos que hemos subido sabemos que es una experiencia única, que se siente casi como un despertar trascendental, olvidados de la mundanidad.

Para realizar el ascenso siempre hay que tener en cuenta los permisos y recomendaciones que proporciona el gobierno, ya que al tratarse de una reserva natural, hay que seguir ciertos lineamientos. Además hay que prepararse física y mentalmente pues el ascenso no es sencillo; calcular bien el peso, no llevar latería ni ollas, cosas que seguramente irás dejando en el camino. Después de llegar y montar el campamento es tiempo de encender la fogata, asar bombones y contar historias espeluznantes.

Fascinación ancestral

De vuelta a lo ritual parece adecuado volver la vista a nuestros ancestros, ya que, los restos animales, inclusos marinos como tortugas, moluscos y peces muy grandes en lo más alto de la sierra, son sin duda evidencia del continuo transitar de los antiguos californios; quizás se tratara de un sitio de caza o tal vez fuera un punto estratégico en épocas bélicas o incluso religiosas.

Existe evidencia arqueológica del uso sagrado o cultural que se les confería a las grandes formaciones rocosas, en lugares como la Sierra de la Giganta.

Los guamas, los antiguos brujos de esta tierra, realizaban sus ceremonias en terrenos rocosos o de monte, a las sombras de gigantescos monolitos que aún permanecen como testimonio de una era mítica; alrededor de los cuales —aún hoy— circulan rumores sobre sucesos extraños y espeluznantes; se habla de akelarres, apariciones ultraterrenas y otras aberraciones satánicas.

La piedra del diablo

Existe un curioso lugar durante el trayecto hacia la cima de la sierra de la laguna, que lleva este macabro nombre, aunque no existe mucha información al respecto, la gente cuenta que en alguna ocasión un campista rezagado, al pasar por dicho punto contempló una figura espectral que pudo haber sido alguna clase de entidad demoníaca o quizás, si te descuidas, el mismísimo cornudo Satanás.

OVNIS en la sierra

En 1992, un total de siete testigos, tras haber caminado 20 minutos, después del punto denominado la burrera, observaron una luz  que brotaba de de entre los cerros en un ángulo de 45 grados, rasgando la noche con su haz violeta, para luego desaparecer sin dejar rastro. Esta noticia publicada el 15 de diciembre de 1992 en el periódico El Sudcaliforniano, no es un caso aislado, ya que los rancheros que viven en las cercanías afirman que no es cosa rara , hacer esta clase de avistamientos. Otro ejemplo es el de Adolfo Reséndiz quien logró captar un OVNI con su cámara fotográfica en las cercanías de la Sierra de la Laguna.

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¿Qué anuncian las luces de San Telmo y los meteoritos que se han visto en BCS?

FOTOS: Internet.

California Mítica

Por Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Baja California Sur siempre se ha caracterizado por cielos despejados y claros por el día, y noches estrelladas y luminosas; estamos acostumbrados a fenómenos astronómicos como eclipses, así como a la observación de estrellas, planetas y muchas cosas más. Y una de nuestras leyendas en ese ‘campo celestial’ es lo que hasta la fecha se denomina como las luces de San Telmo, que proviene de El fuego de San Telmo, la manifestación de fuego en barcos que los marineros consideraban de mala suerte por predecir sucesos catastróficos.

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Aunque la ciencia ya ha explicado de manera acertada el fenómeno de las luces de San Telmo —nombre al que hacían referencias los marineros por tratarse de su santo patrono—, y que además afecta no sólo a barcos sino también aviones, en nuestra herencia popular sudcaliforniana nos queda la sensación de que se trata de un fuego que viene a advertirnos de peligros, apareciendo especialmente durante tormentas eléctricas y huracanes.

Caídos del cielo

Muchas personas en el campo de la ufología —ciencia que se encarga del estudio de Objetos Voladores No Identificados, es decir, OVNIS—, afirman que la aparición de ciertos fenómenos astrológicos también predice eventos relevantes en la humanidad, asegurando que incluso durante ellos se pueden observar OVNIS, por ejemplo, durante el eclipse total de sol de 1991, un acontecimiento único e irrepetible que siempre vivirá en la memoria de los sudcalifornianos. Los ufólogos afirman que a partir de esa fecha se vivió un auge en los avistamientos de OVNIS en todo México.

Fenómenos más comunes, pero no menos impresionantes, son los meteoritos y bólidos que surcan el cielo. Un bólido es un objeto sólido que produce una luz muy evidente y generalmente es mejor apreciado, y el meteorito sólo es un fragmento de otro objeto más grande. Muchas veces, los segundos, por su carácter impresionante, también son considerados portadores de mensajes ocultos, pero en realidad dejan beneficios a la ciencia, pues sus restos son muy importantes para el estudio del espacio y organismos ajenos a la tierra.

Un bólido impresionante del que fue testigo La Paz, BCS, fue el que cayó el día 28 diciembre de 1873, y que apareció publicado en el periódico “La Baja California” el 17 de Enero de 1874 —documento que se encuentra en el Archivo Histórico “Pablo L. Martínez”. A pesar de haber sido visto por muchas personas —supuestamente— nunca se encontró el lugar de impacto y no hubo evidencias, incluso en el periódico se daba una recompensa a quien indicara el lugar donde cayó el objeto; muchos aseguraron que cayó en las afueras de la ciudad, y otros que fue a dar al mar.

FOTO: Archivo Histórico.

¿Cuál es la relevancia de este suceso? Que se sumó a la información que vino poco tiempo después, sobre estudios de eventos astronómicos. 1874 fue un año intenso en astronomía, debido especialmente al tránsito de Venus ocurrido el 9 de diciembre de ese año. Vinieron a la entonces Baja California varios científicos para estudiar el fenómeno; aunque no es un evento tan poco común, lo importante de éste en particular fue que la tecnología e instrumentos de medición de la época hicieron posible que fuera el mejor estudiado de su tiempo.  El tránsito de Venus es un evento astronómico que sucede cuando este planeta pasa entre el Sol y la Tierra, un hecho similar a los eclipses causados por la Luna, sin embargo, la distancia y el tamaño aparente de Venus hacen que este sólo pueda verse como un pequeño punto negro que atraviesa la cara visible del Sol durante un tiempo de entre 5 y 8 horas. Los tránsitos más recientes ocurrieron el 2004 y el 2012, y se prevé que el próximo sea en el año 2117.

Ese mismo año se registraron eventos con objetos extraños por los cielos, por ejemplo, el evento relatado en el libro Astrología del fenómeno Ovni de Boris Cristoff, donde se menciona que el 9 de julio de 1874, en un evento llamado La batalla de las nubes los habitantes de un poblado cerca de Pittsburgh, Pensilvania, llamado Saw Mill, observaron un extraño fenómeno cuando dos nubes de un color negro intenso y peculiar forma se fueron acercando entre sí, como si fueran a luchar, comenzando a intercambiar impresionantes y violentos rayos. Cuando finalmente hicieron colisión dejaron caer torrentes de agua que provocaron la muerte de más de 150 personas.

En otro fenómeno similar el mismo año, pero en México, y quizás uno de los avistamientos más conocidos en su tipo, fue el que sucedió en Oaxaca el 6 de julio. Los habitantes observaron un objeto de forma de trompeta sobre los cielos por más de cinco minutos; el evento ha sido respaldado por periódicos y revistas de la época no solo nacionales sino extranjeros. Cabe mencionar que en la misma fecha también se observó un pequeño cometa, hecho que también está documentado.

En el fuerte temblor que se sintió en 1995 en Baja California Sur, muchos aseguran haber visto una bola de fuego caer minutos antes de sentirse los fuertes temblores. Y hace tan solo cinco años —en 2013—, se sintió como las viviendas de muchos hogares de La Paz se cimbraron con la caída del bólido; hubo gente que aseguró verlo caer en las inmediaciones de El Centenario. Quizás lo más extraño de este suceso fue el movimiento policial y militar que se dio para la búsqueda del mismo, los cuales descartaron que se tratara de un meteorito, a pesar de haberse registrado un ligero movimiento sísmico.

Meses después se publicó una nota donde se decía que el fenómeno había sido a causa de un fragmento del cometa Halley. Entonces ¿porqué las autoridades lo negaron? ¿No pudieron identificar el fenómeno? ¿O, quizá, estaban ocultando otra cosa?




¿Ovnis en La Paz?; ¿Qué hay de cierto en los avistamientos recientes?

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Es común que la gente mire el cielo y vea objetos, luces o fenómenos que no tiene idea de qué son. La tendencia a pensar que son seres extraterrestres es enorme y se entiende pues es una idea fascinante. ¿Qué tanto hay de cierto? ¿Cuáles son reales y cuáles invento de gente que quiere engañar a otros? ¿Qué hacer si veo uno? Esto se incrementa con la posibilidad de grabar imágenes o video con celulares y compartir en redes sociales, donde inician discusiones de todo tipo. Revisemos el caso de algunos fenómenos recientes. Imágenes: Internet.

Científicamente divertido

Por Miguel Ángel Norazagaray Cosío

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La idea de vida fuera de la Tierra tiene siglos, primero pensada para la Luna y Marte, y con el tiempo quedó claro que no había tal, pero estas primeras ideas permearon en el público. Los ovnis —siglas de Objeto Volador No Identificado— surgieron en la cultura popular desde mediados del siglo XX y se hicieron populares particularmente durante los años de la Guerra Fría. El primer uso del término se debió a un piloto civil norteamericano. Como era de esperarse, todo objeto era sospechoso desde el punto de vista de los militares, tanto de los Estados Unidos como de la Unión Soviética.

Ante cada reporte que ocurría, ambos ejércitos estaban obligados a ir a investigar, e incluso guardaban silencio con respecto a la naturaleza del objeto, en caso de haber sido real y encontrarlo. En algunas ocasiones pudo deberse que se trataba de un artefacto propio luego de una prueba. Esto fomentó la idea de que los militares ocultaban extraterrestres.

Con el tiempo y los pasos dados en la carrera espacial, diversos elementos fueron agregándose a la cultura popular, como los cohetes, las cápsulas de reingreso a la atmósfera y los trajes espaciales. Comenzaron a ocurrir experiencias reportadas por muchas personas que coincidían con estos elementos, agregando diversos adornos, de una u otra forma.

En años recientes, digamos de 10 años a la fecha, el crecimiento de las redes sociales y los nuevos dispositivos electrónicos portátiles han permitido un nuevo resurgimiento y modo de ver el fenómeno ovni. Además, la posibilidad de usar programas para computadoras con las que se pueden editar fotografías y engañar con facilidad, ha creado un montón de materiales falsos, a veces de difícil detección.

Damos alta estima a nuestro sentido de la vista y a nuestras cámaras, pero nuestro cerebro es fácil de engañar de diversas maneras, basta pensar en las ilusiones ópticas. Hay varias causas de engaños y a continuación comentamos algunas.

¿Ovnis en La Paz? Efectos que engañan

Un efecto que por lo común engaña la vista son los mal llamados “fantasmas” (lens flare, en inglés) que se generan debido al paso de la luz por las diferentes lentes del sistema óptico. La difracción causada por el paso de la luz en cada superficie genera un reflejo que afecta la imagen final, agregando luces donde no había. Es común que ocurra cuando el objeto de interés está cerca de una fuente de luz muy brillante. El caso típico es cuando se graba algo cerca del Sol.  Veces este efecto se usa de manera intencionada, pero puede llegar a engañar a muchas personas, que creerán que tales luces son una fuente distinta. No son tan difíciles de reconocer pues en un video se mueven en el mismo sentido que la cámara, como el ejemplo a continuación.

En este video de Lens glow se nota como el supuesto ovni se mueve siempre en sentido del movimiento de la cámara que graba, teniendo como punto eje la luz del poste cercano, cuya luz produce el ovni por simple difracción.

Otro efecto común es cuando se observa un objeto brillante que no se sabe qué es y se toma una foto o video usando acercamiento (zoom) cuando ya no se tiene el enfoque correcto. Esto resulta en una imagen simétrica que algunos señalan como una nave espacial antigravedad.

Cuando además del zoom óptico se usa el digital, puede llegar a apreciarse una coloración azul o verde alrededor y no es más que refracción de la luz. Ejemplo a continuación.

Mal foco

Dependiendo del diafragma, es posible que el objeto luzca exagonal, pues es una forma frecuente de arreglo óptico, nada que ver con una nave espacial de seis lados.

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En esta categoría, los dos objetos que con mayor frecuencia son confundidos con ovnis son Venus, por su gran brillo, capaz de hacer sombra en una noche sin luna y la ISS, aún más brillante en algunas ocasiones. Me ha tocado ver videos donde lo más seguro es que el observador grabó uno de estos dos, pero sin datos como fecha, lugar y dirección es imposible saber.

Entre otras causas que el lector diligente puede buscar están los sprites y los iridium flares. Esto dejando a un lado que los globos de helio o de Cantoya a cada rato son confundidos con flotas de ovnis.

¿Qué hacer si se ve un objeto sospechoso en el cielo?

Para que nuestra experiencia tenga más elementos para ser útil o para analizarla, haya imagen, video o simple narrativa, hay que asegurarse de algunos detalles. En primer lugar, hay que registrar la hora y ubicación del observador. Es necesario también tener la dirección en la que se observó el objeto de la manera más precisa posible. Cuando el observador no tiene manera de saber esto, al menos el rumbo y la altitud aproximada.

Si se va a tomar tal imagen o video, sería muy útil poder tomar también un objeto de referencia, pues cuando el supuesto ovni aparece en el centro es imposible saber su tamaño. La gente suele decir que vio una luz muy grande que se movía rápido, pero no sabe decir qué tan grande ni qué tan rápido. Toda referencia puede ser de utilidad.

En muchos videos que he visto es imposible saber qué fue lo que se vio, salvo sospechas. Si no hay imagen ninguna, peor aún pues los relatos van siendo modificados poco a poco por los observadores. Sin duda se trató de un ovni en el sentido de la definición. Ir más allá y decir que son seres extraterrestres van en contra de la condición de objeto no identificado.

Experiencias personales directas

Como divulgador científico y astrónomo aficionado, cada rato me llegan noticias de los mentados avistamientos, imágenes y videos. Cabe mencionar que entre los diversos grupos de aficionados a la astronomía, como las Sociedades Astronómicas Merak (Santa Rosalía), Mira (La Paz) y Cetus (Los Cabos), todas con sede en Sudcalifornia, estamos muchos que nos la pasamos observando el cielo constantemente. Identificamos estrellas, planetas, satélites y otros objetos. En estos grupos es raro que alguien reporte la observación de un objeto desconocido, por lo general sabemos lo que vemos. Al respecto tengo dos experiencias que a continuación relato.

Alrededor del año 2010, estábamos observando desde la carretera a Los Planes, un grupo no muy numeroso de aficionados. Era temprano por la noche, la hora en la que se perciben los satélites pues la luz del Sol llega aún a la parte alta de la atmósfera, aunque ya sea de noche en nuestro sitio. Los satélites se ven como pequeñas luces que se mueven rápido y sin parpadeos viajando por la esfera celeste, siempre solitarios. Por eso nos llamó la atención que hubiera dos luces, una mayor que la otra, moviéndose en la misma dirección y muy cerca entre sí. La seguimos hasta desaparecer y nadie de los presentes pudo determinar de qué se trataba. Horas más tarde, al llegar a casa, busqué en Internet si había ocurrido algún lanzamiento de alguna sonda o algo así. No tardé en encontrar que los rusos habían lanzado una de sus sondas Progres, una nave con la que periódicamente llevan agua, alimento, oxígeno y otros pertrechos a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés). Eso era precisamente lo que estaba ocurriendo, la luz pequeña era la nave de carga y la más brillante era la ISS, durante la delicada maniobra de acoplamiento, que dura horas. Asunto resuelto.

En enero de 2017, pasé buena parte de la mañana tratando de grabar el Sol con una cámara de video de reciente adquisición. Ya tenía localizado el grupo de manchas que me interesaba, pero las nubes no me permitían comenzar a realizar las grabaciones de prueba. Luego de nublados más densos y una rica comida, regresé observar el cielo, tratando de ver si las nubes me permitirían algún espacio adecuado. En eso, veo una luz en el cielo, muy brillante, que parecía moverse entre las nubes. Yo sabía que Venus tenía que estar en esa dirección, pero no se mueve. Tal vez se trataba de un engaño de perspectiva, como cuando estamos en un camión y no sabemos si el camión de al lado es el que se mueve o somos nosotros. Busqué una referencia cercana, una esquina del techo, para ponerla en dirección del objeto brillante. Sólo así pude darme cuenta que eran las nubes las que se movían rápido al este por el viento y me habían engañado por completo.

Sin haber podido observar, recogí todo el equipo. Al llegar la noche, uno de mis contactos de Facebook acababa de compartir un video de un gran objeto brillante, viajando al Oeste, en dirección contraria a las nubes. Todos los comentarios de ese video trataban el tema de un objeto desconocido que no podía ser Venus porque se movía. Mi primer comentario fue bastante escueto: se trataba de Venus y eran las nubes que se movía. No los convencí. Hice uso de mayor análisis sobre el video, considerando la hora en la que fue tomada, la altitud del objeto, la iluminación de las nubes y otros detalles. Creo que tampoco los convencí.

Sigue habiendo mucha gente que cree que sí nos visitan seres vivos extraterrestres en naves espaciales. Incluso hay quienes aseguran que algún pariente o conocido sí ha establecido contacto con extraterrestres. A la gente que ya se convenció de que el gobierno oculta extraterrestres no hay manera de sacarla de ahí.

La próxima ocasión que veamos un ovni, ya sabemos qué hacer.

 




Vida extraterrestre

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El gran enigma de la vida extraterrestre. Foto: Internet.

Científicamente divertido

Por Miguel Ángel Norzagaray.

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La idea de que existen otros seres inteligentes en el universo es tan intrigante que es un tema recurrente en ciencia ficción, tanto en libros como en películas. De inmediato vienen a nuestra mente imágenes de seres humanoides con grandes ojos y de colores extraños. Algunos muy feroces y otros pasivos con gran inteligencia. Productos de la imaginación humana. ¿Qué tanto de realidad hay?

Al poner los pies en la tierra y dejando a un lado la fantasía, las cosas no dejan de ser interesantes. Si lo que queremos es la verdad al respecto, tenemos la ciencia, aún con sus imperfecciones, pero es la mejor aliada en la búsqueda de respuestas. Muchas de estas respuestas que se han dado en este tema son espectaculares y a veces parecen fantasías creadas con gran imaginación.

En el mundo científico todo comienza a partir de dudas, haciendo preguntas cada vez más básicas, cuya respuesta, con todo y sus márgenes de error, permita responder otras cuestiones más complejas. Por ello la primera pregunta no es cómo nos podremos comunicar si vienen a visitarnos unos alienígenas. Es mejor preguntarse dónde pueden estar, qué tan distinta puede ser la vida en otras partes del universo, cómo los podemos detectar y así.

Este no es un asunto reciente. No tenemos idea desde cuándo el ser humano se cuestiona si es el único ser vivo, pero hay hechos bastante claros. Con la llegada del telescopio y Galileo apuntalando la teoría de Copérnico, de que los planetas giraban en torno al Sol, fue natural pensar para muchos en la posibilidad de que los otros planetas también estuvieran habitados.

La primera referencia parece ser un libro escrito en 1638, sobre la posibilidad de un mundo con vida en la Luna. Ya se tenían tres décadas observándola con telescopio, percibiendo montes, cordilleras y zonas de diverso color. Una lectura interesante, con muchas especulaciones serias sobre bosques, habitantes, clima, tal vez inocente para nosotros, pero realistas para la época.

Con la llegada de telescopios cada vez más grandes se intentó descubrir planetas orbitando estrellas distintas al Sol, llamados extrasolares, o exoplanetas, que es más común. Esto sería posible hasta finales del siglo XX, pero antes que eso hubo la oportunidad de investigar los planetas del sistema solar.

La astronáutica y nuevas técnicas de observación (como la espectroscopía, que permite determinar la composición química de objetos) hicieron posible hacer estudios que concluyeran que no había otra civilización como la nuestra en los planetas cercanos. Mercurio es demasiado caliente por su cercanía al Sol. Venus tiene condiciones igualmente hostiles, con una temperatura media de 450 grados Celsius. De Júpiter a Neptuno todos son principalmente gas, hidrógeno, metano y otros compuestos, y se descartan por tener condiciones muy alejadas de las necesarias para sustentar vida como la que conocemos.

Actualmente no hay condiciones para la vida en otro planeta, pero la pudo haber en el pasado y es algo que se debe investigar, en especial en Marte y algunos satélites de los planetas gaseosos. Aún quedan sitios en nuestro sistema solar que requieren ser investigados, como los posibles océanos debajo de la superficie congelada de Europa, el satélite de Júpiter.  Agua con grandes concentraciones de oxígeno, por si fuera poco.  Hablar de agua es tener un compuesto fundamental para la vida.  Sin duda llegará ese momento en la exploración espacial, pero ahora mismo, en otro frente de la búsqueda de vida o sitios con condiciones apropiadas, se están haciendo grandes avances.

En 1988, 1989 y 1992 se descubrieron potenciales exoplanetas, pero no con toda seguridad. Finalmente, en 1995 se confirmó un exoplaneta orbitando una estrella como el Sol, un planeta del tipo Júpiter, un poco más caliente, orbitando una vez cada cuatro días la estrella 55 Pegasi, a 50 años luz de distancia. Desde entonces, gracias al trabajo de sondas dedicadas y de muchos científicos y aficionados, se ha descubierto una cantidad creciente de planetas y poco a poco aparecieron los que son casi del mismo tamaño que la Tierra.

¿A la fecha qué sabemos de esto?

Para inicios de octubre de 2016, se han confirmado 3533 cuerpos planetarios, distribuidos en 595 sistemas planetarios. En esta lista, que puede consultarse en Exoplanet.Eu, están incluidos cerca de 100 objetos mucho más masivos que Júpiter, por lo que se cree que pueden ser estrellas sumamente frías, llamadas estrellas marrones.

El exoplaneta más cercano hasta la fecha se descubrió en la estrella Próxima Centauri, la más cercana al Sol, con apenas 4.25 años luz de distancia. La anterior más cercana está a 14. Más cerca ya no puede haber pues no hay otra estrella a menor distancia. Para darnos una idea, la nave más rápida que se ha lanzado al espacio tardaría en llegar unos 40 mil años. Claro, ya se está pensando en nuevas tecnologías de propulsión que permitirían llegar en unos 20 años, pero aún falta para eso.

Este cercano exoplaneta, llamado Próxima b, tiene características que lo hacen más interesantes aún. Las estimaciones indican que tiene 1.3 veces la masa de la Tierra y 1.1 veces el diámetro. La estrella donde orbita es una enana roja, más pequeña y fría que el Sol. Se tiene la fuerte sospecha de que está cubierto de agua y posee atmósfera. Da la vuelta a su estrella una vez cada once días, a la corta distancia de 7 millones de kilómetros, lo que tal vez no es buena noticia para su habitabilidad, pues está sometido a presiones de viento estelar muy altas. Para comparación, la Tierra está a unos muy seguros 150 millones de kilómetros del Sol y su campo magnético desvía tales rayos. No se sabe aún nada de la composición de Próxima b.

Entonces, ¿cuántos planetas hay en la galaxia?

Los descubrimientos que se han hecho permiten hacer estimaciones estadísticas. Se cree que casi todas las estrellas de la galaxia tienen al menos un planeta. La más importante es que más del 20% de las estrellas como el Sol tienen un planeta del tamaño de la Tierra orbitando a la distancia adecuada para tener agua líquida. Eso significa deben existir miles de millones de planetas con condiciones similares a las de nosotros. Gran información, obtenida de la investigación de 20 años a la fecha.

Claro, de eso no puede concluirse que todos tienen vida y mucho menos una civilización tecnológicamente desarrollada. Primero habrían de tener agua, cosa que aún no se sabe en la mayoría de los casos. Otra condición importante es el entorno galáctico de cada estrella, pues hay regiones de la galaxia muy tranquilas, como las que ha transitado el Sol desde hace millones de años, pero otras regiones son muy violentas, con nubes muy calientes u objetos emitiendo radiación de alta energía, donde es difícil que ocurra la vida (como la conocemos).

Es importante aclarar que la mayoría de los exoplanetas confirmados se encuentran en estrellas cercanas a la Tierra, en un radio de unos 3 mil años luz. Nuestra galaxia, la Via Láctea, tiene 100 mil años luz de diámetro, así que falta mucho por estudiar. No se trata sólo de saber si hay vida, también se busca otro planeta que pueda ser un hogar alternativo, para cuando la Tierra se destruya.

Pero ¿cómo nos comunicaríamos con seres extraterrestres?

En este rubro no hay que inventar el hilo negro. Ya Sagan y Shklovsky escribieron al respecto en Intelligent Life in the Universe, en 1966, y hay otros títulos similares de esa época. Notable es la edición de las ponencias de un congreso que se realizó en 1971 en Armenia, con destacados científicos, discutiendo sobre posibles sistemas planetarios en otras estrellas, caminos evolutivos de la inteligencia, técnicas de contacto, contenido de mensajes, evolución de la técnica, duración de las civilizaciones o consecuencias de tales contactos. Este material fue editado por la editorial Planeta en 1980 y reimpreso en 1985. Hay una película al respecto, con Jodie Foster, se llama Contacto.

Actualmente, como se acepta que las ondas de radio son el medio más eficiente de comunicación a grandes distancias, se emplean miles de computadoras para decodificar señales de radio provenientes del universo, en todas las direcciones posibles. Busque el lector interesado la palabra SETI en Google y hasta encontrará maneras de colaborar desde casa.

A la fecha no se ha encontrado una señal que parezca haber sido generada a propósito. Debemos reconocerlo: aún no sabemos cómo nos podríamos comunicar, sólo tenemos un gran bufete de posibilidades para cuando llegue un alienígena y podría resultar que ninguna de esas maneras es útil.

La ciencia avanza rápido en esta área, vale la pena estarse informando, tal vez seamos de la generación que le toque saber de otro planeta con vida, en algún rincón no muy lejano de la galaxia. Todo lo anterior son conocimientos sólidos, generados de observación cuidadosa, repetible y confirmada. Hablar de ovnis, abducciones o alienígenas ancestrales es entrar en la especulación y el morbo, no es ciencia.