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¿Por qué fingimos orgasmos?

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Sexo + psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

La Paz, Baja California Sur (BCS). Fingir un orgasmo es más común de lo que parece, o por lo menos es lo que arroja una investigación realizada por Archives of Sexual Behavior. Las causas son múltiples, desde terminar pronto la relación sexual hasta levantar el ánimo. En el pasado se creía que solo las mujeres fingían un orgasmo, ¿será así?

¿Qué son los orgasmos? Por simple que parezca la pregunta y por obvia que pueda parecernos la respuesta, definir el orgasmo puede resultar en una ardua tarea, la palabra griega orgasmos se define como “hincharse de humedad, estar excitado o deseoso”. Si bien, el orgasmo es la acumulación de tensión para luego liberarla, lo que provoca una sensación de satisfacción y relajación, hay algunos signos corporales que nos indican que está ocurriendo: aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria, espasmos involuntarios, enrojecimiento, entre otras. Sin embargo, parece que identificar estas señales, sobre todo en mujeres, ha sido confuso a lo largo del tiempo.

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¿Esto se debe a que es más difícil para las mujeres alcanzar un orgasmo? No y sí a la vez. No es que sea más complicado físicamente para la mujer alcanzar un orgasmo, el problema es la parte social/cultural. Veamos el ejemplo del porno, por lo general en el porno tradicional heterosexual, la única estimulación que reciben las mujeres es vía vaginal, no hay caricias, pausas, uso de lubricante, entre otras cosas que pasan en el coito real, simplemente se limitan a la penetración, cuando en la vida real no todas las mujeres alcanzan el orgasmo solo con la penetración, hay muchas que necesitan la estimulación del clítoris, y, como hemos visto en redes sociales, hay una gran cantidad de hombres que piensan que no existe y que es un invento de las feministas.

FLAVITA BANANA

¿Por qué se finge un orgasmo?

Eva Moreno, sexóloga y terapeuta dice para ABC Bienestar1 que, para muchas personas, el sexo se ha convertido en una obligación o en algo en lo que hay que fichar o cubrir el expediente y no en algo que puede vivirse de forma placentera, enriquecedora y que, además, contribuye a hacer que nos sintamos más autónomos, independientes y hasta poderosos. Entonces, ¿es habitual fingir los orgasmosSí, es algo que se sigue dando desafortunadamente, afirma la autora de “Mi deseo depende de mí, que además se muestra preocupada por las consecuencias que puede tener sobre una mujer esta práctica si lo hace a menudo.

Por un lado, la terapeuta afirma que la principal engañada es precisamente la persona que finge porque se está mintiendo a sí misma y que, a nivel emocional, esa mentira es una forma de desvincularse de la pareja. Le engañas porque no le estás diciendo que no disfrutas, o porque no te atreves a decirle que te apetece que hagáis otras cosas o que eso que hacéis te aburre o no te excita. Y eso no te acerca a tu pareja, sino que te aleja, explica. Y, por otra parte, el hecho de no hacer lo posible por disfrutar de un orgasmo (con los beneficios psicológicos, anímicos y físicos que conlleva, añade) hace que, según explica la experta, una persona reduzca su salud sexual y emocional. Mostrar algo que va en contra de lo que realmente se está sintiendo tiene un precio a nivel emocional, señala.

¿Entonces, que es lo que sigue motivando a que esta práctica perdure? En pos de descubrir la verdad, se han realizado múltiples estudios sobre el por qué las personas fingen sus orgasmos, ya que los hombres también los fingen, aunque al parecer en menor cantidad.

En el estudio que se publicó en Journal of Sexual Archives los investigadores proponen la Escala de Fingir Orgasmo para Mujeres (FOS)2 que fue diseñada para evaluar los motivos personales de las mujeres para fingir un orgasmo durante el sexo oral y las relaciones sexuales, en donde descubrieron cuatro causas:

  1. Engaño altruista, fingir orgasmo por preocupación por los sentimientos de la pareja
  2. Miedo e Inseguridad, fingir el orgasmo para evitar emociones negativas asociadas con la experiencia sexual
  3. Excitación elevada, el intento de una mujer de aumentar su propia excitación fingiendo un orgasmo
  4. Aplazamiento sexual, fingir un orgasmo para terminar con las relaciones sexuales.

Lo autores del estudio consideran que mentir por hacer feliz al otro, o por la propia inseguridad, resulta negativo para la relación sexual pero que, cuando se realiza para aumentar la propia excitación, puede ser positivo porque se trata de una herramienta más para mejorar su propia experiencia.

En el caso de los hombres, hay menos información todavía: en promedio3, los participantes informaron fingir orgasmos en aproximadamente una cuarta parte de los encuentros sexuales en su relación sexual actual, más comúnmente durante el sexo vaginal. Dentro de las razones para fingir un orgasmo, se encontró que la vivencia de experiencias sexuales previas que calificaron como negativas o malas y una errónea elección de pareja, son las más frecuentes, aunque también se encontró que lo hacían para apoyar el bienestar emocional de su pareja.

Fingir orgasmos es común en hombres y mujeres, independientemente de su orientación sexual, pero considero importante hablar sobre las consecuencias que tiene hacerlo de forma habitual. Es posible que, entre más tiempo se mantenga esta situación, la relación de pareja se dañe ya que no se obtiene goce con el sexo y se engaña a la otra persona.

Los motivos por los cuales una persona finge un orgasmo pueden ser múltiples, sin embargo, es importante recalcar que lo ideal en las relaciones de pareja o en las vinculaciones erótico-afectivas, siempre será la comunicación asertiva, poder decirle a mi pareja o compañero sexual lo que me está pasando y cómo me estoy sintiendo, sin miedo a una respuesta negativa. Y creo que, este último punto es fundamental para la crítica interna, ¿soy lo suficientemente capaz de recibir una crítica sobre mi desempeño sexual?, ¿permito que mi pareja/vínculo me hable honestamente sobre sus sentimientos?, ¿me permito yo expresar lo que siento y pienso a mi pareja/vínculo?, ¿me causa miedo la reacción que tiene mi pareja/vínculo? o ¿yo provoco miedo a mi pareja/vínculo?

La reflexión interna y en pareja/vínculo, así como la honestidad con empatía, puede ayudar a solucionar algunos conflictos que vamos arrastrando. También es importante considerar acudir con un sexólogo o un terapeuta de pareja para mejorar aquellos aspectos que, con el tiempo, pudieran originar una ruptura o hacer que la relación sea complicada.

Referencias
1. Alcolea, R. (2019). Si finges el orgasmo a menudo, te puede pasar esto. ABC Bienestar. Recuperado de: https://www.abc.es/bienestar/psicologia-sexo/sexualidad/abci-si-finges-orgasmo-menudo-puede-pasar-esto-201911180723_noticia.html
2. Cooper, E.B., Fenigstein, A. & Fauber, R.L. The Faking Orgasm Scale for Women: Psychometric Properties. Arch Sex Behav 43, 423–435 (2014). https://doi.org/10.1007/s10508-013-0212-z
3. Léa J. Séguin & Robin R. Milhausen (2016) Not all fakes are created equal: examining the relationships between men’s motives for pretending orgasm and levels of sexual desire, and relationship and sexual satisfaction, Sexual and Relationship Therapy, 31:2, 159-175, DOI: 10.1080/14681994.2016.1158803
4. Muehlenhard CL, Shippee SK. Men’s and women’s reports of pretending orgasm. J Sex Res. 2010 Nov;47(6):552-67. Recuperado de: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19707929/

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




La geografía del orgasmo femenino

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Sexo y psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

La Paz, Baja California Sur (BCS). Dentro del amplio mundo de la sexualidad, la sexualidad femenina siempre ha causado curiosidad. Y es que, pese a las múltiples investigaciones que se han realizado, parece que la información no es el único factor importante para conocernos y/o alcanzar un orgasmo. Sabemos que la fisiología del hombre y la mujer son distintas, pero, ¿qué es lo que hace tan diferente a la sexualidad femenina?

Al hablar de la Respuesta Sexual Humana, durante muchos años se utilizó el modelo de Masters&Johnson, donde proponían un modelo de 4 fases: excitación, meseta, orgasmo y resolución. A pesar de funcionar durante un tiempo, a medida que las investigaciones en sexualidad femenina avanzaban, este modelo quedó algo corto para explicar lo que llevaba a una mujer a experimentar el orgasmo, por lo que en 2005, Rosemary Basson propone un nuevo ciclo de respuesta sexual para la mujer, donde se considera la predisposición, motivación, intimidad, estímulo sexual en contexto apropiado, entre otras. O sea, los orgasmos femeninos tienen un alto contenido psicológico. Sin embargo, el cuerpo de las personas que tienen vulva y vagina pueden experimentar distintos tipos de orgasmos, si se estimula de manera adecuada ciertas partes del cuerpo.

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Como se mencionó en el artículo anterior El orgasmo, entendemos por orgasmo a un tipo de descarga explosiva de tensiones neuromusculares acompañado de una sensación variable de placer intenso, el cual es capaz de alterar el estado físico de una persona además de provocar una sensación mental única, como es el caso del fenómeno llamado La Petite Mort, que es la pérdida del conocimiento durante el orgasmo por segundos.

El orgasmo se puede alcanzar por medio de la estimulación de partes específicas del cuerpo, como el clítoris, el cérvix o la vagina.

Orgasmo clítoridiano

El clítoris un órgano sexual situado sobre la vagina, se ve como un pequeño abultamiento —llamado glande— y es sumamente sensible. Posee más de 8000 terminaciones nerviosas, lo que hace que los orgasmos clitoridianos sean más fuertes que otros. Sin embargo, el glande es solo la vista externa, en realidad, el clítoris es más grande y su estructura corre debajo de los labios mayores y menores de la vulva.

La estimulación necesaria para alcanzar el orgasmo varía en cada persona, no obstante, lo que se ha reportado en diversas investigaciones es que la presión directa puede resultar incomoda y muchas veces dolorosa. Es por esto que se recomienda acariciar, lamer, chupar — lo que se prefiera — alrededor de la vulva.

Si es por medio de la autoestimulación, puede resultar más sencillo percibir las sensaciones agradables, si la estimulación es por parte de otra persona, se recomienda tener mucha comunicación y estar al pendiente de lo que la pareja sexual diga que es placentero.

Muchas veces se ha descrito que la estimulación del clítoris es como comer helado, no se realiza directamente con la punta de la lengua, sino con el cuerpo de esta, pero, como lo mencioné anteriormente, depende de cada persona, por lo que no se puede generalizar.

El uso de lubricantes o sensibilizadores puede ayudar a mejorar la experiencia. En el caso de lubricantes se recomienda uno a base de agua — ya que se puede usar con condón, a diferencia de los que son a base de silicón —, sin embargo, estos pueden venir con diferentes efectos, como perlas que ayudan a mejorar la sensibilidad, otros dan el efecto de estar calientes o fríos, otros contienen retardantes, los hay con diversos sabores, en fin, existen muchos tipos, lo importante es dar con el que uno se sienta más cómodo. Por otro lado, los sensibilizadores ayudan a congregar la sangre en el clítoris, lo que lo hace más sensible de lo normal, potenciando una sensación de cosquilleo o calor.

Puedes probar distintos tipos de estimulación con vibradores, ya sean balas, vibradores de dedo, anillos vibradores o un dildo vibrador. Por lo general tienen distintas intensidades y son muy fáciles de usar, además de que ayudan a tener un orgasmo más rápido.

Orgasmo Vaginal

Los orgasmos vaginales son aquellos que se consiguen al estimular la vagina, puede parecer muy obvio debido al nombre, pero suele confundirse con los orgasmos cervicales.

La vagina para su estudio se divide en tres, empezando desde el introito vaginal o la entrada de la vagina, encontramos el tercio externo, luego el medio y el que conecta con el cérvix, y posteriormente el útero, el tercio interno. En términos generales, la vagina no es muy sensitiva, salvo el tercio externo en donde está ubicado el punto G o la próstata femenina.

El punto G, o punto Gräfenberg, es una zona sensible que se extiende desde la pared frontal o anterior de la vagina, o sea la cara más cercana al pelvis, aproximadamente 3 a 5 cm de su entrada. Para localizar el punto G, la mejor posición reportada ha sido estar sobre la espalda — esta estimulación puede ser por la propia persona o una pareja sexual—, se introducen uno o dos dedos en la vagina, con la palma de la mano hacia arriba —muy similar a la seña de Spiderman o de Rock and Roll— y se realizan movimientos de golpeteo de forma rítmica, como diciéndole a alguien “ven para acá”. La textura del tercio externo es diferente a la del resto de la vagina, se siente una ligera elevación y es de textura más rugosa que el resto.

Cuando se estimula el punto G, puede existir una sensación como de ganas de orinar, esto es completamente normal, ya que está conectado con la uretra, por lo que en ocasiones, al estar estimulando esta zona se expulsa una pequeña cantidad de fluido cuando se llega al orgasmo, este fluido es conocido como eyaculación femenina y desde el punto de vista químico, es similar al fluido seminal y es distinto a la orina.

Es importante mencionar que la vagina mide entre 8 a 12 cm de profundidad, por lo que no es necesario introducir un pene o juguete sexual de proporciones más amplias, no obstante, esto es un gusto muy personal.

Orgasmo cervical

El cérvix es la estrecha abertura del útero, esto significa que está situado en el extremo interno de la vagina. Si se toca con el dedo, tiene un tacto correoso, como la punta de la nariz. Algunas personas con vagina explican que el contacto —del pene, de un dedo o de un juguete sexual— con el cérvix incrementa las posibilidades de experimentar un orgasmo y puede aumentar su intensidad o complementa a algún otro orgasmo potenciando la sensación.

Punto U

Ha sido descrito como un pequeño trozo de tejido sensitivo eréctil, situado justo encima y a cada lado del orificio uretral en la vulva, puede incluir en algunos casos el propio orificio de la uretra — el conducto por el que se expulsa la orina—, hay quien dice que si se acaricia suavemente esta zona, ya sea con el dedo, la lengua o la punta del pene, se produce una respuesta erótica especialmente intensa.

Pese a que estos son los puntos erógenos más sensibles dentro de la vulva y la vagina, todo el cuerpo humano puede ser una zona erógena. Estimular los pezones, cuello, axilas, la piel, cara, entre otros, puede resultar en un orgasmo si nos permitimos sentir y si este estímulo se percibe como agradable.

Para conocer estas sensaciones, se recomienda ampliamente la autoestimulación, para saber exactamente qué y cómo prefiero la presión, el calor, el roce, la constancia y más. En caso de describir o experimentar con una pareja sexual, se recomiendo una amplia y detallada comunicación, en donde pueda expresar lo que me gusta o desagrada sin miedo a sentirse juzgado por parte de la otra persona.

 

Bibliografía

  • Basson R, Berman J, Burnett A, Derogatis L, Ferguson D, Foucroy J, et al. Report of the international consensus development conference on female sexual dysfunction: Definitions and classifications. J Urol. 2000;163:888—93.
  • McCar, J, P. McCary, S, Álvarez-Gayou, J, Del Rio, C, Suárez, J. (1996). Sexualidad humana de McCary. Manual Moderno.
  • Komisaruk, B, Whipple, B, Nasserzadeh, S, Beyer-Flores, C. (2011). Orgasmo: Todo lo que siempre quiso saber y nunca se atrevió a preguntar. Ebook.
  • Parra, N. (2018). Deseo, Placer y satisfacción. Colección Derechos Sexuales y Reproductivos de las Mujeres Jóvenes. Vol. 2. Recuperado de

https://www.researchgate.net/publication/324983855_Deseo_Placer_y_satisfaccion_Coleccion_Derechos_Sexuales_y_Reproductivos_de_las_Mujeres_Jovenes_Vol_2

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El orgasmo

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Sexo y psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

La Paz, Baja California Sur (BCS). Cuando se habla del placer y de su goce, es común pensar en el placer sexual, tema tabú, que se habla en susurros, pero que no pasa desapercibido. Reprimido por la religión, estudiado por todos los investigadores sexuales, hasta el día de hoy no se han develado todos sus secretos, pero, ¿qué es lo que sabemos de él?

Definir lo que es un orgasmo siempre ha sido un proceso complejo, en su origen lingüístico, la palabra griega orgasmos se define como “hincharse de humedad, estar excitado o deseoso”, también se puede encontrar una definición más técnica, como en el Informe Kinsey: “La descarga explosiva de tensiones neuromusculares en el máximo de la respuesta sexual”. Desde la parte psicológica, se trata de la percepción subjetiva del pico de reacción física al estímulo sexual. Suele ser una experiencia de muy corta duración, apenas unos segundos y sin embargo, en las búsquedas de Google, es de las más populares, de hecho, al entrar en Google Trends, en Baja California Sur, se mantiene en 77/100 la frecuencia de búsqueda de esta palabra.

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Pero, ¿por qué genera tanta curiosidad?, pese a ser una reacción natural del cuerpo, existe un alto porcentaje de personas que no logran desencadenar esta respuesta, en su mayoría mujeres. Y, aunque se han escrito múltiples libros y artículos detallando técnicas para alcanzar el orgasmo femenino, hay mujeres que simplemente parecen no encontrarlo. De hecho, la incapacidad de alcanzar el orgasmo durante el coito, constituye la queja más común de las mujeres que buscan ayuda de los terapeutas sexuales, y es aquí, donde el bloqueo psicológico aparece como responsable de tal dificultad.

Y es que el orgasmo no es solo una reacción del cuerpo, es su respuesta última a un proceso complejo de excitación, deseo, estimulación psicológica, emocional y física, por lo que solo estimular como loco el clítoris no hará que una mujer se venga. A diferencia de los hombres en quienes es más sencillo estimular el pene para que alcancen el orgasmo.

No es que sea más difícil — biológicamente hablando — que una mujer alcance el orgasmo, el detalle es que se nos ha enseñado a genitalizar el placer, esto implica que la mayoría de las personas piensa que el placer sexual solo se consigue estimulando los órganos sexuales pélvicos — vulva, vagina, pene, testículos y, con suerte, las mamas — y listo, cuando en realidad, todo nuestro cuerpo puede ser estimulado y por ende desencadenar en un orgasmo.

Ahora, la cualidad de un orgasmo, es decir, la intensidad, duración y placer total pueden variar de un coito a otro. Los factores tales como la ansiedad, culpa, depresión, ira, indiferencia hacia la pareja sexual o el desagrado por el escenario que los rodea, pueden afectar la calidad del orgasmo y si son lo suficientemente intensos, bloquear la respuesta del todo. Es más frecuente que el hombre ignore estas percepciones con mayor facilidad que la mujer, lo que le permite alcanzar el orgasmo sin tantos problemas.

Otra diferencia encontrada entre la vivencia del orgasmo entre los sexos, es el multiorgasmo. Los hombres no tienen la capacidad de experimentar orgasmos múltiples. Solo alrededor del 6 al 8% de los hombres puede tener más de un orgasmo durante cada experiencia sexual —considerando que no ha tenido ningún tipo de entrenamiento — , y por lo general, este porcentaje se encuentra entre los más jóvenes.

Por otro lado, las mujeres, pueden tener múltiples orgasmos en una sola actividad sexual; Kinsey y colaboradores informaron que el 14% de las mujeres tienen orgasmos múltiples de manera regular, y Masters y Jhonson demostraron que, si el estímulo sexual que provocó el primer orgasmo en la mujer continúa, pueden surgir un segundo, tercer y hasta más orgasmos.

La duración del orgasmo también es variable, mientras que en lo hombres tiene una duración de 4 a 8 segundos, en la mujer puede durar hasta 15 segundos y algunas mujeres experimentan el orgasmo prolongado. Otra curiosidad del orgasmo femenino es que se ha encontrado que existen mujeres que se desmayan en el momento de sentirlo — los poetas franceses de cierta época se referían a ello como petite mort, o pequeña muerte—, la experiencia no es desagradable, pero podría resultar desconcertante para la pareja no acostumbrada al fenómeno.

Si bien en condiciones normales el orgasmo es producido por estimulación genital, se han reportado personas que lo han alcanzado con la estimulación de distintas partes del cuerpo o con diferentes estímulos, tal es el caso de los orgasmos con el pensamiento, producidos mediante imágenes mentales y en ausencia de estimulación física; los hay también por medio de la meditación, orgasmos durante el parto, en algunos casos durante ataques epilépticos, en los más extremos, se han reportado personas con lesiones en la médula espinal que sienten orgasmos genitales mientras duermen, a pesar de que la lesión bloquea las sensaciones genitales conscientes.

Ya que cada parte del cuerpo puede ser sensible y receptiva al placer, es muy importante que aprendamos a conocer el mapa erótico de nuestro cuerpo, que no se reduce ni a zonas ni a prácticas concretas, sino que incluye varios elementos como el ritmo, el grado de presión, extensión, textura, entre otras. Este autoconocimiento ayuda al encuentro y la comunicación cuando se comparte el erotismo con otra u otras personas.

Si bien es importante la búsqueda del orgasmo, es necesario tomar conciencia de nuestro cuerpo y de la importancia de conocer qué nos gusta, cómo nos gusta y en dónde nos gusta, para poder autoestimularnos o pedirle a nuestra pareja sexual que nos estimule de la forma adecuada.

 

 

Bibliografía

  • Basson R, Berman J, Burnett A, Derogatis L, Ferguson D, Foucroy J, et al. Report of the international consensus development conference on female sexual dysfunction: Definitions and classifications. J Urol. 2000;163:888—93.
  • McCar, J, P. McCary, S, Álvarez-Gayou, J, Del Rio, C, Suárez, J. (1996). Sexualidad humana de McCary. Manual Moderno.
  • Komisaruk, B, Whipple, B, Nasserzadeh, S, Beyer-Flores, C. (2011). Orgasmo: Todo lo que siempre quiso saber y nunca se atrevió a preguntar. Ebook.
  • Parra, N. (2018). Deseo, Placer y satisfacción. Colección Derechos Sexuales y Reproductivos de las Mujeres Jóvenes. Vol. 2. Recuperado de https://www.researchgate.net/publication/324983855_Deseo_Placer_y_satisfaccion_Coleccion_Derechos_Sexuales_y_Reproductivos_de_las_Mujeres_Jovenes_Vol_2

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¿Qué son las parafilias?

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Voyeurismo. Obra de Seth Amstrong.

Sexo + Psique

Por Yaroslabi Bañuelos Ceseña

 

“Llamamos perversa a una práctica sexual cuando se ha renunciado a la meta de la reproducción y se persigue la ganancia del placer como meta autónoma.” Sigmund Freud.

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Antes de 1987 el término “perversión” fue muy utilizado por la psiquiatría y la psicología para referirse a aquellos comportamientos sexuales que no tenían la reproducción como su objetivo principal o que se desviaban de la normalidad sexual predominante en la época. La homosexualidad y la masturbación, por ejemplo, fueron consideradas como perversiones sexuales. Después del mencionado año, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) eliminó del DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) el término “perversión” y lo sustituyo por el de parafilia. En la segunda versión de este manual (DSM-II), publicada en 1973, ya se había eliminado la homosexualidad como categoría diagnóstica de la sección de “desviaciones sexuales”. Esto sucedió por la presión de numerosas manifestaciones de la comunidad gay, las cuales se llevaron a cabo en Estados Unidos desde 1969. Las protestas lideradas por el “Frente de Liberación Homosexual” eran dirigidas hacia los psiquiatras de la APA, quienes se habían basado en teorías psicológicas, sin evidencia científica, para incluir la homosexualidad en la clasificación de los trastornos mentales.

Hoy en día, las parafilias se definen como el conjunto de fantasías sexuales en las que la excitación y la fuente de placer no se encuentran en el coito, sino en alguna otra actividad u objeto, los cuales se engloban en 3 tipos:

1) Objetos no humanos (ejemplo: el  fetichismo).

2) El sufrimiento o la humillación de uno mismo o de la pareja (sadismo, masoquismo, etcétera)

3) Niños u otras personas que no consienten (pedofilia o exhibicionismo).

El gusto y la inclinación por determinados juegos sexuales, fantasías eróticas o comportamientos poco convencionales durante el sexo, no implica que se trate de una parafila, ya que para que una práctica sexual sea considerada como tal, debe mostrar ciertas características como: alcanzar el orgasmo únicamente a partir de dicha práctica sexual atípica; presentarse por un periodo prolongado de tiempo (se consideran al menos seis meses); asimismo, el comportamiento sexual debe de causar un deterioro significativo en áreas importantes de la vida de la persona.

La “Guía para el Diagnóstico Clínico” de James Morrison nos dice: “Las parafilias incluyen distintos comportamientos sexuales que la mayor parte de la gente rechaza por resultarles desagradables, inusuales o anormales: implican algo distinto al sexo genital con un adulto normal que da su consentimiento. Un trastorno parafílico se diagnostica cuando una persona percibe tensión o disfunción como consecuencia de un comportamiento de este tipo”.

Por lo que se puede concluir que una parafilia está muy distante de lo que puede ser el erotismo o sensualidad; es un comportamiento insano, destructivo e incontrolable que conlleva un profundo malestar psicológico. Un claro ejemplo de la capacidad destructiva de las parafilias, es la pedofilia, en donde el daño a la integridad física y psicológica de otros es totalmente brutal.

Parafilias más frecuentes

  • Exhibicionismo: Exposición deliberada y compulsiva de los genitales en público para alcanzar satisfacción sexual mediante la reacción de la víctima.
  • Fetichismo: Obtención del disfrute sexual a partir de objetos inanimados (zapatillas) o zonas del cuerpo (pies).
  • Frotteurismo: Gusto y excitación por frotar los genitales contra el cuerpo de otra persona en sitios muy concurridos sin que la víctima se percate, por ejemplo en un vagón del metro.
  • Sadomasoquismo: Búsqueda de placer mediante la agresión y dominio (sadismo). Obtención del placer mediante la sumisión, al ser maltratado y dominado (masoquismo).
  • Vouyerismo: Consiste en obtener placer mirando los genitales y las actividades sexuales de otras personas.
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  • Zoofilia: Fantasías y prácticas sexuales con animales.
  • Necrofilia: Excitación con cadáveres.

Las más extrañas

  • Androidismo: Excitación provocada por robots con apariencia humana.
  • Apotemnofilia: Tener fantasías sexuales sobre la pérdida de un miembro del propio cuerpo.
  • Aracnofilia: Excitación provocada por arañas.
  • Homilofilia: Excitación por discursos o sermones religiosos.
  • Capnolagnia: Excitación por observar a una persona fumando.
  • parafilias-sexualidad

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  • Emetofilia: Excitación por el vómito.
  • Formicofilia: Obtener placer sexual mediante el picoteo de las hormigas.

Es importante señalar que cada persona vive su sexualidad de acuerdo a sus experiencias, aprendizajes y motivaciones, esto hace que en el sexo los gustos sean complejos y muy diversos, pero también hay que tener en cuenta que si ese “gusto” se convierte en la única forma de alcanzar el máximo placer, causando ansiedad o estrés a quien lo vive, entonces considerarlo un problema sería una opción.

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