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Satélite ‘TESS’ de la NASA buscará exoplanetas

FOTO: Uabcs

La Paz, Baja California Sur (BCS). Desde hace algunos años, la búsqueda de planetas en otras estrellas ha generado gran entusiasmo debido a que los miles de exoplanetas confirmados y la expectativa de encontrar otros con condiciones similares a las de la Tierra, impulsa a los científicos a trabajar en esta área científica, señaló Miguel Ángel Norzagaray Cosío, profesor de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), a través de un comunicado de prensa.

“Con exoplanetas nos referimos a planetas como los que conocemos en el sistema solar, pero que orbitan estrellas distintas al Sol. Desde hace muchos años se especuló de su existencia, pero la enorme distancia de las estrellas vecinas hacía imposible detectarlos. No fue sino hasta finales de la década de 1990 cuando hubo equipo astronómico suficientemente preciso como para poder lograr esta hazaña, que es un verdadero parteaguas en la astronomía”.  

De acuerdo con el profesor universitario, desde telescopios terrestres de uso general hasta algunos más especializados se han empleado para detectar estos planetas extrasolares con técnicas de gran diversidad, algunas de ellas al alcance de los aficionados.

Sin embargo, el mayor progreso en la materia vino con la puesta en órbita de la sonda Kepler por parte de la NASA, que confirmó miles de exoplanetas y dejó gran cantidad por confirmar antes de descomponerse prematuramente.

Para avanzar aún más en el tema, Norzagaray Cosío indica que este año la NASA finalmente lanzó la sonda TESS (Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito por sus siglas en inglés), con la esperanza de encontrar miles de nuevos exoplanetas en estrellas cercanas.

Según el investigador de la UABCS, perteneciente al Departamento Académico de Sistemas Computacionales, TESS empleará la misma técnica que Kepler, pues buscará planetas que pasen frente a las estrellas en cada órbita, lo que se conoce como tránsito, pero el campo en el que se buscarán será mucho mayor, aproximadamente 400 veces.

Asimismo, indica que TESS observará estrellas más brillantes que las de Kepler, con la intención de encontrar exoplanetas que puedan ser estudiados en detalle por telescopios en Tierra.

Miguel Ángel Norzagaray asegura que con misiones como ésta, se está en espera de contestar la gran pregunta de si estamos solos en el universo o hay otros planetas con vida; al igual de saber si hay otros planetas lejanos con condiciones adecuadas como para poder ser considerados un segundo hogar para la vida en la Tierra.




Sondas ‘kamikazes’ se estrellarán en Júpiter y Saturno

Sonda “Juno”. Fotos: Internet.

Científicamente divertido

Por Miguel Ángel Norzagaray Cosío

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Los planetas, desde Mercurio hasta Saturno, eran conocidos desde la antigüedad y fueron estudiados con telescopio desde el siglo XVII. Llegó luego el descubrimiento de Urano y Neptuno, que fueron igualmente observados y estudiados. En la mitad del siglo XX, inició la era espacial y los acelerados avances en astronáutica permitieron el paso de sondas espaciales muy cerca de planetas, incluso su descenso controlado. De manera sintetizada, la historia es la siguiente.

En 1959 la sonda rusa Luna 2 llegó a la Luna, estrellándose en su superficie, pero enviando fotos en el proceso. Ese mismo año, con la sonda Luna 3,  lograron obtener las primeras fotos del lado oculto de la Luna. En 1961, la nave Venera 1 sobrevoló Venus, mismo año en que Gagarin voló alrededor de la Tierra. En 1963, la Marsnik 1 sobrevoló Marte. En 1966, Luna 9 descendió en la Luna de manera controlada. Se había dado el gran paso de simples sobrevuelos o caídas bruscas a aterrizajes.

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En 1969 se da otro gran avance, con la llegada del Apolo XI a la Luna. Dos años después, la Marsnik  desciende en la superficie de Marte, fue el primer vehículo de exploración. En 1974, Mariner 10 sobrevuela Mercurio y un año después llegan desde Venus las primeras fotografías tomadas desde su superficie. Las sondas Voyager, lanzadas en 1977, visitaron por primera vez a los gigantes gaseosos, de Júpiter hasta Neptuno. Siguen aún su vuelo al exterior del sistema solar.

Luego de tantos éxitos, la exploración espacial sufrió un declive a mediados de los setentas y se redujeron los recursos, deteniendo gran cantidad de proyectos. Pasaron varios años antes de la llegada de nuevos vehículos de exploración a Marte.

Sondas en órbita de planetas

Sobrevolar un planeta, es decir pasar de largo a gran velocidad, permite poco tiempo de observación y recolección de datos. Aterrizar facilita estudios directos imposibles desde órbita. Pero es de gran interés tener sondas orbitando cuerpos celestes, para tener posibilidad de otros estudios, como campos magnéticos, clima, diferencias geológicas de las regiones, gravimetría y más. Tal es el caso de la sonda japonesa Hagoromo, que se insertó en órbita lunar en 1990.  En órbita de Marte se puso al Mars Global Surveyor en 1996, que ha sido seguido de gran cantidad de sondas también en órbita y 4 vehículos de exploración.

Con todos estos antecedentes, llegamos al primer protagonista de nuestra historia: la sonda Cassini-Huygens, lanzada el 15 de octubre de 1997, con destino a Saturno. Entró en órbita en julio de 2004 y a finales de ese mismo año, la sonda Huygens se separó y descendió en el satélite Titán. Inicialmente estaba prevista una misión de cuatro años, pero fue extendida debido al excelente funcionamiento de la nave. Tiene ya más de 16 años, enviando interesante información sobre el planeta de los anillos y sus satélites, incluyendo imágenes de lo más impresionantes. Su fuente de energía es nuclear, de gran duración, pero combustible para maniobras limitado y a punto de acabarse.

Sonda Cassini-Huygens.

El otro protagonista es la sonda Juno, lanzada el 5 de agosto de 2011, con destino a Júpiter. Entró en órbita el 5 de julio de 2016. Con objetivos específicos de estudiar atmósfera y campos magnético y gravitacional, sus tareas se terminarán en un año terrestre. Usa como fuente de energía paneles fotovoltaicos, pero al igual que Cassini, tiene combustible limitado para maniobras.

En ambos casos, al terminarse el combustible las sondas pueden quedar en órbita del planeta respectivo, pero conlleva el riesgo de que colisionen con alguno de los satélites, contaminándolos con materiales peligrosos e incluso sembrado esporas que por accidente estén en la sonda, alterando para siempre las lunas de Júpiter o Saturno. Estudios posteriores podrían encontrar componentes químicos, compuestos orgánicos o incluso formas de vida llegadas por intervención humana, haciendo tal vez imposible separar el efecto de la mano humana.

Destino fatal de Cassini y Juno

Para evitar este potencial problema de contaminación, la decisión en ambos casos es estrellar la sonda contra el planeta una vez terminada la misión, realizando una trayectoria adecuada con el remanente de combustible.

Así, Cassini será guiado para ingresar a la atmósfera de Saturno en septiembre de 2017. Ya comenzó lo que NASA y ESA han llamado Grand Finale, que es la serie de órbitas que lo llevan cada vez más cerca de la atmósfera del planeta. Esto significa el primer paso por el espacio que hay entre Saturno y sus anillos. Es arriesgado y no se había intentado en etapas previas de la misión por posibles colisiones con materiales de los anillos que pudieran no verse desde Tierra. La antena de alta ganancia es empleada como escudo en estos pasos. El primer paso fue el 26 de abril y el segundo el 2 de mayo. En periodos de seis a siete días tendrá un paso cada vez más cercano a Saturno. Antes del 10 de septiembre será su última órbita completa, para acercarse a Titán en lo que se ha llamado “El beso de despedida” (The Goodbye Kiss). Titán corregirá la órbita suficiente como para que el siguiente acercamiento lleve a Cassini a inmersión en las nubes de Saturno. Seguirá transmitiendo mientas pueda mantener la antena de alta ganancia dirigida a Tierra o mientras se lo permitan las perturbaciones de convertirse en una estrella fugaz en Saturno.

Por su parte, la sonda Juno ya tiene trayectorias planeadas desde el inicio de su misión para acercarse paulatinamente a la atmósfera de Júpiter. Fue mantenido en su órbita de ingreso a este planeta por problemas en unas válvulas de helio que no abrieron por completo, por lo que se puso en modo seguro. Cada órbita dura 53 días (compárese con la menos de una semana que tarda Cassini en su Grand Finale) y luego de reducir los riesgos, entró en la órbita polar requerida para la misión.

Cada vuelta Júpiter, se hace una corrección para ir reduciendo la excentricidad, al tiempo de acercarlo más y más a la atmósfera Joviana. Entrará a la atmósfera de Júpiter en julio de 2018 luego de 37 órbitas. Así, ambas sondas terminarán su respectiva misión de manera limpia, sin dejar huella de su paso por los gigantes gaseosos.

Próximamente, comenzaremos a dar información sobre el eclipse parcial de Sol que veremos en Sudcalifornia el próximo 21 de agosto.




A 52 años de la primera caminata en el espacio; ¡de película!

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Alexei Leonov realizó la primera caminata en el espacio, un gran acontecimiento dentro de la carrera espacial. Imágenes: Internet.

Científicamente divertido

Por Miguel Ángel Norzagaray Cosío

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, había gran interés de todos los países por conseguir la tecnología alemana de los misiles V1 y V2 desarrollados por Wernher von Braun, los cuales eran capaces de llevar una bomba cientos de kilómetros, desde Alemania hasta Inglaterra. Fue de gran interés —particularmente militar pues—, con el desarrollo de las bombas atómicas (1945-1949) y termonucleares (1952-1953), enviar las cabezas nucleares volando y era mejor opción que llevarlas en un avión que podía ser derribado. ¿Qué pasó antes de la primer caminata en el espacio por parte de un ser humano? ¿Y cómo ocurrió ese intrépido capítulo?

Inicia la carrera

El desarrollo de la aeronáutica, y particularmente la carrera espacial, comenzó en forma en 1955, cuando las dos grandes potencias: Estados Unidos y la Unión Soviética, hicieron públicas sus intenciones de colocar satélites en órbita de la Tierra. Ya estaban trabajando en ello y fue en 1957 cuando —sin previo aviso—, el mundo se enteró de que el primer satélite había sido colocado en órbita por parte de la Unión Soviética. Se dice que la intención original fue poner un satélite que hiciera mediciones en el espacio, pero optaron primero por uno pequeño por ser los primeros.

Fue un hecho de gran importancia y significados diversos. Por una parte, enorme aliciente moral para un pueblo que había quedado muy dañado luego de la guerra y, por otra parte, miedo para el público estadounidense, al ver que sus antagonistas políticos tenían un desarrollo tecnológico superior.

Un dato curioso es que el Sputnik I era apenas visible a simple vista, pero emitía una señal de radio en una banda que era fácilmente detectable por los radioaficionados, haciendo evidente su presencia en el espacio. En Youtube se puede escuchar la señal que emitía:

Esto duró tres semanas, hasta que fallaron las baterías, pero siguió en órbita. Su tiempo de vida terminó en tres meses porque fue bajando de órbita, debido a que la fricción con la ligera atmósfera lo frenaba poco a poco. Mil 400 vueltas a la Tierra luego de su lanzamiento, entró en la atmósfera y se quemó en enero de 1958.

A finales de ese mes, los estadounidenses lograron colocar su primer satélite en órbita, el Explorer I, luego de diversos fracasos de los cohetes Vanguard. El Explorer I orbitó durante cuatro meses. Sin embargo, de nuevo los rusos ya habían puesto en órbita el Sputnik II, en noviembre de 1957, llevando a bordo el primer ser vivo: la perra Laika. No estaba planeado su regreso a tierra, así que sería sacrificada luego de 10 días con veneno en su última comida, pero murió a las pocas horas por sobrecalentamiento y estrés. Con este experimento se obtuvo la primera información de cómo afecta el espacio a los seres vivos. Luego enviaron otras dos perras, en 1960, que lograron regresar vivas. Estaban acompañadas de ratones. Años después, serían tortugas las primeras en dar la vuelta por la Luna.

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En 1961 la Unión Soviética logra otro gran paso. Pone al primer ser humano, Yuri Gagarin, en órbita el 12 de abril de 1961 y lo regresa con vida luego de una vuelta a la Tierra, en 90 minutos. Viajó a bordo de la nave Vostok, sin salir de la cápsula, pero se pudo asomar por una ventana. Sobra decir que ésto no agradó tampoco a los norteamericanos, quienes de manera apresurada enviaron al espacio a Alan Shepard, pero no entró en órbita, fue un tiro balístico suborbital. Fue hasta febrero de 1962 cuando pusieron en órbita a John Glenn.

Pocos meses después, en agosto de 1962, la Unión Soviética envió otra nave Vostok ahora con dos tripulantes y un año después puso a la primera mujer en el espacio. El líder del programa espacial Soviético, Sergei Koroliov, planeaba hacer más investigación en otras naves Vostok, pero, ante el anuncio de la creación de la NASA, a Koroliov le exigieron más primeros lugares, por lo que puso en órbita a tres tripulantes. A Koroliov se le quiso entregar el premio Nobel de física, pero la Unión Soviética guardó siempre el secreto de quién estaba detrás de todos sus progresos. Fue conocido por el mundo entero hasta que murió y se organizó un gran funeral de estado.

La caminata en el espacio

Con todos estos antecedentes, se planeó realizar otra gran hazaña: la primera caminata en el espacio. Esto ocurrió el 18 de marzo de 1965, hace 52 años. El cosmonauta elegido fue Aleksei Leónov, piloto de la fuerza aérea. Junto con su compañero de vuelo, Pavel Balyayev, capitán de la nave, emplearon una nave Voskhod, que era una Vostok modificada. En siete minutos inflaron la cabina de salida y todo estaba listo. Leónov se puso su equipo para salir, que le permitiría respirar hasta más de 40 minutos, pero estuvo fuera poco más de 12, unido a la nave con una cuerda de 15 metros. El cosmonauta recuerda haber visto el Estrecho de Gibraltar y el Mar Caspio.

Debido al vacío del espacio, el traje de Leónov se infló al punto de no permitirle manipular su cámara fotográfica instalada en el pecho, perdiendo la oportunidad de fotografiar la nave ni activar la cámara externa de la cabina inflable. Peor aún, ¡con el traje inflado no cabía por la entrada de la nave a la hora de regresar! Por lo mismo no pudo recoger la cámara fotográfica de la cabina de salida, que fue expulsada por Belyayev, como parte de los procedimientos. Años después Leónov comentó que llevaba una píldora para suicidarse en caso de no poder regresar a la nave y tener que ser abandonado en el espacio. Los registros indicaron que su temperatura subió casi dos grados en 20 minutos y que por poco le da un infarto.  Tuvo que sacar oxígeno para reducir la presión, luchar para desatorarse y regresar a la nave, donde lo esperaba su compañero de vuelo, Belyayev.

La mala suerte no terminó ahí.  Ambos cosmonautas experimentaron diversos problemas en la nave. No podían sellar adecuadamente la escotilla de salida debido a una deformación térmica y los esfuerzos de Leónov por entrar. En el reingreso a la atmósfera terrestre, una falla del sistema de control los obligó a Belyayev a moverse de su asiento para usar modo manual. El poco espacio dentro de la cápsula impidió que regresara a tiempo al asiento de piloto para hacer que la distribución de masa de la nave fuera la correcta y esto ocasionó un retraso de 46 segundos, por lo que aterrizaron a cientos de kilómetros lejos del sitio planeado.

Ya en tierra, los problemas continuaron. El comando central no tenía idea de dónde buscarlos. Se creía que estaban a menos de 100 kilómetros. Tuvieron que buscarlos con helicópteros en la dirección de la órbita. El sitio era una zona boscosa donde no podían descender los helicópteros para su adecuado rescate. Disponían de una pistola para defenderse en caso de osos o lobos. Tuvieron que pasar la noche a 5 grados centígrados bajo cero porque el sistema eléctrico dejó de funcionar. Un equipo de rescate llegó la mañana siguiente, para limpiar una zona cercana y se instalaron adecuadamente para esperar las naves de rescate. Esa segunda noche ya no pasaron frío. Fueron rescatados al día siguiente y en pocos días nombrados héroes de la Unión Soviética.

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Leónov voló de nuevo en 1975, en la misión Apollo-Soyuz, en la que una nave norteamericana se acopló en el espacio con una nave soviética.




“Talentos ocultos”: cuando la NASA tenía baños sólo para blancos

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“Talentos ocultos” ya está en las salas de cine de La Paz. Fotos: Internet.

Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

Calificación: ***** Entretiene.

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). ¿Qué nos viene a la mente cuando oímos el nombre de la NASA? Vanguardia científica, espacio, luna, Neil Armstrong, Apollo, cohetes, Challenger, tecnología, racismo. Sí, racismo. Un lugar donde en los años 60´s aún existían baños para gente de color, edificios para gente de color, contratos para gente de color y jarras de café para gente de color. Los coloreds existían pero había muros construidos por la gente blanca –el tema no es nuevo– hechos a base de leyes, segregación, falta de oportunidades y desprecio.

En ese contexto es donde se desenvuelve Talentos ocultos, un film dirigido por el no tan conocido Theodore Melfi que cuenta la vida de tres mujeres afroamericanas que a pesar de ese ambiente de segregación, lograron hacerse de un lugar entre las mentes más brillantes de la agencia espacial americana. Y quiero afirmar rotundamente que esto no es un spoiler –la historia de estas mujeres la pueden encontrar fácilmente en Wikipedia– ya que aquí lo que importa es el cómo; el qué ya lo sabemos.

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Sin embargo a pesar de ser una gran historia de búsqueda de igualdad y respeto de derechos humanos, el director entrega una cinta titubeante que no se decide a ser un referente fílmico histórico de los Estados Unidos, para dar paso a una comedia con tintes de romance que aligeran enormemente el poderoso discurso que subyace en los históricos logros que estas tres computadoras humanas afroamericanas consiguieron en la NASA. Lo conseguido por Katherine Johnson –interpretada por Taraji P. Henson–, Dorothy Vaughan –con la actuación de Octavia Spencer– y Mary Jackson –por   Janelle Monáe– es incuestionable y valiosísimo, pero el film prefiere tomar un rumbo más meloso intentando repetir el efecto de producciones como Historias cruzadas o El chofer y la señora Daisy, sin conseguirlo del todo.

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Y quizás pueda sonar un poco nerd, pero una película que se de desarrolla en las entrañas de la NASA, dentro de esa carrera tan exigente que competían contra los rusos por dominar el espacio, yo podía haber esperado más números, teorías, visos de genialidad y conocimiento del tema, pero el guión se queda muy corto y además, algunos especialistas mencionan que existen errores muy básicos al momento de ejemplificar las pruebas espaciales. Eso se le perdona a Star Wars o Star Trek pero no a un film que utiliza a la NASA como escenario principal, dejándome con ello una agridulce sensación.

Además, para reforzar el tono de comedia romántica hacen a un lado los logros profesionales dentro de la agencia de Dorothy Vaughan y Mary Jackson, para darle más peso  a retratar la vida personal de Katherine Jonhson. Esto provoca un desbalance de información que deja con una sensación de vacío. Con una necesidad de saber un poco más de las otras dos y de lo que lograron. Y si bien al final de los créditos muestran un epílogo informativo, sólo provoca aumentar la sensación de que era necesario más tiempo en pantalla de su labor en la NASA, en vez de sus cualidades de casamenteras.

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A pesar de todo la película tiene un ritmo bien ejecutado y logra su objetivo primordial de entretener de manera eficaz. Esto se logra también gracias a un buen casting donde además de las protagonistas el trabajo de Kevin Costner, Kirsten Dunst y Jim Parsons es convincente. En resumen, el film logra sostenerse bien como un medio de entretenimiento y acercamiento a una gran historia de superación y aceptación, pero se queda corta como un film que pudo trascender  históricamente como un discurso sólido a favor de la igualdad de oportunidades y la erradicación de la discriminación, tal como las acciones de esas figuras que estaban ocultas en el sótano de un edificio de la NASA pudieron conseguir y cambiar el panorama para muchas y muchos otros después de ellas.

La calificación de Kinetoscopio:

5 Estrellas: Clásico imperdible

4 Estrellas: Bien actuada, escrita y dirigida

3 Estrellas: Entretiene

2 Estrellas: Sólo si no tienes otra opción

1 Estrellas: Exige tu reembolso

0 Estrellas: No debería existir