FOTO: UABCS

La Paz, Baja California Sur (BCS). Desde el mes de agosto pasado, un grupo académico y de investigación multidisciplinario inició un proyecto para determinar el grado de peligrosidad que puede derivar a causa de inundaciones en la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), Campus La Paz.

A través de un boletín de prensa de la UABCS se informó que, encabezado por el Dr. Miguel Ángel Imaz Lamadrid profesor-investigador del Departamento Académico de Ingeniería en Pesquerías, particularmente en el programa de Ingeniería en Prevención de Desastres y Protección Civil, la idea es desarrollar un mapa de peligrosidad que contenga medidas de seguridad actualizadas, ante la llegada de fenómenos hidrometeorológicos.

De acuerdo con el catedrático, actualmente las instalaciones se consideran bastante seguras; tan es así, que cada año durante la temporada de huracanes se constituye como albergue temporal y hasta la fecha no se han registrado problemas de inundaciones graves.

No obstante, ante las manifestaciones globales que se están dando por el cambio climático y el crecimiento propio de la Universidad, es fundamental analizar y cuantificar qué es lo que se espera en un futuro con base en pronósticos científicos y las alteraciones de lluvias que se han presentado en los últimos años.

De esta forma, se estarían sentando las bases para proponer medidas que ayudarán a las autoridades universitarias a mejorar la gestión del agua ante las lluvias extremas, y con ello asegurar la seguridad de su comunidad y personas externas que hacen uso de los servicios universitarios en el campus.

El Dr. Imaz explicó que, el proyecto está dividido en dos grandes segmentos: la conformación de un mapa donde se traza el comportamiento de los micro arroyos que, de acuerdo a los registros, desembocan en la parte norte; y una simulación computacional para modelar el cauce del agua ante un evento extraordinario en el arroyo “El Mezquitito”, ubicado en la parte sur del Campus.

El primero será una herramienta muy importante para las planificaciones que se hagan a futuro en materia de infraestructura. En el caso del segundo, si bien, los edificios se encuentran a una distancia prudente del afluente en cuestión, es fundamental proyectar de qué forma se comportaría ante una precipitación extrema, acotó.

“En el marco de la prevención de desastres y protección civil, es más efectivo prevenir que enfrentar una catástrofe, por lo tanto, este proyecto más que correctivo es preventivo. Al mismo tiempo, sentará las bases de las acciones que se deben tomar para evitar alguna eventualidad en futuros años”.

Por otro lado, resaltó la importancia de que la Máxima Casa de Estudios de Sudcalifornia se mantenga en óptimas condiciones para la seguridad de la comunidad universitaria y sudcaliforniana, ya que además de ser un espacio educativo, brinda sus instalaciones como albergue y, de manera más reciente, como Centro de Vacunación Covid.

Mencionó que, el proyecto no sólo responde al compromiso de fortalecer las condiciones para el cuidado de la integridad física, sino también contribuye con las metas del Desarrollo Sustentable de la ONU y fomenta la cultura de Responsabilidad Social Universitaria mediante la capacitación de las y los estudiantes en materia de riesgo hidrológico.

Finalmente, el investigador señaló que, esperan culminar el estudio aproximadamente a mediados de 2023, tiempo durante el cual se contará con la participación de académicos de diferentes áreas, pero también de estudiantes de la Ingeniería en Prevención de Desastres y Protección Civil, prestadores de Servicio Social e, incluso, tesistas, concluye el boletín de prensa de la UABCS.

FOTO: Miguel Ángel Imaz

La Paz, Baja California Sur (BCS). De acuerdo con Miguel Ángel Imaz Lamadrid, profesor investigador del Departamento Académico de Pesquerías de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), los humedales costeros son ecosistemas de alto valor ecológico por la biodiversidad que presentan, informó la UABCS.

Además, señala que son de gran importancia desde un punto de vista socio-cultural por su belleza y como proveedores de diferentes servicios ecosistémicos a las comunidades aledañas. En dichos sitios, los flujos de agua dulce interactúan con el mar; lo que, en zonas áridas como Baja California Sur, se vuelve de gran relevancia debido a que las precipitaciones son estacionales, variables y menores a la evaporación.

De acuerdo a un estudio que lleva en conjunto con Alejandra Carrasco Alba, alumna de doctorado en el posgrado de Ciencias Marinas y Costeras de la misma universidad, a lo largo de la media península se registra un gran número de humedales costeros, destacando las zonas de Bahía Magdalena, Bahía Concepción, Laguna Ojo de Liebre y Mulegé, en la parte norte; y estero La Rivera, oasis Todos Santos y estero San José del Cabo, en el sur.

Ambos sugieren que además de su importancia ecológica y sociocultural, los humedales son una barrera natural contra eventos oceanográficos como las mareas de tormenta y tsunamis. De hecho, diversos estudios han confirmado que la rugosidad que generan los humedales en el terreno, frena el avance de estos fenómenos, reduciendo su fuerza y la extensión del impacto en la zona costera. Inclusive, citan el caso de científicos de Japón, quienes contemplan como medidas de protección la siembra de bosques costeros para que, en conjunto con bordos y diques, contribuyan a mitigar los efectos de tsunamis y mareas de tormenta en el futuro.

No obstante su relevancia, Imaz Lamadrid señala que, particularmente, en la porción sur del Estado, los principales humedales costeros sufren deterioro debido a la presión que genera el crecimiento poblacional y económico. Esto, agrega, puede derivar en una problemática mayor si no se toman las medidas apropiadas.

“No hay que olvidar que Baja California Sur es uno de los Estados que presenta mayor incidencia de ciclones tropicales y que, debido al cambio climático, se espera que éstos sean más frecuentes y más intensos, por lo que las afectaciones por mareas de tormenta pudieran ser más frecuentes en un futuro”, enfatiza el catedrático.

Los universitarios subrayan que un humedal sano representa un atributo paisajístico que, bajo un modelo de aprovechamiento sustentable, puede impactar de manera positiva en la economía local; pero también protege a las poblaciones costeras. Por ello consideran que más allá de contribuir a su afectación, los habitantes debemos contribuir en la protección y conservación de estos lugares tan característicos de Baja California Sur.