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Las luces de San Telmo en tiempo de huracanes ¿realidad o mito?

La Paz tras el paso de Liza. FOTO: Archivo.

California Mítica

Por Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Cada año, los huracanes presentan dos aspectos interesantes en Baja California Sur, por un lado el temor por los posibles daños que estos fenómenos podrían causar, pero por otro, también, la necesidad de los mismos para que se generen las lluvias que tanto necesita nuestro Estado.

Pero un tercer aspecto curioso que generan los huracanes y mal tiempo son las supersticiones. Muchas personas aseguran ver cosas extrañas durante ellos, e incluso se piensa que se puede desintegrarlos o desviarlos con rezos o ritos. Un ejemplo clásico son las misteriosas luces de San Telmo. El nombre de San Telmo viene del Santo Patrono de los marineros, es por eso que cuando venían esa extraña luz, aseguraban que era el santo que los advertía que la calamidad estaba cerca. Las famosas luces —dicen—se han dejado ver en el cielo sudcaliforniano desde aquel trágico ciclón Liza hasta el destructor huracán Odile.

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Aunque la ciencia ya ha explicado de manera acertada el fenómeno que se da durante las tormentas, y que afecta no sólo a barcos sino también aviones, en nuestra herencia popular tenemos la idea de que la famosa luz de San Telmo es un fuego que viene advertirnos de peligros, apareciendo en huracanes, tormentas eléctricas, etcétera.

El fuego de San Telmo —que no es fuego, es plasma— es uno de los fenómenos naturales eléctricos menos conocidos y con el que es difícil encontrarse. Jovi Esteve publicó en El País que “Tiene su origen en la electricidad estática de la atmósfera y podríamos definirlo como una descarga luminiscente o resplandor luminoso semejante a pequeñas chispas que saltan de los objetos metálicos y punzantes durante una tormenta intensa. Los objetos puntiagudos o buenos conductores de la electricidad empiezan a desprender pequeños chasquidos o llamaradas por la ionización del aire dentro del campo eléctrico que originan estas tormentas. El aire ionizado desprende esa luz entre azulada y violeta característica del fenómeno”.

Lo que se dice

Uno de los eventos catastróficos más impresionantes y lamentables en Baja California Sur, ocurrió el 30 de septiembre de 1976 —disponible para su consulta en el acervo de revistas del Archivo Histórico “Pablo L. Martinez” en La Paz—: el huracán Liza. Éste causó muchos daños materiales y más de mil 200 muertes en el Estado; sin duda, un doloroso recuerdo a pesar de que hayan pasado 40 años, pues sigue fresco en la memoria de las personas que lo presenciaron, y hasta nos causa  tristeza y melancolía a los que no vivimos ese evento, pero lo recordamos a través de fotografías y relatos que quedaron grabados en el alma de todos los sudcalifornianos.

Durante el ciclón Liza también se apreciaron estas señales y el testimonio de éste y otros fenómenos climatológicos anteriores lo encontramos en la revista Compas publicada el 30 de septiembre del 2001 —25 años después del hecho—.

La señora Manuelita Lizárraga —a quien le encantaba escuchar los relatos de los ancianos ya que de ellos se podría aprender mucho—, contó en dicha revista que en 1918, el 15 de septiembre, hubo un evento curioso en La Paz: desde el malecón se observaron nubarrones y unas culebras de agua, y las nubes absorbían muchos peces, los cuales al llegar la tromba a la ciudad —según los testigos—, dejó caer los peces en la orilla, lo cual fue un espectáculo impresionante.

Don Lorenzo Verdugo —un niño en esa época—, también relató que ese mismo día fue con su papá, mamá y hermanos a las Fiestas Patrias, pero al estar en el centro, su padre, quien era pescador, observó los vientos huracanados; los tomó de las mano y les dijo que esos vientos no le daban buena espina y se los llevo de ahí. Ellos vivían cerca de la calle Serdán, y cuando iban pasando por la Logia Masónica el viento era tan fuerte que apenas podían caminar para llegar a su hogar, una humilde casa de madera que se movía por las violentas ráfagas de viento: Fue ahí cuando la madre de los entonces chiquillos vio cerca de la torre de agua de un molino de viento cercano las famosas luces de San Telmo y grito aterrorizada “¡Ave María Purísima, es la Luz de San Telmo, habrá desgracia!” La luz era una bola de fuego circulante que se mecía en el aire de un lado para otro. La casa pequeña casa ubicada en Serdán y 16 de Septiembre —seg+un el testimonio guardado en dicho material— se estrujaba, y el arroyo de esa calle arrastró cardones, árboles, animales y muchas otras cosas. Todo esto era iluminado por la misteriosa luz.

Algunas personas  aseguran que es  posible ahuyentar esta luz con rezar o incluso quemando una rama de palma bendita en Domingo de Ramos, según una creencia popular.

El reconocido periodista Rogelio Olachea Arriola, en un interesante relato llamado Las trombas de La Paz nos cuenta cómo el mal tiempo era desviado por brujos o brujas para evitar desgracias.
En 1985 se cuenta cómo una enorme culebra de agua avanzaba por la calle obispado y unos gendarmes que vigilaban observaron que fue desviada por un conjuro de una persona hacia los cerros.

En 1918 muchos testigos se reunieron en el malecón para observar las culebras y cómo el señor Juvencio Vicario Ramírez realizó un exorcismo y las desvió; aunque fue ocasionado por los mismos vientos, sin duda, el espectacular evento se convirtió en todo un mito para esa época.

Pero más allá de la ficción, en el terrible ciclón de 1907 se observaron extrañas luces de colores muy atípicas, las cuales no quedaron sólo en la memoria de los testigos, sino los informes oficiales del Gobierno de ese mismo año.

Hoy en día con predicciones de modelos climáticos, la superstición queda de lado, pero nos dejó interesantes leyendas, y estos relatos quedan como advertencia de los peligros de los huracanes y no debemos olvidar tomar precauciones cada temporada para evitar, en la medida de lo posible, daños materiales y en vidas humanas.




¿Qué anuncian las luces de San Telmo y los meteoritos que se han visto en BCS?

FOTOS: Internet.

California Mítica

Por Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Baja California Sur siempre se ha caracterizado por cielos despejados y claros por el día, y noches estrelladas y luminosas; estamos acostumbrados a fenómenos astronómicos como eclipses, así como a la observación de estrellas, planetas y muchas cosas más. Y una de nuestras leyendas en ese ‘campo celestial’ es lo que hasta la fecha se denomina como las luces de San Telmo, que proviene de El fuego de San Telmo, la manifestación de fuego en barcos que los marineros consideraban de mala suerte por predecir sucesos catastróficos.

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Aunque la ciencia ya ha explicado de manera acertada el fenómeno de las luces de San Telmo —nombre al que hacían referencias los marineros por tratarse de su santo patrono—, y que además afecta no sólo a barcos sino también aviones, en nuestra herencia popular sudcaliforniana nos queda la sensación de que se trata de un fuego que viene a advertirnos de peligros, apareciendo especialmente durante tormentas eléctricas y huracanes.

Caídos del cielo

Muchas personas en el campo de la ufología —ciencia que se encarga del estudio de Objetos Voladores No Identificados, es decir, OVNIS—, afirman que la aparición de ciertos fenómenos astrológicos también predice eventos relevantes en la humanidad, asegurando que incluso durante ellos se pueden observar OVNIS, por ejemplo, durante el eclipse total de sol de 1991, un acontecimiento único e irrepetible que siempre vivirá en la memoria de los sudcalifornianos. Los ufólogos afirman que a partir de esa fecha se vivió un auge en los avistamientos de OVNIS en todo México.

Fenómenos más comunes, pero no menos impresionantes, son los meteoritos y bólidos que surcan el cielo. Un bólido es un objeto sólido que produce una luz muy evidente y generalmente es mejor apreciado, y el meteorito sólo es un fragmento de otro objeto más grande. Muchas veces, los segundos, por su carácter impresionante, también son considerados portadores de mensajes ocultos, pero en realidad dejan beneficios a la ciencia, pues sus restos son muy importantes para el estudio del espacio y organismos ajenos a la tierra.

Un bólido impresionante del que fue testigo La Paz, BCS, fue el que cayó el día 28 diciembre de 1873, y que apareció publicado en el periódico “La Baja California” el 17 de Enero de 1874 —documento que se encuentra en el Archivo Histórico “Pablo L. Martínez”. A pesar de haber sido visto por muchas personas —supuestamente— nunca se encontró el lugar de impacto y no hubo evidencias, incluso en el periódico se daba una recompensa a quien indicara el lugar donde cayó el objeto; muchos aseguraron que cayó en las afueras de la ciudad, y otros que fue a dar al mar.

FOTO: Archivo Histórico.

¿Cuál es la relevancia de este suceso? Que se sumó a la información que vino poco tiempo después, sobre estudios de eventos astronómicos. 1874 fue un año intenso en astronomía, debido especialmente al tránsito de Venus ocurrido el 9 de diciembre de ese año. Vinieron a la entonces Baja California varios científicos para estudiar el fenómeno; aunque no es un evento tan poco común, lo importante de éste en particular fue que la tecnología e instrumentos de medición de la época hicieron posible que fuera el mejor estudiado de su tiempo.  El tránsito de Venus es un evento astronómico que sucede cuando este planeta pasa entre el Sol y la Tierra, un hecho similar a los eclipses causados por la Luna, sin embargo, la distancia y el tamaño aparente de Venus hacen que este sólo pueda verse como un pequeño punto negro que atraviesa la cara visible del Sol durante un tiempo de entre 5 y 8 horas. Los tránsitos más recientes ocurrieron el 2004 y el 2012, y se prevé que el próximo sea en el año 2117.

Ese mismo año se registraron eventos con objetos extraños por los cielos, por ejemplo, el evento relatado en el libro Astrología del fenómeno Ovni de Boris Cristoff, donde se menciona que el 9 de julio de 1874, en un evento llamado La batalla de las nubes los habitantes de un poblado cerca de Pittsburgh, Pensilvania, llamado Saw Mill, observaron un extraño fenómeno cuando dos nubes de un color negro intenso y peculiar forma se fueron acercando entre sí, como si fueran a luchar, comenzando a intercambiar impresionantes y violentos rayos. Cuando finalmente hicieron colisión dejaron caer torrentes de agua que provocaron la muerte de más de 150 personas.

En otro fenómeno similar el mismo año, pero en México, y quizás uno de los avistamientos más conocidos en su tipo, fue el que sucedió en Oaxaca el 6 de julio. Los habitantes observaron un objeto de forma de trompeta sobre los cielos por más de cinco minutos; el evento ha sido respaldado por periódicos y revistas de la época no solo nacionales sino extranjeros. Cabe mencionar que en la misma fecha también se observó un pequeño cometa, hecho que también está documentado.

En el fuerte temblor que se sintió en 1995 en Baja California Sur, muchos aseguran haber visto una bola de fuego caer minutos antes de sentirse los fuertes temblores. Y hace tan solo cinco años —en 2013—, se sintió como las viviendas de muchos hogares de La Paz se cimbraron con la caída del bólido; hubo gente que aseguró verlo caer en las inmediaciones de El Centenario. Quizás lo más extraño de este suceso fue el movimiento policial y militar que se dio para la búsqueda del mismo, los cuales descartaron que se tratara de un meteorito, a pesar de haberse registrado un ligero movimiento sísmico.

Meses después se publicó una nota donde se decía que el fenómeno había sido a causa de un fragmento del cometa Halley. Entonces ¿porqué las autoridades lo negaron? ¿No pudieron identificar el fenómeno? ¿O, quizá, estaban ocultando otra cosa?