La Ruta del Desierto: carreras y desdén por los locales en Los Cabos

FOTOS: Facebook.

Vientos de Pueblo

José Luis Cortés M.

 

San José del Cabo, Baja California Sur (BCS). En Los Cabos, donde el sol inclemente se funde con el azul del mar, dos compañías de transporte público dominan las rutas que conectan dos puntos esenciales de la ciudad: San José del Cabo y Cabo San Lucas. Ruta del Desierto, con 20 unidades, y Cabo Baja, con solo 5, protagonizan una competencia feroz que, lejos de mejorar el servicio, ha creado un ambiente de tensión, inseguridad y desatención. Los residentes que dependen de este transporte a diario se ven atrapados en un sistema que, aunque esencial, no cumple con las expectativas mínimas de calidad y servicio.

El problema no radica únicamente en la cantidad de unidades disponibles, sino en cómo estas unidades operan. Las unidades de ambas compañías, aunque necesarias, carecen del mantenimiento adecuado, lo que genera una experiencia incómoda y, en ocasiones, peligrosa para los usuarios. El aire acondicionado, en vez de ofrecer un alivio en el calor sofocante del desierto, a menudo no funciona correctamente. Aunque algunos camiones tienen el sistema encendido, este termina por liberar gotas de agua, empapando a los pasajeros, lo que transforma un viaje que debería ser cómodo en una incomodidad diaria.

También te podría interesar: Cuando el mar respira hondo: crónica urgente de «Lorena» en Los Cabos

Sin embargo, lo más crítico no es el mal funcionamiento de un sistema de refrigeración. Lo que realmente está en juego es la competencia entre las dos empresas, que ha dejado de centrarse en mejorar el servicio y se ha transformado en una guerra por los pasajeros. Ruta del Desierto, con su flota más grande, parece llevar la ventaja, pero su enfoque en ganar terreno y llenar los camiones a toda costa no ha mejorado la calidad del servicio. De hecho, a menudo se pasan de largo cuando los residentes intentan hacer una parada. Los conductores, más enfocados en seguir su ruta y cumplir con los horarios, parecen ignorar las señales de los locales que dependen de estas unidades para sus desplazamientos cotidianos.

Uno de los testimonios más comunes entre los usuarios frecuentes es la frustración por el trato desigual que reciben los locales en comparación con los turistas. «A veces los camiones pasan vacíos y no se paran. Sólo se detienen si ven turistas. A veces escucho a los conductores decir, ‘no, esos no, déjalos pasar’», es lo que muchos afirman haber escuchado mientras viajan. Este comportamiento, lejos de ser aislado, parece ser una norma dentro del sistema de transporte.

Los conductores de Ruta del Desierto, con una flota más grande, se ven en una posición de poder que no están dispuestos a dejar ir. Mientras tanto, Cabo Baja, con su flota mucho más pequeña, se ve en desventaja, luchando por cubrir las rutas con unidades que, además de estar en menor cantidad, no cuentan con el mantenimiento adecuado. En lugar de centrarse en mejorar la experiencia del usuario, el objetivo parece ser una carrera constante para ver quién puede ganar el pasaje más rápido, sin importar el daño que esto pueda causar en la seguridad de los pasajeros.

Los accidentes, aunque no siempre reportados, son cada vez más frecuentes. Las unidades viejas, con sistemas de frenos que no funcionan correctamente o suspensión en mal estado, se han convertido en una amenaza diaria para los pasajeros. Esto, sumado a la falta de regulación y supervisión por parte de las autoridades locales, genera un entorno de desconfianza y riesgo para quienes utilizan el transporte público como medio principal de movilidad.

«Es como si no importáramos», menciona un residente que utiliza el transporte público a diario. «Nos ven esperando, pero no se paran. Si ven turistas, lo primero que hacen es frenar. A nosotros, los locales, nos ven como si no tuviéramos valor».

Lo que está en juego no es solo la eficiencia del transporte o la competencia entre empresas. Es una cuestión de justicia social. Los residentes de Los Cabos merecen un sistema de transporte que funcione para ellos, no solo para los turistas. Este desprecio por los locales y la competencia salvaje entre Ruta del Desierto y Cabo Baja han dejado claro que las prioridades están mal enfocadas. Los pasajeros, quienes dependen de este servicio a diario, no deberían ser tratados como un número más, ni como un obstáculo en una carrera que no les beneficia.

Es urgente que las autoridades tomen cartas en el asunto y que las empresas de transporte comprendan que su verdadera misión no es ganar una carrera, sino servir a todos por igual, con respeto, seguridad y calidad. La batalla por el pasaje no debería ser una carrera peligrosa, ni un campo de indiferencia hacia quienes realmente construyen la vida de Los Cabos. El futuro del transporte público en esta ciudad no se trata de quién tiene más unidades o quién puede llegar primero, sino de quién puede ofrecer un servicio que realmente valore a todos sus usuarios.

—–

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Cuando el mar respira hondo: crónica urgente de «Lorena» en Los Cabos

FOTOS: Luz Noticias | INTERIOR: José Luis Cortés.

Vientos de Pueblo

José Luis Cortés M.

 

San José del Cabo, Baja California Sur (BCS). La madrugada olía a tierra batida y a miedo viejo. Septiembre abrió con un temblor de 4.3 en San José del Cabo —recordatorio de que aquí la tierra también cruje— y, enseguida, con la respiración pesada del Pacífico: Lorena. El nombre repite cada seis años como si la memoria se aprendiera por rimas. Esta vez, el ciclón nació huracán, se acercó, dejó ríos desbordados y luego se degradó a tormenta tropical; pero la degradación semántica no reduce el agua que cae ni el lodo que empuja. “Vientos en rachas, oleaje y corrientes que amenazan la vida”, advirtió el Centro Nacional de Huracanes (NHC) en su aviso matutino del jueves.

¿Actuaron a tiempo las autoridades? El Consejo Municipal de Protección Civil en Los Cabos entró en sesión permanente, abrió los refugios del Plan A y suspendió clases y trámites antes de la fase más severa del temporal, medidas anunciadas oficialmente el miércoles. Son decisiones de manual que se agradecen cuando el cielo se dobla. Medios nacionales reportaron, ya con los arroyos interrumpiendo calles y cortes de energía, 19 albergues abiertos aunque apenas 64 personas habían ingresado hasta la tarde. La cifra revela una tensión conocida: la gente prefiere aguantar en casa hasta el último minuto —y esa costumbre, en estas latitudes, suele costar caro.

También te podría interesar: El racismo invisible que susurra en Baja California Sur

¿Se apoyó a la población? Entre comunicados y brigadas, hubo presencia institucional. CONAGUA/SMN avisó de lluvias torrenciales para el Sur de la península, con vigilancia de presas y cuerpos de agua; Protección Civil Nacional pidió extremar precauciones; y el NHC mantuvo advertencias de oleaje peligroso hasta el viernes. La coordinación interinstitucional mejoró respecto de viejas emergencias: el canal de información es más claro, las gráficas de riesgo llegan al teléfono y las suspensiones preventivas ya no se discuten como lujo. Pero la entrada a refugios fue baja y hubo afectaciones en servicios de salud, como la suspensión de consulta en la clínica 6 del IMSS y el Hospital General de San José del Cabo por inundaciones, lo que desnuda frágiles puntos de la infraestructura.

¿Qué aprendimos de los otros nombres que nos marcaron? Odile, 2014: derribó 520 torres eléctricas y dejó sin luz al 95% de BCS, con miles de viviendas y escuelas dañadas; un cataclismo que obligó a repensar todo, desde cables hasta protocolos. Lidia, 2017: al menos seis personas muertas en Los Cabos y 4,200 desalojadas, prueba de que la trampa mortal sigue estando en arroyos y pasos a desnivel. La memoria de esas pérdidas —y de las reconstrucciones posteriores— no es una cita al pie; es el mapa de lo que sí y lo que nunca más.

¿Y ahora, con Lorena? Los datos duros importan: el jueves 4 de septiembre, el sistema se debilitó a tormenta tropical, con lluvias capaces de acumular hasta 150–250 mm en zonas de Baja California Sur y de generar inundaciones y deslaves, de acuerdo con partes del SMN y reportes internacionales. En Los Cabos se registraron cortes de luz, suspensión de transporte y afectaciones viales por arroyos. No hubo un impacto directo del ojo en Cabo San Lucas, pero las bandas nubosas hicieron el trabajo sucio: agua, viento, desazolve a martillazos.

En la calle, la crónica suelta sus propios números. “Nos dijeron que abrieron refugios, pero mi mamá no quiso salir; ‘ya pasó lo peor’, me dijo. Luego se fue la luz y empezó a meterse el agua”, me cuenta por teléfono Mariela, vecina de colonia Leonardo Gastélum, mientras organiza toallas en la puerta. Su testimonio conecta con la estadística de baja ocupación en albergues: el instinto de aguantar puede más que el aviso.

¿Nos toma siempre descuidados? No exactamente. Hay avances verificables: avisos tempranos, sesiones permanentes de los consejos, planes de refugio activados, suspensiones preventivas. Pero las brechas persisten: drenaje insuficiente en colonias de crecimiento acelerado, servicios de salud que se inundan, viviendas en cauces reactivados y la cultura del “no me va a pasar”. A eso súmele que el mes arrancó con sismos —en el país y en San José del Cabo, particularmente el 1 de septiembre— y entenderemos el estrés compuesto que enfrenta la población, cuando el suelo y el cielo se mueven en la misma semana.

¿Qué hacer ya, no mañana? Tres acciones concretas y realistas: 1.-Priorizar limpieza y desazolve de arroyos y pluviales antes del siguiente pulso de lluvia; es barato y salva vidas. 2.-Aumentar la ocupación de refugios con campañas puerta a puerta en zonas de riesgo, usando mapas locales de inundación y testimonios —“quien vive cerca del arroyo, no gana discusiones al agua”. 3.-Blindar infraestructura crítica (clínicas, plantas de bombeo, subestaciones) con bordos temporales y compuertas estancas mientras llegan inversiones mayores; ya aprendimos con Odile que sin luz ni agua la emergencia se vuelve espiral.

Porque Lorena pasará del parte meteorológico a la anécdota. Lo que no puede pasar es nuestra responsabilidad. Baja California Sur no elige la ruta de los huracanes, pero sí cómo se para cuando llegan. Si seguimos apostando a la suerte, la suerte nos seguirá cobrando intereses.

La resiliencia no es una palabra bonita: es una coreografía humilde entre aviso, decisión y cuidado colectivo. Que cada alerta se convierta en puerta abierta, cada arroyo en línea roja y cada vecino en brigadista. Porque aquí, donde el mar respira hondo, la esperanza se construye con botas de hule y manos juntas. En Los Cabos, la valentía no es aguantar el golpe: es movernos antes de que pegue.

—–

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Por derrame de aguas negras, suspenden venta de alimentos en vía pública en La Paz y Los Cabos

FOTO: Coepris.

La Paz, Baja California Sur (BCS). La Secretaría de Salud BCS, a través de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) informa de la suspensión temporal de la venta de alimentos en vía pública en zonas de La Paz y Los Cabos donde se presenten desprendimientos de aguas residuales tras las lluvias ocasionadas por el huracán Lorena.

Dicha acción contempla la medida para los puestos semifijos que laboran en vialidades donde persisten los derrames. Sin embargo, en los establecimientos que operan en zonas donde no se presente esta situación deberán hacer una limpieza exhaustiva de sus instalaciones, así como realizar acciones de saneamiento básico con agua hiperclorada en los espacios de banqueta, a fin de reducir riesgos para la salud de la población, precisó la titular de la dependencia estatal, Ana Luisa Guluarte Castro.

En este sentido, indicó que las y los verificadores de Coepris llevan a cabo recorridos por diversos puntos de estos municipios para hacer labores de fomento sanitario con los comerciantes dedicados a la venta de alimentos.

De igual forma, comentó que el personal de dicha área en los recorridos enfatiza a las personas la importancia de que se efectúe una correcta conservación de alimentos al tener en cuenta que el calor favorece el proceso de descomposición de los comestibles que puede derivar en enfermedades diarreicas agudas.

Por lo tanto, ante cualquier irregularidad, la ciudadanía podrá presentar su denuncia en el portal www.coeprisbcs.gob.mx o bien comunicarse al número de teléfono 612-12-5-05-78, agregó.

Finalmente, Guluarte Castro convocó a las familias de La Paz y Los Cabos a realizar acciones de saneamiento básico en sus viviendas y espacios de uso comunitario, para eliminar agua estancada en cacharros que puedan servir de criadero para el mosco transmisor del dengue.




Realizarán Feria Nacional de Empleo para las Juventudes en Los Cabos: SNE BCS

FOTO: SNE BCS.

La Paz, Baja California Sur (BCS). La Secretaría del Trabajo, Bienestar y Desarrollo Social, a través del Servicio Nacional de Empleo en Baja California Sur (SNE BCS), convoca a la ciudadanía a participar en la Feria Nacional de Empleo para las Juventudes, a celebrarse el próximo viernes 22 de agosto en el municipio de Los Cabos, así lo dio a conocer, José Manuel Rojas Aguilar, titular de la dependencia.

Precisó que este evento contará con la participación de más de 25 empresas que estarán ofreciendo aproximadamente 300 vacantes, dirigidas principalmente a personas jóvenes en búsqueda de oportunidades laborales. La actividad se llevará a cabo en las instalaciones de Plaza Patio Los Cabos, ubicada en la colonia Las Brisas de Cabo San Lucas, en un horario de 9:00 a 14:00 horas.

“El objetivo principal de esta iniciativa es facilitar el vínculo directo entre empleadores y buscadores de empleo, promoviendo la inserción formal de las juventudes al mercado laboral. Si bien el enfoque está dirigido a personas de entre 18 y 29 años, la atención será abierta a todos los sectores de la población que se encuentren en búsqueda activa de empleo”, refirió.

Rojas Aguilar enfatizó que estas acciones representan una oportunidad estratégica para acceder a las opciones laborales disponibles en la región, así como para establecer contacto directo con reclutadores de empresas formales.

Asimismo, reiteró el compromiso institucional de generar espacios que impulsen el desarrollo laboral de las juventudes, contribuyendo a su autonomía económica y bienestar integral.

Para más información sobre la jornada y el preregistro, las y los interesados pueden consultar las redes sociales oficiales del SNE BCS o comunicarse directamente a sus oficinas al teléfono 612 122 01 77.




Avanza el análisis en Congreso de BCS para que Cabo San Lucas sea el sexto municipio

FOTO: Congreso del Estado.

La Paz, Baja California Sur (BCS). «En la Delegación de Cabo San Lucas, todos los días percibimos que el ánimo en la sociedad es a favor de la creación del sexto municipio, porque es algo que no se puede posponer», afirmó el diputado Sergio Huerta Leggs, al presidir la comparecencia de la Secretaria de Finanzas del Gobierno del Estado, Bertha Montaño, donde se abordó el tema de la creación del nuevo municipio.

Al iniciar la primera de varias jornadas de trabajo, los legisladores Sergio Huerta Leggs, presidente de la Comisión Especial Plural Coadyuvante, y la diputada Alondra Torres García, presidenta de la Comisión de Asuntos Políticos, refrendaron su compromiso de poner todo su empeño en hacer un trabajo responsable, en la tarea que les fue asignada.

Los y las legisladoras ahí reunidas, escucharon a la titular de Finanzas y su equipo de colaboradores, que presentaron datos presupuestales sobre el impacto y repercusiones en el resto de los municipios del Estado, ante la creación de un nuevo municipio.

Huerta Leggs destacó que profesionistas, líderes de opinión, representantes de la sociedad civil, mujeres y hombres de las colonias populares, han vertido su opinión a favor, “lo cual nos alienta a seguir trabajando intensamente con todos los sectores sociales, escuchándolos para legislar y  de esta forma tomar decisiones con el respaldo de la información que en esta etapa de consulta tendremos”.