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Amamantar en México, actividad de alto riesgo

Sexo + Psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo 

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Desde que tengo uso de razón, he visto a mujeres amamantar en público: sacar el seno para alimentar a su cría en el camión, en el centro, en alguna banca de un parque y nunca hubo algún problema, por lo menos en mi memoria. Sin embargo, a medida que ha pasado el tiempo, pareciera que en vez de ir eliminando los tabúes que tenemos, los fortalecemos y los volvemos más inmutables. Esto hace que me pregunte, ¿en qué momento, como sociedad, permitimos que los prejuicios fueran más importantes que el bienestar de la madre y el bebé?

El amamantar en México es una actividad de alto riesgo. Tristemente, es común encontrar noticias sobre mujeres que son violentadas física o verbalmente mientras amamantaban en algún lugar público, tal como sucedió en Plaza Galerías en la ciudad de Guadalajara en 2016, donde un guardia de seguridad violentó a una madre que estaba amamantando y la sacó del lugar — a manera de respuesta, cientos de mujeres realizaron una tetada masiva en la misma plaza como protesta ante el acto discriminatorio1—, pero como este caso hay cientos, y lo preocupante, son las construcciones que como sociedad hemos realizado de este tema, por ejemplo: que es tabú, que no es higiénico, que perturba a los niños, se les exige retirarse o hasta ir a amamantar al baño.

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La diputada Fabiola Loya califica como inconcebible que en pleno siglo XXI, las madres mexicanas sean discriminadas por una acción tan natural, como es alimentar a sus hijos y a sus hijas en lugares públicos; resulta por demás absurdo, dado que la lactancia materna es vital para la salud materno-infantil y es considerado por especialistas como la forma más eficaz de asegurar supervivencia infantil y reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama y cervicouterino2.

Debido a lo anterior, el 22 de noviembre de 2021, se publicó un Decreto en el Diario Oficial de la Federación3, en donde se señala que se considerará discriminación: “prohibir, limitar o restringir el acto de amamantar en espacios públicos”. Es decir, el Presidente de la Nación tuvo que hacer esto oficial para que el pueblo mexicano comprenda la importancia del respeto a la lactancia materna.

La importancia

La lactancia materna es la forma más adecuada y natural de proporcionar aporte nutricional, inmunológico y emocional al bebé, ya que le aporta todos los nutrientes y anticuerpos que lo mantendrán sano, sin olvidar que le permitirá crear un fuerte lazo afectivo con la madre4.

Alejandra Sánchez (et al., 2014) en su artículo Prácticas del amamantamiento en México señala cómo la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2015) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2014) han encontrado que, a largo plazo, quienes fueron amamantados tienen menos sobrepeso y obesidad y son menos propensos a padecer diabetes tipo 2. Encontraron que una lactancia óptima tiene efectos beneficiosos en pruebas de coeficiente intelectual (IQ, por sus siglas en alemán) en infantes y adolescentes; sobre la duración de la lactancia, quienes la recibieron de siete a nueve meses en promedio tienen un IQ seis puntos mayor respecto a los amamantados por menos de un mes5. Además, es la mejor estrategia para mejorar la salud y prevenir la mortalidad infantil, pues en los menores amamantados disminuye la mortalidad por el síndrome de muerte súbita, y existe una menor frecuencia y gravedad de morbilidad por diarreas, infecciones respiratorias y dermatitis, asimismo, los niños amamantados tienen menos riesgo de asma y leucemia6.

Sánchez hace énfasis en que la práctica de la lactancia materna, también tiene beneficios en la salud de las mujeres: su inicio, poco después del parto, ayuda a que el útero regrese más rápido a su tamaño original, auxiliando en la prevención de hemorragias posparto; ayuda a perder el peso que se ganó durante el embarazo; es un factor protector ante la osteoporosis, el cáncer de seno y de ovario; y, según UNICEF, es un método anticonceptivo natural que ofrece, en promedio, efectividad en los primeros seis meses posteriores al parto (Ministerio de Salud, Perú. s.f.; UNICEF-México, 2015)7.

La discriminación

Entonces, si la lactancia materna tiene tantos beneficios para la madre, el bebé y el vínculo emocional que se genera, ¿por qué es una actividad tan discriminada hoy en día? Una teoría afirma que, mientras vivamos en una sociedad que sexualiza el cuerpo femenino para el placer y consumo masculino, toda actividad que no satisfaga a esta demanda es mal vista, es decir, parece que la desnudez del cuerpo femenino sólo molesta cuando no es para el placer masculino. Como ejemplo esta el cine o la pornografía, no incomoda ni escandaliza que aparezcan pezones, pero, cuando el pezón es para amamantar o para protestar, entonces sí hay conflicto. Otro ejemplo es la prohibición de los pezones femeninos en las redes sociales, cuando los masculinos jamás han sido bloqueados o reportados.

Considero importante darnos un momento para reflexionar acerca de nuestras verdades, esos absolutos que no nos cuestionamos en nuestra mente, y preguntarnos ¿Por qué el rechazo? ¿Qué hago yo para contribuir a ese rechazo? Es común que la lactancia materna sea solitaria y no tendría que ser así. Es de suma importancia crear redes de apoyo para las madres, en las que tengan acceso a información confiable y científica, además de brindar contención y descanso cuando sea necesario.

Bibliografía

  1. Ordaz, D. (2016). Guadalajara: la sacan de plaza por amamantar a bebé; hacen tetada masiva. Aristegui Noticias. https://aristeguinoticias.com/1605/kiosko/guadalajara-la-sacan-de-plaza-por-amamantar-a-bebe-hacen-tetada-masiva-video/
  2. Cámara de Diputados. (2020). Pleno reconoce derecho de mujeres para amamantar a sus hijos en lugares públicos. Boletín no. 5491. https://comunicacionnoticias.diputados.gob.mx/comunicacion/index.php/boletines/pleno-reconoce-derecho-de-mujeres-para-amamantar-a-sus-hijos-en-lugares-publicos#gsc.tab=0
  3. DOF. (2021). Decreto por el que se adiciona una fracción XXXIV al artículo 9 de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación. https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5635905&fecha=22%2F11%2F2021&fbclid=IwAR1AcwpF6TBa9Jsq5RqqYUvJyabW6-bGHqwMF_BEMQC7ief_5M7yiKFT6NU
  4. y 6. Secretaría de Salud. (2018). Leche materna. Gobierno del Estado de México. https://salud.edomex.gob.mx/salud/lactancia_materna
  5. y 7. Sánchez, A. Velázquez, R. Díaz, P. y Molina, M. (2019). Práctica de la lactancia materna en México. Análisis con datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2014. INEGI. https://rde.inegi.org.mx/index.php/2019/04/23/practica-la-lactancia-materna-en-mexico-analisis-datos-la-encuesta-nacional-la-dinamica-demografica-enadid-2014-2/

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Ciencia y rebeldía en la lactancia materna

FOTO: Internet.

Mamá Científica

Por Marián Camacho

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La leche materna es el alimento perfecto para las crías de los mamíferos, incluidos los bebés humanos, como resultado de millones de años de evolución. En el resto de las especies animales que producen leche para alimentar a sus crías, no existen (o al menos no lo sabemos) prejuicios ni necesidad de explicaciones acerca de por qué es el único alimento que deben ofrecer las madres a su descendencia en los primeros meses o años de vida. Sin embargo, los seres humanos, tan especiales como podemos ser, hemos desarrollado una cantidad increíble de dudas y discriminaciones sobre el natural y ancestral acto de amamantar a nuestros bebés.

Si bien es parte de nuestra naturaleza humana cuestionarnos y buscar respuestas sobre el mundo que nos rodea, la inserción en sociedades que dejan de lado la información científica y basan sus actividades en mitos y pilares de moralidad, puede llegar a castigar o, peor aún, impedir las manifestaciones de nuestro diseño biológico, moldeado y perfeccionado a lo largo de nuestra historia sobre la tierra.

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De tal forma, el presente texto pretende aportar información y referencias científicas, a través de los hipervínculos contenidos en él, sobre aspectos básicos de la leche materna. Asimismo, constituye una reflexión sobre las penalizaciones sociales asociadas a las madres lactantes y cómo es que, actualmente, la lactancia materna constituye un acto de rebeldía por parte de aquellas que osamos llevarla a cabo sin importar las consecuencias.

Comprobado científicamente

Paradójicamente, aun siendo científica de profesión, considero que no es indispensable que las mujeres conozcan a detalle la información que ha generado la ciencia acerca de la leche materna, para ofrecer ésta como el principal alimento en las primeras etapas de vida de nuestros hijos e hijas. Digo esto porque nuestro cuerpo produce leche sin importar si sabemos o no algo en particular acerca del proceso o del resultado final. Esto es así, porque los años de evolución han dotado a todas las hembras humanas con la maravillosa capacidad de alimentar a nuestras crías a través de nuestras glándulas mamarias, salvo en rarísimas excepciones, aún mucho antes que existiera la ciencia.

Sin embargo, dado que la mayoría de las sociedades modernas valora el conocimiento científico (o al menos así lo anuncian), aunque muchas veces no lo comprendan del todo o no lo utilicen dentro de sus pilares de desarrollo, los argumentos que utilizan la frase “científicamente comprobado” contienen cierta autoridad y pueden poner en tela de juicio ideas sin fundamento. Así, aunque estoy consciente que, para amamantar, como acto biológico, no es necesario conocer datos científicos sobre la leche materna, reconozco que, increíblemente, como un acto social, la lactancia materna parece requerir un escudo de información para justificar su cabida en nuestra cotidianidad. Por tanto, a continuación, presento algunos de los principales hechos, científicamente comprobados, que podrían ayudar a más mujeres en su decisión de iniciar o continuar con la lactancia de sus crías en este mundo moderno y muy civilizado.

  1. La leche materna es la nutrición perfecta para las crías humanas ya que se ajusta perfectamente a los requisitos individuales de cada bebé.                                                                   
  2. La leche materna contiene muchas proteínas complejas, lípidos y carbohidratos, cuyas concentraciones se alteran dramáticamente durante una sola toma, así como durante el tiempo que dure la lactancia, para reflejar las necesidades del bebé.
  3. Además de proporcionar una fuente de nutrición para los bebés, la leche materna contiene incalculables componentes biológicamente activos. Estas moléculas poseen diversos roles, guiando el desarrollo del sistema inmune de los bebés y de la microbiota intestinal, derivando en una excelente protección contra enfermedades.
  4. La leche materna promueve el desarrollo del cerebro, particularmente el crecimiento de la materia blanca.
  5. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante seis meses, la introducción de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces, y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más.

Si bien, las aseveraciones antes expuestas están soportadas con artículos científicos, contenidos en los hipervínculos correspondientes, estoy al tanto que estos últimos son literatura demasiado especializada y de difícil acceso tanto por su descarga (la cual recomiendo hacer a través de Sci-hub, únicamente pegando la dirección del sitio web en la caja de escritura que aparece) como por estar escritos en inglés. De tal forma, que si usted, querida lectora o lector, coincide en alguna de estas situaciones, le hago la más grande de mis recomendaciones: la lectura del libro “Un regalo para toda la vida” de Carlos González. Este maravilloso pediatra español, escribe una joya de la divulgación científica sobre el tema de la lactancia materna, de la forma más amigable, divertida y comprensible que he conocido hasta el momento.

La leche que se volvió rebelde

Algo pasó en nuestra historia de sociedades humanas alimentadas con leche materna. Algo pasó con aquellas que durmieron en cavernas, cazaron mamuts, inventaron la rueda, crearon la ciencia, escribieron los textos más bellos e inteligentes, aumentaron la esperanza de vida como nunca antes y manifestaron el “progreso” de nuestra especie sobre el planeta. Algo pasó que, un día cualquiera, despertamos con varias consideraciones aceptadas, sin cuestionar, sobre la lactancia materna:

-No está bien amamantar en público.

-Volver al trabajo es la prioridad, la lactancia es secundaria; si no se puede continuar, la “mejor” alternativa es la leche de fórmula.

-No todas las mujeres pueden dar leche.

-Los niños “mayorcitos” (no hay una definición clara a qué edad se hace referencia) ya no deben tomar leche materna porque se hacen mañosos, ya no les sirve, ya no lo necesitan, etc.

Así han pasado mucho más días, con millones de mujeres cuestionándose su capacidad para alimentar a sus bebés, incluso cuando la OMS ha establecido, con base en estudios científicos internacionales, que prácticamente todas las mujeres pueden amamantar, siempre que dispongan de buena información, del apoyo de su familia y de un sistema de atención de salud. Es importante aclarar que hay rarísimas excepciones de mujeres que realmente poseen glándulas mamarias que no producen leche (una condición médica llamada hipogalactia), sin embargo, y alarmantemente, actualmente existen muchas mujeres que consideran que “no dan leche” cuando esto no es así y el problema radica en otros factores que nada tienen que ver con cuestiones biológicas.

Por otro lado, aunque la falta de información biológica genera grandes problemas para iniciar o continuar la lactancia, es relativamente fácil de solucionar. Sin embargo, las presiones socioeconómicas y culturales son desafíos mucho más difíciles de trascender. Esto queda evidenciado con millones de madres enfrentándose a un sistema económico con horarios y condiciones laborales que no favorecen en absoluto la conservación de la lactancia más allá del máximo de 90 días de la llamada “incapacidad”. Este último término nos coloca, de nuevo, en una imagen de debilidad al llamarnos incapaces, por no poder seguir produciendo al mismo ritmo que requiere el sistema. Sin embargo, es fundamental considerar que, nuestra capacidad para dar vida en un nuevo ser humano es innegable y que un término más adecuado con respecto a nuestra situación laboral sería algo como “pausa por maternidad”, ya que ni el embarazo, parto o puerperio (posparto) son enfermedades que nos incapaciten.

Asimismo, algunos sistemas laborales “apoyan” a las madres de familia a través de los servicios de guarderías y otras prestaciones, como una hora menos de jornada laboral o tiempos destinados a la extracción de leche, para que éstas puedan continuar trabajando. Desafortunadamente, ninguno de estos “apoyos” contribuye realmente a facilitar la lactancia materna, la cual debería ser a demanda de la hija o hijo y directamente del pecho de la madre.

Respecto a la imagen pública de una madre amamantando a su bebé, niña o niño (recordemos que la OMS recomienda un mínimo de dos años), ésta ha pasado de ser un ideal romántico de amor abnegado e incondicional a una transgresión a las buenas costumbres y el pudor que las mujeres decentes deben mantener. Desde mi visión, el acto de amantar no debe estar polarizado utilizando ninguna escala sentimental o moralista, incluso más allá de que, efectivamente, se desencadenan muchas reacciones hormonales que nos producen sentimientos de apego con la cría; en cambio, este mamiferísimo acto debería ser identificado y aceptado por los espectadores únicamente como el acto vital de alimentación de las crías humanas, al igual que dormir o respirar.

Las buenas noticias somos las muchas mujeres, que cada día somos más, rebelándonos contra estas consideraciones modernas, que nos informamos correctamente, buscamos y planteamos alternativas sobre las formas de iniciar o continuar la lactancia en cualquiera que sean nuestras actividades cotidianas (las cuales pueden, o no, incluir trabajos remunerados), y que, sobre todo, confiamos y amamos nuestros cuerpos con diseño biológico perfecto.

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Va Milena Quiroga en defensa de la lactancia materna

FOTO: Ilustrativa

La Paz, Baja California Sur (BCS). El día de hoy la diputada Milena Quiroga Romero se manifestó mediante un pronunciamiento a favor de la lactancia materna, destacando los múltiples beneficios que esta conlleva tanto a la madre como al menor lactado. Posteriormente, volvió a tomar la tribuna para presentar un punto de acuerdo para llamar al gobierno estatal  a implementar las acciones necesarias para instalar por lo menos un Banco de Leche Materna en Baja California Sur.

Debido a que las autoridades sanitarias estatales han desatendido una reforma de 2012, en Baja California Sur no se cuenta con estos establecimientos, lo que provoca la falta de políticas públicas y promoción a la lactancia materna.

El tener un banco de leche materna implica que las mamas hagan una donación, sustraerse la leche, ponerla en conservación, para que al momento de necesitarla algún bebe cuya madre por alguna razón no pueda amamantarlo de manera directa, la reciba. Un banco de leche materna se encarga de la recolección, procesamiento, almacenamiento, control de calidad y distribución láctea de las madres y donantes.

Sin embargo, el marco de apoyo para lograr una lactancia materna exitosa es más amplio, siendo el caso que muchas veces se lucha en contracorriente para lograrlo. Uno de los temas es la carencia de espacios que permitan a las mujeres trabajadoras el realizarse la extracción de leche materna en sus espacios de trabajo, denominados “lactarios”.

Al respecto, la diputada Milena Quiroga comenta que existe una Norma Oficial Mexicana (NOM) en la que se establece que ya debe de promoverse la existencia de estos centros lactarios, tanto en oficinas gubernamentales como privadas, “es mucho de voluntad, no es el gran costo, no es el gran movimiento en reglas internas o leyes, es meramente voluntario por parte de la institución, de generar un pequeño espacio que tenga un sillón, un refrigerador, y listo. Es todo lo que se ocupa para que una mujer pueda hacer la extracción”, recalcó la diputada.

La NOM de referencia, obliga a los centros de trabajo públicos o privados a tener un espacio digno destinado como lactario, por lo que corresponde a la Secretaría de Salud el supervisar que esto se cumpla, siendo el caso que de no contar con este centro lactario, se sancione al patrón omiso. Para lograrlo, comenta Quiroga Romero, “necesitamos la parte de la supervisión para que se cumpla”.

Como detalle de interés, hace mención a que ni siquiera en el Congreso del Estado existe un centro lactario, y van a trabajar para que se genere, ya que ella misma próximamente va a requerir el espacio.