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Mexicanos Unidos por la Seguridad

FOTOS: Internet.

Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La inseguridad es indudablemente, una preocupación constante entre la ciudadanía, y ninguna estrategia de combate al delito es eficaz, sin la participación ciudadana, específicamente, en el campo de la prevención.

En los modelos exitosos, la organización ciudadana, principalmente desde las agrupaciones vecinales, es un factor decisivo, contar con las herramientas que la ciencia moderna pone actualmente a disposición de la sociedad. Los programas de vecinos vigilantes, apoyados en cámaras privadas de videovigilancia, sistemas de comunicación, alerta, alarma y reacción, en coordinación siempre con las fuerzas del orden público, han demostrado ser los más eficaces en la prevención del delito.

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Cada día hay más organizaciones vecinales buscando mecanismos que les permitan mejorar la seguridad en su entorno familiar y vecinal.

Mexicanos Unidos Por la Seguridad (1) es una organización que busca aportar herramientas de vanguardia a las organizaciones civiles que participan en labores de prevención del delito. Entre las herramientas que proponen, destaca la siguiente aplicación:

Auxilio Exprés: Es una aplicación disponible para Android (2) o iPad (3), ideal para ser utilizada por organizaciones vecinales, grupos familiares y conjuntos condominales. Se trata de una herramienta desarrollada por programadores mexicanos para promover la comunicación, coordinación y reacción entre ciudadanos para proporcionar auxilio en casos de emergencia; utilizando la tecnología virtual como medio de comunicación. Esta aplicación brinda, entre otras, las siguientes funciones:

Comando de voz. Con tan sólo una palabra clave, se puede encender la alarma; no es necesario abrir la aplicación ni apretar botones.

Prevención de riesgo. Se puede programar la aplicación para solicitar un código después de determinado tiempo; en caso de no ingresar el código, la alarma se encenderá.

Transmisión de video y de audio. Al activar la alarma, se comenzará a transmitir el audio y video de lo que esté sucediendo en el lugar de la emergencia.

Auxilio inmediato. Recibirán la notificación de la alarma los usuarios locales del lugar de emergencia, con el fin de poder dar/recibir ayuda lo más rápido posible.

Respaldo perimetral. Al pedir auxilio en casa, se encenderán todas las sirenas que se ubiquen alrededor de la emergencia; alertando a toda la comunidad.

Identificación del alarmante. Se registra e identifica al usuario que haya encendido la alarma, con el fin de prevenir a los falsos alarmantes

Ubicación. Al recibir la notificación de alarma, los usuarios locales y personas dentro de tu grupo de confianza podrán ver en un mapa, la ubicación donde sucedió la emergencia.

Portones compartidos. La aplicación se puede conectar para abrir y cerrar portones compartidos; llevando un registro de los usuarios que abren las puertas.

Esta aplicación tiene una versión gratuita, ya disponible, y constituye una magnífica herramienta en las labores de prevención del delito, que nos ayuda a construir una comunidad cada día más segura.

(1) https://www.facebook.com/Mexicanos-Unidos-por-la-Seguridad-102154798966944

(2) https://play.google.com/store/apps/details?id=dev.ias.swat.ccs.com.auxilio_expres_flutter&hl=es_GT

(3) https://apps.apple.com/mx/app/auxilio-express/id1483974120

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Militares vs “Los violentos”

FOTOS: Luis Roldán.

Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Del faraónico y costoso evento de culto al ego que denominaron “Segundo Informe de Gobierno”, celebrado a puerta cerrada y bajo el riguroso mecanismo de selección por afinidad y subordinación, destaca en lo que realmente interesa al gobernado, el tratamiento melodramático del tema que más angustia al gobernado: la inseguridad.

Para abordar el tema, se eligió un formato telenovelero, parecido a un texto de La Rosa de Guadalupe, en el que se divide el universo fáctico en una cotidianidad en la que el ciudadano es víctima cautiva de la maldad de grupos criminales, a quienes de manera genérica se denomina Los violentos, en automático identificado como los malos, y quienes por más malvados y violentos que sean, al final del melodrama, serán derrotados por los buenos, liga de campeones de la justicia, anónimos y enmascarados, aunque identificables por la impoluta guayabera blanca y las frases lapidarias que usan como grito de combate: “Acabaremos con ellos rapidito”… “No me temblará la mano”… “Sé cómo”… y la que prologa el capítulo final de la épica novela: “Venceremos a los violentos”, que como promesa vaga e imprecisa, epiloga el tráiler del melodrama que en la saga dio vida a la fallida oferta de campaña: “Un mejor futuro”.

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Eso de vencer a los violentos, además de ser una frase populista plagiada del catálogo motivacional del dictador venezolano (“Más temprano que tarde venceremos a los violentos y triunfará la paz y el amor en Venezuela), se finca en un grotesco parangón que homologa a la entidad con una grisácea presentación de Ciudad Gótica, en la que los malos, englobados en el genérico violentos, serán finalmente abatidos –en un incierto futuro— por los buenos, genéricamente englobados en un Grupo de coordinación, donde los héroes visten guayabera blanca, y los peones, los de la talacha, los operadores, los prescindibles, son anónimos, visten uniformes tipo camuflaje, andan encapuchados y pertenecen a la marina armada.

Traducción

Ante su incapacidad táctica, técnica, operativa y funcional, el Gobierno del Estado entrega las tareas de seguridad pública a la Marina Armada. Es una medida drástica, inconstitucional, costosa, pero necesaria.

Problemática

Entregar a las fuerzas armadas las labores de seguridad interna en la entidad, es en principio violatorio del marco constitucional. Que el nivel de violencia alcanzado en la escalada delictiva justifica la presencia de la fuerza militar, sólo resulta admisible en labores de apoyo y como fuerza reactiva; y por ello, la presencia militar en nuestras calles, debe ser TEMPORAL, y reducida exclusivamente al tiempo necesario para contrarrestar la embestida criminal.

Es por ello indispensable que de manera sistemática, desde la sociedad civil organizada, demos seguimiento al plan de acción, cuya temporalidad ya ha sido trazada, y no debe rebasar un plazo improrrogable. De lo contrario, esto es: la estandarización permanente de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública generará un marco permanente de inconstitucionalidad, que dará al traste con los procesos penales que llegaran a incoarse, pues los marinos no son agentes de la Policía, y constitucionalmente, las labores policiales están reservadas a corporaciones civiles.

El segundo problema es de orden fáctico. Los militares están entrenados para obedecer y reaccionar, usando para ello fuerza letal. Los conceptos elementales de respeto a los Derechos Humanos y el debido proceso, no aplican en contienda bélica. El Ejército y la Armada son instituciones de reacción, y en la beligerancia no hay escalas: salen a matar o morir por la patria.

¿Es necesario el uso de la fuerza letal contra los grupos criminales que operan en el Estado? Si dado el nivel de violencia que la incapacidad estatal ha permitido que alcancen, sí. Infortunadamente sí es necesario, pero ello —insistimos— sólo debe ser una medida temporal, excepcional, y específicamente dirigida.

¿Puede una fuerza militar realizar eficazmente una labor policial? No. Definitivamente no. El entrenamiento, la capacitación, la metodología, la sistematización de sus acciones, desde la planeación hasta la ejecución, son diametralmente opuestas.

No podemos permitir que se militarice la seguridad pública. Nuestros agentes de policía, de todos los niveles, deben ser civiles, capacitados, bien remunerados, tan disciplinados como los militares, pero con el perfil profesional y metodología táctico-operativa que la Constitución previene para los cuerpos civiles encargados de las labores policiales.