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El cochito, más que un pescado para ceviche

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SudcaliCiencia

Por Marián Camacho

La Paz, Baja California Sur (BCS). Balistes polylepis, conocido artísticamente en Baja California Sur como “cochito”, es un pez con gran importancia comercial para nuestro Estado; la venta de sus carnosos filetes es anunciada con cartulinas fosforescentes en las cajuelas de carros estacionados en diferentes calles y avenidas, así como en diversos puestos ambulantes y semifijos de la ciudad de La Paz. Sin embargo, más allá de su creciente importancia económica como la materia prima de un platillo icónico de la gastronomía sudcaliforniana, el ceviche, es poco lo que la mayoría de la gente sabe acerca de la vida de este interesante pez.

En principio, y más allá de una creencia popular, el cochito no es endémico de BCS, ni del Noroeste de México, ni siquiera de nuestro país; Balistes polylepis se distribuye desde la parte norte de San Francisco, California, Estados Unidos, hasta Callao, Perú, y su distribución incluye el Golfo de California y las islas Galápagos (Guía FAO para la Identificación de Especies para los Fines de la Pesca).

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Lo que sí es cierto es que, en el Golfo de California, Balistes polylepis se considera una de las especies de gran valor dentro de la pesca ribereña, debido a su disponibilidad durante todo el año y sus grandes volúmenes de captura. En Baja California Sur, específicamente en el Corredor San Cosme-Punta Coyote, localizado entre el límite sur del Parque Nacional Bahía Loreto y el norte de la Bahía de La Paz, el pez cochito B. polylepis, junto con otras ocho especies de peces, tales como huachinango (Lutjanus peru), jurel (Seriola lalandi), cabrilla sardinera (Mycteroperca rosácea), cabrilla arenera (Paralabrax auroguttatus), pargo amarillo (Lutjanus argentiventris), pargo mulato (Hoplopagrus guntherii), pierna (Caulolatilus prínceps) y cadernal (Paranthias colonus), son consideradas como especies prioritarias dentro de la pesca de escama marina.

Por lo tanto, dichas pesquerías son el sustento para las familias de las localidades residentes del corredor; de hecho, esta área es una de las más importantes de aprovechamiento pesquero del sur del Golfo de California y funciona como un generador de recursos biológicos de gran valor comercial.

Balistes polylepis tiene una gran aceptación dentro del mercado nacional,  como en Guadalajara, Tijuana y Ciudad de México, sin embargo, sus ventas se concentran en el mercado local de Baja California Sur, así como en Sonora y Sinaloa (aquí un video de un pescador sinaloense mostrando cómo filetear un cochito o pez pistola como le dicen en Culiacán). Su gran aceptación se debe a su excelente sabor, calidad de la textura de su carne y a al precio accesible. El cochito se distribuye entero y enhielado, y su precio por kilogramo varía dependiendo del lugar en que se compre en Baja California Sur, por ejemplo, el precio en playa oscila entre 8 y 13 pesos, en bodega está entre 18 y 20 pesos y en pescaderías (presentación de filete) su precio puede encontrarse entre 100 y 120 pesos.

A pesar de la gran importancia comercial del pez cochito dentro del Golfo de California, no existe un estatus acerca de su pesquería en la Carta Nacional Pesquera, sin embargo, se tienen registros de que la pesquería del cochito en Baja California Sur se mantuvo constante durante el periodo del 2006 al 2013 alcanzando un volumen máximo de captura de 1,300 toneladas en el 2014. Al respecto, el Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca), a través del Centro Regional de Investigación Acuícola y Pesquera La Paz, lleva a cabo estudios para generar la información necesaria para establecer regulaciones acerca de su captura.

Un pez bien armado

El cochito pertenece a la familia Balistidae, la cual se caracteriza por ser un grupo de peces de talla pequeña a mediana, de cuerpo alto y moderadamente comprimido, piel gruesa, cubierta de grandes escamas romboidales, de boca pequeña con dientes grandes y fuertes, tal vez de aquí el apodo de “cochito“. El color de estos peces puede variar dependiendo de la especie, abarcando coloraciones entre el negro, marrón opaco, grisáceo, verdoso, y, en algunos casos, se observan ornamentaciones con colores llamativos.

Asimismo, los peces de la familia Balistidae se distinguen porque la aleta dorsal contiene tres espinas grandes y gruesas y la primera de éstas puede levantarse y quedar trabada en posición vertical cuando se sienten amenazados, semejando el gatillo de una pistola, motivo por el que se les conoce comúnmente como peces pistola, gatillo o ballesta en algunas áreas de su distribución (aquí un video del ataque de una especie de pez gatillo de Las Maldivas).

Los Balístidos son, por lo general, peces solitarios distribuidos en profundidad desde la orilla hasta unos 90 metros, algunas especies son pelágicas y viven preferentemente en el mar abierto, mientras otras son bentónicas y se concentran en torno a arrecifes rocosos y coralinos. Las especies pelágicas —que viven en la columna de agua— se alimentan de plancton y aquellas demersales —que viven cerca del fondo del mar— cazan invertebrados del fondo, como almejas, caracoles o cangrejos, y en algunas ocasiones también incluyen algas en su dieta; su boca pequeña, armada de dientes incisivos bastante fuertes, se adapta muy bien a este tipo de alimentación.

En el caso de la especie que habita las costas de Baja California Sur, Balistes polylepis, durante su etapa juvenil  son pelágicos y en su etapa adulta viven más cercanos al fondo. Finalmente, y como dato curioso, la talla máxima reportada para la especie es de 80 centímetros de longitud total y un peso máximo de 6 kilos  —seguro salió un buen ceviche de ese cochito, ¿verdad?

Así, cuando vuelvan a disfrutar de un delicioso ceviche de cochito, y estén poniéndole mayonesa, huichol y cátsup a su tostada, recuerden conversar con sus acompañantes sobre las características que hacen de este pez un habitante bien armado de nuestros mares sudcalifornianos y de lo importante que es respetar las regulaciones pesqueras que están casi listas para darse a conocer y que ayudarán a tener ceviche de cochito por muchos años más.

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Y tú, ¿ya conoces a la chiluda?

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Almeja chiluda Panopea sp. Foto: Internet.

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Por Marián Camacho

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Esta almeja tiene varios nombres: 1) El oficial, o sea el mismo para todo el mundo, también conocido como nombre científico, que es Panopea globosa; 2) El políticamente correcto: almeja generosa o de sifón, y 3) El de la palomilla, que es almeja chiluda.

Esta almeja, evidentemente, se distingue por la descomunal estructura que emerge de su delgada concha, y que no es nada más que su sifón. Los sifones son las partes del cuerpo que utilizan para introducir el agua que será fuente de alimento y oxígeno, y para expulsar desechos y células reproductoras. Los sifones, son estructuras tubulares que utilizan principalmente las almejas que viven enterradas en la arena o el lodo. Y, cuanto mayor es la profundidad en la que ésta vive bajo el sedimento, más largos son sus sifones, tal como sucede en las chiludas, que son los bivalvos excavadores más grandes del mundo. Se entierran en el sustrato desde que son juveniles, pero es hasta después de alcanzar su madurez sexual que lo hacen a mayor profundidad, donde quedan a resguardo de casi cualquier depredador. Como resultado de esto, las poblaciones están compuestas principalmente por individuos adultos que superan los diez años de edad y que pueden llegar a ser muy longevos (hasta 168 años). La edad de adultos y juveniles se puede estimar a partir de las líneas de crecimiento que se observan en la concha.

Debido a la profundidad en la que habitan las almejas chiludas, son difíciles de extraer cuando se les intenta recolectar como alimento. Sin embargo, esto no detuvo a los pescadores de Bahía Magdalena para iniciar una interesante pesquería de esta singular almeja.

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Así se hizo famosa

Cuentan las anécdotas que entre el 2002 y el 2004, llegó a San Carlos un extranjero preguntando a los pescadores locales por una almeja de características muy particulares. Fue tanta la insistencia y la preguntadera del recién llegado, que algunos pescadores, incluido “El Meche”, aceptaron ir a buscar las que, según el extranjero, podía reconocer dada su experiencia en otras zonas del mundo. Efectivamente, había un gran banco de almeja chiluda que los pescadores locales no habían explotado nunca. Esto no es de sorprender, porque para los sudcalifornianos esa almeja había sido vista muy pocas veces y, además, no tenía ningún valor porque no había a quién vendérsela.

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Pescador de Bahía Magdalena. Foto Marián Camacho.

Sin embargo, el mercado existía. Allá muy lejos, del otro lado del mar, había cientos de asiáticos que estaban listos para pagar muchos dólares por esas extrañas criaturas. Y así fue, el primer banco de almeja chiluda que comenzó a explotarse comercialmente en Baja California Sur, se bautizó como “El banco del Meche” y dio inicio a una de las pesquerías con mayor valor económico en la región, solo por detrás del abulón y la langosta.

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Almejas chiludas exhibidas vivas en un mercado en China. Foto: Internet.

Un valioso tesoro

Actualmente, las zonas de explotación de la almeja chiluda dentro de Bahía Magdalena, son monitoreadas por el Instituto Nacional de Pesca, quien a través del Centro Regional de Investigación Pesquera (CRIP) en La Paz, lleva a cabo evaluaciones para estimar el tamaño de la población y establecer una cuota de captura. Asimismo, se llevan a cabo recolectas regulares de muestras para establecer la temporada reproductiva de las almejas y sugerir los periodos de captura que permitan a los pescadores obtener el mejor aprovechamiento de su valioso recurso.

El CRIP-La Paz es ese edificio blanco que está pasando El Molinito, en La Paz, recordado por muchas personas porque antes había un acuario ahí y se exhibía una escafandra como la que usaban los buzos en las películas viejas. El día de hoy, en este lugar se realizan los estudios necesarios para que la almeja chiluda, al igual que otros muchos recursos pesqueros, sigan representando una importante fuente de ingresos económicos para Baja California Sur. No dudes en visitar este Centro de Investigaciones y conocer la labor de las personas que trabajan en beneficio de nuestros valiosos recursos marinos.

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Instituto Nacional de Pesca. Centro Regional de Investigación Pesquera La Paz. Foto: Cortesía.