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20 Años sin George Harrison

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Por Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El pasado 29 de noviembre se cumplieron 20 años de que George Harrison pasó a otro plano de la existencia, de su existencia. Recuerdo que ese año, en 2001, la noticia me llegó a través de la radio y comencé a escuchar todas las canciones escritas y cantadas por él en su etapa beatle y algunas posteriores que hizo en solitario en los setenta y ochenta.

Aunque no era un beatle con el que me sentía identificado, ese día no pude contener las lágrimas porque de alguna manera uno se acostumbra a las personas con las que creamos un vínculo, aunque jamás los lleguemos a conocer. Pero lo cierto es que sí, pues su música llega a ser tan entrañable, tan familiar, tan personal, que es imposible no sentirse tocado.

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Fue una noche triste. La relación de George con el resto de sus compañeros Beatles significaba una profundidad silenciosa, estética, quizá por ello le decía la gente el beatle quieto, el tranquilo; esto debido quizá a su relación con la mística de la India y con los Hare Krishna. Introdujo mucho de la música de ese país al rock y que derivó en composiciones complejas con sonidos nuevos, que habrían de influir en otras asociaciones musicales.

De las canciones que más guardo en la memoria están Here Comes The Sun, Something y I Need You. La delicadeza de las letras y la estructura de los sonidos repartidos en el ritmo son, con mucho, un toque especial para que siempre que regresemos a ellas volvamos a sentir lo que nos atrajo en principio.

Sin ser el beatle con mayor ego, ni haber sufrido una infancia que tuviera un desgracia, logró conectar con muchos seguidores, logrando además colocar varios éxitos y demostrando que igualmente era capaz de escribir con la misma habilidad que John y Paul. Su vida entregada a la música desde niño rindió frutos: ¿quién no recuerda a George Harrison, al beatle?

Así que, rindo un pequeño homenaje al poeta espiritual que le imprimió a Los Beatles una nueva perspectiva de la vida y la música.

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Abbey Road, a 50 años de la icónica portada del último álbum de Los Beatles

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El librero

Por Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS).  El nacimiento de Los Beatles es, sin duda, uno de los acontecimientos más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Con ellos vinieron no sólo su música, sino un cambio de paradigma que impactó a nivel global, desde la moda, a la rebeldía de los jóvenes que rompieron con los viejos tabúes y estructuras de las relaciones humanas y familiares, algo ya muy dicho y sabido, por lo que no es propósito de esta reseña hablar de ello en esta ocasión.

El periplo iniciado por John Lennon a mediados de los cincuenta con The Quarrymen hasta la consolidación de la banda en 1962 —pasando por Johnny And The Moondogs, Long John And The Silver Beatles y The Silver Beatles—, había de terminar con la grabación de su último álbum, Abbey Road. Aunque Let It Be fue su último álbum en salir al mercado en 1970, Abbey Road se hizo también en 1969, empezando entre abril y mayo con la lista de diez canciones completas para un LP que debía ser lanzado en julio o agosto.

Después de casi una década de estar juntos, de disfrutar la fama y de renegar de ella, Los Beatles intentaron volver a su esencia, a la alegría de sus primeros tiempos, de subir a los escenarios para estar de nuevo en contacto con sus seguidores; para ello idearon, por iniciativa de Paul, un documental que se llamaría Get Back (que luego Paul retomaría dicho proyecto con su propio material, pero ya con los Wings, a partir de los conciertos masivos alrededor del mundo, a finales de los ochenta). No obstante, para esas fechas los ánimos entre el cuarteto de Liverpool estaban por completo desgastados y bajo mucha tensión, que inició en seguida de la muerte de Bryan Epstein y continuó cuando quisieron establecer quién dirigiría la compañía que habían construido, Apple y todo lo que significara la marca Beatles.

Para nadie es un secreto que McCartney deseaba estar al frente y que luego quiso imponer a su suegro, que finalmente los otros tres escogieron una segunda opción y que no fue del agrado de este último. También por otras fechas John, en 1968, comenzaba una relación con la japonesa artista plástica Yoko Ono, con la que habría de casarse después de la boda de Paul con Linda en 1969, con quienes ya estaban en franca competencia de pareja. Esa situación contribuyó para que las cosas entre la banda se deterioraran todavía más, llegando a ese punto que llaman de no retorno.

La idea de Get Back terminó siendo una película y un álbum que había de enlatarse año y medio, y que en 1970 surgiría como Let It Be. En ese proceso nació Abbey Road, cuya portada estaba destinada a ser la más icónica en la historia del rock y de los propios Beatles. Es cierto que Sargent Pepper tiene lo suyo, que representa la obra cumbre del grupo según la crítica especializada, pero Abbey Road habría de ser la imagen más asociada al cuarteto, y que sería imitada en los años por venir, tanto en el cine, la televisión, la plástica y la música, así como el disco que fue uno de los mejores de su carrera, en opinión de varios críticos, en especial el lado B, que utilizó un meadley de 16 minutos, un conjunto de canciones entrelazadas.

El 1 de julio de 1969 comenzaron las grabaciones de lo que sería el álbum Abbey Road, sin la presencia de Lennon, quien había tenido un accidente automovilístico en compañía de su hijo Julian, Yoko y su hija Kyoko. Paul es quien graba la primera de tres sesiones con Her Majesty. Durante esos días de julio, Los Beatles son ya más artistas por separado que una banda, donde cada quien busca el modo de separarse y de hacer su propia vida, tanto personal como profesional. Es George quien celebraría más este proceso, pues, en sus propias palabras, “estaba harto de ser un Beatle”, y lo que más quería era su independencia, puesto que se había dado cuenta de su capacidad creativa.

Para el 9 de julio Paul hace varias versiones de Maxwell’s Silver Hammer y dos días después George y Ringo le agregarían los coros. El 15 de julio trabajaron en You Never Give Me Your Money. El 17 hacen Octopus’s Garden; el 18 terminan Oh Darling sin John. El 21 de julio Lennon realiza un programa nuevo de grabaciones ya recuperado de las lesiones del accidente y abre con Come Together junto con los otros tres integrantes.

En los estudios EMI, los Beatles continúan con la creación de su nuevo álbum con la canción Mean Mr. Mustard y Here Comes The Sun, seguida de Sun King, una composición que habría de ser dos canciones separadas para el nuevo LP. El 25 siguen con Bathroom Windows, que se convertiría en She Came In Through The Bathroom Window. El 28 graban Polythem Pam y para el 31 hacen las versiones finales de Golden Slumbers, Carry That Weigth y The End. Luego para la edición final agregarían I Want You (She’s So Heavy), un experimento de casi ocho minutos de sólo catorce palabras. Así terminaba el trabajo de estudio del que sería el último disco de Los Beatles. Sólo faltaba la portada.

El 8 de agosto de 1969 Los Beatles salieron a la calle de Abbey Road, lugar donde estaban sus estudios y empresa, para una sesión de diez minutos con el fotógrafo Iain MacMillan. La idea era mostrar a la banda de modo cotidiano, como gente de a pie cruzando por una calle, sobre la cebra del asfalto. Lennon salió vestido de blanco; Ringo de negro; Paul de traje de oficina, y George de mezclilla, como trabajador obrero. El dato curioso aquí es que Paul salió con sandalias por el calor que hacía y para las primeras pruebas se le ve con ellas, pero en algún momento se las quita y así queda para la posteridad con esa imagen, con los pies desnudos. En 2012 fueron redescubiertas el resto de las fotografías que acompañaron a esa sesión fotográfica.

Mucho se ha especulado sobre la interpretación —a partir del 22 de octubre de ese año— que se le da a esta fotografía final por el rumor que comenzó con la supuesta muerte de Paul y que había sido sustituido por un doble allá por 1967, y haría que miles de conspiranoicos comenzaran a ver en sus portadas mensajes ocultos que los otros tres Beatles ponían para recordar a su amigo fallecido. Pero tampoco este espacio será para hablar de ello, primero porque quien esto escribe no es seguidor de esa teoría, y segundo porque no es propósito de este espacio. Ahí para la otra, foulks, se las debo.

El 26 de septiembre de 1969 sale para su venta Abbey Road, el último LP de estudio en el que colaboraron los cuatro integrantes; el 1 de octubre sale en Estados Unidos. Para el 18 de octubre el nuevo disco de Los Beatles ingresa la lista del Billboard y permanece durante 87 semanas llegando al primer lugar. Por su parte, Come Together se incrusta en el lugar veintitrés, pero luego llega al primer lugar y se queda por 16 semanas; algo similar sucede con Something. El 27 de octubre Abbey Road se convierte en disco de oro e incluso el sencillo Come Together/Something. El 29 de enero de 1970 la revista Time le da una mención honorífica como el mejor álbum de 1969 y el 9 de febrero es nominado para un Grammy.

A cincuenta años de esa fotografía vemos que la música de Los Beatles ha resistido el embate del tiempo y que la imagen se ha sostenido en el imaginario colectivo como una de las más fuertes iconografías de los sesenta, junto con el gran movimiento que significó esa década, desde lo ideológico, político, literario, artístico y musical, hasta la misma vida cotidiana. Todo ese conjunto de cosas sacudieron al mundo —a pesar de la resistencia de los conservadores en los gobiernos— y contribuyeron a que el mundo siguiera su curso.




50 años del Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band, de The Beatles

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Imágenes: Internet.

Colaboración Especial

Por Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El 10 de abril de 1970, The Beatles decidieron separarse para siempre. Hace 47 años el mundo se quedó sin el sonido del Mersey Beat londinense, pero durante ese tiempo todo lo que tuviera que ver con el cuarteto más famoso del siglo XX se convirtió en leyenda y aun en mito fantástico. Quienes no vivimos su apogeo crecimos escuchando su música y aferrándonos a su historia, a una posbeatlemanía que no termina.

Durante la década de los 60’s, The Beatles fueron las figuras más importantes de la música popular, en especial del rock, que tuvo varias vertientes y de las cuales ellos fueron innovadores en todos los sentidos. Prácticamente se puede decir con justicia que hay un antes y después de The Beatles. En esos diez años obtuvieron 27 Número 1 en las listas de popularidad tanto del Reino Unido como de Estados Unidos, además del resto del mundo; asimismo, grabaron catorce álbumes de estudio, un sinfín de sencillos y todos con un éxito arrollador.

Claro, no surgieron de la nada, ni eran el diseño publicitario de una campaña fríamente calculada como sugieren algunos conspiranoicos. Su historia comienza en el verano de 1957, cuando John Lennon y Paul McCartney se conocieron (que, datos aparte, en este 2017 cumplirían 60 años de ese hecho); luego seguiría Hamburgo en Alemania a principios de los 60’s y de regreso a Liverpool en el club La Caverna, que es una especie de templo beatlémano en la actualidad. La historia interna de The Beatles se cuenta aparte, pues algunos miembros de origen terminaron abandonando la agrupación, principalmente cuando se hacían llamar The Quarrymen; después en The Silver Beatles, cuyo caso más sonado fue el de Pete Best, que fue sustituido por Richard Starsky, más conocido como Ringo Starr, y la muerte prematura del mejor amigo de John Lennon, Stuart Sutcliffe, quien fue el que, se cuenta, le puso Beatles a la banda.

Por supuesto, no sólo fueron catorce LP’s, hicieron recopilaciones de sus canciones más emblemáticas y más populares, como consta en los álbumes rojo y azul, Let It Be Naked, Past Masters 1 y 2, por mencionar algunos. A mediados de los 90’s se renovaría el sonido beatle con las ya famosas Antologías 1, 2 y 3, que incluyó CD’s y VHS’s en su momento, con un éxito total, donde se incluyeron dos canciones inéditas, Free As A Bird y Real Love, ambas cantadas y compuestas por el fallecido John Lennon, y que gracias a la magia de la tecnología, se pudo incorporar a los otros tres ex integrantes, logrando con ello que el cuarteto se reuniera por primera vez desde 1970.

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Quienes fuimos seducidos por la música beatle, la escuchamos o por discos o por canciones en particular, o por ambos casos. Por eso sabemos que fue con Help! , de 1965, que The Beatles iniciaron su transformación y perfeccionamiento musical, alejándose de sus triunfos iniciales cuyo único propósito fue el de alcanzar el éxito y la fama; además, en Help!, a diferencia de sus otros álbumes, esta vez, exceptuando Act Naturally y Dizzy Miss Lizzy, todas las canciones estaban firmadas por la dupla Lennon y McCartney, más dos de Harrison. En seguida vinieron dos de sus discos más aclamados por la crítica, Rubber Soul y Revolver, de 1965 y 1966, respectivamente, y donde ahora sí todas las canciones estaban compuestas por ellos y su evolución se hizo más patente. En opinión de George Harrison, esos dos discos eran lo mejor de su producción discográfica, a los que pensaba como un álbum doble.

La cosa es que The Beach Boys, a quienes se les consideraba The Beatles estadounidenses, quedaron impresionados con el álbum Revolver, y quisieron hacer algo parecido pero muy superior, algo jamás visto ni oído. Ese disco fue Pet Sounds, que tuvo un éxito sin precedentes en su historia como banda de rock, y al que se califica como uno de los mejores álbumes de toda la historia. The Beatles, al ver el resultado, no quisieron quedarse atrás, y para sacarse la espinita clavada, comenzaron a idear algo que superara lo hecho por The Beach Boys, incluso algo que venciera a sus propios éxitos. Era el Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band, de 1967.

George Martin declaró alguna vez que sin Pet Sounds, el Sargent Pepper jamás hubiera existido. La idea la principió Paul, haciendo esbozos y trazando la fisonomía de los que sería el álbum siguiente. Se introdujeron canciones tanto de John, Paul y George, con la voz de Ringo en A Little Help Of Muy Friends. Experimentaron con nuevos sonidos y nuevos instrumentos, como la cítara hindú de Harrison en Within You Without You, y se aventurarían por el rock psicodélico de Lucy In The Sky With Diamonds. Por primera vez se incluirían las letras en un cuadernillo diseñado con fotos de The Beatles, ataviados con uniformes tipo militar de diferentes colores, que hoy son clásicos. Y lo espectacular vino con la portada del disco, que sería catalogada como la mejor de su época y como la más icónica de todos los tiempos (claro, también está la de Abbey Road, de 1969, pero ese es otro asunto), donde se incluyó la figura de personajes de la Historia y la farándula cinematográfica, a quienes The Beatles admiraban. No entraré en el debate de los mensajes “ocultos” y de los que tanto se ha hablado en los últimos cincuenta años (y que muchos de ellos giran en torno a la supuesta muerte de Paul), si no en el de la versión de que la portada simbolizaba la muerte de The Beatles y el nacimiento de la Banda de Los Corazones Solitarios del Sargento Pimienta, es decir, rompían con su pasado reciente y se incorporaban a la creatividad desbordada y al arte conceptual, que fue como terminó denominándose al Sargent Pepper.

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El éxito fue instantáneo. Para inicios de 1968 el disco ya había vendido millones de copias. El 8 de enero de ese año, Jimmi Hendrix interpretó la primera canción del álbum, Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band, en un concierto que ofreció en Londres, como una manera de reflejar el impacto que había suscitado en él. Después se sucedieron las críticas y todas fueron unánimes: The Beatles se habían reinventado, habían logrado el mejor disco de la Historia del Rock. Después vinieron otros acetatos, con éxitos equiparables y novedosos, aunque sin la conmoción lograda con el Sargent Pepper. The Beach Boys quisieron revolucionarse haciendo lo propio con otro más, sin embargo, aunque lo realizaron, jamás salió al mercado. A pregunta expresa, alguna vez se le cuestionó a uno de los integrantes si creían que habrían podido superar a The Beatles, él contestó: “El Sgt Pepper nos hubiera pateado el trasero”.

Así que hace 50 años The Beatles encontraron su Buda y lo destruyeron para convertirlo en el mejor disco de los sesenta, pero también como el inicio de la evolución del rock, un disco considerado conceptual desde todos los ángulos: como música y como objeto de arte. Las trece canciones incluidas parecen enlazadas unas con otras, pero distintas entre sí, cada una desde su propio universo y al mismo tiempo como una obra total. Para celebrarlo, este año se planea un documental que saldrá a finales de mayo, sobre todo lo ocurrido en torno al álbum, dirigido por el mismísimo Allan Parker; además, por supuesto, el relanzamiento del disco, que incluirá dos canciones que debieron salir originalmente: Strawberry Fields For Ever y Penny Lane, que en su momento fueron lanzadas como sencillos, y que según George Martin fue un completo error haberlas excluido. La primera fue integrada al Magical Mistery Tour y la segunda al llamado Disco Blanco.

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50 años se dicen fáciles. 1967 fue el año también de la publicación de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, y que este año cumple también su primer medio siglo. Fue el año en que The Beatles comenzaron a convertirse en mitos geniales, en monstruos fantásticos que seguimos recordando a través de su música. Ni las descargas mp3 en línea han logrado que dejen de ser rentables ni la música moderna ha logrado destronarlos. En esta media década se han hecho películas en torno al Sargent Pepper, unas memorables, como la de 1978, actuada y cantada por los Bee Gees, más una pléyade de músicos y cantantes de la época, llamada homónimamente Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band y dirigida por Michael Schultz.

Celebremos, pues, los cincuenta años del nacimiento del Sargent Pepper. No hay un mínimo de nostalgia recordar a la más grande banda del siglo XX, porque están vivos aquí en el presente, leyendas auténticas que respiran en las venas de los que aman a The Beatles y a la Historia.

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