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Bohemian Rhapsody. Un show espectacular con una pobre narración

FOTOS: Internet.

Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

Calificación: ***** Entretiene

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El lunes a primera hora acudí a un taller mecánico para realizar una revisión de rutina de mi vehículo. El taller está más limpio y ordenado que la mayoría de los talleres que hay en La Paz, pero no se olvida del calendario Quaker State o Chevron con alguna voluptuosa modelo, posters de vehículos Off- Road y mecánicos con sus manos negras de aceite, usando el chiflido como medio de comunicación y tarareando algún corrido, o canción de acordeón y desamor. Y aunque el calendario Quaker llamó mi atención un segundo, fue un pegajoso riff de bajo que se escuchaba en el taller el que encendió mis alarmas. Los acordes de Another One Bites The Dust sonaban y mi pie derecho —sin pedirme permiso—, seguía el ritmo tocando un bombo imaginario. Más grande fue mi sorpresa cuando al salir de ahí, al estar esperando el cambio del semáforo para avanzar, un grupo de estudiantes escuchaba en su carro, apenas perceptible You Are My Best Friend.

El poder musical de Queen se ha apoderado de las calles. El estreno de Bohemian Rhapsody ha sido un potente trancazo en las salas de cine y hasta en los talleres mecánicos. Y es que es imposible no sentirse contagiado por la potencia, profundidad, ritmo y genialidad que despide una de las bandas de rock más importantes de la historia. Por ello, es una lástima que la película dirigida por Bryan Singer sea un poco más que sketches interconectados que simulan contar una historia, pero que son torpemente enlazados, carecen de estructura dramática y apuestan por una recreación fiel del grupo, con lo que la verdad sea dicha, logran entretener, pero nada más. Una dirección muy inconsistente que logra recrear momentos musicales espectaculares, pero tropieza en la construcción del arco narrativo de la banda.

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El principal problema es el guión, que se toma un sinfín de licencias y simplifica al absurdo las relaciones entre Freddie Mercury y todos los integrantes de la banda. Como ejemplo, está la escena cuando John Deacon, con el poder de la música, logra que los miembros de Queen sean amigos de nuevo. Quizás la intención narrativa sea buena, pero la ejecución se siente tan torpe y sin sentido, que solo faltó que apareciera mágicamente una rosa blanca envuelta en un halo semitransparente de milagros divinos.

Y así, de canción en canción, se entrelazan algunos momentos que pueden o no ser trascendentes, porque cuando vamos llegando a la mitad de la película, lo que nos preguntamos es cuándo escucharemos la siguiente canción. En resumen, Bohemian Rhapsody es una producción que se aprovecha de la genialidad de la música de Queen para existir, encontrando en Remi Malek un vehículo genial para interpretar en pantalla a Freddie Mercury, pero que es una oportunidad perdida que sólo rasca la superficie de lo que Queen significa para la historia musical.

Pero en lo que se quedó corto en guión se compensa con creces en los números musicales. Escuchar y sentir en la sala de cine el Live Aid de 1985 casi completo —la escena dura 15 gloriosos minutos—, recreado milimétricamente, es una experiencia cinematográfica en sí misma y vale totalmente el boleto. Así también las personificaciones de Brian May, John Deacon y Roger Taylor son muy bien logradas, y la química entre los cuatro es tan natural como en los miles de videos que hay en Youtube de la banda original.

Los cineastas decidieron enfocarse en la música y eso no es necesariamente malo. Y aunque al final, el filme nos deja con un vacío narrativo decepcionante, podemos llenarlo al colocarnos nuestros audífonos y cantar lo más agudo que nuestras cuerdas vocales permitan muchos Fígaros y Galileos hasta quedar desgarrados y afónicos; o llegar al taller a trabajar y contra todo pronóstico dejar los corridos para más al ratito e iniciar el día con We Will Rock You; o irse de pinta de la escuela y en vez de escuchar a Maluma, intentar recrear aquella mítica escena de Wayne’s World. Con eso ya salimos ganando, y mucho.

La calificación de Kinetoscopio:

5 Estrellas: Clásico imperdible

4 Estrellas: Bien actuada, escrita y dirigida

3 Estrellas: Entretiene

2 Estrellas: Sólo si no tienes otra opción

1 Estrellas: Exige tu reembolso

0 Estrellas: No debería existir

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Venom. Un antihéroe descafeinado

FOTOS: Internet.

Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

Calificación: ****Entretiene.

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Tal como reza su poster promocional, tenemos demasiados superhéroes, ¿será la hora de conocer un poco más de los malos? Pues será en una mejor ocasión, porque en esta película que prometía algo de torcida oscuridad, a pesar de ser entretenida, termina por convertir a Venom en una figura más, de la pléyade de superhéroes que tenemos en la gran pantalla.

Venom surgió como enemigo del Hombre Araña, y desde los comics, se ha convertido en un objeto de culto de la comunidad comiquera que anhelaba su incursión al cine. Aquella participación en 2007 en la película dirigida por Sam Raimi, donde convierte a Tobey Maguire en un hispter emo, y de paso entierra la carrera de Topher Grace, fue odiada por los fans y no hizo más que aumentar la expectativa cuando se anunció que Tom Hardy sería ahora el encargado de darle vida.

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Además de Tom Hardy reclutaron a  Ruben Fleischer,  director que tiene en su haber ese filme de culto instantáneo que es Zombieland, además de la premiada Michelle Williams. Pero algún ejecutivo tuvo miedo y decidieron cortar los bríos y desenfado que permitían al crew trabajar bajo la responsabilidad de una clasificación “R” (Adultos), para ser desechados en la sala de edición y obtener el nefasto “PG-13” (Adolescentes y adultos).

Porque el primer acto del filme es muy bueno. Funciona académicamente bien en presentar nuestros personajes y los sucesos que desencadenan la historia. Conocemos a un Eddie Brock en la piel de Hardy que le da profundidad y peso al personaje. Lo llena de contradicciones y de malas decisiones bienintencionadas que terminan por destruir su vida casi perfecta y hasta ese punto, uno es empático con este ser que puede ser cualquiera de nosotros. Ese ser que como sabiamente dijo alguna vez El Joker “sólo necesita un empujón” para desatar el caos. Pero el caos se desata no en la trama, sino en la escritura del guión que empieza a soltar algunas perlas desconcertantes de ambigüedades y cabos sueltos; en la dirección que no logra mantener un mismo tono entre escenas y en la edición, que descuartiza lo que pudo haber sido un divertido paseo en la piel del simbionte pero acelera el final dándole un frenético y descontrolado ritmo a las escenas de acción que se vuelven confusas y cansadas.

Porque el Eddie Brock incisivo, perturbador y arrogante que conocemos al inicio del film se pierde en la piel de un Venom cómico y enamorado de su anfitrión, que sí, se come dos que tres cabezas y saca la lengua amenazadoramente, pero al final se parece más a un entrañable osito de la Coca-Cola que a la bestia salvaje extraterrestre que devora cuerpos por gusto. Ya lo dijo Tom Hardy en una entrevista “los mejores 40 minutos de Venom no están en la película”, y aunque después quiso retractarse, tiene toda la razón. De repente la película termina y es inevitable lanzar un paceñísimo “Meh!” de incredulidad e indiferencia. Es divertida, es graciosa, pero fue dirigida y editada con miedo, y esa falta de huevos convierte a Venom un film carente de sentido y trascendencia.

La calificación de Kinetoscopio:

5 Estrellas: Clásico imperdible

4 Estrellas: Bien actuada, escrita y dirigida

3 Estrellas: Entretiene

2 Estrellas: Sólo si no tienes otra opción

1 Estrellas: Exige tu reembolso

0 Estrellas: No debería existir

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Crítica: Liga de la Justicia

FOTOS: Internet.

Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

Calificación: ***** Clásico imperdible

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En los albores de esta columna de crítica cinematográfica (que por cierto, ¡acaba de cumplir su primer año!) al estar pensando en la puntuación o calificación de las películas, decidí que más que una calificación, lo que me gusta expresar es el grado de impacto que la experiencia cinematográfica ofrece, haciéndole más o menos al futurólogo de lo que sería el legado de cada film visto en la gran pantalla. Por ello, la calificación de cinco estrellas no necesariamente significa que sea un filme perfecto, sino como su denominación lo dice, es un clásico imperdible, una película que debe verse en la sala de cine pues seguramente quedará como un sello en la memoria de todos aquellos que disfrutamos la aventura cinematográfica.

Esto viene a cuento porque a estas alturas del metraje, seguramente muchos ya saben que la página de los tomatazos le ha dado un porcentaje de  aprobación del 40% (lo que significa que del total de 240 críticos que la vieron, sólo el 40% le da una calificación aprobatoria) y sin duda mi apreciación es contrastante con esa avalancha de tomates podridos. Yo disfruté enormemente la película, y además, he encontrado algunos ápices de genialidad en la misma que me han dejado con ganas de ver más de este aún incipiente universo cinematográfico.

Antes de continuar, les cuento que será inevitable el uso de spoilers, por lo que si no han visto la película, dejen de leer y vayan a verla de inmediato.

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Uno de los puntos que más me sorprendió y que me agradó, es que los tres personajes nuevos, Cybbrog, Aquaman y Flash fueron introducidos de manera efectiva y sin tardar una película entera para cada uno en justificar su existencia en este universo. Aprovechando el conocimiento general que se tiene de estos personajes, en no más de tres escenas para cada héroe, lograron posicionarlos como una parte fundamental del equipo y además nos explicaron de forma concisa sus orígenes y sus motivaciones. De ahí, el desarrollo de la trama se enfoca en el grupo de héroes que al verse superados por el villano, no tienen de otra que buscar un milagro para resucitar al único que puede sacarlos del embrollo, o sea Superman.

Así que Superman regresa, y esto ni siquiera se debería considerar un spoiler, pero la manera de regresar es lo que importa. Mucho se especuló sobre la forma en que lo haría y si veríamos la versión oscura del súper héroe o si veríamos a Bizarro en su lugar. No, lo que vimos fue un renacimiento del mismo aprovechando a la perfección lo que habíamos visto en las películas anteriores. Ya habíamos tenido una versión melancólica, insegura de su poder y de sus capacidades, con miedos muy humanos que lo alejaban mucho del Dios que se supone debería de ser. Por ello en este film se aprovecha esa inseguridad de un ser todopoderoso que vimos en los dos anteriores filmes para entregarnos una versión completa del personaje tal como lo conocimos en los cómics.

La transformación de Superman tiene una lógica y coherente evolución como personaje donde su muerte fue el catalizador para entregarnos al héroe que ansiábamos. Puede ser el cliché más trillado que existe, pero necesitó tocar fondo para entender su lugar en esta historia. Por eso la foto de Jonathan Kent que Clark tenía en sus manos dentro del féretro cobra especial relevancia: Clark Kent tenía daddy issues, a pesar de tener las mejores intenciones, el señor Kent sólo le importaba el bienestar de su hijo, pero al hacerlo lo llenó de inseguridades que no lo dejaban explotar todo su potencial.

Así, con el liderazgo ejercido por la Mujer Maravilla y Batman, la historia no se complica mucho y en eso también hay un acierto, pues la película se enfoca en la acción y en la integración de este súper equipo. Claro que tiene sus fallas, el CGI se ve de baja calidad en algunos momentos y hay partes donde se notan algunos cortes abruptos, pero nada que demerite la experiencia general. Un filme que deja buenos cimientos para lo que viene y le da un empujón importante al género que tiene aún mucho rollo para continuar.

La calificación de Kinetoscopio:

5 Estrellas: Clásico imperdible

4 Estrellas: Bien actuada, escrita y dirigida

3 Estrellas: Entretiene

2 Estrellas: Sólo si no tienes otra opción

1 Estrellas: Exige tu reembolso

0 Estrellas: No debería existir

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¿Qué tal esta “Coco”?

FOTOS: Internet.

Colaboración Especial

Por José Leónidas Alfaro Bedolla

 

San José del Cabo, Baja California Sur (BCS). Coco. Así se llama la película que apareció en cartelera la semana pasada, película gringa en 3D producida por Pixar. Empiezo por declarar que aunque me gusta el cine, nunca he sido un crítico de ese género, así que mi comentario dista mucho de hacer gala de ello, pero sí, como simple cinéfilo, puedo decir que la obra me impresionó, particularmente por el tema basado en nuestra mexicana forma de recordar el Día de Muertos. Estimo que deja muy bien expuesta una de las costumbres más arraigadas de nuestra cultura popular, la que por cierto, se ha visto, desde hace al menos una década, terriblemente afectada por la penetrante influencia gringa con su Halloween. Sinceramente, creo que los medios de difusión, principalmente la televisión, han  tenido mucha culpa de ello, otro tanto los maestros en las escuela y mucho más los padres de familia que se han dejado seducir; esto es reprobable porque no aporta nada favorable a nuestra cultura, al contrario, nos invade negativamente.

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Pero volvemos a Coco. Es admirable la forma en que aterrizan para el inicio de la trama, desde un principio jala el personaje de la abuela mandona que detesta la música, pero a la vez, la recia posición de su nieto Miguel que se aferra a talento musical que lo trae en sus genes; esas escenas de uno y otro, desarrolladas en un pueblo netamente mexicano, la verdad me convencieron.  Cuando el niño está en la plaza lustrando las botas del mariachi, mi recuerdo regresó 65 años, de cuando cargando mi cajón de bola incursionaba entre la algarabía concurrente en el Mercadito Rafael Buelna; dejando a un lado la nostalgia, vuelvo a la imagen dura de la abuela y la espantada cara del mariachi que huye de aquel torbellino. Pero el niño no se arredra, se anima con una convocatoria a un concurso de canto, y seguido de su fiel amigo, un perro choloiztcuincle, decide robar la guitarra expuesta en un mausoleo del panteón, en el recinto se muestra un gran cuadro del ídolo, con esa imagen los cinéfilos nos alegramos, me pareció muy atinada la inclusión del más afamado charro, actor y cantante mexicano. Pero,  de nuevo la bravura de la malvada abuela se impone, esta vez, demostrando su violento carácter al destrozar la legendaria guitarra del ídolo del pueblo.

Al entrar a las escenas fascinantes donde los muertos “viven” su mundo maravilloso, me quedé impresionado: la belleza, el colorido y todo lo que componía aquel ambiente tan mágico e increíblemente deslumbrante, dio a la historia una reactivación que me alegró y cautivó todavía más. Es en esta parte donde más se realza la música mexicana, tanto de mariachi como de banda sinaloense. La presencia de los que se nos fueron al Más Allá, entre otros, pude identificar a: Jorge Negrete, Cantinflas, María Félix El Santo y Frida; fue un gran acierto de los creadores del tema, ellos son: Lee Unkrich, Jason Katz, Mattew Aldrich y Adrían Molina.

Pero el personaje que viene a retomar, por decir la segunda parte de la historia, representa al traicionado por el ídolo impostor. Las aventuras del niño y aquél desdichado, son intrépidamente increíbles. Ese sesgo es de una importancia capital, luego veremos por qué.

Me entretengo un poco para manifestar mi asombro, a la vez el reconocimiento, por la tan atinada conformación de las calacas, las escenografías y la gran ambientación que nos envolvió de principio a fin, los diálogos y el manejo de las reacciones de los “actores”, que en ningún momento cayeron en la exageración, ni aun cuando se desarmaban. Todo ello debió costar un trabajo enorme a los hacedores de esta magia, son tecnologías de nuestra era, que por fortuna, nos permiten hacer realidad hasta lo impensable.

En mi etapa juvenil, fui miembro de las Juventudes Comunistas Mexicanas. Integré una célula que tenía por misión dogmatizar prospectos. En una ocasión tuvimos como tal a un albañil, cuando éste manifestó estar convencido de pertenecer a nuestras filas, le pedimos una muestra de su convicción; mi compañero, que era un grado más irreverente que yo, le puso como prueba que renegara de su religión, y para ello, debía destruir el pequeño altar que tenía en una esquina de su humilde sala. El albañil miró el rinconcito, luego a nosotros, y acto seguido, con arrebato demencial descolgó un machete y blandiéndolo gritó: ¡Ora verán hijos de chingada! ¡Seré ateo, pero a mí Virgencita de Guadalupe, me la respetan, cabrones! Salimos a la estampida con el albañil atrás; hizo que nos meáramos de miedo.

Traigo a colación ésta lejana anécdota, porque me resulta análoga al referirme a algo con lo que no estoy de acuerdo con los realizadores del guion de Coco. No entiendo por qué, o en todo caso, que los hizo sostener la idea de sugerir que nuestro máximo ídolo Pedro Infante Cruz, pudiera haber sido un malvado ser humano. El sesgo que da la historia al enfilarse hacia el final, sugiere que el mejor cantante y actor del cine mexicano, mi eterno ídolo, en la película, se manifieste como un abominable engañador y asesino. Eso de ¿Dónde dejé mi AK-47? ¡Jijos del máiz, no lo puedo aceptar!

***

Se han rebasado los seis meses, y Quirino y Estavillo, siguen sin entender para qué están en sus puestos, no han atendido nuestro reclamo: ¡JUSTICIA, JUSTICIA, JUSTICIA! Para JAVIER VALDÉS CÁRDENAS.

Leónidas Alfaro Bedolla. Escritor, su novela Tierra blanca (La cuna del narcotráfico), búscala en: Educal, Gonvill, México y Porrúa.




Crítica: Thor: Ragnarok

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Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

Calificación: ****Entretiene

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). De todas las películas del Universo Marvel, Thor— encarnado por Chris Hemsworth— había sufrido para encontrar su lugar, o mejor dicho, el lugar que adoptó no convenía a los intereses de esta casa editorial (ingresos en taquilla), en comparación con lo que otras películas del mismo universo han conseguido. Así que después de presentarnos a este héroe mitológico convertido en héroe de cómic en un tono sombrío y con un toque de tragedia ‘shakesperiana’ en sus dos primeras películas, la Casa de las Ideas optó por darle un giro y traernos una película que se parece mucho más a una sitcom noventera que a una épica heroica. ¿Por qué? Supongo que tratando de emular el inesperado éxito de los Guardianes de la Galaxia y por fin convertir al Dios del Trueno en un personaje redituable económicamente hablando. ¿El resultado? Un viaje extraño a los confines del universo dirigido por el neozelandés Taika Waititi donde lo más importante fue la escena pos créditos.

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Y es que el problema de esta nueva película de Thor, aunado a las interpretaciones tan cínicas de héroes y villanos y una cantidad exagerada e innecesaria de chistes a los que sólo les faltaba un pastel, una cáscara de plátano y risas grabadas, fue que dentro del ensamble que significa todo el MCU (Marvel Cinematic Universe) la historia no tiene fuerza alguna ni añade nada que nos prepare con emoción para la inminente Guerra del Infinito, y lo peor es que tenían todos los elementos para hacerlo pero decidieron utilizarlos, ¡spoiler alert!, en chistes y más chistes.

Y eso nos lleva a que no nos importe mucho lo que pasa en pantalla, ni que nos sintamos identificados con los personajes. Es como la persona en la oficina que todo el día se la pasa bufoneando, te da risa cinco minutos pero a la hora de salida lo único que quieres es dejar de oír su voz chillona y su risa forzada y estruendosa. Así es este film, al inicio te cae bien, pero cuando estás esperando emocionarte un poco llega un comentario estúpido y sí, te ríes, pero te deja de importar lo que pase con el personaje y su proeza, por más emocionante que esta sea.

Porque hay que decirlo, en este film por fin podemos ver a Thor luchando con todo su potencial, por fin podemos ver en acción al más poderoso de los Avengers y las secuencias de acción son espectaculares y muy bien logradas, pero cuando más emoción te debía generar todo el despliegue de efectos, música, coreografía y movimientos de cámara, lo único que quieres es ver si en la escena pos créditos habrá algo que pueda darle sentido a un film en el que los personajes o la historia ya dejaron de importarte desde hace rato.

Y estamos hablando de personajes de la talla del Loki de Tom Hiddleston, Odín de Anthony Hopkins, la grandiosa Cate Blanchett como Hela y la leyenda geek Jeff Golddblum como el Gran Maestro; además claro de ¡Hulk¡, sí, el sorprendente Hombre Verde y su álter ego Bruce Banner interpretado por un desconcertante Mark Ruffalo que es humillado por el guión y la dirección, convertido en un comic-relief provocando una mezcla de emociones que deambulan entre lástima y compasión  ¿Se nota la gravedad del problema? ¿Dónde está Edward Norton cuándo se le necesita?

Y entonces me surgió otra duda, ¿Buscarán derrotar a Thanos con un ataque de risa involuntaria? A los únicos que les queda este traje es a los Guardianes de la Galaxia y buscar que Thor, después de dos filmes cambiara drásticamente su tono no le vino nada bien. Y dentro del cine reirás y te asombrarás, pero es un largometraje que como parte de un universo fílmico no aporta nada y puede ser eliminado sin ningún remordimiento o pena.

La calificación de Kinetoscopio:

5 Estrellas: Clásico imperdible

4 Estrellas: Bien actuada, escrita y dirigida

3 Estrellas: Entretiene

2 Estrellas: Sólo si no tienes otra opción

1 Estrellas: Exige tu reembolso

0 Estrellas: No debería existir

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