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¿Cómo saber si un choyero ha muerto? Requisitos científicos para declararlo

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SudcaliCiencia

Por Marián Camacho

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). “La mejor definición de muerte es el evento que separa el proceso de morir del proceso de desintegración” dice Robert Taylor, profesor de neurología de la Universidad del Estado de Ohio, en su artículo de 1997 “Reexaminando la definición y criterios de muerte”. Así pues, determinar, acertadamente y con precisión, este evento (la muerte) es indispensable para la humanidad como la parte final de su ciclo de vida. Sin embargo, la definición y determinación de la muerte humana no son tan sencillas como pudiera pensarse. A propósito del Día de Muertos, una de las festividades más celebradas en todo México, decidimos escribir este artículo.

Somos seres vivos

En principio, debemos recordar que los humanos, antes que nada, somos seres vivos formados de compuestos orgánicos y que vivimos gracias a nuestra capacidad de mantener un equilibrio interno (homeostasis) que compensa los cambios en nuestro entorno. Sabiendo esto, la muerte biológica puede definirse como un evento resultante de la incapacidad orgánica de sostener la homeostasis. Es decir, cuando un ser vivo, incluido el humano, no puede mantener este equilibrio fisiológico interno, sobreviene la muerte.

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Somos seres humanos

Ahora bien, las evidencias de la muerte biológica en los seres humanos han tratado de plasmarse en criterios bien definidos por médicos, abogados, especialistas en bioética y demás involucrados en este asunto a lo largo de la historia.

La determinación de la muerte, de acuerdo con muchas tradiciones, se ha basado por miles de años en el cese del pulso o las respiraciones. Sin embargo, la medicina del siglo XX trajo nuevas posibilidades e incentivos para redefinir la muerte en términos neurológicos. La posibilidad de la muerte cerebral en presencia de función cardiovascular emergió durante la década de 1950, principalmente, como consecuencia de los nuevos desarrollos en los cuidados médicos de los pacientes críticamente enfermos. Poco después, aumentó la urgencia para una nueva definición de muerte cerebral basada en la llegada del trasplante de órganos de donadores cadavéricos.

Entre los desarrollos médicos que llevaron a la posibilidad de un nuevo concepto de muerte cerebral fue la utilización de técnicas de ventilación mecánica para mantener una actividad cardíaca en una persona cuyo corazón ha dejado de latir y que no es capaz de respirar por sí misma.

A medida que la sociedad se enfrentaba a la posibilidad de un cuerpo aparentemente vivo en un paciente con muerte cerebral irreversible, la medicina estaba lista para una definición neurológica de muerte que pudiera guiar la interrupción ética del apoyo artificial cardiopulmonar en tales pacientes.

En 1968, un año después del primer trasplante exitoso de corazón, un comité de la Escuela de Medicina de Harvard presentó los primeros criterios para la muerte cerebral en los Estados Unidos, los cuales incluían: (1) falta de receptividad y respuesta; (2) no movimientos o respiración; y (3) no reflejos —incluyendo reflejos de tendones profundos—. Los criterios también sugerían realizar un encefalograma isoeléctrico para demostrar que no existía actividad cerebral. Los criterios de Harvard solicitaban que se hicieran estas pruebas dos veces, separada cada ocasión por un periodo de 24 horas. Además, era necesario confirmar que el paciente no estaba sedado o con hipotermia.

Aunque los criterios de Harvard fueron sido modificados por varias autoridades durante las siguientes cuatro décadas, estas pautas representan el momento inaugural para el estándar neurológico de la muerte en la práctica de la medicina. Asimismo, en respuesta a una serie de juicios legales recientes relacionados con la determinación de muerte cerebral, el Comité de Ética, Derecho y Humanidades de la Academia Americana de Neurología convocó una cumbre en octubre de 2016 para abordar y corregir, en caso necesario, los aspectos de la determinación de muerte cerebral dentro del ámbito de la práctica médica que puede haber contribuido a estos juicios legales. Los resultados obtenidos de esta cumbre, donde participaron especialistas de múltiples sociedades interesadas en la determinación de la muerte cerebral son: (1) reafirmación de la validez de la determinación de la muerte por criterios neurológicos y el uso de la guía de práctica de la Academia Americana de Neurología para determinar muerte cerebral en adultos; (2) discusión del desarrollo de sistemas para asegurar que la determinación de la muerte cerebral sea consistente y precisa; (3) revisión de estrategias para responder a las objeciones a la determinación de la muerte por criterios neurológicos; y (4) establecimiento de objetivos para mejorar la confianza pública en la determinación de la muerte cerebral.

Somos choyeros

Los aspectos legales de la salud (incluida la muerte) de los mexicanos, y por supuesto de los choyeros de Baja California Sur, se abordan en la Ley General de Salud. Al respecto, en el Capítulo IV de esta Ley, enfocado en la Pérdida de la Vida, se señala:

Artículo 343. Para efectos de este Título, la pérdida de la vida ocurre cuando se presentan la muerte encefálica o el paro cardíaco irreversible. La muerte encefálica se determina cuando se verifican los siguientes signos: I. Ausencia completa y permanente de conciencia; II. Ausencia permanente de respiración espontánea, y III. Ausencia de los reflejos del tallo cerebral, manifestado por arreflexia pupilar, ausencia de movimientos oculares en pruebas vestibulares y ausencia de respuesta a estímulos nocioceptivos. Se deberá descartar que dichos signos sean producto de intoxicación aguda por narcóticos, sedantes, barbitúricos o sustancias neurotrópicas

Artículo 344. Los signos clínicos de la muerte encefálica deberán corroborarse por cualquiera de las siguientes pruebas: I. Electroencefalograma que demuestre ausencia total de actividad eléctrica, corroborado por un médico especialista; II. Cualquier otro estudio de gabinete que demuestre en forma documental la ausencia permanente de flujo encefálico arterial.

Artículo 345. No existirá impedimento alguno para que a solicitud y con la autorización de las siguientes personas: el o la cónyuge, el concubinario o la concubina, los descendientes, los ascendientes, los hermanos, el adoptado o el adoptante; conforme al orden expresado; se prescinda de los medios artificiales cuando se presente la muerte encefálica comprobada y se manifiesten los demás signos de muerte a que se refiere el artículo 343.

Somos reflexivos

Para finalizar, Querido Lector, me gustaría puntualizar que esta columna pretende brindar información útil y atractiva que aporte en el bagaje científico de la sociedad sudcaliforniana, utilizando lenguaje accesible, respetuoso y cariñoso hacia nuestra cultura regional.

Asimismo, es la intención de quien escribe el invitarlo a complementar su criterio personal con reflexiones basadas en distintas fuentes de conocimiento y enriquecer su perspectiva en temas tan diversamente abordados como la muerte.

La ciencia aporta valioso conocimiento a la humanidad utilizando su propio método —mi preferido, por cierto—, sin embargo, no es el único cristal con el cual se puede enfocar nuestra existencia en este tiempo y en este espacio.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Gran éxito, se realizó Tradicional Festival de Día de Muertos 2018

FOTOS: ISC.

La Paz, Baja California Sur (BCS). El pasado fin de semana, y con una exitosa afluencia, el Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC), llevó a cabo el Tradicional Festival de Día de Muertos 2018, dio a conocer Christopher Amador Cervantes, director general del ISC.

Amador Cervantes destacó que la importancia de este evento anual, es que ayuda a preservar la cultura e identidad mexicana a través de actividades recreativas y artísticas que son del agrado de las  familias sudcalifornianas, se indica en el comunicado emitido por el ISC.

En el marco de este festejo también se llevó a cabo la premiación de las convocatorias alusivas a esta Festival de Día de Muertos 2018. En la categoría de Cuento el ganador del primer lugar fue para Carlos Eduardo Arias Galindo; en Poesía para Iván Hernández Villalba; y en la categoría de Cartel, el primer lugar se otorgó a Jorge Cobos Paz.

En el concurso de Catrinas, se deliberó que en la categoría infantil el premio de primer lugar fue para Camila García Nájera; en la categoría Jóvenes y adultos el premio lo obtuvo Ana Higuera Ramírez; en tanto que en el concurso de Altares y Tradiciones, en las categorías Tradicional y Artístico Escenográfico el  primer sitio fue para María de la Luz Gaytán Espinoza y  Demi Madeleine Cruz Ceballos.

El tradicional evento se realizó el pasado jueves y viernes, 1 y 2 de noviembre, en la explanada de la Unidad Cultural Cultural “Prof. Jesús Castro Agúndez”, en la colonia centro de esta capital.




Día de Muertos o Halloween, ¿cuál tradición es más fuerte en BCS?

FOTOS: Internet.

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En la actualidad, es de lo más común observar en las escuelas y diversos espacios culturales y cívicos de nuestra Sudcalifornia, diversas manifestaciones en recordatorio de los “fieles difuntos” y de los “santos inocentes” —como se les denomina en la religión católica a los jóvenes y adultos que ya fallecieron, los primeros; y los niños, los segundos—. También los concursos para ver quién se disfraza de la mejor “Catrina” son bastante concurridos.

Sin embargo, es necesario que se conozca que este tipo de “culto a los muertos” apenas inició de la manera que se ha descrito en la década de 1980 en adelante en nuestras ciudades. Cuentan los mayores, que antes de los años 80’s, en todos los pueblos y ciudades de Baja California Sur, por lo general la forma de celebración del Día de muertos era simplemente acudiendo a los panteones de la comunidad a limpiar las tumbas y rezar un Padre Nuestro o un Ave María por el eterno descanso del familiar. También se acostumbraba a acudir a las misas que se daban en las diferentes iglesias por el descanso eterno de las personas difuntas. ¡Y eso era todo!

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Muchas personas creemos que este tipo de manifestaciones culturales, como los “Altares de Día de Muertos” y “Las Catrinas” llegaron junto con el arribo de personas de grupos étnicos, sobre todo de Oaxaca, Guerrero y Estado de México, los cuales venían a trabajar en los campos algodoneros del Valle de Santa Domingo o San Juan de Los Planes. Las personas de estos grupos se reunían en casas en donde entre todos construían Altares y esperaban la llegada de sus difuntos tal como lo hacían en sus comunidades de origen. También es importante resaltar que los Altares de Muertos en los Museos, Casas de la Cultura, Presidencias Municipales, etcétera, fueron obra de artistas y académicos los cuales las habían podido apreciar en sus viajes a diferentes lugares de la República Mexicana y quisieron compartir estas manifestaciones culturales con los habitantes de este rincón de la patria. Finalmente, también jugó un papel de gran relevancia el Consejo Nacional para la Cultura y Las Artes (Conaculta) el cual fomentó, a través de programas de radio, televisión y medios impresos la masificación de los festejos de Día de Muertos de las comunidades indígenas y/o mestizas de diferentes partes de México.

El culto prehispánico

El culto a la muerte se ha practicado en BCS desde antes de que fuera ocupada por los exploradores españoles y los sacerdotes jesuitas. Se han encontrado entierros rituales con una antigüedad de entre 1000 y 1700 años en los sitios que actualmente conocemos como Ensenada de Muertos, Isla Espíritu Santo y Rancho Rodríguez, en el municipio de La Paz; El Médano, Barco Varado y playa Las Destiladeras, municipio de Los Cabos; San Juanico, las islas Margarita y Magdalena municipio de Comondú; y en Bahía Concepción, municipio de Mulegé.

En estos sepulcros, los cuerpos estaban envueltos en pieles de venado y firmemente atados con trozos de cuerdas realizadas con hoja de palma o de maguey machacadas. En ocasiones las piernas de los cuerpos eran flexionadas hacia atrás, con los tobillos a la altura de la cadera. Finalmente se depositaban los restos sobre una cama de conchas de almejas —es por ello que estos entierros se les denomina “concheros”—, la cual se ubicaba en un hoyo en la arena a unos 50 centímetros de profundidad. Por lo general, estos entierros se realizaban cerca del mar y casi siempre eran individuales aunque en ocasiones se han encontrado parejas —hombre y mujer— enterrados juntos. Se han estudiado estos entierros de forma más sistemática desde finales del siglo XIX por algunos investigadores como Edward Palmer y el francés León Diguet, y algunos de los investigadores contemporáneos son James R. Moriarty, George Shumway, C. N. Warren (1959); Carl L. Hubbs (1961); Malcolm J. Rogers (1966); Emma L. Davis (1976); María Teresa Uriarte (1977); Magdalena R. Sánchez y Eric Ritter (1994); y Matthew D. Lauriers (2003), entro otros.

Algunas evidencias encontradas hacen suponer también que cuando fallecía un integrante de una de las diferentes etnias que habitaron nuestra Sudcalifornia, se procedía a su cremación, preparando diferentes objetos del difunto para que se le colocaran a su lado. Finalmente resalta un descubrimiento sumamente interesante el cual se realizó a partir del año del año 2000. El antropólogo físico Alfonso Rosales-López, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), informó que las pruebas físicas y biológicas indican que los esqueletos fueron enterrados dos veces. Primero, el cadáver era colocado dentro de una fosa, una vez que tenía un avanzado estado de descomposición era desenterrado, para posteriormente seccionarlo manualmente y realizar una segunda inhumación”. Este sistema de doble enterramiento, tenía como finalidad terminar con el sufrimiento de la persona fallecida, puesto que “el concepto de muerte (como biológicamente lo entendemos) no existía, pero, los cambios físicos provocados por el proceso de descomposición hacían creer que experimentaba dolor, por lo que se pensaba que seccionando el cuerpo liberaban al individuo de este padecimiento. “Para ellos este momento no era de muerte, sino un simple cambio de estado, en donde el dolor era una constante, porque el cuerpo cambia de coloración, le salen moretones y arroja líquidos por los orificios.

¿Dulce o tradición?

Es obvio que con la desaparición de los casi 40 mil indígenas — cantidad que había a la llegada de los exploradores europeos y el inicio de las Misiones, en la Antigua California—, las costumbres y simbolismo de los entierros practicados por estos grupos, se perdió. Con el auge de las misiones se desplazaron las creencias de los pocos indígenas que quedaban así como de los mestizos y colonizadores que iban llegando a estas tierras. Ya para finales de 1700, en la Antigua California sólo existían las creencias traídas por los sacerdotes y los colonos extranjeros y con las cuales se rindió “homenaje” a todas las personas que partían de este reino mortal.

Finalmente, es importante no soslayar la influencia que ha tenido el festejo angloirlandés denominado Halloween en los diferentes estratos sociales de nuestro estado. Si bien es cierto que este festejo no tiene nada que ver con el culto y respeto hacia los seres que ya fallecieron, es una actividad colectiva que se ha introducido paulatinamente en nuestra cultura y que es practicada por niños, jóvenes y adultos. Esta actividad fue proliferando a partir de los años 70’s con la llegada de grandes cantidades de turistas, sobre todo estadounidenses, los cuales acostumbraban festejarlas en los hoteles de los diferentes destinos turísticos.

Con el paso del tiempo invitaban a ciudadanos mexicanos para que compartieran con ellos y se desplazaban por diferentes partes de algunas ciudades del estado disfrazados con atuendos típicos de este festejo. Posteriormente los comerciantes, restauranteros y dueños de bares encontraron una posibilidad de explotar este “festejo” para obtener ganancias y empezaron a promover entre los niños y jóvenes la realización de “Noches de Brujas”, “Fiesta de disfraces de Halloween”, etcétera. En bares y restaurantes, con una gran concurrencia. Las dulcerías y lugares donde se vencían golosinas también empezaron a adornar sus escaparates con los objetos típicos del “Halloween” y aprovechaban la llegada de los niños y jóvenes que pedían su jalowi, para que los adultos que los acompañaban comprara algún producto de la tienda.

No cabe duda que nuestra hermosa tierra sudcaliforniana tiene una heterogeneidad de costumbres, tiene historia y tiene un pasado pleno de tradición en el “Día de Muertos” y con la llegada de las diferentes manifestaciones culturales sobre este mismo festejo, nos enriquecemos y crecemos aún más.

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La muerte. El último paso bajo la mirada de la religión, la ciencia y la cultura

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Salud Para Todos

Por Josué Estrada Flores

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Desde las primeras enseñanzas con nuestra familia y en la escuela, hemos aprendido que el Hombre, biológicamente, nace, crece, se reproduce y muere. Las dos primeras etapas son maravillosas y nos encantan, pero inconscientemente olvidamos la tercera etapa de nuestro evolucionar: la muerte. En nuestra cultura mesoamericana podemos tener miedo a ella, o  reírnos de ella; contar chistes, cuentos tradicionales y hasta fiestas de convivencia con nuestros ancestros; puedes llorar y también puedes, simplemente… Reírte de la muerte. Y aunque muchas personas con quienes convivimos hablan frecuentemente y se observan muy valientes, pero como la mayoría, le tienen miedo a la muerte.

En los últimos días de octubre y los inicios de noviembre, los mexicanos nos preparamos para salir del aburrimiento cotidiano y festejar a la muerte con las risas de nuestras graciosas calaveras; escuchar con miedo las historias tradicionales que nos cuentan los mayores; o bien, disfrutar de los dulces en forma de calacas de dulce, amaranto, chocolate  y comidas especiales dedicadas a los difuntos.

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Estas festividades nos invitan a la reflexión: la de acercarnos a la muerte a través de  actividades cotidianas; fiestas, canciones que gustaban a nuestros ancestros, los chistes y las anécdotas que nunca faltan sobre los que ya se fueron. Todos estos elementos nos identifican con nuestra cultura, y nos traen gratos recuerdos pero en ocasiones la tristeza nos inunda por  la separación que tuvimos de  nuestros seres queridos por la muerte.

¿Qué es la muerte?

No es un simple concepto, es “la cesación completa de la vida”, según el diccionario Larousse. ¿Qué hay después del Más Allá? ¿Por qué morimos? ¿Cuándo y cómo morimos? Todas éstas son preguntas que nos hacemos en las distintas épocas, y en distintas zonas geográficas y del mundo. Sólo el Hombre se pregunta  o se plantea sobre su origen, destino, vida y muerte. Son interrogantes que se puede responder por los códigos culturales, puesto que cada cultura o sociedad explican el sentido de las cosas y los fenómenos que los rodean, como surge el universo (cosmovisión),  cual es el origen del hombre  (antropogénesis), así como el fenómeno de la muerte (apocalipsis).

Para el mundo entero, la muerte sigue siendo un misterio. Nadie sabe cómo, cuándo, donde y por qué morirá. El teólogo dice que sólo Dios sabe el día y la hora cuando la muerte vendrá; el médico dirá que sucederá cuando cese el corazón y su función pulmonar (respiración); el biólogo dice cuando las células empiecen el periodo de descomposición (lisis celular); el científico dice cuando la ciencia llegó a su límite; y el pueblo dice cuando se acabe la vida.

El rito de la muerte es el paso más importante de la humanidad. Este ritual lleva implícito una gran variedad de sentimientos: tristeza, respeto, luto, dolor, alegría y hasta sarcasmo. Por ello los muertos  siguen estando presentes —vivos en la memoria de los familiares y de la comunidad—, y se le recuerda por algún acontecimiento importante: Año Nuevo, su “santo”, día de boda, fecha de su muerte, fiesta de navidad, de Semana Santa… En fin, se les recuerda el Día de Muertos. Lo  cierto es que todo ser vivo morirá en un futuro incierto.

El culto a los muertos en México

Matos Moctezuma señala que desde el periodo Preclásico ya se manifestaba un culto a los muertos, representado  por distintas ceremonias  donde a manera de ofrendas eran exhibidas vasijas, figurillas y máscaras alusivas a la muerte; ejemplo de ello es una máscara de barro que se encontró en  Tlatilco (al norte del Distrito Federal) datada del año 1800 a. C., en donde se nota la concepción dual (vida-muerte), misma máscara dividida en dos partes: el lado derecho simboliza la vida, y la parte izquierda representa la muerte, ese lado descarnado y sólo se aprecia el cráneo limpio.

Con respecto a la inhumación, ya practicaban  los entierros en fosas, en cuanto a la posición, las más comunes eran extendidas (según Joyce Davlin); asimismo se encontraron cadáveres en sus tres variantes:  dorsal,  ventral y lateral, así como flexionada, fetal y radial. Y la mayoría de las sepulturas con objetos personales en forma de ofrenda.

Cristianismo y muerte

San Pablo dijo ¿Dónde está, oh muerte tu aguijón? ¿Dónde , oh sepulcro, tu victoria? (1ª. Cor. 15:55). El cristianismo y otras religiones consideran que hay vida después de la muerte, por la fe en Jesucristo, y es Pablo quien en esta expresión manifiesta que la muerte fue vencida por Cristo al resucitar de la muerte.

En el concepto cristiano, hay futuro después de esta vida. Lo expresa de  la Biblia Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio (Heb. 9:27);  y expresa también No os maravilléis de esto; porque vendrá la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. Jesucristo (Juan 5:28-29).

Finalmente, la esperanza  para los creyentes cristianos, creen que la muerte física se llevara a cabo de manera ineludible (biológica); sin embargo, creen que  serán librados de la muerte espiritual y vivirán la eternidad con Dios (cielo), liberados del  aguijón de la muerte, o sea, la muerte ya no puede matar (espiritualmente).

Nuestra decisión ante la vida y ante la muerte es vital. Lo importante de saber vivir y saber morir, estar listos y preparados para enfrentar la muerte física y espiritual. Y Por hoy,  vamos a disfrutar las fiestas de estos días, y recordar a nuestros seres queridos que nos antecedieron.

¡Feliz Día de Muertos!

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Por Día de Muertos, convocan a concurso de Cuento y Poesía Joven 2018

IMAGEN: ISC.

La Paz, Baja California Sur (BCS). El Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC) llevará cabo el Concurso Estatal de Cuento y Poesía Joven 2018 alusivo al XVIII Festival de Día de Muertos que se realiza en esta capital, se anuncia a través de un comunicado de prensa oficial.

Este evento busca impulsar el desarrollo cultural a través de plataformas que ayuden a los jóvenes sudcalifornianos a desarrollar su gusto por el arte literario.

La forma y tema de las obras serán libres, para el género de cuento la extensión de la obra tendrá un mínimo de cinco cuartillas y un máximo quince; y para poesía la  extensión tendrá un mínimo de diez cuartillas y un máximo de quince.

Los resultados se darán a conocer el 2 de noviembre en el Festival de Día de Muertos y contará con un premio único de 8 mil pesos; no se aceptarán obras sin título o con el nombre verdadero del autor o alguna señal que lo identifique.

Los textos deben enviarse al Fomento Editorial del ISC ubicado en Altamirano y Constitución. Más información, comunicarse al teléfono (612) 1221116.