Danza Hispanoamericana ¡abarrotó el Teatro de la Ciudad!
Por Modesto Peralta Delgado
La Paz, Baja California Sur (BCS). Según fuentes del Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC, los que junto al SEDIF organizaron el evento), serían mil 350 personas las que acudieron al espectáculo Danza Hispanoamericana, el pasado jueves 30 de noviembre, en el Teatro de la Ciudad, en La Paz; la cifra representa un récord histórico, y efectivamente, quienes estuvimos presentes pudimos constatar que el recinto tuvo el aforo a reventar, incluyendo a varias personas de pie o sentadas en las escalinatas.
En punto de las 8:00 de la noche dio inicio el espectáculo de danza profesional que tuvo una larga fila en la entrada desde unas dos horas antes; afortunadamente, abrió sin grandes protocolos, y los agradecimientos fueron dichos en voz de los artistas en sus intervenciones, lo que depuró el tiempo del show que fue de tres horas, concluyendo casi a las 11:00 de la noche. Y por un costo de 100 pesos, lo cual, es de destacar, pues se trata de una función de gala a la que pudieron ir personas de todos los estratos sociales.
También te podría interesar Escritor de La Paz sobrevivió al Síndrome de Stevens-Johnson. Hoy quiere ayudar.
De Andalucía, España, Seducción Gitana —dirigido por Jaime Matarredona— abrió el espectáculo. En lo dicho: puntual y sin las aburridas presentaciones de autoridades, al contrario, entraron rodeando al público, haciéndolos aplaudir para subirse al escenario para contar la historia de amor gitano con la música en vivo a cargo de Anwar Miranda (espléndido en la guitarra); Israel Torres (violín); y Adrián Molina (cajón). Al cante, Cachito Díaz, y al baile,Armado Tovar, Zalma Guzmán, Nuria Rubio, Sharon Olvera y Mariana Sierra.
Por supuesto, el espectáculo fue profesional desde el vestuario hasta los efectos visuales como los símbolos gitanos disparados a la pared de fondo con un proyector, la iluminación y el humo que salía de las piernas del escenario. La historia de amor contada a modo duelos de baile, arrancó los primeros aplausos del público, y la emoción —un “Ohh!” se suspiraba por las butacas cuando el hombre de negro y el de blanco se enfrentaron con sus pasos de baile.