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Vida en el desierto y el proyecto cultural intermitente

El Desierto Crece

Por Rodrigo Rebolledo

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En medio del desierto del Vizcaíno, teje María Casimira, la maestra Triqui del telar de cintura que con el que, al ras del piso, enmalla al cosmos con su historia. Un hilo de miles de kilómetros que la une con el lugar que la vio nacer, con el pueblo que le enseñó su lengua y su arte.

Para quienes habitamos el desierto, la realidad de que el espacio árido, hostil e inhabitable que pareciera no dar vida en el que se desenvuelve nuestra relación con la natural es -al contrario- un lugar lleno de posibilidades para algo nuevo, algo diferente, algo no prescrito resulta una certeza mucho más asequible que para la mayoría de los habitantes del mundo “moderno”.

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El filósofo alemán del siglo XIX Frederich Nietzche lamentaba el crecimiento del lo desierto en la sociedad europea donde crecía: El desierto crece, hay de aquel que dentro de sí esconde desiertos, garabateó el filólogo del nihilismo en sus últimos cuadernos. Pero para quiénes el desierto no es una figura exótica. Los que saben, reconocen en el desierto todo lo contrario a lo que pregonaron los pensadores eurocéntricos sean proponentes, o críticos, de la modernidad.

La metaforología del desierto: errar de la mano de la palabra y su historia para expropiarla del sentido ominoso en que la filosofía moderna adjudica a lo desierto como signo de la mortalidad de la subsunción del “hombre” al progreso será, sin duda y para siempre, mi proyecto intelectual inacabado.

Dicen mis maestros que el desierto enloquecía a los jesuitas que intentaron cohabitar este brazo arrancado de América al que, creo, todavía no sabemos nombrar (al grado que nuestro Estado se identifica por tres palabras en la República que lo contiene). Lo que vive en el desierto se conserva mejor. Los sudcalifornianos los sabemos bien, en el desierto hay mucha vida, vida por ser vivida, si lo dejamos: el desierto crece.

En 2019 llegó a Baja California Sur el proyecto cultural de la cuarta Transformación con un programa de Cultura Comunitaria. Sin mayores prescripciones que las de realizar diagnósticos culturales con el fin de planear actividades culturales en comunidades periféricas al circuito de producción institucional, el programa parecía más que adecuado para su errancia por el desierto sudcaliforniano. Tan adecuado como que, en su primera iteración, el ambicioso programa se denominó Misiones por la diversidad cultural, sin duda, una referente resonante en el desierto de la esfera cultural sudcaliforniana.

Se realizaron diagnósticos en comunidades donde sus agentes culturales difícilmente tienen acceso a este tipo de herramientas como La Purísima y Ciudad Constitución en Comondú; Villa Alberto Alvarado y Guerrero Negro en Mulegé; así como San Antonio, en La Paz y Santiago, en Los Cabos. Pero también en espacios culturalmente tomados por un circuito de producción comercial y alejados de una visión comunitaria por las presiones de la industria turística como Todos Santos, Cabo San Lucas y Loreto.

A través de los nueve diagnósticos se produjeron nueve eventos culturales en los que el programa se constituía, en su mayoría de acciones realizadas por los mismos agentes culturales de la localidad. Además, a partir de su retroalimentación, se incluyó en el programa al grupo musical La Cochi Con Livais que interpretaba los sones y las polkas que acompañan a los cuadros de danza folklórica.  A Los Grandes del Pardito, que ofrecieron clínicas de guitarra a los jóvenes de las nueve comunidades que visitamos y compartieron el escenario con ellos en todas las ocasiones.

El programa buscaba que los promotores culturales visibilizaran la diversidad cultural de la región. En Loreto, y Constitución y Vizcaíno, pero sobre todo en Los Cabos, el proyecto tuvo lugar con la participación de las comunidades de pueblos originarios Triqui, Mazateco, Mixteos, Popoloca Wirarika, entre otros. Pero también se discutió sobre la cultura comunitaria sudcaliforniana como tal; en Guerrero Negro el evento se realizó en la colonia Solidaridad, lejos del influjo de la empresa salinera que domina todo la vida social de aquella comunidad, y se pudo contar con la presencia de Talita Villa Poblano una de las últimas integrantes del pueblo Cochimí en Baja California Sur quien ofreció un círculo de diálogo sobre sus tradiciones y enfocada en los juegos para niños.

Con menos de cinco millones de pesos, las misiones llevaron un escenario digno para cientos de agentes culturales de las comunidades menos representadas en el ciclo cultural y ofreció un pago justo por sus talleres de un día y números artístico a través de un mecanismo de pago que impedía que los coordinadores tuvieran acceso discrecional de los recursos públicos. Todos los eventos se realizaron por medio de difusión directa en las comunidades y a contrapelo de la participación institucional del gobierno estatal que, entonces, militaba en la oposición política.

El proyecto padeció gravemente con la pandemia y ahora solo subsisten algunos semilleros culturales, este año, el gobierno federal ha asignado un presupuesto de apenas millón y medio de pesos para el ramo de cultura en Baja California Sur.

Por su parte, el gobierno estatal sudcaliforniano aplicará más de 119 millones de pesos para el ramo cultural este 2022. El profesor Víctor Manuel Castro Cosío, no dejó mencionar en cada uno de sus eventos de campaña hacia la gubernatura que habría de impulsar la cultura sudcaliforniana, que ha sido abandonada por las administraciones que le preceden. Le toca al maestro gobernador dejar la enseñanza y el ejemplo para transformar tanto la cultura institucional como la institución de la cultura para brindar justicia a quienes habitan el territorio.

De acuerdo con la clasificación funcional del gasto en el Presupuesto de Egresos del 2022, el gobierno de la cuarta transformación asignó al rubro recreación cultura y otras manifestaciones sociales, la cantidad de 256 millones 16 mil 294 pesos que representa el equivalente al 1.4% del total del presupuesto. La propuesta estatal comprende los programas, actividades y proyectos relacionados con la promoción, fomento y prestación de servicios culturales, recreativos y deportivos, otras manifestaciones sociales, servicios de radio, televisión y editoriales, actividades recreativas y la investigación y desarrollo relacionados con el esparcimiento.

Este componente incluye otras actividades como el deporte, promoción turística y otros, sin embargo, al Programa Estatal de Cultura, se asignan 116 millones 751 mil 349 pesos, un número similar a deporte y 23 millones radio televisión y editoriales. Mientras que, este programa, en 2020 y 2019 recibió 90 millones 481 mil 610 pesos, el presupuesto de este este año representaría un incremento de 22.4 por ciento con respecto al gobierno anterior. Pero tomando en cuenta la inflación es tan solo una décima parte de lo asignado.

Sin duda tengo herramientas para acabar mi metaforología del desierto con recursos propios y publicarla con apoyo de iniciativas de publicación de obra que impulsa ya este gobierno. Pero Doña Mari Casimira se sigue dedicando a crear bolsas y huipiles entre sus iguales. Allá, en Villa Alberto Alvarado, sus prendas confeccionadas de forma artesanal con el telar son portadas con orgullo entre la comunidad jornalera en fiestas, bodas y bautizos.

Con ello se gana la vida, pues dejo de ser jornalera en los campos de la comunidad debido a su edad. Ella aprendió el lenguaje de los hilos cuando su mamá le enseño de pequeña. Si la pandemia no la reclamó como a miles de los que menos tienen en este país, ahora tiene 17 años radicando en Baja California Sur.

De acuerdo con la plataforma de agentes culturales del gobierno de México, le gustaría dar clases para ganarse la vida a través de esta enseñanza. No se necesita ni de la décima parte de esos 116 millones para regresar con doña Mari. Y seguramente, y brindarle las oportunidades que darían justicia a su valioso trabajo. Hay más potencia que nunca en el ámbito de la política cultural sudcaliforniana de la cuarta transformación.

El desierto crece.

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¿Ya conoces la app “Los Antiguos Californios”?; entrevista con Sealtiel Enciso

FOTO: APP Los Antiguos Californios

Hilo de media

Por Elisa Morales Viscaya

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En recientes días, se lanzó la aplicación Los Antiguos Californios, por el profesor de educación especial Sealtiel Enciso Pérez. Esta herramienta es una aplicación para smartphones (teléfonos inteligentes) y tabletas con sistema Android e iOS. Se trata de la primera en su tipo en todo el mundo, ya que hasta ahora no existía ninguna aplicación sobre esta temática; a través de sus opciones, puedes acceder a diversas secciones donde toda la información sobre los primeros pobladores de la California.

Enciso Pérez, nacido en 1969 en Puerto Vallarta, Jalisco, es ya sudcaliforniano por adopción tras radicar en esta península desde hace más de 44 años.  Es Profesor de Educación Primaria, Licenciado en Educación Especial y Maestro en Ciencias de la Educación. Actualmente es Director de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular No. 17 y Maestro de Comunicación del Centro de Atención Múltiple “Gilberto Vega Martínez” en La Paz y comparte su tiempo con su pasión por la historia de la California del Sur. Recientemente, Sealtiel, quien además colabora en CULCO BCS con su columna “California Mítica”,  fue el ganador del premio de la Conferencia sobre la California del sur en el Concurso de la A.C. Californios Amigos de la Historia y los Estudios Locales (CAHEL) y creador de la antología “Piratas y corsarios en la Antigua California”.

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Platicamos con Sealtiel, quien nos cuenta al respecto de su pasión por la historia sudcaliforniana que le viene desde la infancia: Este interés fue fomentado por mi papá que también era profesor, era muy dado tener en casa los libros que daba la Secretaría de Educación Pública a los maestros y los que el mismo iba adquiriendo, ya que fue contemporáneo y convivía con gente que ha tenido mucha trayectoria en cuestión de historiografía. Mi papá me regaló esos libros y yo desarrollé una gran pasión, recuerdo en especial los libros de Leonardo Reyes, en los que se hablaba con la visión del granjero, del historiador aficionado que cuenta cómo se fue colocando el hecho histórico. Como vinieron los españoles aquí y sus encuentros con los habitantes naturales, como poco a poco fueron forjando el lugar. Entré a la secundaria y a la Normal, y ahí comencé a por mí mismo a buscar en la biblioteca más libros encontrando autores muy interesantes, cuestiones de historiografía y también filosóficas. Durante mi servicio docente, cuando empecé a trabajar los primeros años en tercer grado, nos daban una monografía estatal y con ella y todo el bagaje de información que venía manejando, me daba vuelo con mis alumnos; lamentablemente esa área está muy comprimida en los libros oficiales, lo resumen todo en unos cuantos renglones, así que yo le daba más y más.

Una deuda de la educación

A nuestra generación, sobre historia sudcaliforniana nos contaban prácticamente nada, casi que los pobladores andaban desnudos prácticamente sólo buscando el alimento. Con la investigación histórica me fui dando cuenta que no, que esa idea era una falacia probablemente promovida porque la gente no accedía a leer los libros especializados en el tema y se limitaban a decir que no había nada y se nos enseñaba a aprendernos la historia de los nahuas, de los tarahumaras, de los yaquis. En aquel entonces con mis alumnos me daba vuelo y ahora, he volcado todo mi interés y mi experiencia adquiridos desde la infancia, así como los conocimientos de la historia sudcaliforniana ya formalmente adquiridos, para poder hacer esta aplicación.

Inspiración para una aplicación

Me inspiró ver cómo en otras partes de México y del mundo hacen este tipo de aplicaciones y al ver que en Baja California Sur aún nadie lo hubiera hecho, siendo un estado con una gran historia y muchas bellezas para mostrar a todo el mundo, me motivó para hacer nacer este proyecto.

El principal objetivo de “Los Antiguos Californios” es fomentar la identidad de los sudcalifornianos, principalmente de las niñas, niños y jóvenes. Al poner la historia de Baja California Sur al alcance de los teléfonos y tabletas de todo el mundo, de forma gratuita, cada vez más gente se va a interesar y la va a utilizar. Es necesario que los temas de historia sudcaliforniana sean conocidos sobre todo por nuestros niños y jóvenes porque así, al conocerlos se van a sentir orgullosos de ello, del lugar donde nacieron, de la gente de la cual provienen genéticamente. Nadie ama lo que no conoce y si hacemos que nuestras generaciones jóvenes se enamoren de su estado, de su cultura y de su historia con seguridad vamos a forjar futuros ciudadanos que lucharán de forma decidida por el desarrollo de su estado, por que sea una mejor sociedad y ellos unos mejores seres humanos. Y claro, la historia es un buen medio para lograr lo anterior. Que los niños y jóvenes sepan quiénes fueron sus ancestros, dónde y cómo vivían, su cultura, cosmovisión, etc.

La idea fue tomando forma paulatinamente, desde diciembre pasado cuando descargué una aplicación cuyo propósito es hacer apps. De inmediato se me ocurrió aplicarla al terreno de la investigación histórica y ver la forma en la que podían exponer temas sobre la historia californiana en ella. Fue ahora con el periodo de aislamiento que me metí a un curso en línea para utilizar este software para crear apps y poder utilizarlo de la mejor manera posible.

Fueron varias semanas para hacer lectura de más de 30 libros en los que me basé para obtener información, en compilar y resumir la información para los artículos, corregirlos y hacer la mejor redacción. Posteriormente el pasarlos al algoritmo de la aplicación, conseguir fotografías y dibujos y hacer muchas pruebas de colorimetría, tipo y tamaño de letra, distribución de las secciones, etcétera. Pero cuando haces algo que te gusta, no es pesado. Para generar toda la información y elaborar la app, yo me siento como pez en el agua. El obstáculo a vencer fue el obtener los recursos para que la app pudiera lanzarse.

El factor económico

Pienso que algo de lo que influye mucho en que nadie ha incursionado en hacer estas app es por el costo de elaborarlas. Si hay muchos alumnos, por ejemplo de la UABCS o del TEC, con las habilidades y herramientas para hacerlas, pero el costo es limitante. Yo para esta aplicación busqué a las instituciones por el financiamiento, pero dentro de los lineamientos de su operación hay candados que, aunque las personas que trabajan en ellas si quieran promoverlo, lo hacen imposible, por ejemplo, no hay partidas presupuestales para el tema de aplicaciones, y esto frena el apoyo porque no se justifica.

Entonces tenía dos opciones: quedarme cruzado de brazos y decir “pues no, no hay lana”, o dije “me aviento a nadar”. Finalmente, se consiguió el financiamiento de manera privada: solicitándole su apoyo a una gran amiga sudcaliforniana que está en la función de gestoría social y que prefiere el anonimato, me facilitó la parte económica del servicio para lanzar esta aplicación, la cual se llamó Los Antiguos Californios.

Qué sigue después de Antiguos Californios 

La respuesta del público ha sido muy satisfactoria, al ritmo de aproximadamente mil descargas diarias, pero además la app incluye un formulario donde los usuarios puedes hacer llegar comentarios y me han llegado preguntas donde se ve que hay más interés de conocer, que los usuarios están muy motivados y quieren más.

La Fundación Californios tenemos el proyecto de crear diez aplicaciones más, en las cuales se pueda ahondar en distintos temas como el traje típico sudcaliforniano, su música, la historia de los Misioneros que llegaron a esta tierra y formaron nuestra identidad, la ruta de los templos misionales que aún existen, etcétera. Y sumarle mapas, fotografías, infografías; aprovechar al máximo todas las herramientas que la modernización digital tiene para ofrecer a la difusión historiográfica.

Para lograrlo, estamos pidiendo el apoyo de la población en el tema del recurso. Necesitamos reunir la cantidad específica de veinte mil pesos para hacer realidad estas nuevas diez aplicaciones: la parte de toda la investigación histórica, redacción de texto, fotografías, esa la comprometo yo mismo. Pero los recursos económicos que nos permitan lanzarla como Los Antiguos Californios, de manera gratuita y sin anuncios, estamos en la búsqueda. Aunque es la parte más pesada del proyecto, confiamos en que todos los interesados en la difusión de la historia y cultura sudcaliforniana se sumen al apoyo y logremos hacer realidad este noble fin.

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