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Estudiante de la UABCS obtiene premio por proyecto de Oceanología

FOTO: UABCS

La Paz, Baja California Sur (BCS). El estudiante Juan Gerardo Gutiérrez Bravo, alumno de Biología Marina en la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), resultó ganador de la mejor presentación a nivel licenciatura durante la pasada Reunión Anual de la Unión Geofísica Mexicana, dentro de la categoría “Oceanología y Limnología”.

Su proyecto fue un estudio que realizó sobre diatomeas y dinoflagelados en la zona mínima de oxigeno del Pacífico mexicano durante abril de 2018, con la intención de determinar cómo estos organismos se ven afectados ante la falta de oxígeno, situación que se ha venido haciendo más intensa con el fenómeno del calentamiento global.

De acuerdo con el joven universitario, que actualmente cursa el sexto semestre de su carrera, este conocimiento es muy importante sobre todo para las pesquerías y la biogeoquímica; así como para la realización de políticas ambientales adecuadas, ya que permite hacer modelajes a futuro sobre qué afectaciones habrá para determinadas especies y hábitats.

Por ejemplo, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), que es una organización internacional que hace proyecciones sobre cuántos grados se va a incrementar la temperatura del planeta, necesita este tipo de investigaciones para saber qué es lo que va a pasar en los siguientes años; es decir, a fin de hacer proyecciones y predicciones para establecer planes de manejo y adaptación, ya sea para las comunidades, las pesquerías o en términos de seguridad alimentaria.

“Mi trabajo es sobre productores primarios, o sea aquéllos que hacen fotosíntesis en el océano; en la región que comento, que se ubica frente a las costas de Jalisco, hay una zona mínima de oxígeno en la parte más superficial, debido a esto, los organismos en cuestión se ven afectados y no se sabe muy bien cómo están respondiendo”, abundó.

Juan Gerardo Gutiérrez explicó que este proyecto surgió como producto de su participación de uno de los Veranos de Investigación Científica, el cual realizó durante siete semanas en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada; posteriormente, lo aplicó para participar en el encuentro de la Unión Geofísica Mexicana con un cartel científico, donde afortunadamente obtuvo el premio al mejor trabajo a nivel licenciatura, en la modalidad de oceanografía.

Asimismo, Gutiérrez Bravo, explicó que ésta fue su primera participación en un congreso externo a la universidad, por lo que se siente muy orgulloso, sobre todo porque recibió muy buenos comentarios de los evaluadores en cuanto al tema, la presentación de la información y su exposición.

Finalmente, dijo que entre sus planes ya hay un proyecto para participar con científicos del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (Cicimar), esto con el objetivo de realizar una investigación sobre corrientes, mediante un flotador autónomo que mide el oxígeno y la producción primaria en la columna de agua, con lo cual establecerían modelos para observar cómo funciona el mar, concluye así el comunicado de la UABCS.




Cicimar celebra 40 años de posgrado en Baja California Sur

La Paz Baja California Sur (BCS). Con motivo del 40 aniversario del Posgrado en Baja California Sur, el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (Cicimar) del Instituto Politécnico Nacional, presidió una ceremonia conmemorativa, en la cual se contó con la presencia del director general del IPN,  Mario Rodríguez Casas, y del presidente municipal, Rubén Muñoz Álvarez.

En el marco de este importante acontecimiento para el desarrollo profesional de los paceños y en general de los sudcalifornianos —se da a conocer a través de un comunicado del Ayuntamiento de La Paz—, el Alcalde felicitó a Cicimar y al IPN, reconociendo las aportaciones y los beneficios que han generado para lo sociedad, a través de todos estos años, e hizo un llamado a la comunidad académica a detonar una nueva vertiente de desarrollo para los próximos años.

Asimismo, lanzó el compromiso de establecer una agenda de trabajo que permita vincular las áreas de  oportunidades con el XVI Ayuntamiento de La Paz, generando una agenda ambiental que permita indicar lo que Cicimar puede hacer en beneficio de la comunidad; lo anterior, lo aseveró con la presencia de varias autoridades, incluyendo al director del Cicimar, Sergio  Hernández Trujillo.




La Paz, capital de los científicos marinos desempleados

FOTO: Marián Camacho.

SudcaliCiencia

Por Marián Camacho

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Si usted es sudcaliforniano, y vive cerca del mar, seguramente conoce a algún especialista en ciencias marinas (biólogos, oceanógrafos/oceanólogos, ingenieros acuícolas y pesqueros, geólogos y un largo etcétera). Esto equivaldría, al menos en teoría, a una gran ventaja para una sociedad que vive en una casi-isla y está rodeada de profesionales científicos especializados en el mar.

Esperaríamos tener a los ciudadanos mejor informados de México acerca de lo que ocurre con el océano que los rodea. Esperaríamos que, dado que tenemos vecinos, compañeros de trabajo, familiares y amigos que han dedicado sus vidas enteras a la ciencia, los sudcalifornianos podríamos tomar decisiones basadas en los criterios científicos que comparten con nosotros estas personas que vemos a diario. Esperaríamos que tuviéramos pesquerías sustentablemente manejadas y un éxito sin precedente en la acuacultura. Esperaríamos muchas cosas, cierto. Sin embargo, la cuestión es ¿por qué no sucede así para la sociedad sudcaliforniana? Para intentar reflexionar sobre las posibles respuestas a esta pregunta tan compleja, es necesario poner “bajo el microscopio” los diferentes hechos que nos han llevado hasta nuestro presente.

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Para empezar, ¿de dónde “salieron” tantos científicos marinos en Baja California Sur? Bueno, pues en nuestro Estado, los científicos marinos se forman académicamente en tres grandes centros educativos y de investigación:

1: Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS). Se ofrecen las licenciaturas de Biología Marina, Ciencias Ambientales, Bio-Ingenieria en Acuacultura, Ingeniería en Pesquerías; y los posgrados (Maestría y Doctorado) en Ciencias Marinas y Costeras.

2: Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR). En sus inicios, esta escuela del Instituto Politécnico Nacional (IPN), también ofrecía la carrera de Biología Marina, sin embargo, después de un tiempo y hasta la fecha, han decidido enfocarse en los posgrados.

3: Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR). Este centro depende directamente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y oferta posgrados en ciencias marinas y terrestres.

Científicos que comieron ciruelas del Mogote

Una de las situaciones más interesantes, en este proceso de formación académica, es que la mayoría de los estudiantes, de estos tres “semilleros” de científicos, no son locales. Vienen personas de todo México, principalmente del centro y sur del país, y también de diversos países del mundo. Y particularmente extraordinario es que un alto porcentaje el de las personas que llegaron a estudiar a La Paz, y no se quieren ir de aquí. Es decir, no desean volver a sus lugares de origen y han decidido establecerse permanentemente en Baja California Sur (principalmente en su hermosa capital).

Es perfectamente comprensible esta situación, porque: 1: tenemos un gran y maravilloso entorno natural para aplicar los conocimientos adquiridos, ya que BCS es el Estado con la mayor línea de costa del país (2,131 km, 19.2% del total nacional); 2: La Paz es una ciudad en crecimiento que ofrece grandes áreas de oportunidad, para quien las sepa aprovechar; 3: ofrece un nivel socioeconómico más alto que una gran parte del país, y… 4: dejo este espacio para que usted, querido lector, se sienta en la libertad de reflexionar en todas las posibles razones por las cuales los científicos que “comieron ciruelas del Mogote” no quieren dejar esta encantadora tierra rodeada de mar.

“¿Ya te vas a poner a trabajar?”

La formación de un científico requiere un largo tiempo de especialización. De manera general, la tendencia actual es la siguiente: 1: una licenciatura de 4-5 años de duración; 2: estudios de posgrado, donde una maestría dura 2 años aproximadamente, y un doctorado entre 4-5 años, y finalmente; 3: el posdoctorado, el cual puede llevarse a cabo en diversas ocasiones, con periodos que ocupan 1 ó 2 años. Esto equivale a estudiar, aproximadamente, entre 11 y 15 años (generalmente con apoyo económico de familia o becas gubernamentales) para tener las “herramientas necesarias” y desarrollarse como especialista de algún área del conocimiento científico.

FOTO: Georgina Barrera.

Tomemos en cuenta, que la suma anterior, es sólo en los casos donde los estudios se llevan a cabo de manera continua, es decir, sin dejar de estudiar en ningún momento. Así, una persona que empieza a estudiar la universidad a los 18 años, será un científico con una educación altamente especializada cuando alcance entre 29 y 33 años. Sin embargo, las cuentas cambian cuando los individuos toman “descansos” o se incorporan a las filas laborales temporalmente antes de continuar los diversos niveles de estudios de posgrado. Resultando en científicos que terminan su especialización incluso después de los 40 años.

En cualquiera de los casos, los científicos en preparación, llegarán a escuchar (de parte de familiares y amigos) la clásica y repetitiva pregunta: “y tú, ¿cuándo vas a trabajar?”. Este cuestionamiento deriva del desconocimiento y falta de apropiación del valor y utilidad de la ciencia en nuestra sociedad mexicana, así como de la idea paradigmática que “es necesario incorporarse a un empleo definitivo lo antes posible”, o por lo menos, a “un trabajo de verdad” (como si la investigación científica no fuera considerada una actividad desafiante y bien remunerada).

La realidad laboral

FOTO: Marián Camacho.

En La Paz, BCS (al igual que en muchos lugares de México), la demanda laboral por parte de los cientos de egresados de los tres centros educativos y de investigación (y otros científicos migrantes) rebasa la oferta de los posibles empleadores de los científicos especialistas en áreas marinas. En esta situación se presenta dos consecuencias desalentadoras:

1: Los científicos deben dedicarse a realizar actividades científicas o educativas que no están relacionadas a su área de especialidad (por ejemplo, dar clases en escuelas públicas y privadas). Así tenemos a Doctores especialistas en química marina como docentes en las sesiones de laboratorio de una clase de niños de preescolar. Esto en el mejor de los casos, porque hay casos en los que los científicos laboran en empresas que no tienen relación alguna con las ciencias. Cabe aclarar que esto no tiene una connotación desdeñosa hacia ninguna condición laboral en particular, sin embargo, NO son las actividades para las que los científicos fueron tan largamente preparados.

2: La falta de espacios adecuados, para que los científicos desarrollen sus conocimientos, ocasiona un desaprovechamiento sustancial de talento y capacidades que pudieran resultar en la resolución de problemas con impacto ambiental y social. Recordemos que, en general, cuando las personas presentan seguridad laboral, buena remuneración y actividades acordes a sus capacidades y preferencias, generan resultados de gran calidad. Por lo tanto, el hecho que La Paz cuente con tantos científicos especialistas desempleados o empleados incorrectamente, es un despilfarro que nos está costando muy caro. Imaginemos todas las ideas y proyectos que pudieran llevarse a cabo si los científicos aplicaran todo lo que saben hacer en beneficio de nuestro Estado, y del propio México.

Dos científicos piensan mejor que uno

Como una forma de afrontar el panorama laboral actual, los científicos en La Paz han decidido organizarse en una comunidad que pueda brindar nuevas alternativas participativas acordes a sus necesidades particulares. Así nace la Asociación de Científicos del Mar (ASCIMAR), la cual basa sus actividades en dos grandes objetivos:

1: Enlazar a sus científicos afiliados con las instituciones públicas y privadas que requieran de sus servicios. Esto lo logran a través de recomendaciones formales a las instituciones sobre los perfiles de sus afiliados que cumplen con los requerimientos de puestos vacantes.

2: Facilitar la elaboración y ejecución de proyectos científicos de sus afiliados. Esto genera autoempleo y la puesta en marcha de las ideas de sus afiliados, por medio de la obtención de financiamiento de diversas fuentes externas.La ASCIMAR pretende cambiar el paradigma en que los científicos deben tocar muchas puertas institucionales o esperar pacientemente por una llamada telefónica o un correo electrónico para conseguir estabilidad laboral y aplicar sus conocimientos. Además, apoya el enlace laboral entre instituciones y científicos, pero apuesta como prioridad en el desarrollo de los proyectos científicos que se generan en las mentes científicas de sus afiliados.

La ASCIMAR pretende cambiar el título de este artículo La Paz: capital de los científicos marinos desempleados por La Paz: capital del conocimiento marino. Para conocer más acerca de la ASCIMAR y su proceso de afiliación, se recomienda visitar su sitio web oficial www.ascimar.com.




Descubren osamenta en El Conchalito. ¡Podría ser un entierro prehispánico!

Osamenta prehispánica encontrada en El Conchalito, en La Paz. FOTO: Internet.

SudcaliCiencia

Por Marián Camacho

La Paz, Baja California Sur (BCS). El pasado jueves 8 de junio, el doctor Ignacio Leyva, investigador del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR) del Instituto Politécnico Nacional, se encontraba en la playa conocida como “El Conchalito” —dentro de las instalaciones del CICIMAR—, realizando monitoreos con un vehículo aéreo no tripulado tipo dron para investigar la marea roja presente en la laguna de La Paz. El Dr. Leyva buscaba un sitio donde aterrizar el dron cuando, para su sorpresa, encontró expuesto lo que parecía ser un cráneo humano. Acertadamente, el investigador no hizo ningún movimiento en el área del hallazgo y reportó inmediatamente a las autoridades del CICIMAR, quienes, a su vez, dieron aviso a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Ambas autoridades, PGJE e INAH, fueron convocadas para verificar el hallazgo, ya que el primer paso es decidir quién será la responsable de continuar la investigación. Si es una muerte reciente, correspondería a la PGJE; en el caso de que fueran restos antiguos, el INAH sería quien coordinaría. Al lugar de los hechos el primero en llegar fue el antropólogo físico Alfonso Rosales López del INAH, quien efectivamente, corroboró que, con base en las características físicas del cráneo y el reconocimiento previo de estar en una zona arqueológica, el hallazgo muy probablemente correspondía a un entierro prehispánico.

FOTOS: Marián Camacho.

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A partir de ese momento, la información del hallazgo se dispersó rápidamente en distintos medios electrónicos, y generó una lluvia de hipótesis de lo que pudo haber ocurrido en el sitio, hace por lo menos 300 años atrás. Para despejar dudas, su servidora decidió visitar el sitio de excavación para platicar con el antropólogo Alfonso Rosales López, quien muy amablemente compartió su conocimiento científico sobre este interesante descubrimiento.

El investigador del INAH es especialista en osteología antropológica, es decir, la interpretación del material óseo (huesos y dientes) para la reconstrucción histórica de individuos, grupos y/ o poblaciones. A partir del material óseo es posible conocer características de particularidad e individualidad como son: edad, sexo entre otros muchos rasgos, que incluyen condiciones de salud, vida y hasta costumbres que quedan marcadas a modo de cicatrices. En este sentido, el antropólogo nos compartió que en el hallazgo de “El Conchalito” no solo se encontró un cráneo, sino que al avanzar en el descubrimiento quedaron expuestas dos osamentas, al parecer completas. Con su experiencia científica pudo indicar, preliminarmente, que uno de los cráneos perteneció a un hombre adulto y, el otro, posiblemente a otro hombre más joven o a una mujer.

Es necesario precisar que, un rescate arqueológico completo de este tipo consiste en el descubrimiento total de las osamentas, el estudio en el lugar de los hechos, un posterior levantamiento para llevar las muestras a los análisis de laboratorio y, finalmente, su resguardo en los archivos osteológicos del INAH. De aquí deriva saber que la mayoría de los hallazgos no son expuestos en los museos y, en el caso de que esto ocurra, se utilizan réplicas de los huesos para su exhibición. El antropólogo Rosales López me comentó que estudiar los huesos y dientes, es aún más importante que exponerlos, por lo tanto, es necesario tener un resguardo de éstos que permita tenerlos a disposición cuando se cuente con los medios científicos y tecnológicos para analizarlos.

Un ejemplo de las muchas herramientas científicas que pueden utilizarse con las osamentas en El Conchalito, a través del avance tecnológico, son los isótopos estables. El análisis de estas formas de los elementos químicos presentes en los huesos puede indicar varias cosas muy interesantes, como su grupo de pertenencia —antiguos californios, mestizos o extranjeros—, y cuál era su dieta, entre otras.

Un dato que llama mucho la atención, de cualquiera que observe el hallazgo, es que ambas osamentas estaban enterradas juntas. De acuerdo con Alfonso Rosales, esto se debe a que los antiguos californios tenían en cuenta el momento de la muerte para elegir el tipo de entierro. Es decir, si murieron juntos, los enterraron juntos. En esta ceremonia ritual se observa que ambos cuerpos fueron enterrados boca abajo con las rodillas enrolladas, y después cubiertos y amarrados con una piel de animal, a modo de mortaja.

Finalmente, le pregunté al antropólogo que si es una tradición que los científicos les asignen un nombre a las osamentas que encuentran. Esto haciendo referencia a Lucy, el esqueleto de un homínido de la especie Australopithecus afarensis, de más de 3 millones de años de antigüedad descubierto en Etiopía en 1974. En ese caso, el nombre Lucy proviene de la canción Lucy in the Sky with Diamonds de The Beatles, que oían los investigadores en el momento del hallazgo. Mi pregunta fue recibida con una carcajada y respondida con una negativa. No es tradición asignar nombres, aunque algunas veces sucede.

Entonces querido Lector, ¿usted qué nombres sugeriría para nuestras osamentas recientemente descubiertas?




Noche de las Estrellas; breve historia del evento en La Paz

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Científicamente divertido

Por Miguel Ángel Norzagaray

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). ¿Qué es la Noche de las Estrellas? Cada año se reúne una gran cantidad de personas en el malecón para platicar de astronomía y compartir experiencias. El origen y objetivos son claros y La Paz no es el único lugar donde se realiza. Revisemos el evento y su historia.

En 1609, Galileo Galilei apuntó su telescopio, de fabricación propia, a la Luna, Júpiter y otros astros. Por primera vez los astros eran vistos con gran detalle por un ser humano. Lo que vio no sólo lo dejó maravillado, sino que cambió el curso de la historia, apuntalando la teoría de Copérnico del heliocentrismo. Comenzó también una interminable lista de descubrimientos con telescopios cada vez más grandes y mejor fabricados. En el año 2009, cuatro siglos después, la UNESCO lo declaró Año Internacional de la Astronomía y se tomó la decisión de celebrar este gran suceso con una fiesta astronómica internacional. Así nació la Noche de las Estrellas, que llegó para quedarse, con el objetivo de promover la ciencia, especialmente la astronomía.

Desde ese primer año, en La Paz un grupo de entusiastas de la Comunidad Sudcaliforniana de Divulgadores de la Ciencia, recién formada en 2008, se puso en contacto con el Comité Nacional de la Noche de la Estrellas, por iniciativa de Alejandro Zárate, del CICIMAR. Con pocos días de anticipación a la fecha, se organizó el evento con apoyo de muchos entusiastas, frente al hotel Los Arcos. Pepe Farah y su grupo, de manera independiente, también organizaron su propia celebración esa misma noche del 31 de enero de 2009, en el muelle fiscal. Festejo abarrotado de gente deseosa de ver por telescopio y de conversar sobre el tema. Hubo conferencias, actividades para niños y telescopios para observar la Luna en fase creciente, iluminada 30%.

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Esa primera ocasión hubo más de 20 sedes a nivel nacional, algunas instaladas en sitios arqueológicos, otras en plazas cívicas, universidades y otras en centros culturales o de investigación. En La Paz siempre se ha organizado en el malecón. Es cierto que no es el mejor sitio para hacer observación con telescopio debido a la contaminación lumínica, pero sí es excelente para reunir personas debido a su fácil acceso y popularidad. Pasan por ahí cientos de personas y muchas que no sabían de la Noche de las Estrellas se quedan a disfrutar.

Unos cuantos entusiastas de la ciencia, apoyados por una creciente cantidad de colaboradores hizo poco a poco la diferencia con el primer evento. La incorporación de PACE, encabezado por Sara Díaz, con Aline Ambriz como brazo derecho contribuyeron con becarios comprometidos y dinámicos.

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Comenzó así un evento que año tras año se organiza por el ahora llamado Comité Local de la Noche de las Estrellas, formado por gente de diversas instituciones y sociedad civil. Centrado en las conferencias y actividades para niños, y aunque la contaminación lumínica de la ciudad permite ver sólo objetos brillantes, pero siempre se ha invitado a la gente para que lleve su telescopio para darle asesoría sobre su uso. A veces simples juguetes, a veces telescopios viejos en buen o mal estado, a veces aún en su caja sin estar armados, pero siempre hay quien llega con su propio equipo. A todos se les ayuda para que lo puedan usar cada vez mejor.

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Entre otras cosas, el creciente interés propició que se formara la Sociedad Astronómica Mira, con sede en La Paz, siguiendo los pasos de colegas de Santa Rosalía, donde ya se había formado la Sociedad Astronómica Merak encabezada por Eduardo Sández. Poco tiempo después se formó la Sociedad Astronómica Cetus, en Los Cabos, encabezada por Benjamín Fernández.

Estas tres sedes han sido constantes en organizar la Noche de las Estrellas desde 2013, sede La Paz y subsedes registradas las otras dos. Ya en alguna ocasión también Guerrero Negro tuvo su fiesta astronómica y esperamos que logren consolidarse grupos entusiastas en cada municipio sudcaliforniano.

La edición de 2016, la más reciente, fue mayor que las anteriores. Creció debido a que el Consejo Sudcaliforniano de Ciencia y Tecnología cerró su Semana Nacional de la Ciencia haciéndolo coincidir con la Noche de las Estrellas. Ya en años anteriores COSCyT ha participado como parte del equipo, pero conjuntar los dos eventos hizo que este año hubiera mayor infraestructura, se hicieran preparativos mayores y un programa de actividades más completo. Desafortunadamente a la mitad del evento la lluvia nos obligó a suspender y retirar rápidamente todo lo instalado. Imposible quejarse, es la primera vez en ocho años que así ocurre.

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De esta manera, la intención de hacer divulgación científica, con el tema astronómico, ha crecido año tras año y se va estabilizando conforme el equipo gana experiencia. Cada año adecuaremos el festejo a un nuevo tema y siempre hay imaginación suficiente para que la Noche de las Estrellas sea distinta a la de los años anteriores.