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¿Conoces la leyenda del fantasma de la novia que se dejó ver en el Carnaval?

FOTO: Modesto Peralta Delgado.

California Mítica

Por Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). A mediados del siglo pasado, cuando las fiestas del carnaval aún se celebraban en el Jardín Velasco, frente del antiguo Palacio de Gobierno en La Paz, entre risas, cascarones, confetis y música, surgió esta leyenda.

Una noche de carnaval, el joven taxista Manuel Salvador Villalobos, se encontraba bailando alegremente hasta la madrugada; cuando sintió hambre fue a comer menudo al restaurante “La preferida”, atendido por doña Panchita Díaz de Espíndola. En ese lugar, un hombre le pidió que lo llevara al “mirador” que se encontraba en lo que hoy conocemos como “Colina de la Cruz“.

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Cuando venía de regreso, en una esquina casi a la altura del panteón, le hizo la parada una esbelta mujer, cubierta de ropajes negros, quien se cubría el rostro con un rebozo del mismo color. La mujer le entregó al taxista un papel que supuestamente decía “Lléveme a la calle Legaspy con Aquiles Serdán, cerca de la escuela 27…”

Durante el trayecto, el taxista intento ver el rostro de la mujer, pero sólo alcanzaba a ver sus ojos llenos de tristeza, y al llegar al lugar, que se trataba de una vieja casa de ladrillo, la mujer con señas le dijo al hombre que lo esperara. La extraña mujer tardo poco más de 30 minutos en salir, sin embargo, para sorpresa del taxista, la mujer al regresar había dejado sus ropas negras y ahora llegaba vestida con un vestido de novia; su velo cubría su rostro y arrastraba una larga cola; se cuenta que al subir al taxi, éste se llenó a un exquisito olor a flores.

La joven le pidió que la llevara de vuelta a donde la había recogido, pero al acercarse al Panteón pidió bajarse enfrente de las puertas del mismo, y le entregó otra nota al conductor donde decía “Cóbrele por favor el servicio a mi padre, llévele esta nota”. Y, rápidamente, se metió corriendo al panteón.

Cansado el conductor, pensó en ir a cobrar la mañana siguiente. Cuando entregó la nota en la dirección indicada, el señor no podía creer lo que decía la nota: “No puede ser, es la letra y firma de mi hija Carmen”, dijo. El chofer les explicó el servicio que le había dado a la muchacha y cómo se había cambiado de vestido negro a un vestido de novia. Al escuchar esto, la esposa del señor entróa la casa, y salió gritando “El vestido de novia no está en el ropero, mi hija Carmen vino por él”.

El taxista no comprendía que pasaba. El señor le explicó, con voz entrecortada y triste, que su hija había muerto hace apenas 15 días. Su hija había estado a punto de casarse, pero su novio la plantó, y ella no soportó ese dolor y se suicidó. El taxista asombrado y aterrado, no podía creer todo lo que había vivido esa noche de carnaval.

Esta historia ha sido retomada de Mitos, leyendas y tradiciones sudcalifornianas, de Leonardo Reyes Silva.

Carnaval de La Paz

Las fiestas carnestolendas son una tradicional festividad realizada entre febrero y marzo en diferentes partes del mundo, y La Paz no podía ser la excepción. Es una fiesta llena de color, música, diversión y convivencia entre los habitantes de la ciudad. Disfraces, presentaciones culturales y artistas hacen que esta fiesta se llene de motivos para acudir a ella.

FOTO: Cortesía.

La coronación de la Reina, el Rey Feo —ahora Rey de la Alegría— y la Quema del Mal Humor son tradiciones que se conservan desde 1904, cuando estas fiestas se realizaban en el Jardín Velasco y en el Teatro Juárez. Actualmente, esta celebración se ha mudado al malecón costero debido a que la ciudad ha crecido demasiado y éstos lugares no serían suficientes para una cantidad tan grande de personas que cada año ha crecido, para disfrutar de esta tradición paceña.




Llegando está el Carnaval de La Paz; ¿desde cuándo se remonta en BCS?

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Érase una vez

Por Pablo Reynosa

 

“Gracias a las fiestas el mexicano se abre, participa, comulga con sus semejantes y con los valores que dan sentido a su existencia religiosa o política. Y es significativo que un país tan triste como el nuestro tenga tantas y tan alegres fiestas. Su frecuencia, el brillo que alcanzan, el entusiasmo con que todos participamos, parecen revelar que, sin ellas, estallaríamos. Ellas nos liberan, así sea momentáneamente, de todos esos impulsos sin salida y de todas esas materias inflamables que guardamos en nuestro interior”, Octavio Paz en “Todos Santos, Día de Muertos”.

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Una vez más, como ha venido sucediendo año con año desde 1888, la ciudad de La Paz, Baja California Sur, que “tiene el color más bonito de toda la tierra”, se viste de diversión, baile y festejos durante la celebración del carnaval.

El origen de la palabra carnaval parece ser el carmen levare o carnelevarium (la “carne”), del latín vulgar. También es posible que la palabra italiana carnevale se derive de la expresión latina carrus navale, es decir, “barco sobre ruedas”, lo que constituiría un recuerdo de las naves que llegaron a desfilar por las calles en los festejos de la Roma antigua. “Barco sobre ruedas” es también un concepto disparatado que expresa muy bien el desorden y la subvención de la realidad que reina en esos días.

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Tal y como lo conocemos hoy en día, el carnaval es una continuidad de los antiguos Saturnales, las festividades romanas que se celebraban en honor al Dios Saturno. A raíz de la expansión del cristianismo tomó un auge mayor y la fiesta adquirió el nombre de carnaval, cuyo motivo principal es el de despedirse de comer carne y de llevar una vida licenciosa durante el tiempo de cuaresma, que inicia el Miércoles de ceniza y concluye el Domingo de resurrección.

Por lo que corresponde al Carnaval de La Paz, encontramos que el origen de éste se remonta al siglo XIX, cuando el general José María Rangel asistió a una finca, propiedad de la familia González, para participar en una celebración en la que habría una serie de bailes. En esas fiestas, los padres permitían que sus hijas bailaran con los mancebos (hombres jóvenes solteros) que así lo solicitaran.

Al día de hoy el Carnaval de La Paz es una celebración en la que sudcalifornianos y turistas nos damos a la tarea de disfrutar de los cascarones de huevo rellenos de confeti, los antifaces, las gorditas de nata, el desfile de carros alegóricos y en que la singular voz de quien vende cobijas nos remonta a nuestra más tierna infancia y nos da un sentido de pertenencia, y de identidad.