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Aborto legal: no lo pedimos, lo exigimos

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Sexo + psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Acabamos de pasar el 28 de septiembre, Día de la lucha por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, y aunque ya lo sabíamos, lo reafirmamos: México no defiende los derechos de sus ciudadanas, al contrario, se regodea en su machismo y abuso de autoridad.

La respuesta mediática a las diversas manifestaciones en favor del aborto ha vuelto a poner incómodos a muchos, y es que, siempre que las mujeres exigimos nuestros derechos, parece que una ira incontrolable se apodera de un sector de la sociedad que no quiere que las cosas cambien — porque al parecer la época victoriana les sentaba mejor— y siguen culpando exclusivamente a la mujer por quedar embarazada. Pero, ¿qué es lo que hay detrás del tema del aborto?

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Hay que tener varias cosas en consideración para poder abordar el tema del aborto legal en México.

1- Nuestro país es el primer lugar mundial en embarazo adolescente, pues en uno de cada seis partos la mama del bebé tiene menos de 19 años cuando va a parir. Aquí se visualizan dos problemas muy graves, niñas pariendo niñas y adultos embarazando niñas.

2- Pese a que es legal abortar en la mayoría de los estados de México por violación, si el embarazo afecta la salud y/o pone en riesgo a la mujer, malformación congénita del producto, inseminación artificial en contra de la voluntad y, por último, si el aborto fue provocado de manera imprudencial, la realidad es que aquellas mujeres que han acudido a hospitales para producirse un aborto son humilladas o se les niega el servicio.

3- La interrupción legal del embarazo se realiza antes de las 12 semanas de gestación, debido a que el feto aun no desarrolla la corteza cerebral, es decir, no se puede considerar un individuo o una persona ya que no tiene las conexiones y funciones nerviosas necesarias para sufrir o gozar, por lo que no puede “gritar” de dolor por su piernita — ni pierna tiene—  y mucho menos hablar dentro del vientre. Esos videos alarmistas que les encantan a los pro-vida son de abortos clandestinos que ya pasaron el tiempo legal y permitido para abortar.

4- Aunque parezca obvio, ¡las mujeres no se embarazan solas! Y no solo existen embarazos por calentura, como les encanta mencionarlo. Hay embarazos por violación — en muchas ocasiones perpetrados por algún familiar o por la pareja —, los métodos anticonceptivos fallan, el nivel socioeconómico no es el adecuado para criar o, simplemente, a la mujer embarazada no se le da la gana ser madre — otro tema tabú en México—.

5- Por cierto, es a los hombres a quienes tienen que decirles que usen condón, no a las mujeres: si no se habían dado cuenta, nosotras no tenemos pene

6-. Los pro-vida fundamentan sus creencias en una religión, y ¡México es un país laico! No se pueden crear leyes tomando en cuenta a alguna religión, por múltiples motivos pero mencionaré dos: porque no todos los mexicanos pertenecen a una religión y porque no puedes imponer tus creencias a los demás.                                             

Quiero recuperar un texto de Clara Navarro que resume muy bien la situación en nuestro país con la doble moral de los pro-vida:

No les importa el bebé, ni la vida, porque ahí afuera hay miles de niños abandonados, maltratados y abusados sexualmente. No les interesa que el niño nazca, lo que quieren es que la mujer pague las consecuencias de lo que la moral judeocristiana considera pecado, la sexualidad. Y se nota cuando argumentan con imágenes de condones o frases como “¿por qué tengo que pagar yo por tu calentura?, “mejor cierren las piernas”, “te hayan abortado a ti”, “que te quiten la matriz”. No son pro-vida, son moralistas que se hacen ideas a partir de premisas falsas.

Y es que, independientemente de la religión, las mujeres que quieren abortar lo van a hacer legal o ilegalmente, la única diferencia es que aquellas con el dinero suficiente pueden ir a la Ciudad de México (CDMX) u otro país, y las que no cuentan con recursos deben practicarlo a escondidas o en lugares insalubres. La consigna no es aborto sí o no, es aborto legal o aborto clandestino.

Por todo lo anterior salimos a marchar, para buscar una sociedad donde las mujeres puedan decidir sobre sus cuerpos y proyectos de vida, además de buscar generar condiciones para lograr el acceso al aborto seguro y con calidad de atención en todos los países de América Latina y el Caribe, porque en México solo hay dos estados de la república en los que es legal abortar —CDMX y Oaxaca—, y en América Latina sólo Cuba, Uruguay, Guayana, Guyana Francesa y Puerto Rico lo permiten.

Si estás pensando en abortar o conoces a alguien en esa situación, te dejo los datos generales para acudir a una clínica en CDMX para hacerlo. El servicio de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) se brinda de manera legal, segura, confidencial y gratuita en las Clínicas de Salud Sexual y Reproductiva de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México. La interrupción del embarazo es legal en la Ciudad de México hasta las 12 semanas de gestación.

Requisitos generales

A continuación, se enumeran los requisitos para solicitar el servicio de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) en estas clínicas.

Requisitos para residentes de otros estados

  • Original y copia de identificación oficial.
  • Comprobante de domicilio en original y copia.
  • Un acompañante con identificación oficial en original y copia.

Requisitos para menores de edad

  • Acta de Nacimiento en original y copia.
  • CURP
  • Credencial o documento con fotografía reciente (credencial de la escuela o certificado de estudios) en original y copia.
  • Comprobante de domicilio en original y copia (último recibo de predial, luz, agua, gas, televisión de paga, teléfono fijo o servicio de internet).
  • Acudir acompañada por madre, padre, tutor o representante legal con identificación oficial y comprobante de domicilio, ambos en original y copia.

Requisitos para residentes de la Ciudad de México

  • Identificación oficial, en original y copia.
  • Comprobante de domicilio (último recibo de predial, luz, agua, gas, televisión de paga, teléfono fijo o servicio de internet), en original y copia.
  • Hoja de Gratuidad. Una trabajadora social te ayudará en caso de no tenerla.
  • Un acompañante con identificación oficial en original y copia.
  • De manera opcional en los hospitales pueden solicitarte: CURP y/o acta de nacimiento.

 

Bibliografía

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




El aborto no es un derecho

 

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Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La semana pasada, una desafortunada declaración ante un medio informativo local, atribuida al Presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, llamó poderosamente mi atención. De acuerdo a la publicación, el funcionario estatal hablaba sobre el derecho humano al aborto.

Seguramente se trata de una mala interpretación del periodista. Tengo el gusto de conocer al Ombudsman estatal, y entiendo que es un profesionista estudioso, conocedor de la materia, y experimentado luchador en el campo de los derechos humanos. Por eso estoy seguro que no pudo haber dicho eso, y sin lugar a dudas, el periodista lo malinterpretó. Y de ahí la publicación del equívoco conceptual, que, por otra parte, no podemos reprochar al reportero, quien no tiene la obligación de dominar los fundamentos jurídicos que describen un derecho humano.

 

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Hecha la precisión anterior, es importante dejar en claro que no existe el derecho al aborto, y mucho menos, puede clasificarse como derecho humano.

Lo que en realidad existe —en contrapartida—, es el derecho a la vida, y todas las legislaciones modernas ubican a la vida en el catálogo de los derechos fundamentales, inherentes al ser humano.

Sobre el particular, la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, de observancia obligatoria para México, establece claramente el derecho a la vida, y su protección desde el momento mismo de la concepción (Art. 4º Párrafo Primero), y si bien el 9 de abril de 2002 el gobierno mexicano emitió una reserva al presupuesto en general a este Artículo, mediante declarativa que entró en vigor el 11 de julio de 2014, dicha protección la reconoció como reservada para el dominio de los Estados que integran el pacto federal mexicano. Esto significa, que los gobiernos estatales, en el ámbito de sus atribuciones legislativas internas, pueden establecer la protección de la vida desde la concepción, en su propia legislación, como lo han hecho ya 20 Estados de la República*, y en otros –como Baja California Sur—, se encuentra en trámite la iniciativa respectiva.

Queda entonces claro, que el derecho humano es el derecho a la vida, y la posibilidad de que una persona prive de la vida al producto de la gestación, no es un derecho, es un caso de excepción a la regla fundamental, que la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, reconocen, única y exclusivamente para los casos en que el producto de la gestación es fruto de una violación.

Esa excepción a la protección de la vida desde la concepción como un valor fundamental, ha sido ampliada por algunas legislaciones locales, a partir del criterio sostenido por nuestro Máximo Tribunal de Justicia, al resolver sobre la inconstitucionalidad del decreto de reforma al Código Penal para el Distrito Federal y a la Ley de Salud de esa misma entidad, que entró en vigor el 26 de abril de 2007 y que redefinió el aborto con el eufemismo interrupción del embarazo (Art. 144 del Código Penal para el entonces Distrito Federal), y lo despenalizó en los casos en que se practique como límite, al término de la décima segunda semana de gestación.

Al resolver dicha controversia, la Corte abrazó el criterio mediante el cual, cada Estado de la República, puede ampliar o restringir el estado de excepción al cumplimiento del deber de protección a la vida desde el momento de la concepción.

Actualmente, sólo la Ciudad de México permite el aborto incausado, siempre y cuando se practique antes de las doce semanas. Rebasado ese plazo, el aborto es delito. Otros Estados de la República han adoptado posturas más rígidas.

En particular, Baja California Sur, desde 2005, adoptó una de las posturas más progresistas al abordar el tema del aborto, pues contempla como excepción, no solo la violación. Amplió el espectro de excluyentes de responsabilidad a los casos de inseminación artificial no autorizada por la gestante, cuando la vida de la madre esté en peligro, cuando el producto sea inviable, cuando el aborto sea espontáneo o accidental, o que se practique contra la voluntad de la madre, en cuyo caso, ella y el producto en gestación son víctimas, y solo quienes practiquen el aborto serían sancionados.

En conclusión, el aborto no es un derecho, es un estado de excepción incluso en la Ciudad de México, donde es más liberal la legislación, que si bien se permite incausado, sólo puede practicarse antes de las 12 semanas de gestación. Es entonces el aborto una excepción, incausada, pero restringida a una temporalidad limitada.

Por cuanto a la legislación sudcaliforniana, el único caso en que una mujer podría colocarse en una situación de imputación, es el del aborto incausado, esto es, cuando se practique como método de control natal, es decir, cuando se lleva a cabo sin que opere en el caso ninguna de las eximentes de responsabilidad ya anotadas.

En esta entidad, desde que existen registros judiciales estatales, nunca mujer alguna ha sido internada a un centro penitenciario por haber abortado. Ninguna mujer ha sido condenada por abortar. Nadie puede decir que en nuestro Estado se criminaliza por tal causa a la mujer, ni enarbolar este hecho como bandera para promover la práctica del aborto incausado, es decir, usarlo como método de control natal, ni pretender promoverlo como derecho, cuando ha quedado claro que eso es jurídicamente imposible.

En síntesis: El aborto es delito.  Incluso en la Ciudad de México, donde opera una excepción incausada, restringida a temporalidad limitada, sigue siendo delito, cuando se practica después de las doce semanas de gestación; y es delito en toda la República, con las excluyentes de responsabilidad ya asentadas, en la mayoría de ellos.

Es imposible entonces, que un delito, sea al mismo tiempo un derecho. Y mucho menos que sea un derecho fundamental. Es un caso de excepción en el espectro protector a la vida, derecho humano fundamental, consagrado convencionalmente desde el momento mismo de la concepción.

En Baja California Sur están previstas todas las excluyentes de responsabilidad ya enunciadas, y el Código Penal solo previene como posible sanción a la gestante, el aborto cuando se use como método de control natal. No hay motivo legítimo para modificar nuestra legislación penal vigente en la materia.

El aborto no es un derecho, es una excepción. No es la única, y no es la mejor.

(*)Baja California, Sonora, Chihuahua, Durango, Nuevo León, Tamaulipas, Nayarit, San Luis Potosí, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Colima, Michoacán, Morelos, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Yucatán, Quintana Roo.

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Aborto, eutanasia y clonación, pronto en tribuna: José Luis Pérpuli

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La Paz, Baja California Sur (BCS). Temas como el aborto, la eutanasia y la clonación, pronto se estarán abordando en la tribuna de Baja California Sur, anunció el diputado José Luis Perpuli Drew; esto después de que el legislador acudiera a un curso taller para legisladores locales de todo el país en el CEN de su partido (PAN), informó el Congreso del Estado.

También se analizaron temas como  el orden y la armonía de los legisladores entre hacer leyes y modificarlas, acercamiento social y gestión pública; en ese contexto, trabajaron con temas como disciplina financiera, cuentas públicas al interior de los ayuntamientos; así como el procedimiento de fiscalización  para dar transparencia a las instituciones.

Puntualizó que este evento fue generado por el Comité Directivo Nacional del PAN, para armonizar el trabajo que realizan en cada estado de la república.

El legislador adujo, que este acercamiento es una oportunidad de compartir experiencias en otros estados de la república, donde ya se han abordado estos temas.




Las “niñas madre”, víctimas de violencia y abuso

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Sexo + Psique

Por Yaroslabi Bañuelos

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hace algunas semanas, en la provincia de Tucumán, Argentina, se dio a conocer un desgarrador caso que conmocionó a la comunidad internacional: “Lucía”, una pequeña de apenas 11 años, fue forzada a dar a luz a través de una riesgosa cesárea. La menor había sido violada por la pareja de su abuela, y como consecuencia de dicha agresión quedó embarazada; cuando se detectó la gestación, la niña expresó de forma contundente su deseo de interrumpir el embarazo: “Quiero que me saquen esto que me puso adentro el viejo”. Sin embargo, ni los médicos ni las autoridades respetaron la decisión de “Lucía” —seudónimo utilizado por los abogados y los medios de comunicación para proteger la identidad de la menor—   y le administraron medicamentos para acelerar el desarrollo fetal.

Cabe señalar que, aunque el aborto no es legal en Argentina, se puede acceder a éste en casos de violación o cuando la vida de la mujer embarazada corre peligro, o al menos eso se supone, pero, según los abogados de la niña, los funcionarios del hospital no coordinaron la interrupción del embarazo de “Lucía” y vacilaron durante semanas, siendo sometida a la cesárea el miércoles 27 de febrero del presente año. No obstante, el actuar de las autoridades por encima de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres no fue la única acción indignante en este caso. Unos días después del parto obligado de “Lucía”, el periódico argentino La Nación publicó un editorial titulado “Niñas madres con mayúsculas”; en dicho texto, el diario aplaude y glorifica a las menores que se han convertido en madres, lo cual queda plasmado en frases como “resulta admirable y emocionante ver desplegarse el instinto materno” o “admiración hacia las niñas madres, madrazas por cierto”.

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Lo más peligroso en esta lamentable situación, es que el editorial de La Nación pasa por alto las circunstancias que provocaron esas gestaciones no deseadas y minimiza la violencia real hacia las niñas y mujeres, ya que en su mayoría se trata de embarazos infantiles forzados, aquellos que ocurren en menores de 14 años, casi siempre productos de violaciones y abusos sexuales reiterados. En gran parte de esos casos, es común que en las naciones en vías de desarrollo y países subdesarrollados a las pequeñas se les niegue una atención médica de calidad y se obstaculice la Interrupción Legal del Embarazo (ILE). La periodista española Berna González Harbour señala en un artículo en El País: “La niña fue forzada dos veces: por su violador, y por quien le impuso la cesárea contra su voluntad”. Asimismo, después del caso de “Lucía”, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) declaró que “el embarazo en la infancia no está vinculado al “instinto materno”, es abuso sexual y por tanto el embarazo es forzado”.

Datos y cifras

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 millón de niñas menores de 15 años dan a luz cada año, la mayoría de ellas vive en situaciones de marginación social y pobreza, sin embargo, datos ofrecidos por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) esa cifra se eleva a 2 millones, y se estima que en 2030 serán tres millones las niñas que afronten un embarazo y un parto. Sin mencionar que más del 80% de esas niñas abandonaran los estudios.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante el 2016, en México se registraron casi 400 mil nacimientos de madres menores de 19 años, es decir, estos fueron 17 de cada 100 nacimientos reportados en dicho año, de los cuales, 737 fueron por parte de pequeñas de 10 a 12 años y 8 mil 818 de niñas de 13 a 14 años. En 2017 la cifra aumentó, ya que hubo 9 mil 748 partos de madres que tenían entre 10 y 14 años. Entre los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México tiene el mayor índice de embarazos infantiles y adolescentes; asimismo, América Latina es, a nivel mundial, la segunda región con más embarazos precoces, sólo superada por la región de África subsahariana.

Riesgos y consecuencias

El embarazo temprano pone en riesgo la salud de la joven gestante y del recién nacido, ya que los bebés de madres menores de edad se enfrentan a un 50% más de riesgo en mortalidad prenatal o de morir en las primeras semanas de vida, a diferencia de los bebés de mujeres mayores de 20 años, esto debido al bajo peso al nacer y múltiples complicaciones médicas. De igual forma, la OMS señala que a nivel global, las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las adolescente de 15 a 19 años en todo el mundo. Según Unicef, estos casos sobrepasan lo que se considera un “riesgo médico obstétrico”, y abarcan otros problemas de carácter social que afectan de forma grave la integridad psicológica de las niñas. Un embarazo infantil no sólo se trata de atravesar los cambios físicos y emocionales que genera un embarazo normal como lo haría saludablemente una mujer adulta; una niña no cuenta todavía con el desarrollo fisiológico, cognitivo ni emocional para afrontar un alumbramiento, por lo que la gestación se convierte en una tortura tanto física como psicológica para la pequeña.

Hay que reconocer que una niña jamás planea su embarazo, es por ello que el drama de las “niñas madres” no sólo se restringe a la poca o nula educación sexual que existe en las comunidades más pobres, gran parte de estos casos no ocurren por relaciones sexuales consensuadas, son provocados por la situación de desigualdad y violencia generalizada hacia las menores que gobierna en muchos países: violaciones (intrafamiliares), abuso sexual, maltrato, pobreza, marginación, acoso y matrimonios infantiles forzados, entre muchas otras formas de agresión. El año pasado, el ex secretario de Salud, José Narro Robles, declaró que cada día del 2017 hubo dos nacimientos, cuyas madres eran niñas de entre 10 y 11 años. “Pero, ¿cómo es posible? ni biológica, ni moral ni éticamente; esto no está bien”. […] El 70 por ciento de quienes las embarazan — porque las niñas no se embarazan solas, alguien las embarazó— es un adulto de 18 años o más”, dijo Narro Robles en aquella declaración.

No lo olvidemos: las pequeñas que cargan en sus entrañas la pesadilla de la violencia no son “niñas madres”, son niñas violadas, maltratadas, humilladas, torturadas y víctimas de una serie sistematizadas de abusos de todo tipo. El embarazo forzado es una vulneración de los derechos humanos. No existe la maternidad infantil, las pequeñas no tienen la obligación de ser madres, todas las niñas y los niños deben vivir su infancia sin torturas ni sufrimiento, en un ambiente que les permita crecer saludablemente y que favorezca a su desarrollo integral.

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¿Qué es la vida? Si ya sabes, no leas este artículo

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La Paz, Baja California Sur (BCS). La vida, la vida, la vida, ¿qué es la vida? En tratar de entenderla, se nos va la propia vida… dice El Gran Silencio en su famosa canción de 1998, Dormir soñando. Y tienen razón. El periodo de vida de muchos científicos se ha agotado tan sólo en el intento por definirla; desafortunadamente, aún no existe una definición ampliamente aceptada. De hecho, algunos aseguran que existen más de 100 definiciones y casi todas están erradas.

La vida se puede definir desde muchos y variados enfoques, entre los que generalmente se incluyen: los religiosos, morales, jurídicos, filosóficos y científicos. Dentro de los enfoques científicos, parecería perfectamente lógico que fuera la Biología la encargada de darnos la deseada respuesta. Sin embargo, del mismo modo que comprendemos que la ciencia no puede estudiar a la ciencia, la primera consideración que hay que anotar es que la definición de vida, debería construirse desde afuera de la Biología, pues lo que esta ciencia es deberá corresponder a dicho concepto. Entonces, definir el concepto de vida concierne a la Epistemología que es la rama de la Filosofía que estudia las ciencias y más precisamente a la Filosofía de la Biología.

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Sin embargo, no es pretensión de quien escribe, incursionar en los densos territorios filosóficos y decide continuar el camino bajo la luz que arrojan las ciencias biológicas. Una vez establecido que no analizaremos ni favoreceremos a ninguno de los múltiples conceptos, podemos continuar con algo que la Biología sí puede hacer: definir las características de los seres vivos. De hecho, algunas de estas características son tan intuitivas que incluso los niños pequeños sin conocimientos científicos formales, pueden basarse en ellas para distinguir que un gato es un ser vivo y una roca no lo es. Asimismo, estas características también están sujetas a cierto nivel de controversia y se modifican cuando se hacen nuevos descubrimientos, como es común en la ciencia.

Checklist de un ser vivo

Los seres vivos tienen propiedades que los distinguen de la materia inerte (no viva) y que, generalmente, se engloban en las siguientes:

Organización. Las unidades básicas de un organismo son las células. Un organismo puede estar compuesto de una sola célula (unicelular) o por muchas (pluricelular).

Homeostasis. Los organismos mantienen un equilibrio interno.

Irritabilidad. Es una reacción ante estímulos externos.

Metabolismo. Los organismos o seres vivos consumen energía para convertir los nutrientes en componentes celulares (anabolismo) y liberan energía al descomponer la materia orgánica (catabolismo).

Desarrollo. Los organismos aumentan de tamaño al adquirir y procesar los nutrientes. Muchas veces este proceso no se limita a la acumulación de materia sino que implica cambios mayores.

Reproducción. Es la habilidad de producir copias similares de sí mismos, tanto asexualmente a partir de un único progenitor, como sexualmente a partir de al menos dos progenitores.

Adaptación. Las especies evolucionan (cambian) y se adaptan al ambiente.

Una vida diferente: la vida humana

El dilema se vuelve particularmente complejo cuando hablamos de vida humana. Sin lugar a dudas, aquí aparecen con más fuerza y determinación los enfoques legales, morales, éticos, y demás, concernientes a nuestra especie. En este sentido, el momento que define el inicio de la vida en los seres humanos es crucial para abordar un tema de actual controversia en diversos países, incluido México: el aborto.

Carl Sagan, reconocido científico y divulgador de este tipo de conocimiento, escribió en 1998 un artículo titulado: Aborto: ¿es posible tomar al mismo tiempo partido por «la vida» y «la elección»? Donde describe cuidadosamente los argumentos en contra y a favor de la interrupción del embarazo que ofrecen los defensores de ambas posturas y analiza conceptos biológicos aplicables para ambos casos. Algunos de los aspectos clave de su análisis incluyen la vida de las células reproductoras (espermatozoide y óvulo), el momento de la fecundación y el desarrollo embrionario.

Asimismo, el médico José Halabe Cherem hace algunas apreciaciones médicas que coquetean un poco con la Filosofía, y analiza la presencia de la molécula de la vida, el ADN (ácido desoxirribonucleico), en los seres humanos y la noción de persona en un óvulo fecundado y en un feto.

Finalmente, en este sentido, es muy interesante comentar el trabajo del investigador argentino Eduardo Rivera-López, quien este año publicó en una revista científica especializada en Bioética y derecho sobre “El papel de las ciencias empíricas en el derecho: el estatus del embrión humano”. Aquí, Eduardo plantea que, en muchas circunstancias, las ciencias naturales pueden ayudar a realizar buenos argumentos normativos, morales o jurídicos. Un argumento normativo suele tener componentes fácticos y es relevante que esas premisas fácticas estén bien corroboradas por la ciencia respectiva. Sin embargo, existen situaciones en las que los jueces o la doctrina utilizan el conocimiento científico de modo abusivo, inadecuado. Dado que la ciencia posee un prestigio y una autoridad superior a la del sentido común, la apelación a la ciencia suele revestir a los argumentos de una fuerza aparente, de un poder de convicción mayor que el que realmente tienen. Esta tendencia es particularmente frecuente en aquellas discusiones en las que se trata de cuestiones relacionadas con la Bioética, es decir, la ética aplicada a las ciencias biomédicas.

El propósito del trabajo de Eduardo es mostrar de qué modo opera este abuso a través del análisis de dos sentencias judiciales en lo que respecta al estatus jurídico del embrión humano. Ambas decisiones poseen un contenido normativo o ideológico diametralmente opuesto: una de ellas sostiene que los embriones humanos son, antes de la implantación, personas con un derecho a la vida, mientras que la otra sostiene que no poseen dicha protección. Sin embargo, ambas cometen, en opinión del autor, el mismo error. Por lo cual, se pretende mostrar y explicar este uso inadecuado de la ciencia en la argumentación jurídica y Bioética en este caso específico puede también ser útil para detectar el mismo tipo de error en casos referidos a problemas diferentes.

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