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Defendamos nuestro derecho al agua

 

Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El agua es la esencia de la vida. El agua potable es indispensable para la vida y la salud, y primordial para la dignidad de toda persona. El acceso garantizado al agua potable, es un derecho humano fundamental, dado que el agua es un elemento esencial de sobrevivencia para el organismo humano. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, no basta que el suministro de agua se mida en su cauda, es indispensable además que la calidad de la misma garantice una saludable expectativa para el consumo humano, y debe privilegiarse las fuentes naturales, sobre las fuentes mejoradas por tratamiento, como son las plantas desalinizadoras o las plantas regeneradoras por filtración o cloración simple.

De acuerdo con el reporte publicado en 2006 por la ONU denominado Human Development Beyond Scarcity–Power, Poverty and the Global Water Crisis, en el mundo hay dos mil quinientos millones de personas que no disponen de servicios de agua potable, sin contabilizar a las naciones en guerra.  El reporte atribuye como las causas básicas de la actual crisis del agua a la pobreza, las desigualdades y la disparidad en las relaciones de poder, agravadas por los retos sociales y ambientales, como la urbanización cada vez más rápida, el cambio climático, y la creciente contaminación y merma de los recursos hídricos.

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Para afrontar la crisis, la comunidad internacional ha tenido que cobrar conciencia de que el acceso al agua potable debe encuadrarse en el marco de los Derechos Humanos, y así se establece directa o indirectamente en la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, la Convención sobre los Derechos del Niño, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas define el derecho al agua como el derecho de todos a “disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico”.

Nuestra Constitución reconoce, en su Artículo Cuarto, este derecho fundamental, al establecer que toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible, y en el mismo numeral se establece que el derecho al agua está indisolublemente asociado al derecho a la salud y a una vivienda y una alimentación adecuadas.

Es pues, obligación del Estado Mexicano garantizar a los habitantes de nuestra nación, el acceso al agua potable y así se ha establecido en los principales tratados de derechos humanos suscritos por nuestra nación, fundamentalmente como parte del derecho a un nivel de vida adecuado y del derecho a la salud.

Vale más que el oro

Partiendo de la premisa básica que el agua es un derecho fundamental avalado por los tratados internacionales y reconocido por nuestra Carta Magna, desde la reforma del 08 de febrero de 2011, ya no es necesario invocar  la frase “el agua vale más que el oro” para dirimir la controversia entre preservar el agua o renunciar a ella en aras de un “desarrollo sustentable”, pues es inadmisible, a la luz de la legislación enunciada, que ningún interés comercial, particular o público, puede privilegiarse al derecho fundamental, y por ende, toda autorización, concesión o permiso de explotación comercial que haya sido otorgada por el gobierno mexicano, que ponga en peligro la fuente natural de suministro de agua a una comunidad, debe ser cancelada, por contravenir el derecho fundamental de quienes integran esa comunidad.

La lucha en defensa del agua, gestada en diferentes flancos por la sociedad civil  organizada, ante la amenaza de la minería tóxica,  llevó a la autoridad estatal sudcaliforniana a reconocer la inadmisibilidad de una autorización local de uso de suelo que permitiera poner en riesgo nuestra principal fuente de agua, y generó el compromiso de la nueva administración municipal, de no autorizar el de uso de suelo que permita la operación de la minería tóxica en nuestro municipio, pero tal declaratoria no es suficiente para garantizar la preservación de nuestra fuente de agua. Sabemos que nuestros empleados públicos son corruptibles, y no podemos exponernos a una nueva traición que ponga en riesgo nuestro derecho fundamental al agua. Necesitamos trabajar ahora en la reforma y adecuación de nuestra legislación local, para adecuarlas y armonizarlas al nuevo marco constitucional federal y a los tratados internacionales sobre la materia, hasta conseguir que todas nuestras leyes locales prohíban expresamente la operación en Baja California Sur, de la minería de extracción de metales preciosos a tajo abierto.

¿Cómo apoyar?

Solo necesitamos tu firma en el mandato ciudadano al efecto emitido a nuestros diputados. Al mismo tiempo, y con el mismo fundamento, habremos de buscar y obtener de las autoridades judiciales federales, la cancelación de todas y cada una de las concesiones de explotación minera otorgadas por Semarnat, que pongan en peligro nuestra agua y nuestro entorno saludable.




¿Por qué tenemos qué ir a trabajar? Consideraciones sobre el capitalismo

Bolero en el Jardín Velasco, en La Paz. FOTO: Modesto Peralta Delgado.

Colaboración Especial

Por Xire Gal

 

Cabo San Lucas, Baja California Sur (BCS). Lo dijo atinadamente un amigo, para iniciar el día con pésimo humor, dos cosas: encender una computadora y sufrir la agonía de la espera en lo que se corre el sistema operativo, cuando lo menos que se tiene es tiempo para esperar; la otra, encender el automóvil sólo para escuchar un ruido que antes no hacía el motor. Bueno, eso sí bien va, puede que como me ocurrió, el desconsiderado auto ni siquiera arranque.

Hay que sumar que esto me ocurrió en fin de quincena, así que el taxi carísimo no es opción. Sólo quedaban dos opciones: caminar o el autobús, preferí la segunda. Quedaban pocos asientos, todos para compartir, elegí uno y me senté. Era inevitable que en mi rostro se notara la molestia. Mi compañero, al parecer un trabajador de hotel, que al igual que yo tenía cara de que su día no había iniciado bien, me saludó y, sin que lo esperará iniciamos una conversación que resultó ser bastante reveladora. Enseguida, intentaré reproducirla, procurando que sea lo más fiel posible.

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¿Para qué trabajar?

Xire Gal: ¿Qué caso tiene ir a trabajar? ¿Qué nos obliga a levantarnos e ir a hacer una actividad que está claro, por su cara y la mía, no queremos hacer?

Trabajador: Bueno, hay una primera respuesta, una que es casi una perogrullada. Si no trabajamos no comemos. Sin embargo, la respuesta se puede ampliar, llevándola a consideraciones digamos profundas. Quizá responder que se trabaja para comer es una respuesta que se ajusta a una clase social específica, la clase trabajadora u obrera, y todavía para esta clase resulta ser imprecisa, pues aunque sea para algo extra que no sea la comida nos alcanza el salario. Definitivamente la respuesta no aplica para la pequeña clase capitalista, ni para la clase marginal: los primeros bien pueden dejar de trabajar y lo que poseen les alcanza para vivir una, dos o más vidas de manera holgada; la segunda, no tienen siquiera la posibilidad de trabajar, y apenas sobreviven.

Hay un personaje que se hace obligadamente necesario citar al respecto de este tema, me refiero a Karl Marx, él, con respecto a lo que usted pregunta, dice: La fuerza de trabajo en acción, el trabajo mismo, es la propia actividad vital del obrero, la manifestación misma de su vida. Y esta actividad vital la vende a otro para asegurarse los medios de vida necesarios… El obrero ni siquiera considera el trabajo parte de la vida; para él es más bien un sacrificio de su vida… Para él, la vida comienza allí dónde terminan estas actividades (las del trabajo), en la mesa de su casa, en el banco de la taberna, en la cama…”

Marx no habla de trabajar para comer, sino para vivir, es decir para poder tener acceso a cosas y actividades que nos brinden placer, felicidad si se quiere.

Xire Gal: Precisamente, mi pregunta la hice pensado en eso de lo que habla Marx. Hacer lo desagradable para recibir alguna gratificación, para vivir. Será cliché, pero la culpa es de la efectiva estructura del demonio llamada el capitalismo.

Trabajador: Sí, hay razón en lo que dice. Pero lo importante es intentar comprender cómo es que lo logra, ¿por qué trabajamos? Siguiendo con Marx, de nuevo lo cito: las relaciones de producción forman en conjunto lo que se llama las relaciones sociales, la sociedad. Si entiendo, el capitalismo ha hecho del trabajo la soldadura de la estructura social. Si es así, otra probable respuesta a sus preguntas es que aceptamos las obligaciones laborales porque de no hacerlo no seríamos parte de la sociedad.

Xire Gal: Exacto. Recuerdo que en el pueblo en el que nací y crecí una de las cosas que podían hacer que la comunidad te rechazara, era hacerte de la fama de flojo. Esto costaba ser víctima de burlas y miradas de desprecio.

Trabajador: Y pasa en todos lados. Mucho se habla de la idolatría al consumo. No dudo que hay verdad en esto, mas no dejo de plantearme la pregunta: ¿Trabajamos para consumir o consumimos para trabajar? Estoy tentado a sostener que consumimos para trabajar.

Trabajo-consumo; consumo-trabajo

Xire Gal: No entiendo, explíquese por favor.

Trabajador: Mire, Walter Benjamin analiza el capitalismo y lo comprende como una religión, una muy peculiar: Probablemente el capitalismo es el primer caso de culto no expiante, sino culpabilizante. Este sistema religioso se encuentra arrastrado por una corriente gigantesca. Una monumental consciencia de culpa que no sabe sacudirse la culpabilidad de encima, echa mano del culto no para reparar esa culpa, sino para hacerla universal, forzándola a entrar a la consciencia y, sobre todo, abarcar a Dios mismo en esa culpa para que se interese finalmente en la expiación.

Xire Gal: Sigo sin entender.

Trabajador: Me aproximo al punto, y me disculpo por la pedantería que se hace necesaria de seguir citando autores. Un sociólogo judío, Zygmunt Bauman, en uno de sus libros aborda la función del trabajo en las sociedades modernas. En este libro, siguiendo a otros autores, propone que una de las primeras estrategias del capitalismo, para hacer que los sujetos cumplan sus funciones laborales, fue atribuirle un carácter ético al trabajo, lo que llama la ética del trabajo. El propósito de esto lo resume en la siguiente frase: La imposición de la ética del trabajo implicaba la renuncia a la libertad. Aunque hay que decirlo, en los capítulos últimos, como tantos, pondera al consumismo como heredero de la ética del trabajo.

Xire Gal: Esto contradice su planteamiento. ¿No?

Trabajador: Sí. No discuto que efectivamente el consumo ha permeado nuestra sociedad, que ha hecho del fetichismo la norma. Pero lo que sostiene al ser consumista, sigue siendo el ser trabajador. Vuelvo brevemente a Benjamin, si el capitalismo es una religión, y no me atrevo a decir que no lo es, como toda religión depende de un fundamento ético. Y sólo el trabajo puede adquirir tal carácter. El mismo Bauman se expresa así: Los consumidores deben ser seguidos por intereses estéticos, no por normas éticas… Si la ética asignaba valor supremo al trabajo bien realizado, la estética premia las más intensas experiencias. El capitalismo sigue considerando al trabajo, lo necesita pues perderlo significa perder la estructura social misma. El consumo cumple una función de válvula reguladora de presión. Ayuda a soportar las presiones. Se me puede reprochar que el no poder comprar objetos trae consigo un malestar por sí mismo, pero la culpa no nace de la carencia del objeto, sino de la falta de un trabajo que dé para adquirirlo. Además, la vida en busca de ascetismo de los feligreses de la religión capitalista sólo pueden encontrarlo en el trabajo, no en el consumo.

La gratificación estética del consumo está permitida para el que primero ha padecido las penurias de la jornada laboral. Los que consumen sin primero sufrir son mal vistos; los holgazanes, los ociosos, los llamados ninis. Y no sólo en las sociedades capitalistas, lo mismo ocurre en los comunismos fallidos. En un discurso, Fidel Castro se expresa en los siguientes términos de ellos: Por ahí anda un espécimen, otro subproducto que nosotros debemos combatir. Es ese joven que tiene 16, 17, 15 años, y ni estudia, ni trabaja; entonces andan de lumpen, en esquinas, en bares, van a algunos teatros, y se toman algunas libertades y realizan algunos libertinajes. Un joven que ni trabaje, ni estudie, ¿qué piensa de la vida? ¿Piensa vivir de parásito? ¿Piensa vivir de vago? ¿Piensa vivir de los demás? Si quiere vivir aquí, no puede ser un vago. Aquí hay que trabajar…

Las razones para despreciar a estas personas son en apariencia distintas, para el capitalismo, porque no aportan al capital; para el comunismo, porque son un subproducto de la acumulación de capital. Sin embargo, insisto, el reclamo es el mismo: porque no trabajan.

Turismo en Cabo San Lucas; los que trabajan y los que descansan de trabajar. FOTO: Modesto Peralta Delgado.

El crédito

Xire Gal: Me empieza a quedar claro la perversa red de control.

Trabajador: Marx no se cansó de denunciarlo. Su trabajo fue una ardua labor en la que descubrió los mecanismos que operaban. Tampoco dejó de divulgar sus descubrimientos para que la clase obrera se hicieran consciente de la injusticia en la que vivían. Todo está conformado de tal manera que sea casi imposible salir de la dialéctica opresor-oprimido, la única salida es la revolución, nunca operando dentro del mismo sistema. Verbigracia, si le preguntara a usted ¿quisiera que su salario aumentara? seguramente dirá que sí. ¿Cierto? No por nada se ha vuelto una constante propuesta de los políticos en campaña.

Xire Gal: Es que es necesario, lo que se gana no alcanza para nada.

Trabajador: Tiene razón. Aunque esa no es la solución. El aumento del salario no es más que una ilusión. En palabras de Marxun aumento sensible del salario presupone un crecimiento veloz del capital productivo. A su vez, este veloz crecimiento del capital productivo provoca un desarrollo no menos veloz de riquezas, de lujo, de necesidades y goces sociales. Por tanto, aunque los goces del obrero hayan aumentado, la satisfacción social que producen es ahora menor, comparada con los goces del capitalista, inasequibles para el obrero, y con el nivel de desarrollo de la sociedad en general.

Xire Gal: Es decir, si yo gano más, el capitalista gana aún más. Pedir mayor salario es pedir que rico sea más rico.

Trabajador: Usted lo ha dicho. Ahora, a consecuencia de los avances actuales en tecnología el desarrollo social ha crecido a velocidad antes inimaginable, y con él las necesidades y exigencias. ¿Cómo hacer para no perder la ilusión en la que viven los trabajadores? Fácil, se crea el crédito. Éste permite que el trabajador tenga acceso a mercancías que de otra manera le serían negadas. Nuestra fuerza de trabajo, ahora se compra en valores virtuales. La virtualidad tiene el atributo de no tener límites precisos, haciendo que la ilusión se fortalezca. Hoy se puede adquirir una casa o un automóvil que antes ni en sueños.

No obstante, las matemáticas son las mismas. La virtualidad es siempre expansiva, en crecimiento infinito, pero nuestro infinito aunque sea paradójico es siempre menor que el infinito del capitalista. Otra vez Marx: Si el rápido incremento del capital, aumenta los ingresos del obrero, al mismo tiempo se ahonda el abismo social que separa al obrero del capitalista, y crece, a la par, el poder del capital sobre el trabajo, la dependencia de este con respecto al capital. Las maravillas del crédito, el abismo, ahora puedo asegurar, es improductivo cuantificarlo. Y lo que es más, debido a que el crédito es inagotable, la fuerza de trabajo que tiene su finitud con el fin de nuestra vida, tiene prohibido el descanso.

Xire Gal: En resumen, estoy condenado a trabajar más y más.

Sonrió con malicia y me pidió le permitiera pararse de su asiento y salir al pasillo que hay entre las filas de los asientos, por último dijo: siempre a sido así, el capitalismo sólo ha dado nuevos matices al trabajo, la historia de la humanidad es la historia de su fuerza de trabajo. Bajó del autobús. Por la ventanilla le vi irse a paso lento en dirección opuesta a la del transporte.

Nota para Mamá

Mamá, te amo. Sé que lo sabes, pero sé que te gusta que te lo diga (escriba). No podía desaprovechar este espacio para agradecerte por todo lo que eres. Quizá te sorprenderá saber que de entre todo, lo que más valoro es aquello que hace que nos peleemos constantemente: siempre quieres imponer tu verdad. No imaginas cuánto agradezco tu frase “Si digo que es verde, es verde”, ha fomentado en mi el pensamiento crítico, y si a mi madre no le permito que me diga qué y cómo pensar ¿a que otra figura de autoridad se lo permitiré? Mi cosha, gracias. Gracias, porque de muchas formas lo que escribo es una lucha contra ti, por lo que eres responsable de esto, y se puede decir que cada palabra la escribes conmigo.

Me has dado el regalo más bello posible.

De nuevo, te amo. No dejes de pedirle a tu Dios que me cuide.

FUENTES:

BAUMAN, Sygmun. Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Gedisa Editorial.

BENJAMIN, Walter. Capitalismo como religión. (Descargado de: https://www.google.com.mx/url?sa=t&source=web&rct=j&url=https://lallamaediciones.files.wordpress.com/2015/01/capitalismo-como-religic3b3n-web1.pdf&ved=2ahUKEwilj6bWpfLaAhXL64MKHaRYBZ4QFjABegQIBxAB&usg=AOvVaw2oLrDwjpmLukhiEjg8mcOA).

MARX, Karl. Trabajo asalariado y capital. (Descargado de: https://www.google.com.mx/url?sa=t&source=web&rct=j&url=http://www.enxarxa.com/biblioteca/MARX%2520Trabajo%2520asalariado%2520y%2520capital.pdf&ved=2ahUKEwiHwLafpPLaAhVi44MKHQVzDtwQFjAAegQIAhAB&usg=AOvVaw0sRQXsdVcnVtTXrx3J5T07).

SHERIDAN, Guillermo. Fidel, los ninis y los elvispreslianos. Letras Libres (consultado en: http://www.letraslibres.com/mexico/politica/fidel-los-ninis-y-los-elvispreslianos)




Fadisléivs

Marina de Cabo San Lucas. FOTO: Modesto Peralta Delgado.

Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). A principios del 2014, conocí a Joshua en un restaurante del sur de la Ciudad de México, frecuentado por empresarios y empleados hoteleros.

Joshua es originario de una pequeña isla que forma parte del archipiélago antillano y se integra al total del territorio británico de ultramar. Físicamente tiene un parecido con el corredor Ben Johnson, y es un agradable conversador. Vino a nuestro país contratado por una importante cadena hotelera internacional, para impartir un curso para empleados hoteleros. Este empleo le ha permitido recorrer y conocer los principales destinos turísticos de México, y conocer de cerca el sentir de nuestros compatriotas que laboran en el campo de los servicios turísticos.

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“Debes hablar con tus compatriotas. Decirles que no sigan vendiendo sus tierras. Tarde o temprano, terminarán como nosotros, si no conservan la propiedad de sus tierras. Acepten la inversión extranjera, pero en sociedad, o se convertirán como muchos de nosotros, los antillanos, en simples fadisléivs de los extranjeros.”

La conversación se centró en el extraño fonema, que es una deformación de la combinación de dos palabras cuya traducción sería algo parecido a “esclavos gorditos”, y que se aplicaba en el siglo XVIII a los hijos de los colonizadores europeos —en su mayoría británicos u holandeses—, con las esclavas negras, en su mayoría originarias de la costa occidental africana.

Cuando a un colonizador le gustaba una esclava al punto de tenerla como amante de planta, a la esclava se le otorgaban ciertos privilegios, entre ellos, que sus hijos estuvieran bien alimentados y recibieran educación.

Cuando las Antillas se independizaron, pusieron a la venta todo su territorio. Es el caso de la pequeña isla donde nació Joshua, que es propiedad de un acaudalado inglés dueño además de una empresa que se dedica a comercializar inmuebles en todo el entorno caribeño.

Siendo los nativos afrocaribeños el 90% de la población, conforme tanto al ius sanguinis como al ius solis, por raza y por lugar de nacimiento, los dueños originales de toda esa rica y hermosa tierra isleña que conforma el archipiélago, al vender sus propiedades, actualmente sólo aspiran a ser empleados bien pagados de los extranjeros que acapararon las tierras. Hoy todos son, como dice Joshua,fadisléivs, esclavos bien alimentados, al servicio de sus amos extranjeros. Taxistas, empleados de empresas extranjeras domiciliadas en el archipiélago, y que controlan todas las actividades del servicio en el mercado: bancos, financieras, inmobiliarias, importadoras, cadenas hoteleras, servicios navieros, servicios turísticos, etcétera.

Me despedí de Joshua, a quien volveré a ver en breve, ya que vendrá a Los Cabos a capacitar a los empleados de la cadena hotelera para la que trabaja. La pregunta que quedó en el aire y que invita a la reflexión.

El Arco de Los Cabos desde una azotea en la colonia Gastélum. FOTO: Modesto Peralta Delgado.

A diferencia de los antillanos, nosotros enfrentamos, a más de la amenaza de la concentración de playas y terrenos aledaños en manos de empresas extranjeras, el riesgo la operación de la mega minería de extracción de metales preciosos en tajo a cielo abierto, altamente contaminante y depredadora, actividad que genera enorme riqueza para unos cuantos empresarios, y a cambio deja destrucción, contaminación, pobreza y enfermedades.

¿Terminaremos en Baja California Sur como simples fadisléivs cuando hayan sido vendidas a los extranjeros todas nuestras playas? ¿Seremos fadisléivs de los grandes consorcios mineros? o ¿seremos capaces de defender nuestras tierras y proteger nuestro entorno?

Cuando vuelva a ver a Joshua, abordaremos las interrogantes.




Diputados de BCS, insensatos y arrogantes

 

Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Desde el artero asesinato —que se mantiene impune— del entonces Presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) en Baja California Sur, dicho organismo público autónomo se encuentra acéfalo, hundido en un caos interior por la rebatinga interna ocasionada por la lucha del poder entre los Consejeros y quien fuera la suplente del ausente.

Para completar el estatus de anarquía, nuestros Diputados, nuestros representantes, nuestros empleados del Congreso local, en lugar de ocuparse de solventar la situación, contribuyen con su arrogancia, ignorancia jurídica, falta de tacto e insensatez, a empeorar la situación.

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Resulta que para cubrir la vacante, el Congreso lanzó la convocatoria dirigida a interesados en ocupar el cargo de Presidente de la CEDH de BCS; y uno de los abogados que se apuntó, fue desestimado por razones que el postulante consideró discriminatorias e ilegales, y por ello, acudió ante la justicia federal en demanda de amparo, y de manera provisional, el juzgado federal que admitió la demanda, le otorgó la suspensión del acto reclamado, para el efecto de que no se lleve a cabo por el Congreso, la designación del nuevo Presidente de la CEDH, hasta en tanto y cuanto no se resuelva el juicio de amparo promovido por el abogado excluido.

La notificación del amparo al Congreso, y la inanición que ello provocó, puso de manifiesto el desconocimiento que del procedimiento de amparo, adolecen nuestros diputados y su séquito de “asesores”.

Una semana después, en lugar de aplicarse a solventar el asunto y darnos a los gobernados la certeza jurídica de que la CEDH cuenta ya con un titular —como niños berrinchudos e insensatos—, nuestros Diputados, nuestros representantes, nuestros empleados, se ponen a pelear con el Juez de Distrito, y elevan sus lastimosos lloriqueos jurídicos –infundados– ante el Tribunal Colegiado.

El trámite del ocioso recurso interpuesto por los Diputados, prolongará el procedimiento, en agravio del servicio público, lesionando los legítimos intereses de los cientos de gobernados que se encuentran en espera de que la CEDH reanude labores de manera plena y funcional.

Mal asesorados, mal aconsejados, nuestros diputados están haciendo más grande un problema que pudiera resolverse de una manera muy simple y sencilla.

La costosa maquinaria burocrática que integra la estructura de la CEDH permanecerá acéfala hasta que nuestros Diputados enmienden el procedimiento, lo que bien puede tardar meses en ocurrir, si se empeñan en pelearse con el juzgador federal que conoce del amparo.

El errático proceder de nuestros empleados del Congreso local, deja de manifiesto la carencia de asesoría jurídica profesional.

Esa falta de verdaderos profesionales encargados de asesorar a nuestros empleados del Congreso, es un problema que nos cuesta cientos de millones de pesos al año, y que no se solventará mientras se permita que cobren como “asesores” del Congreso familiares, amigos, compadres, recomendados, queridas, queridos y guachomas, en lugar de auténticos profesionales del Derecho, asesores parlamentarios capacitados, calificados y certificados.

¿Qué tienen qué hacer nuestros Diputados?

En lugar de empantanar el proceso de amparo, a la brevedad posible deben convocar al abogado quejoso, darle la garantía de audiencia, dejarlo hacer la pasarela como cualquier otro solicitante, y luego, elegir entre éste los demás comparecientes, el más apto para desempeñar el cargo de Presidente de la CEDH de BCS. El amparo no es para que elijan al quejoso, es únicamente para que lo dejen participar en la pasarela. ¿Por qué no llamarlo, dejarlo hacer la pasarela, y fin del problema? El amparo será sobreseído por falta de materia, nuestros Diputados eligen al nuevo Presidente, conforme al dedazo ya apuntado, y fin de la historia.

Sentido común, y debida asesoría jurídica. Eso es todo lo que necesitan nuestros representantes en el congreso.




Realizarán ‘Vendimia entre amigos’ en homenaje a Edgar Landín

FOTO: Facebook.

Por Modesto Peralta Delgado

La Paz, Baja California Sur (BCS). Mañana sábado 14 de abril realizarán la tradicional Vendimia entre amigos en el Teatro Al Aire Libre —ubicado en la Unidad Cultural “Prof. Jesús Castro Agúndez”, en La Paz—, en homenaje al artista y promotor cultural Edgar Landín, fallecido el pasado 18 de marzo y quien fuera fundador de este evento.

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Edgar Landín (09-02-1970/18-03-2018) fue diseñador gráfico por la Universidad Autónoma de Guadalajara. Fue maestro y director de plantel en el área pedagógica, y en el plano artístico cultural se desempeñó en la fotografía, el arte plástico y el teatro. Fue fundador del grupo Vendimia entre amigos que inició en la extinta La Caja, un sitio de promoción de arte y cultura que le valió el acercamiento con artistas.

El evento se desarrollará en el Teatro Al Aire Libre “Rosaura Zapata”, ubicado de espaldas al Teatro de la Ciudad en esta capital de 16:00 a 18:00 horas.

Además de poder encontrarse productos artesanales y de productores locales —que de tal forma nació este grupo—, habrá un programa artístico que incluye a creadores de diferentes disciplinas: Fernanda del Peón en clavinova; Cecy Benitez en canto; Raúl Cota Álvarez en narrativa; Frank Hanon en teclados; lectura dramatizada con Francisco J. Barragón; y el canto de Consuelo Martínez.

Quienes por fortuna conocimos a Edgar Landín lamentamos mucho su fallecimiento. Siempre será recordado como un incansable promotor cultural, un entusiaste participante en diferentes talleres artísticos, y una persona de una amplia sonrisa y un trato siempre amable. Descanse en paz.