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El peculado. ¿Qué se necesita para acabar con la corrupción?

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Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

La Paz, Baja California Sur (BCS). La función pública en los regímenes democráticos, se rige por principios de honestidad, transparencia, legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia, bajo esquemas normativos que buscan alcanzar la máxima eficiencia con el menor costo posible. Desafortunadamente, en muchos casos, ese objetivo resulta malogrado —principalmente— por la corrupción.

El eje rector de la propuesta de la actual administración pública de los tres niveles, es el combate a la corrupción, y si bien no existe en el texto constitucional un concepto jurídico que la defina, fundamentalmente por tratarse de un concepto sociológico, en el discurso político y en la propuesta que genera la normatividad que rige la vida del Estado, se ha ubicado la interpretación y el combate a la corrupción, en el campo de la aplicación del Derecho Penal, a través de diversas figuras delictivas, cuyo común denominador es la protección del erario y del buen funcionamiento del servicio público; es así como surgen los diversos tipos penales que sancionan con cárcel y multas las conductas que a criterio del legislador, transgreden el servicio público y lesionan o ponen en peligro el erario.

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Entre esas figuras delictivas, destaca el peculado, que en términos generales, se concreta cuando un servidor público desvía o distrae de su destino, dinero, valores, fincas, o cualquier otra cosa perteneciente al Estado, organismos descentralizados, municipios o a un particular, si por razón de su cargo los hubiera recibido en administración o en depósito.

Javier Duarte, ex gobernador de Veracruz, vinculado a proceso por peculado.

Si bien en sus orígenes únicamente se consideraba a los servidores públicos como probables perpetradores de este delito, actualmente las legislaciones modernas previenen un supuesto en el cual, el peculado puede ser cometido por particulares, ya sea por personas físicas (individuos) o jurídicas (sociedades, empresas, asociaciones) bajo la figura denominada peculado impropio.

Ésta es probablemente la figura delictiva más antigua, entre las destinadas a sancionar el desvío de recursos públicos; los romanos entendían la importancia de sancionar los actos de corrupción, para mantener sanas las finanzas públicas y su administración, y sancionaban severamente el peculado.  El peculatus, era una forma agravada del hurto de dinero público, o disposición indebida de un botín de guerra obtenido por las tropas romanas.

En BCS, intocables

Hoy en día, hablando específicamente de Baja California Sur, ha sido un reproche social reiterado, el dispendio, derroche y desvío de recursos públicos, que queda al descubierto en cada cambio de administración, y siendo tan importante combatir el peculado, por ser el referente de corrupción por excelencia, en la práctica encontramos que no se sanciona.

De hecho, a la fecha, no existe registro histórico de algún servidor público que haya sido penalmente sancionado por la comisión del delito de peculado en este Estado; probablemente, el caso más cercano a ello, fue el del ex Alcalde de Loreto, de apellido oriental, que si bien fue condenado en primera y segunda instancia, un amparo lo exoneró, porque el Ministerio Público no supo integrar adecuadamente el expediente de averiguación previa con el que fincó su acusación.

Cuatro son, a grandes rasgos,  los factores que históricamente han cobijado con franca impunidad a los servidores públicos que han saqueado las arcas estatales y municipales:

Complicidades

La complicidad o componenda entre quién delinque y quién tiene a su cargo la integración del expediente de investigación y acusación, es de los factores que más influye para que la corrupción permanezca en el sistema. El hecho de que el Ministerio Público dependa del Procurador de justicia, y éste del Gobernador en turno, somete el ejercicio de la persecución delictiva, a las directrices y vertientes que marque el Gobernador, al grado de que la facultad persecutora —en muchos casos— se utiliza más como herramienta de control político y venganza, que como un verdadero ejercicio de representación social.

Incapacidad técnica

Otro de los factores más sobresalientes es la incapacidad técnica del personal a cuyo cargo se encuentra la integración de la carpeta de investigación del hecho delictivo. A la fecha, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) no cuenta con protocolos de actuación que sean específicos para delitos cometidos por servidores públicos, y su dirección de servicios periciales no cuenta con un cuerpo pericial en materia de auditoría administrativa y contable, que le permita afrontar con eficacia, el reto de dictaminar en la mayoría de los casos en los que las finanzas públicas se ven lesionadas.

Ausencia de controles

Invariablemente el encargo de contralor municipal o estatal, recae en una persona allegada al respectivo titular del ejecutivo, lo que propicia corruptelas y omisiones en el desempeño del encargo.

Complacencia ciudadana

La corrupción encuentra tan arraigada en nuestro servicio público, que para la mayoría de los ciudadanos, es “normal”, que los servidores públicos lucren ilícitamente en el ejercicio de su encargo. “Robé poquito”, fue un exitoso eslogan de campaña de un político nacional. “Robó pero hizo obra pública”, dicen refiriéndose a cierto ex gobernador. En la percepción colectiva, la corrupción no es mala, si se hace “con moderación”.

Hilario Ramírez “Layín”, ex alcalde de San Blas, Nayarit, famoso por haber confesado que “robo poquito” durante su administración.

¿Qué necesitamos para castigar, inhibir, prevenir y finalmente erradicar el peculado?Debemos revertir completamente la visión complaciente y tolerante que se tiene de la coexistencia de la corrupción y el ejercicio público; la percepción y postura ciudadana, debe ser radical e inflexible. Cero tolerancia. Ni partícipe ni pasivo espectador de actos de corrupción.

Si queremos acabar con la impunidad en el Estado, podemos empezar por dotar al Procurador de Justicia, y a los contralores, de plena autonomía orgánica y presupuestal; asimismo, crear un instituto autónomo que brinde a los servicios periciales, la capacitación técnica y soporte logístico necesarios para que ejerzan su labor con honradez y eficacia.

Cualquier proyecto de combate a la corrupción que no dote de autonomía administrativa, presupuestal y soporte técnico a las instituciones encargadas de supervisar el ejercicio público, investigar y perseguir los delitos, y dictaminar al respecto, será mera simulación y empeño estéril.

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




¿Cómo debería llamarse Baja California Sur? Propuestas para un cambio de nombre

Casa del Estudiante en la Ciudad de México. FOTO: Modesto Peralta Delgado.

El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hasta el momento, no se ha presentado una propuesta para cambiar de nombre al Estado de Baja California Sur, declaró para este medio el diputado Esteban Ojeda Ramírez; sin embargo, él mismo sabe de crecientes rumores sobre esta inquietud. CULCO BCS investigó la postura sobre el tema con diferentes expertos, y logró dar con quien podría ser la primera persona en solicitarlo ante el Congreso del Estado. De aprobarse, este hecho sería de una enorme trascendencia para la media península, y aunque no fuera así —al menos en un corto plazo—, el sólo hecho de analizar la posibilidad podría movilizar a una amplia discusión ciudadana.

¿Sabes cuáles son las propuestas para cambiar de nombre a BCS? Históricamente, por derecho o por costumbre ¿cuál le correspondería? ¿Qué significa California y qué tiene de particular? ¿Qué voces han surgido para analizar nuestra historia y el nombre de la Entidad? ¿Qué procedimiento se ocuparía? Para responder todas estas preguntas, CULCO BCS publica este reportaje y te invita a llegar hasta el final.

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Fácil pero complicado

En exclusiva para este medio, el diputado Ojeda Ramírez, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales del Congreso del Estado, dijo que hasta la fecha —entrevistado el 19 de diciembre de 2018— “no ha habido propuesta (…) No, aunque sí he escuchado un fuerte rumor”. A finales del año pasado, un grupo de historiadores regionales lo invitaron a una serie de conferencias, y aunque no pudo asistir, se enteró que se trataba de una propuesta académica sobre el origen del nombre California y la posibilidad de presentar una propuesta de cambio de nombre.

Se refería a la III Semana de Historia California en la identidad de los sudcalifornianos, que se llevó a cabo en el Museo Regional de Antropología e Historia en La Paz a principios de noviembre, por la Asociación de Californios Amigos de la Historia y los Estudios Locales (CAHEL, A.C.), en donde participaron los maestros Gilberto Ibarra Rivera, Eligio Moisés Coronado y Carlos Lazcano Sahagún, entre otros. Ellos, entrevistados para este reportaje, negaron que hasta el momento hayan solicitado el cambio de nombre de la Entidad a los diputados, aunque sí son simpatizantes de la idea.

¿Qué se ocuparía para cambiarle el nombre a Baja California Sur?, se le cuestionó al legislador —quien posee una Maestría en Historia por la UABCS—, y explicó que con las recientes modificaciones a la Ley, cuando antes se requería presentar alrededor de mil firmas, ahora sería relativamente fácil, pues bastaría que una sola persona reúna ciertos requisitos en su propuesta —antecedentes, fundamentos históricos, etcétera— y presente la iniciativa de ley ante del Congreso del Estado. “Todas la iniciativas se reúnen; la Comisión hace las revisiones y le notifica al ciudadano si pasa o no; la iniciativa va al Congreso, a la Oficialía Mayor; se presenta el dictamen al proceso, consulta y demás (…) Toda la instrumentación la operaría el Congreso”.

De haber una propuesta, el Diputado sería de los primeros en enterarse por presidir la Comisión mencionada, pero se trataría de un tema muy complejo que requeriría varias consultas: “es un tema muy delicado, seguramente tiene que haber una amplia consulta y no saldría en una primera etapa; tendría que hacerse una serie de indagaciones, propuestas, foros, una serie de actividades que involucraría a toda la sociedad: intelectuales, políticos, académicos, universitarios, políticos… Muy grande la consulta”.

Esteban Ojeda comentó que, si bien no es nada nuevo, sí se trata de “un rumor que corre” y del que ya le han preguntado personas de la sociedad civil. “Yo he escuchado en el transcurso de los años —tengo 42 años viviendo aquí, llegue a los 20 años—, he escuchado de hasta la fecha, dos nombres: el nombre de Sudcalifornia y recientemente he escuchado el de California“. ¿Usted en lo particular tiene alguna preferencia? Se le preguntó y dijo que no: “personalmente no tengo ningún interés de que se cambie, pero desde el punto de vista histórico, apoyaría que fuera California“. Y éste último nombre, ¿no presentaría alguna controversia internacional al tenerlo ya un Estado de Estados Unidos? “No se que implicaciones tendría a nivel internacional —dijo—, pero hay otras ciudades de igual nombre en diferentes países y lugares. Tendría que haber una argumentación con especialistas en la materia, mas allá de los historiadores, un asunto de políticos internacionalistas”.

El cambio de nombre de la Entidad, debe aprobarse o no, en el Congreso del Estado. FOTO: Archivo.

Que se llame Sudcalifornia

En 1967 se empezó a realizar la popular carrera off road Baja Mil. Fue a partir de su uso publicitario que a la fecha —y luego de más de 50 años—, a la Entidad se le empezó a llamar simple y llanamente Baja. Así lo explicó el maestro Gilberto Ibarra Rivera —autor de varios libros de historia, entre ellos Diccionario Sudcaliforniano—, preocupado por la pérdida de identidad sudcaliforniana con esta ya enraizada denominación. “Eso le gusta a los americanos —dijo—, pero el pueblo protesta”, y fue así que el entonces gobernador Alberto Alvarado Arámburo estableció el Decreto 374 que prohibía —y sancionaría— el uso de Baja para nombrar al Estado. Sin embargo, “no se hace nada en lo absoluto (…) fue un decreto muerto” del gobierno del PRI, que tampoco aplicaron los gobiernos del PRD y del PAN. Hasta la fecha —criticó— las áreas de Turismo y hoteleros siguen popularizando el acortado nombre: “les es más fácil hacer eso, como no hay sanciones, ellos siguen, ha podido más el poder económico que el poder legislativo”. El Decreto 374 fue publicado en 1982, sigue vigente y puede descargarse en línea, donde se lee que hay una multa de hasta 25 mil pesos para quienes “continúen utilizando solamente el calificativo “BAJA” para designar a nuestra Entidad”.

Gilberto Ibarra Rivera. FOTO: Modesto Peralta Delgado.

En un enorme esfuerzo de síntesis, Ibarra Rivera nos ayudó a esbozar la historia del nombre de esta tierra que ha tenido unos diez a lo largo del tiempo, y unas cinco propuestas para cambiarlo. A pesar de la bruma de datos, el maestro posee una memoria asombrosa. De entrada, comentó que el nuestro “es el único Estado de la República Mexicana que tiene su origen en la Literatura universal“. California proviene de Califerne, un lugar de fantasía mencionado en la novela Las Sergas de Esplandián de Garci Rodríguez de Montalvo. Publicado en 1510, las aventuras narran las aventuras de la guerra entre cristianos y musulmanes en la Edad Media, y allí se menciona a Califerne, donde reinaba Calafia. Fue así como los navegantes españoles que llegaron en el siglo XVI a lo que hoy es Baja California Sur, creyeron haber llegado a una isla llena de tesoros y habitada sólo por mujeres exóticas. Pronto les llegó el desencanto, pero la creencia de que estábamos en una isla perduró hasta entrado el siglo XVII.

El 3 de mayo de 1535 llegó Hernán Cortés a lo que hoy es La Paz —continuó el maestro—, y durante la expedición “se dice que los soldados vieron El Arco (de Los Cabos) y les hizo referencia la Califerne. ¡Aquí tienes tu California!, le dijeron, y de ahí surge el nombre de California“. El uso más antiguo del nombre está en un mapa que bautizó como Cabo California a lo que hoy es Cabo San Lucas, y pronto, se le llamó así todo el amplio territorio que abarcaba hasta el Sur de Estados Unidos. A partir de 1562, esta denominación tuvo un registro oficial por parte de la Corona Española, y así —o bien, Californias, en plural—, se le llamó a todo el conjunto de tierra con sus pequeñas islas. Incluso, luego de 1663, en honor al rey Carlos, un tiempo se le nombró Carolinas, lo que no duró mucho, si no, en vez de californios o sudcalifornios nos hubiésemos llamado carolinos.

Hasta el siglo XVII, el padre Eusebio Kino vino a descubrir que no se trataba de una isla sino de una península, pese a lo cual, los cartógrafos todavía la dibujaban de ambos modos; desde esta época misional, el nombre de California perduró para esta vasta región. Después se denominó Alta California —actualmente, EEUU— y Baja California a toda la península —algún tiempo a estas zonas también se les nombró Nueva y Antigua California, respectivamente. De manera que a inicios del siglo XVIII, empieza a utilizarse Baja California, pero luego de la Independencia de México, también se le nombró Territorio, Provincia o Departamento de Baja California. Viene después el gobierno de Antonio López de Santa Anna, quien pierde la guerra contra EEUU (1848): “nos ganan esa guerra y nos despojan de los territorios, y nos despojan también del nombre original de esta tierra, y la California se quedó Estados Unidos y a nosotros nos dejaron como Baja California“.

Así, la península duró muchos años como una sola entidad divida en Distritos y luego como Territorios. Para 1951, Baja California se convierte en Estado, pero aquí se le siguió llamando Territorio de Baja California Sur. En 1974, el Congreso tuvo la oportunidad para cambiar definitivamente el nombre al estado, “pero no hicieron ese cambio, ¡se les fue!”; sí dejaron el gentilicio como sudcaliforniano, pero a partir de ese año, formalmente, nuestra entidad se llamó y se sigue llamando Baja California Sur.

Luego de medio siglo en que se ha popularizado más llamarle Baja al Estado, “por economía de esfuerzo”, el tema de su denominación vuelve a surgir. Ibarra Rivera señaló que oficialmente no sabe qué organismo o ciudadano presente una propuesta, pero le gustaría que las autoridades por fin atiendan esta inquietud. ¿Qué otros nombres ha sabido, que se han dado, como propuestas para la Entidad?, se le preguntó, y respondió que han sido: Sudcalifornia, California, California del Sur y California Mexicana. ¿Con cuál simpatiza Usted? “A mi me parece bien Sudcalifornia —declaró—, por antigüedad y derecho. La simpatía parece que va mas por California, México. En lo personal, me gusta más Sudcalifornia porque estamos más identificados, pero históricamente le corresponde California“. Sería a principios de los años 70’s —comentó—, que el conocido historiador Miguel León Portilla, “perfiló que Baja California Sur iba al desarrollo (…) ¡Con qué anticipación lo dijo! Que se perfilaba un desarrollo enorme para que fueran pensando los sudcalifornianos, que la llamaran Sudcalifornia. Pero nadie hizo caso”.

Que se llame California

Por su parte, el maestro Eligio Moisés Coronado —quien fue cronista de La Paz, y hoy también miembro de la CAHEL, A.C., además de autor de varios artículos y libros—, facilitó a este medio algunos materiales sobre el tema. Lo que se muestra a continuación, es la propuesta publicada en 1970 en Excélsior por Miguel León Portilla, para designar Sudcalifornia a esta Entidad, y que se publicó también en el Estado como una posibilidad de cambio de nombre —4 años después se le da el nombre de Baja California Sur. Y en seguida, una resolución de la Comisión de las Californias, firmada por el propio Coronado en 1973, donde expresan su oposición en denominar a la Entidad sencillamente como Baja, por un uso “denigrante, dando la impresión de que la península es una sección menor de la California norteamericana“.

FOTOS: Cortesía.

Moisés Coronado dijo “considero justo que se niegue el registro de cualquier empresa que pretenda tener como razón social los solos calificativos de Baja o Baja Sur; que se establezca en cantidad alta de salarios mínimos la sanción a quien insista en usar alguno de estos títulos; y que a los reincidentes además se les cancele el permiso respectivo”.  Y sobre el respeto al Decreto 374, señaló que “lamentablemente sólo en parte, pero se han obtenido algunos logros: en La Paz, el nombre oficial del hotel Baja fue cambiado por el de hotel Baja California Sur; la agencia Volkswagen cambió de Automotriz Baja Sur a Automotriz Mar de Cortés, y algunos negocios en el estado han hecho el cambio correspondiente. Por fortuna son ya varios los empresarios que han optado por el nombre de California para aplicarlo a sus negocios, lo cual es absolutamente legítimo porque históricamente nos pertenece”. En conversación vía telefónica a este medio, el maestro Coronado indicó que simpatiza con la idea de que el Estado vuelva a tener su nombre original: California.

Que se llame California… ¡Y California Norte!

Carlos Lazcano Sahagún, director del Museo de Historia de Ensenada, recientemente publicó Sobre el nombre California, donde explica el origen de este nombre y la evolución de su cartografía. Como se dijo anteriormente, proviene de Las Sergas de Esplandián, donde se menciona el reino de California, aunque asegura que “no se sabe el nombre de dónde viene, ni de qué lengua es, ni qué significa”; estudiosos han creído que tiene raíces árabes, o que el autor de la novela lo tomó de Califerne, de Canción del Roldán que se publicaron tres siglos atrás. Todo esto es especulativo, comentó.

El también geólogo indicó que el primer registro de este nombre se hizo en un mapa de 1562, trazado por el cartógrafo real Diego Gutiérrez, donde coloca el nombre de Cabo California a lo que hoy es Cabo San Lucas, y de ahí, brincó al resto de la península. Según el mismo historiador, la confusión de que esta zona era una isla empezó a principios del siglo XVII, sin embargo, hubo un mapa de 1541 que ya la definía como península.

Lazcano Sahagún, propone que Baja California Sur sea llamada California, y su Estado, Baja California, sea denominado California del Norte. Sin embargo, “en Baja California hay sectores amplios que asumen el término Baja; esta propuesta que yo hago no es bien recibida, muchos piensan que no es válida (…) La actitud es más bien de rechazo, pero sin ninguna base firme. El término Baja es como un término comercial es como una marca”, asegurando que el fondo del asunto es que allí hay mucha migración y no existe el arraigo que hay entre los sudcalifornianos. Además, en su opinión, a pesar de que ya existe el mismo nombre en EEUU, “no tenemos porque tomar en cuenta  a los gringos, históricamente (el nombre) es de los mexicanos”.

Resistencia civil responsable

Quien presentará la iniciativa ante el Congreso del Estado es el periodista Cuauhtémoc Morgan Hernández, director general de Colectivo Pericú, pionero de los medios digitales en la media península —que este año cumple una década. En entrevista para este medio declaró que “absolutamente nadie ha manifestado públicamente su interés por meter una iniciativa a fin de cambiarle el nombre al Estado, ni siquiera a nivel de diputados o de alguna fracción; el único que ha externado llevar esto al Congreso, con algunos compañeros, es su servidor y sí lo voy a llevar al Congreso (…) Ojalá que sea en enero. Yo personalmente acudiré a presentar una iniciativa para presentar el aspecto legal para que se cambie el nombre del Estado Libre y Soberano de Baja California Sur a únicamente a California (…) Estamos a tiempo todavía de cambiarle el nombre”.

Cuauhtémoc Morgan Hernández. FOTO: Cortesía.

Desde hace 3 años, aproximadamente, ha sido un impulsor de este tema. Señaló que EEUU —y últimamente con más fuerza, Donald Trump—, se han encargado de hacer llamar Baja a esta Entidad, habiéndose apropiado del nombre que le pertenecía a los sudcalifornianos, calificando ésto como “el despojo más grande que se ha hecho a esta patria, el de su nombre original”. Conocedor de la historia regional, recordó que “como siempre, desde el centro de la República, a esta tierra olvidada la llamaron de diferentes nombres. Cuando se estuvo en la verdadera posición, cuando se constituyó como Estado Libre y Soberano, allí debió haberse colocado el nombre como California (…) Era la gran oportunidad de recuperar el nombre original”. Para él, llamarla sólo Baja “es una pérdida de identidad (…) Están tomando esto como algo insignificante que no tiene sentido, porque no tienen un claro sentido de pertenencia a esta tierra, y cuando le mencionan Baja lo ven como algo muy común, cuando nos esta despojando de algo original”.

Como un “acto de responsabilidad civil nativa, oriunda de BCS” y como “una resistencia civil responsable”, desde hace 2 años lanzaron un video donde anunciaban que cada que se publicara una nota en Colectivo Pericú, antepondrían el nombre de California, como “La Paz, California“, etcétera. Así, “estamos impulsando que a esta tierra se le devuelva su nombre original, ni Baja, ni Baja Sur, única, seca y llanamente, California. Y así vamos a seguir, como una protesta permanente, a fin de ir propagando la idea”. Esta posición que calificó de “atrevida” —contó—, le ha acarreado críticas y recriminaciones; le cuestionan que Si ya existe un California, Estados Unidos, ¿cómo vas a pretender que aquí se le llame igual?; él responde que, históricamente, le pertenece ese nombre, que hay otros lugares con nombres iguales en el mundo sin que signifique un problema, y que una “reafirmación del nombre de California está en el mismo golfo que es Golfo de California: ahí viene una reafirmación de nuestro nombre, que con millones de olas nos bautiza”.

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¿Qué pedo con los zapatistas y El Peje? El EZLN en tiempos de cólera

FOTO: Gregory Bull (AP) / Interiores: Internet.

Agenda Comunitaria

Por Frank Aguirre

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). ¡Achis, achis, los mariachis!, fue lo primero que vino a mi mente después de leer una y otra vez en redes sociales, las críticas infundadas contra el mensaje emitido la semana pasada por parte del Ejército Zapatista de Liberación Nacional; parece que en la forma de reflexionar de aquellos quienes cuestionan la veracidad y la existencia del EZLN omiten los hechos históricos.

¿Por qué hasta ahora aparece el EZLN a declarar?

Primero, no salen “hasta ahorita”, cuidado con los “sospechosismos”. El EZLN tiene dos décadas haciendo festivales, visitas a otras comunidades indígenas, emitiendo comunicados, impartiendo talleres, conferencias en universidades. Que tú no leas sus comunicados o los sigas en Facebook o Twitter, no quiere decir que literalmente no hayan hecho nada en 20 años; es más, hasta respaldaron una precampaña presidencial ¿o ya olvidamos a Marichuy, la aspirante a candidata independiente a la Presidencia de la República?

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Sí, pero… ¡¿Por qué hasta ahorita!?

Por la sencilla razón de que el EZLN está festejando el 25 aniversario de su levantamiento y lucha. Está de más decir que lo hicieron en su territorio, y los medios fueron quienes cubrieron dicho evento, no salieron a tomar alguna plaza o marchar en alguna avenida. De guerrilla armada a lucha narrativa, hace años que el zapatismo tuvo una transición hacia el uso del discurso como arma de combate para construir un argumento que ayudase a ganar el apoyo social y el reconocimiento institucional. Por ello, en agosto del año pasado tuve la fortuna de visitar por primera vez, junto a mi padre, durante tres días, el Caracol de Morelia, al Sur de Chiapas, a una hora y media de San Cristóbal de las Casas. Allí encontramos que la humildad es un hábito, la franqueza es indispensable y la colectividad una obligación.

Pocos recuerdan que no hace muchos años existía el Comité Civil Universitario, lo que ahora se conoce como Frente Zapatista Sudcaliforniano, y con ellos se dio a conocer en Baja California Sur La otra campaña y la Escuelita Zapatista. Por allá, a principios del nuevo milenio, en la capital se decidió —en ausencia de los miembros— desconocer a este movimiento local como adherente al Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN), ésto sucedió debido a que representantes de Ensenada se tomaron la libertad —desde su interpretación—, de explicar la situación que se dio en BCS: hubo una masiva migración de miembros del zapatismo sudcaliforniano al Partido de la Revolución Democrática (PRD); pasaron de revolucionarios a reformistas, o sea a formar parte de las filas del PRD, durante el sexenio de Leonel Cota Montaño, y algunos ahora incluso están en Morena.

Y entonces, ¿por qué tanto se quejan de “El Peje”? ¡Si hasta tienen fotos juntos!

Personalmente no me considero la persona indicada para responder dicha pregunta, en todo caso pueden verlo con sus propios ojos. Mi interpretación de todo esto es que los zapatistas tzotziles, tzeltales, tojolabales y mayas, no ven su agenda reflejada en esta izquierda que Morena y el Presidente estarán llevando a cabo durante los siguientes 6 años. ¿Cuál es esa agenda? Aquella en la que se deje de despojar a las comunidades de sus tierras, aquella en la que la autogestión y las costumbres de los pueblos originarios se respeten y no se coapten, y aquella en la que se proteja primero al medio ambiente y los recursos naturales antes que a los bancos e inversionistas extranjeros. El Tren Maya es sólo la punta de sus quejas.

Me queda concluir a medias, y decir que quienes no estamos de acuerdo con algunas o muchas de las iniciativas de la actual administración federal —cómo continuar con la militarización del país a través de la Guardia Nacional, o con la construcción del Tren Maya—, no somos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), no somos del Partido Acción Nacional (PAN), es más, algunos hasta podemos ser parte de una izquierda internacional y progresista, y aún así ser una oposición más genuina que la nada seria “oposición partidista” que hay en los diversos Congresos del país.

La oposición zapatista, además, lleva años trabajando, resistiendo y luchando contra diversos tipos de violencia, por dicha razón esperaban más de ésta transición presidencial, y no se sienten conformes con la tibieza con la que algunos temas se están tocando, o como inclusive se cae en la pifia de replicar políticas públicas fallidas de administraciones anteriores, que además nos siguen poniendo en peligro.

Por todo esto, considero que vale la pena, antes de afirmar sobre situaciones que nos rodean, tener los elementos indispensables para otorgar certeza al enunciado o postura a emitir. Del zapatismo, con tan solo un clavado entre bibliotecas o hemerotecas, se puede leer a Elena Poniatowska, Juan Villoro, Carlos Monsiváis o hasta ver a Ponchito (Andrés Bustamante), la BBC, El País, y demás diarios, autores y periodistas de alta credibilidad; o releer a través de un mar de letras, de prosas, poemas e investigaciones académicas lo que se ha hecho, dicho, sufrido, errado —porque ha habido errores— y acertado en el Sur de Chiapas.

Yo recomiendo, que si sólo sabes sobre el tema por lo que te platican “los compas” que “saben”, y quieres empezar a tener un panorama claro de cómo y por qué comenzó el levantamiento zapatista, lee Los hombres sin rostro, un dosier que incluye desde boletines emitidos por el Gobierno, testimonios fechados y fichados de denuncias contra la insurgencia zapatista, hasta declaraciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y los comunicados de los mismos zapatistas, así como los intermediarios que dieron fe de lo que sucedió durante el levantamiento armado.

Que no te cuenten, si puedes vívelo por ti mismo, no es difícil entrar a un caracol zapatista; si no hay disponibilidad para vivirlo, léelo y escúchalo, en medio de las ofensas y la romantización está la información, el contexto.

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Puebla de Los Demonios… Criminales, fraudulentos y desestabilizadores

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La Última Trinchera

Por Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La oposición ya se lamentó por la muerte del ex gobernador Rafael Moreno Valle y de su esposa, la gobernadora Martha Érika Alonso; ahora se regodean en la especulación y afilarán los comentarios tendenciosos para sugerir un magnicidio tramado desde el Gobierno Federal o la facción morenista de Puebla, con el segundo lugar de la pasada elección de gobernador Miguel Barbosa como figura central.

Por si fuera poco, en la Puebla de los Demonios tenemos otro ingrediente explosivo en esta trama política: el crimen organizado, sobre todo en su división huachicolera, que logró incrustarse en el estado gracias a la confabulación de algunas autoridades políticas, militares y policíacas, así como de Petróleos Mexicanos (Pemex) con los saqueadores, de otra manera no se explica el grado de impunidad de esta modalidad de robo en la entidad.

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Días antes del accidente de la aeronave circularon algunas columnas de opinión, sobre todo en medios poblanos, en las que se llegó a mencionar que la ira de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para con Moreno Valle y Alonso era inconmensurable y de alcances inimaginables, debido al fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que tras la elección –manchada por el fraude– dio la gubernatura a la panista Martha Érika Alonso ante el descontento de un gran sector de los poblanos. Es así que “el caldo de cultivo” para hablar de conspiraciones políticas y un posible magnicidio serán en los días que siguen “la rebatinga” de las redes sociales y los medios acomodaticios.

La oposición buscará sacar de la muerte de los políticos poblanos el mayor beneficio, y es que así es la política; denostarán e intentarán desacreditar el proceder de las autoridades en la investigación del accidente. Y mientras Jesús Rodríguez Almeida funciona como responsable del gobierno en lo que se nombra un gobernador interino y se organizan nuevas elecciones, la oposición tal vez buscará aliarse para vencer a Morena, pues ya sin el control total del panismo sobre las autoridades electorales y de otras dependencias en el estado poblano, la cancha electoral será más pareja y mucho dependerá de las alianzas políticas y del descrédito que dé el Gobierno Federal logren los esbirros del prianismo en este lapso.

Lo más deseable en este turbio asunto es que se tratara de un accidente y que las autoridades lo esclarezcan con prontitud y no dejen lugar a dudas de los sucedido; por lo pronto las especulaciones sobre un posible atentado desde el crimen organizado y/o desde el gobierno no se dejarán esperar, de hecho, ya circulan en las redes diversos comentarios de algunos de los políticos “de medio pelo” más rancios del panismo y el priísmo, así como de los internautas más tirados a la derecha, de esos que no sólo no concuerdan con la nueva administración de la República, si no que la odian desde los puntos de vista —coherentes o ilógicos— más recalcitrantes.

Desgraciadamente, la transición política a la que estamos asistiendo ha incomodado en demasía a los sectores económicos y mediáticos alienados al priísmo y al panismo y, hasta que las autoridades no esclarezcan a cabalidad lo sucedido, desde la derecha más testaruda se dará una intentona de desestabilización de la nueva administración federal.

La fila de muertes, individuales y grupales, sin esclarecer en este país es por centenas milenaria y es necesario que se vayan solventando las investigaciones sobre éstas; ese debe ser uno de los puntos torales de este sexenio. Sin embargo, en este momento es indispensable que las autoridades investiguen a profundidad las muertes de Moreno Valle y Érika Alonso, pues en los tiempos de la encrucijada política que vivimos, es de vital importancia —por la estabilidad de país— que los decesos del senador panista y la gobernadora de Puebla sean esclarecidos con celeridad y con la transparencia que el asunto merece.

De no ser así, la ahora oposición hará lo que históricamente ha hecho hasta en sus filas cuando de muertes y asesinatos se ha tratado, enredar el asunto y sacar la mayor “raja política” de éste. Esperemos que en breve Puebla vuelva a ser de los Ángeles y no de los Demonios que desde hace tiempo la aquejan.

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Reconocen paternidad de pareja gay. Las resoluciones relevantes de SCJN en 2018

FOTO: Modesto Peralta Delgado / Interior: Internet.

Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Entre las resoluciones emitidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a lo largo del 2018, cuyo criterio resulta obligatorio para todos los tribunales del país, destacan por su relevancia y trascendencia, las siguientes:

Derecho a convertirse en padres 

Un matrimonio homosexual de varones, mediante procedimiento de maternidad subrogada a que se sometió una mujer –con la fecundación lograda con el esperma proveniente de un miembro de la pareja y el óvulo de una donante anónima–, logró la procreación de un hijo con nexo biológico, por lo que solicitaron por escrito al Registro Civil de Yucatán inscribir al menor con los apellidos de ambos integrantes del matrimonio, el que les negó dicha inscripción argumentando que su legislación no lo preveía.

La Primera Sala de la SCJN determinó que se permite el establecimiento de la filiación jurídica incluso ante la falta de vínculo biológico y es factible establecerla con hijo nacido por técnica de reproducción asistida, pues no se requiere comprobar de liga biológica. El interés superior del menor exige establecer la filiación del menor, para su adecuado desarrollo y para contar con todos los derechos prestacionales derivados de la filiación, como los alimentarios, sucesorios; así como a recibir cuidados, educación y afecto, por lo que lo más conveniente en este caso es que sea cuidado por las personas que desean hacerse cargo de él y lo han hecho desde su nacimiento.

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La marihuana gana batallas

La reiteración que realizó la SCJN sobre la inconstitucionalidad de la prohibición absoluta del consumo recreativo de la marihuana, crea jurisprudencia, y autoriza el consumo personal de Cannabis con fines lúdicos y recreativos, pero solo para quien tramite un amparo para tal efecto, por lo que es necesario someterse a los lineamientos de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para obtener tal permiso.

Por otra parte, la Segunda Sala de la SCJN en su resolución otorgó a los amparistas la posibilidad de importar semillas de marihuana, o adquirirlas de sujetos previamente autorizados para ello, en los términos que precise la Cofepris.

Salud, encima de la religión

El Estado debe ordenar que se le realicen transfusiones sanguíneas a un infante, con el fin de salvar su vida, aun cuando sus padres rechacen dicho tratamiento debido a sus creencias religiosas.

La Primera Sala de la SCJN  consideró que si bien los padres tienen el derecho de tomar decisiones libres sobre sus hijos, tanto en el campo de la salud como en el ámbito de la educación religiosa, este derecho tiene como límite no poner en riesgo la salud y vida de los menores.

Demandas a agresores de la familia

Se reconoció la posibilidad de que una mujer y su hijo demanden de su agresor la reparación del daño por haber sido víctimas de violencia intrafamiliar, ya que este tipo de violencia constituye un hecho ilícito generador de responsabilidad civil porque los actos u omisiones representan una conducta dañina en la esfera física, emocional o psíquica de algún miembro de la familia.

Dicho comportamiento transgrede el derecho a vivir en un entorno familiar libre de violencia, el cual deriva de la protección que merecen los derechos a la vida, a la salud, a la dignidad de las personas, a la igualdad y al establecimiento de condiciones para el desarrollo personal.

Educación inclusiva 

Es discriminatoria la exclusión de alumnos con discapacidad del sistema educativo generalLa Segunda Sala determinó que las políticas y los recursos encaminados a formular prácticas genuinamente inclusivas deben primar sobre aquellas prácticas que tiendan a la separación, sea temporal o definitiva, de los educandos, atendiendo, entre otras consideraciones, a la discapacidad; para lo cual, progresivamente y hasta el máximo de los recursos posibles, se deberán tomar ajustes razonables, como lo son, entre otros, capacitar a profesores, adaptar las aulas a diferentes necesidades de los educandos y elaborar un plan de estudio que tome en cuenta las diferencias de los alumnos.

IMSS para trabajadoras del hogar

Por último, entre las resoluciones más trascendentes de la Superma Corte de Justicia de la Nación en este año, se encuentra que a partir de ahora será discriminatorio excluir a las empleadas domésticas del régimen obligatorio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). La Segunda Sala emitió los lineamientos para la incorporación formal de un sistema especial de seguridad social para las trabajadoras del hogar, estableciendo, en un plazo no mayor a 3 años, para que se logre obtener la seguridad social, efectiva, robusta y suficiente a la totalidad de las empleadas domésticas en el país.

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