El exceso en la legítima defensa en BCS: una reforma populista

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Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La reciente reforma —hecha al vapor— del Código penal, que despenaliza el exceso en la legítima defensa en BCS, es una infortunada medida populista pre electorera que pretende capitalizar el descontento social que genera la sanción punitiva a las acciones de reacción violenta de la ciudadanía ante actos delictivos que atentan contra el patrimonio o la integridad física de quienes tienen el infortunio de ser víctimas de delito.

El conflicto de aplicación de la norma, y el subsecuente descontento social, nace de la interpretación rigurosa del texto del Código Penal en vigor desde marzo de 2015, que en su parte general establecía un criterio muy estricto de aplicación de los conceptos de proporcionalidad y racionalidad en el uso de la fuerza aplicada al repeler una agresión real, actual e inminente.

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Y es que ese texto estaba construido a partir de un supuesto en el cual, el Estado es el encargado de prevenir, inhibir, combatir, perseguir y sancionar el delito, de tal suerte que el gobernado pueda depositar en las corporaciones de seguridad pública, la contención de los actos delictivos que atenten contra sus bienes patrimoniales y su integridad física.

El problema surge cuando el Estado es incapaz de realizar con eficacia la labor de seguridad pública a su encargo, y el gobernado debe enfrentar directamente el embate delictivo, actividad para la cual no cuenta ni con la experiencia ni capacitación táctico-técnica adecuadas para ello.

En ese panorama, que corresponde a nuestra cotidiana realidad sudcaliforniana, lo procedente era ampliar racionalmente el margen de acción ciudadana en el ejercicio de la legítima defensa, pero en modo alguno, despenalizar su exceso, pues ello abre una peligrosísima compuerta que libera las expectativas de abuso en la reacción repelente al acto criminal. Un exceso que legaliza la venganza privada y deja sin castigo la desproporcionada reacción ante una acción real o aparente, criminalmente intentada.

La despenalización del exceso en la legítima defensa en BCS abre un campo de impunidad al abuso en la reacción ante una amenaza criminal, y al mismo tiempo, transfiere al gobernado una responsabilidad que originaria y esencialmente corresponde al Estado.

En otras palabras, como el gobierno es incapaz de contener la embestida de la criminalidad, con esta reforma traslada al gobernado la responsabilidad de hacer frente a la misma, y así será el mismo gobernado el responsable de velar por su seguridad y combatir e incluso castigar al delincuente, sin que haya proporcionalidad o contención a su esfuerzo punitivo, pues la reforma es muy clara al establecer que “en ningún caso se castigará el exceso en el ejercicio de la legítima defensa”.

La reforma en comento viene entonces a propiciar un incremento en los niveles de violencia urbana, autorizando al gobernado a tomar la justicia por su propia mano, haciendo de la legítima defensa una herramienta ilimitada adecuada a la satisfacción de su afán por responder y al mismo tiempo castigar –sin límite ni mesura— a quien atente contra sus bienes y valores.

Si un sujeto pretende arrebatarme la cartera, podré matarlo argumentando que lo hice en un exceso de la legítima defensa y que por ello, no puedo ni debo ser sancionado. La reforma es inconstitucional, populista, imprudente, irresponsable y técnicamente desastrosa.

Debió reformarse el texto, desde luego, por resultar excesivamente rigorista, y por ende, debió ajustarse a la problemática social que actualmente enfrenta Baja California Sur, pero lo adecuado era ampliar de manera racional y armónica los parámetros de la legítima defensa, pero nunca despenalizar su exceso, pues ello conlleva indefectiblemente una antijuridicidad ya identificada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en una tesis histórica de sostenida actualidad.

Y todo el problema es generado por la tendencia malsana de nuestros diputados, de dar salida populista a problemas que requieren solución sistematizada no siempre capitalizable en el ánimo de la ciudadanía.

Y todo debido al entusiasmo electorero de los diputados, que a toda costa buscan capitalizar el ejercicio legislativo a su favor, sobre todo en épocas pre electoreras, y a ese pérfido afán hay que agregar el hecho de que en el Congreso de BCS no contamos con un solo asesor parlamentario especialista en derechos humanos, ni en derecho penal.

La reforma que despenaliza el exceso en la legítima defensa es un grave error que tendrá un alto costo social, y que solo obedece al particular y personalísimo interés electorero de legisladores que buscan darle al electorado la falsa sensación de que les están representando en el Congreso de BCS.




Inseguridad vial en La Paz

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Colaboración Especial

Por Frank Aguirre

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La ciudad de La Paz vive múltiples crisis: económicas, educativas, sociales, culturales  y de violencia relacionada al crimen organizado, pero hoy no les pienso hacer leer sobre ninguna de las antes mencionadas, voy a hablarles de algo que seguramente ya se haz dado cuenta, algo tan habitual al grado que haz normalizado, está en crisis y nada de ella te sorprende, es más seguro más de uno de los que lean esto han sido víctimas o conocen a cercanos que fueron víctimas de en lo que en el activismo de la movilidad sustentable denominamos: inseguridad vial.

Desde hace casi un  lustro, La Paz se encuentra sumergida en una crisis de inseguridad vial que podemos verla reflejada como la principal causa de muerte en niños, adolescentes y adultos jóvenes según INEGI. Así como leíste: la principal causa de muerte en niños y adultos menores de 35 años no son las balaceras, el cáncer o alguna enfermedad congénita, esto es resultado de una enorme cantidad de siniestros viales registrados en la ciudad. Siniestros viales torpes y evitables como el exceso de velocidad, pasarse semáforos en rojo, volcaduras por no ceder el paso, colisiones entre vehículos por mandar mensajes de texto en el celular, conducir en estado de ebriedad o simplemente falta de precaución que termina con la vida de ciclistas, peatones y conductores de coches.

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No es una exageración. Tan sólo en el 2016 chocó el 1% de la población paceña ¿Qué significa esto? Que hubo tantas colisiones, volcaduras, choques y atropellamientos que equivale a que el 1% de la población estuvo involucrada en estos percances, ¿ridículo, cierto? Sin embargo es real, tan sólo en dicho año se registraron mil 868 siniestros viales, de los cuales mil 501 correspondieron al género masculino (por aquello del machista que aín crea que esto es un problema de género). De los más de mil 800 siniestros en 103 ocasiones el responsable huyó, y 578 personas tuvieron heridas graves, así como 17 personas perdieron la vida.

Quizá 17 personas fallecidas no sea un número que no te parezca exagerado, pero ¿y si fuera tu madre?¿tu hermana?¿tu hijo?¿tu esposa?¿tu sobrino? Ninguna vida perdida en la calle es aceptable y mucho menos tolerable cuando puede ser prevenible.

Estas cifras tienen un responsable del que pocas veces se habla. Vivimos bajo un sistema vial administrativo que busca culpables sin hacer una evaluación profunda del escenario en cuestión, en el cual muchas veces la autoridad (Ayuntamiento, Departamento de Tránsito, Obras Públicas o Servicios Municipales) tiene corresponsabilidad. Te voy a poner un ejemplo: ha habido casos donde se han atropellado peatones o ciclistas por el simple hecho de que “el ciclista no se ve” y realmente eso sucede por más estúpido que se lea, entonces ¿quién esta encargado de la iluminación de la ciudad? Decimos que el 100% de estos siniestros pudieron evitarse no sólo por acciones que el conductor pueda realizar sino cambios o acciones sencillas de infraestructura en la calle de la cual el sistema vial es el responsable (Ayuntamiento, Departamento de Tránsito, Obras Públicas o Servicios Municipales).

Sin embargo estamos sumidos en una crisis de inseguridad vial no sólo por los fenómenos de muerte que se están dando en la calle si no por lo que la autoridad no esta dispuesta a hacer para cambiarlo, desde invertir en movilidad no motorizada (banquetas, ciclovías, semáforos peatonales, etcétera) hasta implementar políticas públicas de seguridad vial como las que promueven la Organización Mundial de la Salud o la Organización de las Naciones Unidas: Visión Cero – una formula de seguridad vial integral efectiva y multidisciplinaria.

Tampoco tenemos que esperar a que la autoridad haga algo, podemos denunciar, exhibir, exponer y exigir la necesidad de un desarrollo urbano pensado para las personas y no para las máquinas, los autos, la velocidad o la prisa. Una ciudad donde quepamos todas y todos, donde el sistema vial se preocupe por salvaguardar la vida de sus habitantes y no hacer más eficiente los traslados, una ciudad donde podamos participar en su modo de construcción, una ciudad con cultura vial y cultura de calle, por que con respeto en La Paz, cabemos todas y todos.




Descanse en paz el reportero Max Rodríguez. Entrevista

La Paz, Baja California Sur (BCS). Esta tarde fue asesinado a tiros el periodista de la nota roja en La Paz, Max Rodríguez, en el estacionamiento de City Club en esta ciudad. Desde la prensa lamentamos profundamente este nuevo hecho violento, siendo el primer asesinato de un periodista en BCS, en el marco de una guerra entre bandas delictivas desde 2014, y que a la fecha, rondará por el medio millar de víctimas fatales.

Con todo el cariño por el compañero periodista, con todo respeto a su memoria y al duelo de su familia, compartimos de nuevo, íntegramente, la entrevista que el reportero concedió a CULCO BCS el 6 de diciembre de 2016. Descanse en paz Max Rodríguez, y exigimos justicia a las autoridades por este atroz homicidio.

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Entrevista con Max Rodríguez a CULCO BCS en diciembre de 2016. Foto: Luis Roldán.

Max Rodríguez, informar desde la sangre

Desde un triple homicidio ocurrido en Los Planes (municipio de La Paz) el 31 de julio de 2014 hasta este 6 de diciembre de 2016, el Grupo de Reporteros Policíacos registra aproximadamente 362 ejecutados como probables víctimas de una histórica lucha por el poder entre grupos del crimen organizado en BCS; Max Rodríguez, uno de los pocos reporteros de la nota roja en la Paz —miembro de dicho grupo—, concedió una entrevista exclusiva para CULCO BCS donde aporta estos datos y platicó sobre los avatares de su trabajo.

Prácticamente no hay cifras oficiales de las muertes por la guerra entre narcotraficantes en Baja California Sur. Además, luego de la entrada en vigor del Nuevo Sistema de Justicia Penal (NSJP) en la entidad, fuentes como la Procuraduría General de Justicia del Estado emite información mínima sobre estos hechos —por ejemplo, casi siempre omite nombres, edades y ciudades de origen de los fallecidos. Sin embargo, el Grupo de Reporteros Policíacos en BCS ha llevado un puntual registro “con muy poco margen de error”, según Max Rodríguez.

En sus cuentas,  de 2014 a la fecha se estiman 362 muertos con huellas del crimen organizado en todo el estado. La entrevista se realizó el 2 de diciembre, ese viernes el conteo de ejecutados iba en 356, sin embargo, en sólo los primeros 4 días de este diciembre hubo 6 muertes más. Además, contabilizan entre 42 y 47 lesionados en balaceras, y según el periodista, se calculan entre 10 y 12 muertos inocentes —incluyendo niños— que al parecer no tenían nada que ver con bandas criminales. En septiembre de 2015 que Carlos Mendoza Davis asume la gubernatura del estado, se registraron 10 homicidios de este tipo, y las cifras parecían bajar, siendo de 1 a 3 entre octubre de 2015 y marzo de 2016; sin embargo, repuntó drásticamente en los últimos meses de este año, llegando a ser prácticamente uno diario en agosto, septiembre y noviembre pasados.

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Modesto Peralta Delgado entrevista a Max Rodríguez. Fotos: Luis Roldán.

Así se hace la nota roja

El Grupo de Reporteros Policíacos de BCS lo conforman Luis Roldán (NBCS Noticias), Ignacio Estrada (Zona Roja), Erick León (Noticias La Paz), Gilberto Santiesteban (El Independiente), Alejandro Patrón (“El reportero urbano”) y el propio Max Rodríguez, quien publica la nota roja para Colectivo Pericú desde 2014. Él cuenta que hacía comentarios en Facebook y estaba alejado de la “vida reporteril”, hasta que una balacera cerca del parque de la colonia Infonavit, la noche del 20 de noviembre de ese año, lo hizo saltar de la cama, vestirse, ponerse cámara al hombro e informar detalles del evento violento —entonces, aún eran considerados hechos inusuales— a su amigo Cuauhtémoc Morgan. El director de Colectivo Pericú le preguntó después, cuando había pasado el susto “‘Max ¿qué pasó, dónde estás?, ¿tiene las nota?’ ‘Sí, te la hago ahorita’, y así fue como me incorporé a la policíaca”.

Desde el 20 de noviembre de 2014, y hasta la fecha, Max Rodríguez cubre la policíaca en Colectivo Pericú. ¿Cuál es la mecánica para publicar una nota roja?, le pregunté. “Para comenzar, cuando un suceso de este tipo —de los llamados de alto impacto—, tenemos fuentes que nos comunican sobre dónde es. De inmediato nos ponemos en contacto un grupo de compañeros para confirmar lo que fue, dónde fue, cómo fue, si es necesario, nos trasladamos todos los que formamos parte del grupo al lugar de los hechos (…) Nos llegan datos vía telefónica, que te voy a decir, no sé cómo consiguen nuestro teléfono y también por inbox —vía Facebook— (…) Lo primero que hacemos es checar con las personas alrededores, ya que por el NSJP se tienen más limitantes, se tiene que hacer por nuestra cuenta (…) Primero recibimos la información, checamos, confirmamos dos veces y entonces ya nos trasladamos”.

“Un aspecto muy importante —recalcó—: nunca vamos solos, siempre vamos un mínimo de tres compañeros, o dos si es muy difícil, menos de noche, para poder estar uno con otro y podernos cuidar de la situación”. Por último, envía las fotos por WatsApp a la redacción en Cabo San Lucas y se publica. Podrán verse notas policíacas en diferentes medios, pero en realidad, se cuentan con los dedos de la mano —como en este caso— los reporteros que realmente cubren este tipo de información. A la fecha, ignora cuántas notas y fotos ha publicado sobre la guerra del crimen organizado en BCS, y es que no correspondería con el número de ejecuciones, pues es común que se envíe la nota de “Última Hora”, otra con información detallada y en otras ocasiones dar seguimiento o “lo que pueda salir”.

Al preguntarle el porqué de esta nunca antes vista escalada de violencia, señala que “es una lucha por el poder, por la fuerza de la droga aquí en el estado, acuérdate que estamos en una zona muy importante, tenemos dos mares, en una zona prácticamente difícil de vigilancia por los litorales que tenemos, el paso de la droga, y la que distribuye en todo el estado. Es la lucha por el poder del narcotráfico”. ¿Y qué opinas de la actuación de los gobiernos al respecto? “¿Qué podemos decir? Nosotros no podemos opinar en esto más que la propia sociedad, se lo dejamos a la sociedad que lo diga. Se ha llegado a lo máximo, hoy aparecieron dos mantas muy importantes en donde se llegó a la amenaza no solamente a la sociedad sino al gobierno, al ejército y a la armada” —la entrevista se realizó el día que aparecieron las narcomantas aludidas en el puente de El Triunfo, en La Paz, y en Ciudad Constitución.  ¿Algún patrón en común entre los asesinados? “La gran mayoría de los ejecutados tienen horas o unos cuantos días de haber salido del Cereso”, dijo.

Muere un reportero en sus brazos

Al preguntarle sobre el caso más fuerte que le ha tocado cubrir, Max Rodríguez no duda en hablar sobre la muerte del camarógrafo Adolfo Lucero, quien murió de un infarto —prácticamente en sus brazos— al momento de cubrir una balacera en Pino Payas y Francisco J. Mújica, en esta capital. “Fue el 28 de mayo del año pasado, cuando prácticamente murió en mis brazos un compañero de trabajo: Adolfo Lucero. Llegamos a cubrir un evento en Pino Payas y J. Mújica, llegamos casi juntos él y yo, por la J Mújica, dejamos los vehículos uno tras otro y nos dividimos en una barda, porque nos pusimos de acuerdo, ‘yo voy para allá, tú ve para allá’, como trabajamos, vamos a hacer las mejores tomas, él tomaba video y yo fotografía. Y cuando nos quedamos de ver en un lugar específico, él estaba haciendo tomas de video y voltea y me dice ‘Ayúdame Max, ayúdame’. Yo le vi los ojos en ese momento, y te digo que fue algo que sentí de inmediato el impacto por la forma en que lo vi”.

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Última foto de Adolfo Lucero en una balacera en La Paz, donde minutos después perdió la vida. “Se la tomé por accidente”, dijo Max Rodríguez.

“Cuando él me alcanza a dar la cámara —sigue—, yo la pongo en el piso para detenerlo, en ese momento llegaron Alejandro Patrón y Eliseo Zuloaga, los tres estuvimos ahí; nos vio un elemento de la policía de los carabineros que estuvieron aquí un tiempo, nos hizo a un lado para darle RCP, en ese momento yo gritaba por teléfono ‘Cayó un compañero, cayó un compañero’, porque sentí que le habían dado… Oímos balazos a lo lejos todavía. Yo pensé ‘sí le dieron’. No fueron las balas asesinas (la causa de su muerte) pero fueron a causa de esas balas que murió mi amigo (…) Te juro que aún siento la mirada de Adolfo en que me decía ‘Ayúdame’ y ya no podía hacer ya nada, cuando lo tenía en mis brazos. Te juro que te digo esto y aún lo siento así. Ese día sí lloré, lloré mucho a mi amigo”.

El impacto emocional

En La Paz no hace falta ser un reportero de la nota roja para encontrarse con balaceras, muertos y heridos, le comenté a Max; y los estados de ánimo y las reacciones varían, desde el pánico hasta la adrenalina. Sin embargo, él opina que tienen que dejar las emociones a un lado: “no podemos manejar una emoción porque no podríamos hacer nuestro trabajo, hay que usar la cabeza fría y poder pensar lo que vamos a hacer (…) Sí nos da, hay veces que se siente muy mal cuando vemos estas cosas, pero tenemos que hacerlas a un lado, no podemos trabajar si tenemos esos sentimientos así, ya me pasó una vez así. No podía hacer las cosas, inclusive, no me da vergüenza decir cuando lloré enfrente de un compañero, y te repito, las emociones las dejamos a un lado, pero a veces nos gana”.

¿Has sufrido amenazas? “Amenazas las ha tenido todos los que andamos en esto, pero acuérdate que éstos no amenazan: actúan, aunque estas mantas son otra cosa. Sí me hablaron por teléfono que ‘ya le pare, que no lo haga, que va a cargar…’ cosas así. Me habló uno que ya me hizo reír cuando dijo ‘Habla el abogado de mi cliente’ —rió—, y cuando le dije que sí le hacía caso pero que mandara su cédula y título hasta ahí paró la amenaza”. ¿Miedo? “Dicen que el miedo no existe, ‘No me da miedo’, pero eso es una mentira, el miedo existe, el miedo se da, que no lo expresemos es otra cosa, pero ahí está”.

Al finalizar la entrevista, pregunté si habría algo importante por añadir, y Max Rodríguez habló de un “reconocimiento muy fuerte a las esposas de quienes trabajamos en la sección policíaca, porque cuando ellas se quedan, no sabes lo que ellas se quedan al pendiente. Se queda con ‘el Jesús en la boca’. Sí quisiera hacer un reconocimiento a nuestras esposas, a los hijos, a los nietos, eso es muy importante”, concluyó.




Hablemos de la depresión, en el Día Mundial de la Salud

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«Nighthawks» de Edward Hopper. Imagen: Internet.

Érase una vez

Por Pablo Reynosa

«Y a uno se le va el alma al suelo. Se pierde la voluntad. A veces la depresión parece tener una causa localizable: una pérdida, la resaca de una enfermedad o de una parranda. Se piensa mal. Se siente poco. Pero no pocas veces resulta tan enigmática o inconsciente como la angustia que se presenta por causas desconocidas: un temor infundado. O surge también como la paranoia que se instaura en nosotros sin peligro real a la vista, sin que ningún indicio verdadero de persecución justifique que nos pongamos en guardia. Parece gratuita y, sin embargo, no lo es. La muerte de un amigo o pariente, o la pérdida de un amor, es otra cosa. Es tristeza: un sentimiento todavía humano», fragmento de La depresión, de O Martimer Alianza Editorial Madrid, 1982.

La Paz, Baja California Sur (BCS). El Día Mundial de la Salud se celebra el 7 de abril de cada año desde 1948, para conmemorar el aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es el organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) especializado en gestionar políticas de prevención, promoción e intervención en salud a nivel mundial. En 2017 el tema de la conmemoración es la depresión.

La depresión, de acuerdo con la definición que proporciona la OMS en su sitio web, «es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración».

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«La depresión puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. Si es leve, se puede tratar sin necesidad de medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave se pueden necesitar medicamentos y psicoterapia profesional”.

Hoy en día, la depresión es la principal causa de problemas de salud y discapacidad en el mundo. Las últimas estimaciones de la OMS indican que más de 300 millones de personas viven con depresión, lo que significa un incremento de más del 18% entre 2005 y 20015. Por lo que toca a América, cerca de 50 millones de personas vivían con depresión en 2015, esto es, alrededor del 5% de la población.

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«Anciano afligido» (detalle) de Vicent Van Gohg. Imagen: Internet.

En México, la problemática no es menor, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares 2015, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en ese año 29.9% del total de integrantes del hogar de 12 años y más presentaban sentimientos de depresión, de este grupo de personas un 10.5% lo hizo diario; un 12.4% semanalmente; un 11.6% mensualmente, y un 65.5% fue anualmente.

En Baja California Sur, el porcentaje de integrantes del hogar de 7 años y más que ha sentido depresión es de 24.9%, lo que lo coloca cerca de la media del mismo rango a nivel nacional, que es de 27.7%. No obstante, el mejor estado emocional de los habitantes de Sudcalifornia en relación con los de otros estados, palidece cuando recordamos que la depresión en su forma más grave puede conducir al suicidio y respecto a éste la entidad ocupa el séptimo lugar a nivel nacional, ya que por cada 100 mil habitantes se presentó una tasa del 7.5 de suicidios. Además en el grupo de edad que va de 15 a 29 años, Baja California Sur se ubica en el quinto lugar, en razón de que por cada 100 mil habitantes se presentó una tasa del 11.1 de suicidios, los datos antes descritos son de 2014 y los recoge el Instituto Nacional de Estadística y Geografía en el estudio «Estadísticas» a propósito del Día Mundial para la Prevención del Delito.

En razón del impacto negativo que para la salud de las personas representa la depresión, la OMS lanzó desde el pasado 10 de octubre, fecha en que se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, la campaña «Hablemos de la depresión», cuyo objetivo general es «que un número cada vez mayor de personas con depresión, en todos los países, pida y obtenga ayuda».

Por lo que a cada uno de nosotros corresponde, no dejemos pasar por alto que a nuestro alrededor hay gente que al igual que Joaquín Sabina se pregunta, en este momento, quién le ha robado el mes de abril. Aprovechemos el tiempo de reflexión que nos posibilita el periodo vacacional de Semana Santa y decidamos escucharnos los unos a los otros.




¡Si las mujeres no están, la democracia no va!

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Marcha en el Día Internacional de la Mujer en el malecón de La Paz. Fotos: Modesto Peralta Delgado.

Érase una vez

Por Pablo Reynosa

 

«Creo que cuando la mujer firme su propia emancipación, su primera declaración de independencia consistirá en admirar y amar al hombre por las cualidades de su corazón y mente, y no por las cantidades existentes en su bolsillo. La segunda declaración sería que ella tuviera el derecho a seguir ese amor sin impedimentos ni obstáculos externos. La tercera, y la más importante declaración, será el absoluto derecho a la libre maternidad», Emma Goldman: «En qué creo» (cap. VI, Respecto del matrimonio y del amor), publicado en el New York World el 19 de julio de 1908.

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El pasado 8 de marzo, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, manifestó que “Naciones Unidas por algún motivo estableció hace 40 años el Día Internacional de la Mujer» y tiene razón, aun cuando no recuerde el por qué.

Las raíces más remotas de la exigencia de igualdad en el quehacer cotidiano por parte de las mujeres lo encontramos, primero, en la antigua Grecia, donde Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra y, segundo, en la Revolución Francesa, cuando las parisienses que pedían «libertad, igualdad y fraternidad» marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino.  La idea de un Día Internacional de la Mujer, que la Organización de Naciones Unidas (ONU) celebró por primera vez un 8 de marzo de 1975, surgió tras manifestaciones de mujeres, especialmente en Europa, que reclamaban a comienzos del siglo XX el derecho al voto, mejores condiciones de trabajo e igualdad.

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Uno de los acontecimientos que marcaron los primeros años de trabajo por la emancipación de las mujeres fue el de Copenhague, Dinamarca, en 1910, donde cientos de participantes reunidas en la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, decidieron organizar anualmente una jornada femenina, a fin de reforzar su lucha por obtener el sufragio femenino universal. Sin embargo, fue hasta 1945 cuando la Carta de las Naciones Unidas se instaló como el primer acuerdo internacional para consolidar el principio de igualdad entre mujeres y hombres.

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Al día de hoy, y de acuerdo con el sitio de Internet de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO): «El Día Internacional de la Mujer es la celebración mundial de todas las mujeres. Un llamado a la unidad; para reflexionar sobre las lecciones aprendidas y para incrementar los esfuerzos puestos hacia la igualdad de género y el empoderamiento de todas las niñas y las mujeres (…) Es un día para regocijarse en los extraordinarios actos de las mujeres y para trabajar juntas, como una fuerza unitaria para avanzar hacia la igualdad de género en todo el mundo».

Este año, el tema de la ONU para el Día Internacional de la Mujer es «Planeta 50-50 para 2030: Step It Up para la igualdad de género». Ello, dice la UNESCO, porque «a pesar de los enormes progresos realizados desde 1975, las mujeres siguen estando subrepresentadas en demasiados sectores de la sociedad, socavando el progreso y el desarrollo sostenible. La desigualdad limita la creatividad y el talento y ahoga la inclusión y el pluralismo. Esto no sólo daña a las mujeres, sino que debilita el tejido mismo de las sociedades».

En México, a partir de la reforma político electoral de 2014, se estableció la paridad de género en candidaturas: 50-50, y es obligación de los partidos destinar el 3% de sus gastos para capacitar a mujeres. Gracias a la reforma 2014, México ocupa el séptimo lugar en el mundo en paridad política en el Congreso Federal.

No obstante lo anterior y de acuerdo con el artículo publicado por Jacqueline Peschard el pasado 6 de marzo en El Universal, «Arrimón masivo: violencia simbólica contra las mujeres#, «en el terreno laboral, el salario de las mujeres sigue estando por debajo del de los hombres en un 18%. Además, de acuerdo con el Estudio de Perspectivas del Empleo de la OCDE, la brecha de ocupación en México entre hombres y mujeres es de 35% lo cual contrasta con el resto de los países de dicha organización, que es de 17% o incluso con Brasil en donde alcanza 21%. Dicha diferencia no es producto de una menor educación de las mujeres, sino del hecho de que son subestimadas y subvaloradas, es decir, obedece a razones culturales».

A los datos aportados por la socióloga mexicana, se debe agregar la información aportada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía en el estudio «Estadísticas a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre)», publicado el 23 de noviembre de 2016, que a grandes rasgos da a conocer los siguientes resultados:

  • En 2011, 63 de cada 100 mujeres de 15 años y más declaró haber padecido algún incidente de violencia, ya sea por parte de su pareja o de cualquier otra u otras personas.
  • De 2013 a 2015 fueron asesinadas, en promedio, siete mujeres por día; de 2001 a 2006, la media fue de 3.5.
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Por lo que toca a Baja California Sur, los datos arrojados por el estudio de referencia no son menos alarmantes, ya que la proporción de mujeres que han enfrentado algún tipo de violencia se ubicó entre 50 y 55%, dato que al desglosarse da cuenta de que 16.1% corresponde a violencia de pareja; 10.8% es por violencia de otro agresor distinto a la pareja; 5.3% se debe a discriminación en el trabajo y/o discriminación por embarazo en el trabajo; 13.2% toca a violencia de pareja y de otro agresor distinto de la pareja, además 10.4% corresponde a violencia de pareja y/o de otro agresor distinto a la pareja con algún tipo de discriminación en el trabajo.

A lo antes expuesto se debe agregar que las defunciones de mujeres por homicidio registradas durante 2015 en la entidad sumaron un total de 22 mujeres, con lo cual supera la media de feminicidios nacional. Por si fuera poco, que de ningún modo lo es, Baja California Sur se ubicó en 2015 como una de las entidades con las tasas más altas de suicidios de mujeres, con un 2.4%.

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En el contexto social de los datos que se hasta aquí se han expuesto es que en Sudcalifornia se atendió el llamado a la ‘huelga’ convocada a nivel mundial desde el movimiento argentino «Ni una menos», con motivo del Día Internacional de la Mujer, y el pasado 8 de marzo, alrededor de 400 mujeres marcharon por el Malecón de La Paz, a ellas se sumaron docentes y estudiantes de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, de la Universidad Internacional de La Paz, colectivos feministas locales, colectivos de lesbianas, asociaciones de mujeres indígenas, deportistas, entre otras, con el objetivo de exigir el alto a la violencia contra el género femenino, así como condiciones de igualdad y de respeto a sus derechos, según narra Gladys Navarro, colaboradora de CULCO BCS y reportera  para El Universal, en una excelente reseña publicada por este último medio el día de ayer.

No cabe duda que al reconocimiento de derechos que le corresponden al género femenino: todos, aún le queda un largo camino por recorrer en Baja California Sur, pero las mujeres sudcalifornianas, mexicanas, han dado un paso al frente y con la arenga de «¡Si las mujeres no están, la democracia no va!», han decidido exigir lo que nunca debió de haberles sido arrebatado: libertad, igualdad y fraternidad.