Dr. Sealtiel Enciso Pérez recibe reconocimiento nacional por labor educativa

La Paz, Baja California Sur (BCS). En un hecho destacado para la educación especial en Baja California Sur, el Dr. Sealtiel Enciso Pérez, docente del Centro de Atención Múltiple “José Gilberto Vega Martínez”, ha sido galardonado con el Reconocimiento y Medalla a la Práctica Educativa, otorgado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) en el marco del Proceso de Reconocimiento a la Práctica Educativa, ciclo escolar 2025-2026. Este logro destaca no solo su compromiso profesional, sino también la sensibilidad y creatividad con la que ha desarrollado su labor pedagógica en favor de la inclusión educativa.

El reconocimiento surge tras la convocatoria nacional lanzada en enero de 2025, que invitó a docentes de educación básica y media superior de todo el país a compartir narrativas originales que reflejaran su práctica educativa y las estrategias implementadas para atender a la diversidad en el aula. El Dr. Enciso Pérez respondió a una de las categorías propuestas con un relato profundamente humano y pedagógicamente innovador: la historia de su acompañamiento educativo a un alumno con Trastorno del Espectro Autista (TEA), quien, gracias a un plan de intervención personalizado, logró avances significativos en su comunicación, socialización y autonomía.

El trabajo del Dr. Enciso Pérez destacó entre decenas de propuestas por su enfoque inclusivo, su estructura reflexiva y su autenticidad narrativa, elementos que conmovieron al jurado y evidenciaron la experiencia de un maestro que, más allá de la teoría, vive su práctica con entrega y esperanza. En palabras del propio docente, “mi propósito fue compartir una experiencia real que mostrara que, detrás de cada diagnóstico, hay una historia de vida, de familia y de comunidad educativa que aprende y crece junto al alumno”.

Desde el año 2007, el Dr. Sealtiel Enciso Pérez ha dedicado su labor al Centro de Atención Múltiple “José Gilberto Vega Martínez”, institución reconocida por su compromiso con la atención integral de niños, niñas y jóvenes con discapacidades y condiciones del desarrollo. Su trayectoria de casi dos décadas en el CAM lo ha convertido en una figura de referencia entre sus colegas, no solo por su preparación académica —es Doctor en Educación, Maestro en Ciencias de la Educación y Maestro en Historia—, sino por su permanente vocación humanista.

Este reconocimiento cobra un significado especial, pues el Doctor es el primer docente de un Centro de Atención Múltiple en Baja California Sur en recibirlo (dato confirmado por las autoridades de USICAMM DE BCS), abriendo así un camino de inspiración para otros profesionales de la educación especial en la entidad. “Dedico este premio a mi familia, a mis compañeras y compañeros de los CAM de todo el Estado, porque sé que cada uno de ellos realiza un trabajo admirable que merece ser visibilizado”, expresó emocionado tras recibir la notificación oficial.

Este martes 4 de noviembre, en punto de las 10:00 hrs., en la Sala de Educadores Sudcalifornianos del Centro SEP, aquí en La Paz, el Dr. Enciso Pérez participará en una ceremonia junto con todas las demás maestras y maestros que en Baja California Sur se hicieron acreedores a este reconocimiento. Aunado a lo anterior, la Secretaría de Educación Pública ha convocado al Dr. Enciso Pérez, a participar en el Primer Encuentro Nacional del Reconocimiento a la Práctica Educativa, que se celebrará el próximo 6 de noviembre de 2025 en la sede central de la SEP en la Ciudad de México. Durante este evento se llevará a cabo la ceremonia de entrega de medallas y reconocimientos.

El propósito de este encuentro, según informó la SEP, es reconocer y difundir las prácticas docentes más sobresalientes que contribuyen a mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje, promover la inclusión y fortalecer la calidad educativa. En ese contexto, la experiencia del Dr. Enciso Pérez será presentada como un ejemplo de cómo la empatía, la observación sistemática y la creatividad pedagógica pueden transformar la vida de los alumnos y sus familias.

Su participación no solo representa un orgullo para el magisterio sudcaliforniano, sino también un testimonio de lo que puede lograrse cuando la educación se asume como un acto de compromiso humano. “Invito a mis colegas de los CAM a participar en este proceso —señaló—. Todos tenemos historias que merecen ser contadas, porque en cada aula hay un universo de esfuerzos, logros y sueños que reflejan el espíritu de nuestra vocación”.

El Reconocimiento a la Práctica Educativa 2025 se suma a una trayectoria de profundo sentido de servicio del Dr. Sealtiel Enciso Pérez, quien ha dedicado su vida profesional a construir una educación más justa, sensible y transformadora. Su historia confirma que enseñar no solo es transmitir conocimientos, sino creer en las posibilidades del ser humano y acompañarlo, con esperanza, en su camino hacia la inclusión y la dignidad.




Premian a ganadores del Festival Tradicional de Día de Muertos 2025

FOTO: ISC.

La Paz, Baja California Sur (BCS). El Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC) felicita a las y los ganadores de la edición número 25 del Festival Tradicional de Día de Muertos, quienes destacaron con su talento y creatividad en los diferentes concursos organizados dentro del festival, así como quienes resultaron ganadores.

Cartel Oficial (XXVI Festival Tradicional de Día de Muertos): Marcos Martínez Gutiérrez de Velasco; Calaverita Literaria: Alejandro Olivera Bonilla; y Cuento Joven: Emmanuel Guerra Anzaldo.

Altares y Ofrendas Tradicionales: primer lugar con el trabajo “En honor a quienes lucharon con valentía”, Andrea Victoria Incháustegui Moreno; segundo lugar, “Octavio Adolfo”, Óscar Flores Lozano; y tercer lugar, “El silencio de la ciencia”, Lesly Fernanda López Alejos.

Vivas las Catrinas: categoría infantil, Jennifer Adylenne Guevara Velarde; y categorías jóvenes/adultos, Sienna Polanco Gaytán.

El Jolgorio de las Catrinas: primer sitio, Jesús Adolfo San Sánchez; segundo lugar, María Antonieta Guluarte; y tercer espacio, Liza Tapia.

Con este reconocimiento, el Instituto Sudcaliforniano de Cultura reafirma su compromiso por fomentar la creatividad, la participación cultural y la preservación de las tradiciones mexicanas en Baja California Sur, invitando a la ciudadanía a continuar participando en futuras ediciones de este importante festival.




Encabeza Víctor Castro el festival de Día de Muertos en La Paz

FOTO: ISC.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Al encabezar la vigésima quinta edición del Festival de Día de Muertos, organizada por el Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC), el gobernador Víctor Manuel Castro Cosío destacó la importancia de preservar nuestras raíces culturales y consolidar el sentido de pertenencia de las y los sudcalifornianos.

“El Día de Muertos es una oportunidad para rendir homenaje a quienes nos precedieron y reconocer el legado que nos dejaron. Estas expresiones populares nos conectan con la historia y refuerzan el orgullo y la cohesión de la comunidad”, señaló el mandatario.

Castro Cosío resaltó que la participación activa de las familias en esta celebración demuestra el interés por mantener vigentes las costumbres y transmitirlas a las nuevas generaciones, fortaleciendo la unión social y el orgullo por la herencia cultural.

Durante el festival, que se realizó en la Unidad Cultural Jesús Castro Agúndez, se presentaron altares originales, una pasarela de “Catrinas” y un programa artístico, además de entregar reconocimientos a los ganadores de las convocatorias de altares y ofrendas tradicionales.

El Gobernador reconoció la labor del ISC y de las instituciones participantes, subrayando que iniciativas de esta naturaleza crean espacios de aprendizaje y acercamiento a la cultura, garantizando que el patrimonio continúe siendo apreciado y valorado.

“Con actividades como las de hoy reforzamos la identidad colectiva y destacamos lo que nos distingue como sociedad. Cada altar, cada muestra y cada intervención refleja la dedicación de nuestra gente con la historia y las expresiones artísticas locales”, concluyó Víctor Castro Cosío.




Loreto: el origen olvidado de la California

FOTOS: Ayuntamiento de Loreto.

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La historia de las Californias —esa vasta franja de tierra que se extiende entre el mar y el desierto, entre el mito y la epopeya— tiene su punto de partida en un acto fundacional que definió su destino: la fundación de la Misión de Nuestra Señora de Loreto Conchó, el 25 de octubre de 1697, por el jesuita Juan María de Salvatierra. Con ese gesto de fe y de voluntad comenzó no solo la evangelización, sino también la colonización y estructuración política del territorio, que a partir de entonces se reconocería como “Las Californias”.

En aquel año remoto, el suceso representó la primera ocupación estable y permanente de europeos en la península. A partir de ese núcleo —pequeño, frágil, pero sostenido por una fe inquebrantable— surgió la red misional que, a lo largo del siglo XVIII, habría de transformar el paisaje humano y geográfico de la región. Desde Loreto se irradiaron los caminos de la historia: los misioneros avanzaron fundando San Javier, Comondú, Mulegé, San Ignacio, La Paz y Todos Santos, y muchas más. Por ello, Loreto es el punto de arranque de la civilización californiana. Es el sitio donde se estableció el primer gobierno, el primer templo, el primer sistema agrícola y el primer contacto cultural sostenido entre europeos e indígenas. Fue, en términos históricos, la cuna del mestizaje peninsular y el laboratorio donde se ensayaron las políticas que más tarde darían forma al Norte de México y al Sur de los Estados Unidos. Sin embargo, hoy, a 328 años de aquella fundación, pareciera que su profundo significado se desvanece entre la música, los discursos políticos y los fuegos artificiales.

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Cuando Salvatierra desembarcó en la bahía de Conchó, acompañado de un puñado de soldados y de su fe, no solo iniciaba una empresa religiosa. Daba comienzo a una obra civilizatoria integral: la organización social, económica y espiritual de un territorio hasta entonces desconocido para la Corona. En Loreto se estableció el primer centro administrativo y logístico de las Californias; desde allí se organizaron las expediciones jesuitas que habrían de consolidar la presencia novohispana en toda la península. La Misión de Loreto fue el corazón político y espiritual del Noroeste novohispano. En su entorno se levantaron huertos, acequias, talleres y almacenes; se abrieron los caminos que unirían las misiones del desierto; y se forjó la primera comunidad sedentaria de la región. Su iglesia, sus archivos y su plaza fueron los pilares de un modelo que conjugaba el ideal cristiano con la práctica de la autogestión indígena. De esa pequeña población costera surgieron nombres fundamentales en la historia peninsular: Eusebio Francisco Kino, Juan María de Salvatierra, Juan de Ugarte, Fernando Consag, Clemente Guillén y Wenceslao Linck, entre otros, quienes dieron continuidad a una obra que trascendió los límites de la evangelización para convertirse en un proyecto de civilización y conocimiento.

Loreto, pues, no es un símbolo aislado, sino la raíz de toda una identidad histórica. Su fundación dio origen a una red de 30 misiones que, en menos de un siglo, unieron el Sur y el Norte de la península, y extendieron la cultura novohispana hasta Alta California. Desde ahí se trazó el rumbo que siglos después definiría la frontera cultural entre México y Estados Unidos. Con todo, el peso histórico de Loreto parece diluirse en las celebraciones contemporáneas. Lo que debería ser un espacio de reflexión sobre el origen de nuestra civilización peninsular, se ha transformado en un escaparate político y festivo que poco honra el espíritu de aquel acontecimiento.

De la conmemoración a la autopromoción

Durante la conmemoración reciente del 328 aniversario de la fundación de la Misión, los actos oficiales se vieron marcados por la estridencia musical, los espectáculos de danza y las exhibiciones gastronómicas que, aunque vistosas y turísticamente rentables, desplazaron casi por completo las actividades académicas e históricas. Resulta paradójico —y profundamente lamentable— que en el mismo sitio donde Salvatierra levantó la primera cruz y sembró las primeras semillas de una cultura, hoy se erijan escenarios para el lucimiento personal de funcionarios ávidos de reflectores. El acto fundacional que dio origen a la California parece reducido a un pretexto para fotografías oficiales, discursos huecos y promoción de imagen.

De entre la programación conmemorativa, solo dos conferencias ofrecieron un contenido digno de la solemnidad del aniversario: la del Dr. Carlos Lazcano Sahagún, titulada Rodríguez Cabrillo, su exploración de las Californias y su conexión con Guatemala. Kino y su impulso para la fundación de Loreto, y la del Dr. Leonardo Varela Cabral, Nuestra Señora de Loreto Conchó: materialidad y devoción. Ambas charlas, además de aportar conocimiento científico e histórico, demostraron que la esencia del aniversario debía estar en el pensamiento, no en el ruido. Lazcano reconstruyó la compleja red de exploraciones que antecedieron a la empresa jesuita, estableciendo los vínculos entre la visión de Kino y la decisión de Salvatierra de fundar Loreto. Varela, por su parte, ofreció una lectura humanista y material de la devoción, analizando la arquitectura, los símbolos y los objetos litúrgicos que sobreviven como testimonio del encuentro cultural.

Fuera de estos aportes, el resto del programa estuvo dominado por actividades de corte recreativo o político, desprovistas de contenido histórico. Las tarimas, los bailes, los concursos y los discursos oficiales dejaron en segundo plano la oportunidad de reafirmar la identidad californiana y de difundir su verdadero legado. No se trata de despreciar las expresiones culturales populares, ni de negar la importancia del turismo o del entretenimiento en la vida comunitaria. Pero no puede confundirse la celebración con la conmemoración. Mientras la primera busca el regocijo inmediato, la segunda exige reflexión, memoria y respeto.

El problema es que las autoridades —locales y estatales— han convertido los aniversarios históricos en plataformas de autopromoción. En lugar de fortalecer el vínculo ciudadano con su pasado, lo diluyen entre luces, discursos complacientes y promesas vacías. Cada año, las mismas fórmulas se repiten: escenografías vistosas, espectáculos ruidosos, y un puñado de funcionarios que se arrogan el protagonismo de una historia que no les pertenece.

La fundación de Loreto no fue un acto político, sino una hazaña espiritual y humana. Fue el inicio de un proyecto de civilización que costó vidas, sacrificios y siglos de esfuerzo. Transformar ese legado en un evento mediático banaliza la memoria colectiva y reduce el patrimonio cultural a un mero escaparate. El deber de las autoridades culturales y educativas no es entretener al público, sino educar a la sociedad. La historia no debe ser un pretexto para el aplauso, sino una herramienta para la conciencia.

¿Dónde quedaron los coloquios académicos, los seminarios sobre la obra jesuita, los recorridos guiados por los vestigios misionales, los talleres con niños y jóvenes, las ediciones conmemorativas, los homenajes a los cronistas y misioneros? ¿Por qué se ha sustituido el contenido por la forma, la reflexión por el espectáculo, la cultura por la propaganda?

El caso de Loreto refleja una tendencia general en la gestión cultural mexicana: la subordinación del patrimonio histórico a los intereses políticos del momento. Cuando las efemérides se transforman en ferias o campañas disfrazadas, se pierde la oportunidad de construir ciudadanía, orgullo local y pertenencia. En Loreto debería sentirse la solemnidad de un sitio fundacional. Su plaza, su templo y su bahía deberían ser escenario de actividades académicas, literarias y espirituales que conecten a las nuevas generaciones con el pasado. Nada honra mejor la historia que el conocimiento, no la música ni los reflectores.

Recordar la fundación de Nuestra Señora de Loreto Conchó implica reconocer el origen de nuestra identidad peninsular. Es volver a las raíces del mestizaje californiano, al momento en que la fe, el trabajo y la convivencia dieron forma a una comunidad nueva. Ignorar ese significado o relegarlo a un acto protocolario es una forma de ingratitud histórica. Las autoridades culturales y educativas del Estado tienen una obligación moral y política: rescatar el verdadero sentido de las conmemoraciones históricas. No se trata de eliminar la fiesta, sino de devolverle la profundidad que la hace valiosa.

Imaginemos un aniversario de Loreto con rutas históricas, conferencias sobre los misioneros, exposiciones documentales, representaciones teatrales del desembarco de Salvatierra, publicaciones conmemorativas y homenajes a los cronistas locales. Eso sería celebrar con sentido. Eso sería honrar nuestra historia. Si algo enseña la historia de Loreto es que las grandes gestas nacen de la fe y de la perseverancia, no de la vanidad. Los misioneros que levantaron esa primera iglesia lo hicieron sin recursos, sin reflectores, sin cámaras ni tarimas. Su recompensa fue el deber cumplido y la esperanza de un futuro mejor.

Hoy, tres siglos después, el desafío no es construir nuevas misiones, sino reconstruir nuestra conciencia histórica. Debemos aprender a mirar Loreto no como una postal turística, sino como un símbolo vivo de nuestra identidad colectiva. Allí comenzó todo: el gobierno civil, la agricultura, la enseñanza, la medicina y la escritura en esta tierra. Si permitimos que el sentido de ese origen se disuelva en el ruido de los eventos oficiales, estaremos negando una parte esencial de nosotros mismos. La historia no se celebra: se honra, se estudia, se transmite y se defiende.

Por eso, este aniversario debería servir como punto de inflexión. Que los próximos festejos no sean escaparate de funcionarios, sino aula abierta de historia. Que los aplausos se transformen en preguntas, y las luces en conocimiento. Que cada niño sudcaliforniano aprenda en la escuela quién fue Salvatierra y por qué Loreto es más que una fecha en el calendario. A 328 años de su fundación, la Misión de Nuestra Señora de Loreto Conchó sigue siendo el faro moral e histórico de las Californias. Su legado no pertenece a un partido ni a un gobierno: pertenece al pueblo que nació de sus muros y al espíritu que aún respira entre sus piedras.

Ojalá que las autoridades comprendan que la promoción política es efímera, pero la cultura es perdurable. Que comprendan que la verdadera grandeza de un funcionario no se mide por la magnitud de sus eventos, sino por la profundidad de su respeto a la historia. Si logramos rescatar el sentido de Loreto, habremos rescatado también el alma de la California. Porque, en el fondo, defender la memoria de Loreto es defender el derecho de los pueblos a conocer su origen, a reconocer sus raíces y a proyectarse con dignidad hacia el futuro. Y eso, más que cualquier espectáculo, es lo que verdaderamente merece celebrarse.

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Presentará Roberto Galindo «Las dunas serpentean en la playa» en Chiapas

FOTO: Archivo.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Roberto E. Galindo Domínguez, escritor y colaborador de este medio, fue invitado a presentar su libro de cuentos Las dunas serpentean en la playa y otros relatos, en el cierre del XXV Festival Internacional Rosario Castellanos en Comitán de Domínguez, Chiapas.

Galindo Domínguez se considera «sudcaliforniano por decisión». Es escritor, maestro en Apreciación y Creación Literaria y en Ciencias en Exploración y Geofísica Marina; posee las licenciaturas en Diseño Gráfico, en Arqueología y en Letras Hispánicas; en su amplio currículum, también investigó barcos hundidos y restos culturales sumergidos.

Las dunas serpentean… es un conjunto de relatos donde el autor aborda, de una forma crítica, la labor de los científicos en proyectos de investigación en diversas zonas del país; su experiencia en la literatura y la ciencia le permite ser un poderoso vehículo para tejer historias que, aunque ficticias, resultan verosímiles, además de entretenidas.

Desde hoy miércoles 29 de octubre y hasta el domingo 2 de noviembre, el XXV Festival Internacional Rosario Castellanos en Chiapas realizará varias actividades: conferencias, presentaciones editoriales, talleres y obras de teatro. Roberto Galindo se presentará el domingo 2 de noviembre, a las 16:00 horas, en el Centro Cultural Rosario Castellanos.