Ayuntamiento de La Paz reactiva exitosamente el Teatro Juárez

FOTO: Ayuntamiento de La Paz.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Con diversos eventos artísticos y culturales realizados durante el mes de mayo, la administración municipal llevó a cabo la reactivación del Teatro Juárez de La Paz, uno de los recintos culturales más emblemáticos de la ciudad, dio a conocer el director de Inclusión y Diversidad, Jehú Vázquez Savín.

El recinto cultural que fue recientemente adscrito al Ayuntamiento de La Paz, abrió sus puertas de nueva cuenta a las familias paceñas, grupos artísticos, instituciones educativas y público en general.

Asimismo, en el marco de las celebraciones por el 490 Aniversario de la Fundación de La Paz, se presentaron recitales, obras teatrales, festivales literarios, conversatorios, exposiciones de pintura y fotografía, así como cursos, talleres y visitas guiadas.

Este recinto es uno de los edificios más representativos del Centro Histórico de La Paz, ahora puede ser visitado de manera permanente y gratuita por todo el público, y mantendrá una cartelera con actividades artísticas durante todo el año.

Finalmente, Vázquez Savín hizo la invitación para que visiten las redes sociales del recinto para conocer la oferta de actividades que se estarán realizando durante el mes de junio.




Ayuntamiento de La Paz asume la administración del Teatro Juárez

FOTO: Ayuntamiento de La Paz.

La Paz, Baja California Sur (BCS). El Teatro Juárez, uno de los recintos culturales más emblemáticos del Centro Histórico de La Paz, será administrado por el Ayuntamiento de La Paz y funcionará como recinto municipal a partir de este mes de abril. Esto como parte de las acciones que fortalecen el rescate de espacios históricos y la promoción de las artes, así lo dio a conocer el Director General de Inclusión y Diversidad, Jehú Vázquez Savín.

El histórico inmueble, ubicado en el centro de la ciudad, permanecía bajo la figura de comodato con un patronato, que durante varios años impulsó su remodelación y organización de eventos. El protocolo de entrega-recepción fue encabezado por la Síndica Municipal, Yadane García Carrazco, en representación del XVIII Ayuntamiento de La Paz.

Con esta transición, el Teatro Juárez queda adscrito a la Dirección Municipal de Cultura y reabre sus puertas a la comunidad, ofreciendo una agenda de eventos artísticos para todas las edades, que se darán a conocer próximamente.

La administración del recinto estará a cargo de Marymar Osuna Espinoza, actriz y directora de escena, quien coordinará el equipo técnico del teatro. Cabe destacar que el espacio será una de las sedes de los festejos por el 490 aniversario de la fundación de La Paz, con una programación que celebrará el arte y la historia de la ciudad.




El intervencionismo estadounidense, Steven Spielberg y la delincuencia

FOTOS: Internet.

El librero

Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Todos conocemos sobre el tema del intervencionismo estadounidense y más en México, que lo ha padecido trágicamente, en especial durante 1846 y 1848, cuando perdimos más de la mitad del territorio nacional. Y justamente se le llama así a ese periodo de la historia de México: La intervención estadounidense (o norteamericana). Los gobiernos posteriores a esa etapa fueron bastante permisivos, unos más menos que otros.

Luego vino el cine, de cuya meca, Hollywood, han salido millones de filmes donde retratan a México como sumisos, obedientes, gobiernos entreguistas y vendepatrias que dejan que EEUU entre al país como Pedro por su casa; incluso al ejército mexicano lo han retratado como leal a las fuerzas militares gringas: no cuestionan la injerencia extranjera del país del Norte. En series, películas y documentales México es retratado como atrasado, que somos un territorio estadounidense, que en México ellos pueden hacer lo que se les pegue la gana. Ya durante la última parte del siglo XX, específicamente el periodo neoliberal de 1982 a 2018, las agencias policíacas tenían hasta su changarro con el completo permiso de los gobiernos priístas y luego prianistas. ¿Y la soberanía?, pues, bien, gracias, esa nomás estaba en el papel y se omitía su mención o su ejecución para no incomodar a ningún funcionario de EEUU.

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Pero a partir de 2018, se sacó a esas agencias del territorio nacional por órdenes del presidente Andrés Manuel López Obrador y situación ratificada por la actual presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y, claro, eso no le gustó al gobierno estadounidense, ni a sus políticas intervencionistas. Hay cientos de películas y series que introyectan la idea de que México es su patio trasero: caricaturizan a la policía, a las autoridades, los servicios turísticos y públicos; desprecian la lengua española, son clasirracistas con quienes tienen contacto con ellos; en resumen: la burla es el tono general, donde la obediencia sutil o abierta es la característica principal.

De esas películas, hay una que siempre me ha parecido de las mejores de Steven Spielberg, Encuentro cercanos del tercer tipo (Close Encounters Of The Third Kind, 1977), pero que tiene la marcada narrativa de que EEUU puede entrar a donde sea, como ya mencionamos. Al principio de la película la toma es un lugar perdido de Sonora, polvoriento (hay un ventarrón), con gente pobre, con un ejército mexicano que no cuestiona que estén ahí, sino que le dan plenos poderes para que intervengan; no se da a entender, ni por error, que hubiera un trámite previo, un permiso, nada: ellos están ahí por su soberana voluntad.

Los minutos siguientes es la consumación de la narrativa: como es un asunto de extraterrestres, sólo EEUU puede tener esa información y debe tenerla bajo su control. ¿Y México? Pues, nada, ¿cómo un país jodido va a saber de eso?, los gringos son los que saben. Ni por asomo se nos ocurre que México pudiera tener un interés así. Digo, la película es una fantasía, una recreación de algo que los gringos alucinan desde 1947 con lo de Roswell, pero Spielberg establece que se trata de algo real, le da verosimilitud a su relato, deja claro que ahí el poder narrativo lo tiene EEUU, es quien decide si aquello debe saberse o no: son propietarios de cualquier tecnología que pudiera ser extraterrestre, ¿México qué?, son aborígenes que no tienen idea con lo que están tratando. Ahí, la soberanía, ni por pudor aparece, no pinta.

Teníamos tan metida esa narración, que se nos hacía “normal” que sucediera, EEUU era el avanzado, con las leyes más justas, un país limpio y con harta lana que había que envidiar, no cuestionar ni ponerle un alto a su injerencismo ni a su intervencionismo: no, a EEUU había que darle todas las concesiones, había que aplaudirle, no criticarlo, EEUU debía ser un ejemplo de vida para nosotros, por lo que debíamos despreciar nuestro origen mexicano, indígena y aceptar el retraso cultural: debíamos avergonzarnos de nosotros mismos. Debía ser la norma, no la excepción.

Sin embargo, hoy, debido al secuestro en suelo mexicano de un delincuente presuntamente realizado por agentes estadounidenses, a sabiendas de que esas agencias no tienen ninguna autoridad legal ni moral, que se fortaleció con nuevas leyes para que EEUU no se vaya por la libre, aún así, ejecutaron un operativo para llevarse a ese delincuente del crimen organizado sin permiso de las autoridades de México, ni del gobierno federal ni de nadie: una clara violación a la soberanía nacional, al territorio y a los tratados internacionales de extradición.

Hoy que se cuestiona una incursión a territorio nacional sin previo aviso al Gobierno Mexicano, un sector mediático e ideológico – político alega entusiasmado que la presidenta está protegiendo al delincuente, con el claro propósito de golpear a su gobierno. Y no hay nada que los haga cambiar de esa idea porque así conviene a sus intereses, aun sabiendo de las evidentes faltas y violaciones de EEUU. Entre el cine, Spielberg y la delincuencia, la soberanía es la más afectada, lo cual dificulta aún más recuperar la dignidad, el respeto a nuestras leyes y a nuestro país, aunque unos cuantos vendepatrias no lo entiendan o tal vez lo entiendan, pero es más benéfico venderse al mejor postor.

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Desde el Congreso de BCS, piden recursos para rehabilitar el Teatro de la Ciudad

FOTOS: Archivo / Congreso del Estado.

La Paz, Baja California Sur (BCS). La diputada Arlene Maciel presentó una proposición con punto de acuerdo exhortando al Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC) para que analice la incorporación en su plan anual de gastos, una partida destinada a la rehabilitación y mantenimiento anual del Teatro de la Ciudad de La Paz.

Destacó la importancia que el Teatro de la Ciudad de La Paz y la necesidad de que esté en óptimas condiciones, pues es pieza fundamental para garantizar los derechos culturales, mismos que son parte esencial de los derechos humanos y tienen como objetivo primordial alcanzar la dignidad humana a través de su visibilidad, promoción, protección y respeto, se lee en el comunicado del Congreso del Estado.

“Estamos conscientes que el año pasado se realizó una inversión aproximada de 4 millones de pesos”, expresó la Diputada de PT, inversión que se hizo en cuatro etapas y se tradujo en la impermeabilización de mil metros cuadrados en el área de butacas; alfombrado de toda la planta baja; pintura a la fachada principal y rehabilitación las letras exteriores y  de un salón de la escuela de teatro, sin embargo, dadas las condiciones en que se encuentra actualmente, esa inversión no es suficiente.

El recinto fue inaugurado el 26 de enero de 1986 y reinaugurado el 2 de marzo de 1987, y ha sido testigo de obras teatrales, ópera, música, danza, eventos escolares y cívicos, conferencias, festivales e informes de gobierno, ofreciendo espectáculos de elevada calidad artística, tanto local, nacional e internacional. La propuesta de la diputada Moreno Maciel, fue turnada a Comisión Permanente de Cultura y Arte.




Sobre Emilia Pérez, Audiard y el cine de ficheras

IMÁGENES: FimAffinity.

El librero

Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Ya vi Emilia Pérez, una opereta, o sea, “musical”. Y en efecto, es verdad todo lo malo que se dice de ella. El director Jacques Audiard toma la historia a partir de un párrafo del libro titulado Écuote, escrito por Boris Razon y publicado en 2018; Audiard contó en una entrevista con W Magazine: “A mitad de camino de la novela, hay un personaje que es un capo de la droga que desea hacer la transición para convertirse en mujer. El autor, que es amigo mío, no desarrolló ese personaje. Le pedí los derechos para expandirlo yo mismo”.

Y ya dentro de esa idea, Audiard se metió de lleno a investigar todo sobre México, sus costumbres, sus tradiciones, su situación económica y política, su historia, su gente, sus ciudades, las relaciones familiares, el español mexicano y sus giros dialectales, un largo proceso de informarse para sustentar su historia…

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¡Neeeeh, no es cierto!, no hizo nada de eso, que si lo hubiera hecho, otro sería el relato. El recién fallecido David Lynch contó alguna vez que cuando hizo la película Dune en México, se vino a vivir un año y medio para conocerlo todo, que se reflejara su trabajo, y eso que se trataba de una película de ciencia ficción. Sobra decir que se enamoró de nuestra tierra.

Pues don Audiard no hizo eso: se quedó en Francia, armó todo allá, se imaginó cómo sería México y sus fuentes fueron las opiniones de la gente y de los medios corporativos, es decir, todo lo malo que se decía. ¿Y qué es lo que hace? Contrata a actores y actrices que poco o nada tienen que ver con México —solo una es mexicana, Adriana Paz—, que hablan un pésimo español o de plano tienen la pronunciación española o de otros lugares de Latinoamérica; el español mexicano que se supone hablan, no tiene contexto, no se oye natural y se pierde entre las malas actuaciones porque no saben lo que están diciendo (se nota con claridad en Selena Gómez, a quien no se le entiende nada de lo que dice y que es la peor actuación de todas, aunque ya es famosa su frase: “me duele la pinche vulva nada más de acordarme de ti”… ¿Juat?).

Luego está el tratamiento del tema o temas, porque tiene varios, que se conectan narrativamente de una forma poco verosímil. ¿Un narco que quiere transformarse en mujer?, ¿en serio?, ¿ese narco de machistas, de violentos, de psicópatas, de insensibles? El modo en que lo arriba el cineasta podría haber sido más profundo, pero no se toma en serio cómo es que un narco llega a ese punto, el personaje es débil, fofo, no convence. El personaje, El Manitas, para conseguir “su sueño” de convertirse en mujer se mete al narcotráfico, pero jamás nos enteramos de los resortes emocionales, de las motivaciones, de lo que padeció. No es creíble, podría serlo, pero no de la manera en que Audiard lo plantea, que se lo toma a la ligera y de manera poco seria.

El tutifruti de temas provoca confusión porque no se sabe de qué quiere hablar: por un lado, el asunto trans, por otro lo familiar y ya muy forzado el asunto de los desaparecidos (que es donde radica su sesgo con tintes de propaganda: retrata a México desde la visión de un francés europeo que no sabe nada de nuestro país, que además no filmó una sola escena aquí; ni siquiera los planos de la CDMX son de él). Es decir, el director tiene un cliché de lo que es México, un México de oídas, lleno de prejuicios y convenciones políticas de derecha que reproducen los corporativos mediáticos. Ni siquiera se tomó la molestia de googlearle un poco más.

Ante la lluvia de críticas que ha recibido, pidió perdón por los “errores” que se le han señalado, pero eso sí, la película está siendo premiada absurdamente, que incluye 13 nominaciones a los Óscares, aunque no lo crean. Es hasta hoy 23 de enero de 2025 que se estrena en México; tuvo que pasar casi un año para que llegara, después de haber recorrido festivales de cine. La cosa es: ¿por qué? Con Coco, por ejemplo, se hizo un intenso trabajo de investigación (cosa que Audiard no hizo) y se estrenó acá antes que en ningún otro lugar el 20 de octubre de 2017. Y fue un buen resultado, a pesar de esos giros tipo Disney y Hollywoodense.

¿Cómo es que un producto tan deficiente y con tantos fallos argumentales que rayan en lo inverosímil no se estrenó primero en México —porque se supone que es sobre México—, y lo más absurdo: recibiendo tantos premios que no tienen ninguna justificación? A mí me parece que eso se llama propaganda.

Esta vez los premios Oscar se convertirán en los Premios Razzie a lo peor del cine. Bueno, no es que antes no premiaran lo peor, es que ahora es descarado y propagandístico (¡13 nominaciones al bodrio de Emilia Pérez!). Oh, es cierto, Hollywood y su cine es propaganda siempre…

Resulta una falta de respeto para nuestro país, para las mujeres trans, para la familia mexicana y para el tema tan delicado de los desaparecidos. Una trivialidad, en suma. Audiard retrata algo que no es, que apenas lo toca de rozón, de oídas, repleto de prejuicios de lo que somos y no somos, que reproduce esos prejuicios que Estados Unidos se ha encargado de difundir de México y de Latinoamérica a través de sus series de televisión, con un total menosprecio a nuestras culturas, nuestras lenguas, nuestras tradiciones y nuestra forma de organizarnos como naciones, ese Estados Unidos que nos mira hacia abajo, nos caricaturiza, nos racializa y rechaza como los racistas y clasistas que son. Cualquier película del cine de ficheras es más lograda y respetable. Me cae.

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