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“Tercera Raíz”, así suena el reggae en La Paz

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El grupo de reggae “Tercera Raiz”, de La Paz. Fotos: Beiren Esliman.

Modulación Urbana

Por Beiren Esliman

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Surgido a mediados de la década de los 60’s en Jamaica, el reggae es un género musical que ha trascendido fronteras y generaciones. Los máximos representantes de este tipo de música son Bob Marley, Prince Buster, Desmond Dekker y Jacki Mittoo, entre otros grandes exponentes.

El reggae en La Paz ha existido a través de diversos grupos que tocan este famoso género musical. Tal es el caso de “Tercera Raíz”, integrado por Daniel Bocanegra “Fanny” (guitarra y voz), Gabriel (batería y segunda voz) y Daniel Urías (bajista).

Beiren: ¿Cómo surge “Tercera Raíz”?

Gabriel: La idea surgió en una fiesta, para hacer una banda con la que hiciéramos canciones originales pero también tocáramos covers de reggae en español y de ska, lo que ha estado muy de moda últimamente. También, en primer lugar hubo un proyecto que se llamó “Autodefensa Lion”, que fue un primer intento, que no funcionó bien y ya después, surge “Tercera Raíz”. La idea es hacer covers, adaptados a nuestro estilo y hacer también canciones originales de reggae, ska, rock y hasta un poquito de ritmos latinos.

Beiren: ¿Por qué el nombre “Tercera Raíz”?

Gabriel: Viene de un libro Mexica que menciona la “Tercera Raíz” como el mestizaje que surgió con la llegada de los europeos a tierras mexicanas y, para poder identificarnos un poquito más con lo mexicano también, por eso escogimos ese nombre.

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En Latinoamérica, muchos son los grupos contemporáneos que interpretan el reggae como Zona Ganjah, Gonwana, Cultura Profética, Dread Mar I, Los Pericos, entre muchos otros más. En BCS, muchos han sido los que han incursionado en el género, sin embargo, la gran mayoría sólo basan sus presentaciones en covers de otras bandas y, pocos son los que se atreven a hacer su propia música y letras.

Beiren: ¿Qué los alentó a sacar sus propias canciones y tocarlas en público?

Gabriel: Pues lo que más nos alentó fue la respuesta de la gente, más que nada; cuando empezamos a tocar covers a la gente le gustaba el estilo que teníamos y entonces, Fanny, el vocalista, empezó a escribir canciones y empezó a crear melodías, las llevó a ensamblar a los ensayos. Cuando iniciamos con las canciones propias, la gente empezó a responder muy bien, les empezó a gustar; fue parte de perder el miedo y en gran medida aprovechar los espacios que teníamos; que salía una tocada en un bar, pues tocábamos nuestros temas; tocar en una fiesta, pues hay que tocar las canciones propias; así, poco a poco va aventando uno las canciones originales y la gente las va conociendo.

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Beiren: ¿Qué les dirían a esos artistas y bandas que no se atreven a sacar temas de autoría propia?

Gabriel: Pues es que hay de todo, hay bandas que se dedican a hacer covers y a tocar en un bar todo el tiempo. Lo importante es definir desde un principio el concepto del grupo y qué es lo que se quiere lograr, las metas que se quieren alcanzar; si una banda se define en lo que quiere hacer y quiere llegar a una meta es muy bueno hacer el plan de trabajo y ponerse a trabajar en las canciones originales.

Es clásico, que si a alguien le gusta algún género musical, desde inicio la gente los tipifique, aún más si perteneces a una banda de rock y sus derivados. Es decir, si vistes de tal o cual forma te juzgan y encasillan en adjetivos como cholo, punketo, darketo, marihuano, satánico y más. Sin embargo, los integrantes de “Tercera Raíz”, quienes tocan una combinación de ritmos con base en el reggae, no usan rastas, ni se visten como rastafaris, muchos menos son vegetarianos.

Beiren: ¿Por qué si tocan reggae, no se visten de acuerdo al género musical?

Gabriel: Nosotros tenemos definido que la cultura rastafari se debe respetar, lo que rescatamos nosotros de esa cultura es la música, el reggae y compartir el mensaje de paz y amor que en realidad es lo que manifiesta ese género. El traer rastas no sería merecerlas, porque yo no soy un rastaman, no practico ni predico esa religión. Lo que rescatamos como músicos, es eso: la música y el mensaje a través de las canciones, yo creo que sería más powser, si trajera rastas y predicara el rastafarismo, cuando realmente somos mexicanos y que lo que debemos hacer es rescatar las raíces mexicanas.

 




Escribir es un combate: el escritor como maquila

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Escribir, escribir, escribir… los dilemas del escritor moderno. Foto: Internet.

El librero

Por Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Ser escritor en estos tiempos no es cosa fácil, y más en México. Se pasa la vida uno construyendo un nombre, pero nada de ventas, lo cual es el fin de obtener lectores. Y esa es una cosa horrible. Ser publicado por las instituciones no es cosa mala, porque de algún modo resulta un impulso, un motor de arranque. Pero no puede uno seguir a la espera a que nos publiquen los gobiernos cualquier cosa que escribamos. Eso sirve para caer en el olvido y que vivamos en el autoengaño. Daniel Sada decía que era la mejor forma de tirar a la basura miles de ejemplares que no se leerían jamás. El trabajo de escritor es un trabajo hormiga, de buscar aquí y allá una editorial que se interese por nuestros inéditos, sobre todo que sea rentable y lucrativo. Llegar a un producto de esa índole requiere años de oficio, de lecturas ininterrumpidas, diarias, o de plano gozar de una genialidad literaria que rompa los cánones de la noche a la mañana. No todos gozamos de esa suerte.

Si una editorial llega a interesarse en nuestros libros, ya tenemos el primer logro alcanzado; el siguiente es convencer a los lectores de lo que hicimos y que se vuelva viral, como ahora gusta decirse en términos de redes sociales. Ese primer libro va lleno de esperanzas, de entrega, de desvelos, de incertidumbre, de la mejor calidad literaria de que dispuso el escritor durante su creación. Me vienen a la mente varios títulos de libros que por la manera en que se construyeron pronto se convirtieron en clásicos de la literatura. Cien años de soledad es uno de ellos. Pedro Páramo es otro. Un asesino solitario, uno más.

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Uno siempre está lleno de prejuicios en torno a lo que nos gusta y no nos gusta, cuyos valores provienen de nuestro modo de pensar, nuestra educación, nuestros condicionamientos familiares, religiosos y sociales. Así que nos llamará la atención aquello con lo que nos identificamos o aquello que maneja un cierto tipo de lenguaje, cualquiera que éste sea. Leer, sin duda, nos pone a funcionar la imaginación y las neuronas. Un buen libro nos invita a querer otro más bueno, hasta que se vuelve un hábito. Una mente con lecturas es una mente que tiende a ser más creativa. Por supuesto, no es regla general. Compramos libros porque el autor está de moda, porque alguien lo recomendó o por aventurarnos a autores desconocidos para nosotros. A veces ocurren maravillas, otras sentimos que nos estafaron. De este modo, un escritor puede hacerse de un buen número de lectores y hasta de un club de fans.

Sin embargo, ¿qué pasa cuando un escritor se convierte en un best seller (un más vendido) y gana millones en su primera entrega? Para la editorial esto supone un momento importante, porque comercialmente el libro es muy lucrativo, y claro está, el propio escritor, quien ha entrado a las ligas de los que sí venden. Para quienes gozamos del libro, uno esperaría con pasión algo mucho mejor. Gabriel García Márquez le declaraba a Plinio Apuleyo Mendoza en su famosa entrevista de El olor de la guayaba, que su gran temor era convertirse en esclavo de Cien años de soledad; es decir, que dado el éxito del mismo, los lectores estarían esperando Cien años de soledad 2. Este pasaje de la vida de este escritor se entiende cuando lanzó al mercado El otoño del patriarca, que no tuvo las ventas espectaculares del anterior, pero sí demostró que no se había casado con el estilo de Cien años, y experimentó con otra forma de narrar. García Márquez se negó a convertirse en maquilador de su propia escritura.

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Gabriel García Márquez. Foto: Internet.

La pregunta que nos viene a la mente es: una vez instalados en el compromiso, en el contrato con la editorial, ¿perderemos la libertad de escribir cuanto tema se nos ocurra? La respuesta, en la mayoría de los casos, es sí. A la editorial no le interesan tus necesidades estéticas, tus necesidades filosóficas, o tu imaginación cuestionadora, a la editorial le interesa ganar y vender, lo cual es un hecho natural del mercado, puesto que son una empresa que viven de eso. Pero, ¿y el individuo, el escritor, dónde queda? ¿Se convierte en un trabajador, un obrero, un maquilador de las letras? ¿Ve frustrado su talento para acomodarse a las necesidades del mercado? Muchos hemos constatado que el primer libro resultó una maravilla porque no estaba sujeto a las presiones editoriales, sino a su propia entrega, carisma y capacidad de escribir. No obstante, los siguientes libros comenzaron a parecerse entre sí, pero no al primero. Algunas editoriales optan por exigirle al escritor sagas de aventuras para determinadas edades y públicos, con el fin de crear demanda. Conocen su negocio, pues. Sin embargo, el escritor, ¿dónde queda?, ¿qué papel juega?

Hace décadas los escritores pensaban en función de su obra, de su arte, de su estética, de su filosofía de vida. Hoy no es así o al menos no enteramente así. La narrativa es distinta. Sería difícil que un joven Gabriel García Márquez funcionara en el mercado de hoy, que tampoco es regla, pero esa es la tendencia. Escribir hoy en día no es para nada el ideal romántico del siglo XIX o de lucha como a mediados del siglo XX, donde el escritor es un héroe, un rockstar o de plano un marginal con clase (¡ay, Henry Miller!). Escribir hoy en día es un trabajo arduo y difícil, que no halla su camino ni el éxito tan fácilmente, y algunos morirán y no lo tendrán, o quizá después de la muerte (!Oh Kafka, mi Kafka!). ¿Quién quiere ser escritor?, de los que están horas nalga, de los que investigan, de los que corrigen una y otra vez, de los que arman un proyecto, de los que creen en lo que hacen, de los que no andan tras la lana como mendigos de su propia profesión, quienes mandan a concursitos de jóvenes sus libritos insípidos, pero al que no pueden entrar por rebasar la edad y utilizan a alguien para conseguir sus fines. Escribir, la verdad, es un combate con la vida.

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Este sábado inauguran obra sobre lo que fue el Mural de Wyland, en La Paz

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“Resistencia al olvido” es el título de la obra que el muralista de Tiuana, Alonso Delgadillo, dejará en La Paz, en el edificio del SAT. Fotos: Modesto Peralta Delgado.

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Desde este lunes, el muralista de Tijuana, Alonso Delgadillo, inició los trabajos de una nueva obra plástica sobre lo que fue el famoso “Mural de Wyland”, en el edificio del SAT, ubicado en el malecón de La Paz; llevará por título Resistencia al olvido y forma parte del proyecto “Ciudad Mural” que impulsan Colectivo Tomate y Urbanería, previendo su inauguración este próximo sábado 11 de marzo.

En entrevista exclusiva para CULCO BCS, Alonso Delgadillo comentó pormenores de este trabajo visual. Resistencia al olvido “es un homenaje a la historia del ciudad” —dijo—, y lo que se verá allí será “un barco que sostiene la ciudad, un viaje por el tiempo que ha tenido la ciudad, un homenaje a todas las familias de lo que hoy es la ciudad de La Paz“.

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El mural se pinta con una línea profesional de pintura vinílica y se pretende terminar este viernes 10 de marzo, para que el sábado 11 se dé un recorrido por éste y otros trabajos de “Ciudad Mural”, en el cual los artistas sostendrán un diálogo abierto con los ciudadanos que quieran estar presentes. Aunque habitualmente este muralista trabaja solo, señaló que si alguien quiere ayudarle, como en otras ocasiones, lo permite buscando un quehacer seguro, pues calcula que son más de 12 metros de altura la pared del SAT que habrá de pintarse.

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Alonso Delgadillo, manos a la obra sobre “Resistencia al olvido”. Fotos: Modesto Peralta Delgado.

Confesó que volver a pintar el Mural de Wyland le representa”una responsabilidad muy grande, pues no tenía idea que era un espacio tan simbólico para la ciudad”. El artista explicó que para inspirarse y argumentar su obra realizó una investigación que incluyó leer libros de historia de La Paz, así como conversar con muchas personas, desde turistas y cronistas hasta ciudadanos paceños de todo tipo. “He dado casi 20 días de mi vida, de mi tiempo, de dejar a mi familia, de mi imaginación, por hacer algo que creo, que no es a la ligera. Como mexicano, quiero hacer algo por mi país”.

Alonso Delgadillo tiene 14 años de actividad profesional en el muralismo. Contó que publicaciones especializadas se han referido a él como “uno de los muralistas contemporáneos más importantes del país”. Sus trabajos están en el Centro Cívico de Mexicali, la Biblioteca Pública Regional de Tijuana, entre otras edificios en Rosarito, Ensenada y Tecate, e incluso fuera del país, pues ha expuesto en el Instituto de Arte de Los Ángeles y en la Galería de Arte de San Diego, en Estados Unidos, así como en Buenos Aires, Argentina, donde tomó una maestría en Diseño Gráfico.

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Y tú, ¿ya conoces a la chiluda?

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Almeja chiluda Panopea sp. Foto: Internet.

SudcaliCiencia

Por Marián Camacho

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Esta almeja tiene varios nombres: 1) El oficial, o sea el mismo para todo el mundo, también conocido como nombre científico, que es Panopea globosa; 2) El políticamente correcto: almeja generosa o de sifón, y 3) El de la palomilla, que es almeja chiluda.

Esta almeja, evidentemente, se distingue por la descomunal estructura que emerge de su delgada concha, y que no es nada más que su sifón. Los sifones son las partes del cuerpo que utilizan para introducir el agua que será fuente de alimento y oxígeno, y para expulsar desechos y células reproductoras. Los sifones, son estructuras tubulares que utilizan principalmente las almejas que viven enterradas en la arena o el lodo. Y, cuanto mayor es la profundidad en la que ésta vive bajo el sedimento, más largos son sus sifones, tal como sucede en las chiludas, que son los bivalvos excavadores más grandes del mundo. Se entierran en el sustrato desde que son juveniles, pero es hasta después de alcanzar su madurez sexual que lo hacen a mayor profundidad, donde quedan a resguardo de casi cualquier depredador. Como resultado de esto, las poblaciones están compuestas principalmente por individuos adultos que superan los diez años de edad y que pueden llegar a ser muy longevos (hasta 168 años). La edad de adultos y juveniles se puede estimar a partir de las líneas de crecimiento que se observan en la concha.

Debido a la profundidad en la que habitan las almejas chiludas, son difíciles de extraer cuando se les intenta recolectar como alimento. Sin embargo, esto no detuvo a los pescadores de Bahía Magdalena para iniciar una interesante pesquería de esta singular almeja.

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Así se hizo famosa

Cuentan las anécdotas que entre el 2002 y el 2004, llegó a San Carlos un extranjero preguntando a los pescadores locales por una almeja de características muy particulares. Fue tanta la insistencia y la preguntadera del recién llegado, que algunos pescadores, incluido “El Meche”, aceptaron ir a buscar las que, según el extranjero, podía reconocer dada su experiencia en otras zonas del mundo. Efectivamente, había un gran banco de almeja chiluda que los pescadores locales no habían explotado nunca. Esto no es de sorprender, porque para los sudcalifornianos esa almeja había sido vista muy pocas veces y, además, no tenía ningún valor porque no había a quién vendérsela.

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Pescador de Bahía Magdalena. Foto Marián Camacho.

Sin embargo, el mercado existía. Allá muy lejos, del otro lado del mar, había cientos de asiáticos que estaban listos para pagar muchos dólares por esas extrañas criaturas. Y así fue, el primer banco de almeja chiluda que comenzó a explotarse comercialmente en Baja California Sur, se bautizó como “El banco del Meche” y dio inicio a una de las pesquerías con mayor valor económico en la región, solo por detrás del abulón y la langosta.

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Almejas chiludas exhibidas vivas en un mercado en China. Foto: Internet.

Un valioso tesoro

Actualmente, las zonas de explotación de la almeja chiluda dentro de Bahía Magdalena, son monitoreadas por el Instituto Nacional de Pesca, quien a través del Centro Regional de Investigación Pesquera (CRIP) en La Paz, lleva a cabo evaluaciones para estimar el tamaño de la población y establecer una cuota de captura. Asimismo, se llevan a cabo recolectas regulares de muestras para establecer la temporada reproductiva de las almejas y sugerir los periodos de captura que permitan a los pescadores obtener el mejor aprovechamiento de su valioso recurso.

El CRIP-La Paz es ese edificio blanco que está pasando El Molinito, en La Paz, recordado por muchas personas porque antes había un acuario ahí y se exhibía una escafandra como la que usaban los buzos en las películas viejas. El día de hoy, en este lugar se realizan los estudios necesarios para que la almeja chiluda, al igual que otros muchos recursos pesqueros, sigan representando una importante fuente de ingresos económicos para Baja California Sur. No dudes en visitar este Centro de Investigaciones y conocer la labor de las personas que trabajan en beneficio de nuestros valiosos recursos marinos.

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Instituto Nacional de Pesca. Centro Regional de Investigación Pesquera La Paz. Foto: Cortesía.




El despido de Sandino Gámez: el ISC le cortó la cabeza a Fomento Editorial

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Sandino Gámez Vázquez, quien fuera Coordinador del Departamento de Fomento Editorial del ISC. Fotos: Facebook.

Colaboración Especial

Por Raúl Cota Álvarez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El miércoles 1 de marzo, el coordinador de Fomento Editorial del Instituto Sudcaliforniano de Cultura, Sandino Gámez Vázquez, llegó a su oficina para encontrar sobre el escritorio un oficio comunicándole que a partir de ese momento dejaba de laborar para el Gobierno del Estado, esto a pesar de que Christopher Alexter Amador Cervantes, director del instituto, declarara en semanas recientes que no habría despidos en el área de cultura, y negara rotundamente que el ISC fuera a desmoronarse ante el adverso panorama presupuestal con el que recibía el año.

¿Por qué Sandino Gámez? El desempeño del coordinador, según la gran mayoría de los escritores, promotores, coordinadores de salas de lectura y talleres, así como lectores y personas involucradas de una u otra forma en la actividad de fomento a la lectura y el libro, había sido hasta el día de su repentino despido, positivo.

Como todo funcionario a cargo de un departamento y un equipo de trabajo, se encontró en el camino con errores, omisiones, y tomó decisiones que impactaron positiva o negativamente en diversas ocasiones la escena, lo que fue moldeando, mediante criticas —me incluyo en ellas—, una gestión de frente a las observaciones, y atendiendo la mayoría de ellas con resultados más buenos que malos.

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Gámez Vázquez llegó al 2017 al frente de la mejor versión del Departamento Editorial del ISC, en comparación con las anteriores gestiones:

Estas acciones, con los contrapesos ya mencionados, los cuales se estaban atendiendo, ponían el actual ejercicio por encima de los anteriores y arrojaba un balance por demás positivo. ¿Por qué fue despedido entonces? ¿Por qué en la antesala de la Feria del Libro de Los Cabos y La Paz?; ¿por qué sin un aviso, un período establecido para cerrar procesos y preparar a su reemplazo de manera adecuada?; ¿por qué esperar su ausencia para introducir a hurtadillas un documento tan delicado?

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El Director del ISC tiene que explicar las razones de una decisión que incomoda a la escena en su gran mayoría, por lo sencillo que se muestra el cesar a quien no comparte opiniones, opaca la imagen del jefe con resultados, y gestiona por su lado apoyos para una función neural del ISC; teorías todas éstas, ya que desde el jueves 9 de marzo se le busca por distintos medios para conocer las razones del despido, las acciones a seguir para mantener la actividad de Fomento Editorial sin mayor alteración, para dar certezas al equipo de confianza que queda en el limbo de la seguridad laboral ante esta situación que al no ser aclarada, despierta suspicacias y se inclina cada vez más hacia un posicionamiento político a costa de la escena cultural sudcaliforniana, pero sigue sin aparecer.

Además, debe comunicar de manera transparente y precisa, por qué la Dirección del ISC, la Coordinación Técnica y el área de Artes Plásticas editan libros tan caros (200,000; 350,000; y 700,000 pesos por título), por qué sus autores son funcionarios de la institución o familiares de funcionarios de la misma. Tiene que mostrar por qué no existe conflicto de intereses al publicarse él mismo un libro de poemas mientras se traba la producción de los creadores en la entidad, por qué siguen postergando la creación del Consejo Editorial; éstas y otras, muchas cuestiones que se han ido acumulando en su gestión y que siguen en la opacidad, guardadas en la comodidad de su oficina. Es hora de respuestas.