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Fragmentos del culto mortuorio de los Antiguos Californios

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Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Nuestra media península austral está llena de secretos, de historia, de tradición, sólo es cuestión que nos adentremos un poco en los libros que nos dejaron las personas que convivieron con los primeros pobladores para que desentrañemos este pasado increíble del cual nos debemos sentir orgullosos.

De acuerdo a textos escritos en el siglo XVIII, por personas que convivieron, algunos por más de 30 años, con los grupos primarios que poblaron la California, es que podemos conocer de primera mano sus tradiciones, creencias, mitos y aquello que los antropólogos conceptualizan como “Cosmovisión”.

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Me refiero a los textos escritos por los sacerdotes jesuitas que implantaron el régimen misional en estas tierras y que en la actualidad son libros valiosísimos: “Historia de la Antigua ó Baja California” de Francisco Javier Clavijero, “Historia natural y crónica de la Antigua California” de Miguel del Barco,Noticias de la península americana de California” de Juan Jacobo Baegert,Noticia de la California y de su conquista temporal y espiritual hasta el tiempo presente” (3 Tomos) de Miguel Venegas, “Informe del estado de la nueva cristiandad de California” de Francisco María Píccolo y otros más.

En sus páginas podemos encontrar muchas referencias al intrincado sistema de conceptos que formaban la cultura de los Californios y, aunque cada uno de estos jesuitas desde su personalidad y óptica particular hace referencias a ellas, podemos obtener conclusiones sumamente valiosas para comprender ese mundo en el que vivían los primeros pobladores. En estos días en que en nuestro país se conmemora el Día de Muertos he querido exponer algunos de los resultados de mis investigaciones sobre la cultura mortuoria de los Antiguos Californios.

En primer lugar, he de mencionar que los antiguos pobladores creían que había una “vida” después de la muerte, esto es, que ellos habían construido unas interesantes creencias sobre lo que pasaba con el espíritu de la persona que moría. El sacerdote Miguel Venegas, en su obra, menciona que los Pericúes creían que existía un dios supremo de nombre “Niparaya”, este dios había concebido a 3 hijos y uno de ellos, de nombre “Quayaayp” estuvo entre estos, (indios del sur) y los enseñó. Era poderoso, y tenía mucha gente: porque se metía dentro de la tierra, y sacaba gente. Enojáronse con él, y lo mataron; y cuando lo mataron lo pusieron una toquilla de espinas. Esta hasta hoy muerto; pero muy hermoso, sin corrupción alguna, echando continuamente sangre: no habla por estar difunto; pero tiene un tecolote (o búho) que le habla.  También como parte de sus creencias, los Pericúes le mencionaban que “el gran señor Niparaya no quiere que la gente pelee, porque todos los que mueren flechados no van al cielo: por el contrario, Wac-Tuparán quiere, que la gente pelee, porque mueran flechados, y vayan donde él está”.

Miguel del Barco, jesuita que vivió por más de 30 años entre los Cochimíes de la misión de San Francisco Javier Vigge Biaundó, dejó escrito lo siguiente: “Creían los Californios en la inmortalidad del alma porque unos decían que las almas de los buenos iban al norte por creer que por allá siempre había abundancia de pitahayas. Y las de los malos iban al sur, teniéndola por tierra más desdichada. Otros creían (como los de Loreto y sus cercanías) que los que mueren van al Carmen, isla desierta situada en frente de Loreto y a poca distancia. Por eso a los muertos, cuando no los quemaban, los enterraban sentados con los instrumentos propios de su sexo; a los hombres con sus zapatos, o guaraches, arco y flechas en la mano, etcétera. A las mujeres con guarachas y su red, o aparejo en que suelen cargar mezcales y lo demás que recogen del monte.

De singular importancia es la siguiente anotación que nos dejó este mismo sacerdote de acuerdo a lo que pudo presenciar: “Después de unos días, hacía la gente sus exequias o fiestas al muerto, y estas se reducían a ciertos cantos y bailes de noche (en los bailes había licencia general para que, al concluirse se retirase cada uno con la mujer que quería). El hechicero daba alguna carrera lejos y después volvía diciendo que ya había hablado con el muerto, con que dejaba a todos consolados. Y la gente era tan simple que creía estos y otros embustes de los hechiceros. Estos decían, cuando llovía y aguardaban de resulta abundancia de sus comidas, que ellos habían subido allá arriba a las nubes, que habían llamado al agua, y que por eso llovía”. Finalmente, citaré una creencia muy interesante que tenían los Cochimíes. “Entre sus instrucciones supersticiosas enseñaban que no debía matarse un león, porque el león muerto haría morir al que le mataba”.

Estos y otros interesantes textos que he podido analizar, nos dicen que nuestros antiguos Californios eran seres inteligentes y que se preocupaban no sólo por hallar explicaciones a los sucesos que observaban cotidianamente, sino también de encontrar una explicación, aunque fuera de índole sobrenatural, para sucesos como la muerte y lo que pasaba posteriormente con su esencia. Espero que esta breve información sirva de motivación para que más personas incursionemos en este mundo maravilloso de la historia de nuestra Sudcalifornia ancestral.

 

Bibliografía:

“Historia de la Antigua ó Baja California” – Francisco Javier Clavijero

“Historia natural y crónica de la Antigua California” – Miguel del Barco

“Noticia de la California y de su conquista temporal y espiritual hasta el tiempo presente” (3 Tomos) – Miguel Venegas

 

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