Visitó La Paz la primer mexicana en pilotear el avión más grande del mundo

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FOTO: Facebook.

Colaboración Especial

Por Adrián Corona Ibarra

 

La Paz, baja California Sur (BCS). En su último día de estancia en La Paz, tuvimos la oportunidad de platicar con Rocío Mireya Rodríguez, orgullo mexicano del sector aéreo  y ejemplo de que las mujeres pueden llegar hasta donde se lo propongan.

Mi compañero de turno me lo dijo. Documenté a la primer piloto mexicana que pilotea el avión comercial más grande del mundo, el Airbus 380. Inmediatamente decidí ir a saludarla y pedirle una breve charla previo a su salida de vuelo.

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Rocío Mireya Rodríguez, primer oficial del Airbus 380, me recibió con una sonrisa que esboza plenitud y contagia alegría, así como entusiasmo por lo que para ella son sus dos pasiones: ser piloto y ser madre. Junto a sus tres hijas me concedió la entrevista.  Le confesé que es mi primera entrevista y ella respondió con más sonrisas y amabilidad.

Nos relata que siente un aprecio tremendo por esta tierra, puesto que su papá, el general Florentino Rodríguez, estuvo muchos años en estas tierras; las dos primeras hijas del teniente nacieron aquí. “Yo ya no pude nacer en este paraíso, pero cada verano trato de visitarlo. Aquí me gustaría vivir”, comentó.

Desde pequeña quiso ser piloto. En la juventud lo refrendó, pero su padre le dijo que tenía que estudiar algo más. Se marchó a Estados Unidos y terminó dos carreras: piloto comercial y administración de negocios. Su pasión ganó y se dedicó a la aviación. Ingresó en 1998 a la extinta Mexicana de Aviación.

¿Cómo fue el trato para ella como mujer, en aquellos años en un gremio tan lleno de varones?  “De maravilla —declaró. Éramos catorce mujeres contra unos 700, casi 800 varones. A pesar de eso siempre recibí trato digno. Era un trato más paternalista, nos trataban con cuidado, como si fuéramos sus hijas de alguna manera”.

Tras la quiebra de Mexicana emigró, y su profesionalismo y trayectoria le abrió las puertas en  la transnacional y lujosa línea área Fly Emirates, por lo que se mudó a Dubái, ciudad donde actualmente radica. ¿Y allá como es el trato?, le pregunté, y ella contestó que igual, “con un excelente ambiente laboral”, y no se ha topado con machismo ni misoginia, afortunadamente. En cuestión de equidad de género la cuestión no es muy pareja: allá son 60 pilotos mujeres de 4 mil que conforman la planta de la línea aérea del Medio Oriente.

Entre sus planes futuros están llegar a ser comandante, ya que por tener a su tercer y última hija pospuso su ascenso a Capitán. Su sonrisa se torna más brillante cuando habla de sus hijas, y reafirmó “Claro que se puede realizarse, en lo profesional y como madre. Como mujeres y mexicanas podemos sacar cualquier empresa por difícil que sea. Para mí, la de ser madre es más difícil que ser piloto del avión más grande del mundo, pero sin duda es más satisfactorio ser madre de estas tres niñas”.

El vuelo de salida se estaba anunciando, y tuvimos que finalizar la charla. Rocío nos llenó de energía con esa sonrisa, su actitud y sus pasiones. Nos queda la foto y sobre todo el agradecimiento por el tiempo de ella, así como para usted estimado lector que atiende mi primer entrevista y colaboración para este maravilloso espacio.

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Adrián Corona Ibarra

Lector, casi poeta y trabajador de la aviación. Nació en Apizaco, Tlaxcala, el 29 de abril de 1985. Radica en la ciudad de La Paz desde su primer año de edad, y siente un profundo orgullo y amor por estas tierras del Calida Fornax. Es egresado de Lenguas Modernas por la UABCS, ha participado en talleres literarios, publicando en el 2015 su primer y única obra “Brebajes Taciturnos”. Promotor cultural y convencido de que la cultura es un andamio para salir de la crisis de estos tiempos y la violencia que se vive en BCS; la literatura —en su opinión— está para distraerse, enfocarse, reconciliarse, sublimarse, llorar y reír, viajar y volver.  Disfruta del mar, la pesca deportiva, el dominó, y las ballenas heladas van a la par de la lectura.

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