Pasión por las lluvias y los ciclones. Clima La Paz cumple 5 años (I)

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FOTOS: Cortesía.

La Paz, Baja California Sur (BCS).  Luis Domínguez Bareño, el hombre detrás de Clima La Paz, nació en la capital sudcaliforniana el 12 de julio de 1983. Desde el 9 de septiembre de 2012, se ha dedicado de forma altruista —y por pura pasión—, a informar sobre las condiciones del clima en BCS a través de su cuenta de Facebook, con un alcance de casi 42 mil seguidores en esta red social, por lo que a cinco años de su existencia y con esta importante influencia, CULCO BCS lo buscó para una entrevista exclusiva. Te invitamos a leer la primera de dos partes de este material.

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CULCO BCS: ¿Cuáles son tus primeros recuerdos del acercamiento que tuviste a la metereología, y por qué no estudiaste esa carrera?

Clima La Paz: Desde muy pequeño uno crece aquí en Sudcalifornia conviviendo con los ciclones. Recuerdo muy niño, que los mayores hablaban con respeto del huracán Liza del ´76 y el huracán Paul del ´82; cuando iba en la primaria teníamos un periódico local según nosotros: yo, mi hermana y una vecina de Balandra —la colonia donde crecí en La Paz—, al que le llamábamos “El Chismoloco” y se hacía en una máquina de escribir, en una hoja doblada usábamos las cuatro caras, después lo llevábamos a la papelería de la esquina del parque “Los Mangos” y sacábamos varias copias; vendíamos cada ejemplar en 0.50 centavos; era la sensación por la calle, rápido se agotaba y después gente de otras calles de la colonia se interesaba por el dichoso “Chismoloco”. Yo a veces escribía sobre los ciclones que iban presentándose, sacaba la información de lo que escuchaba en el Canal 10, en la radio y en “El Sudcaliforniano”. Después me encontré unos mapas entre las cosas de mi hermano, me di cuenta que eran bastante extensos y traían señalada la longitud y latitud, entonces los usaba para georreferenciar la ubicación de los ciclones cuando anunciaban las coordenadas en el radio; como mi hermano es varios años mayor que yo, él ya trabajaba cuando yo estaba muy chico, entonces le pedí que me llevara a INEGI a buscar mapas más detallados, y sí, encontré mapas más específicos con la península bien delineada y la parte del Pacífico Mexicano con escala, que era lo que más me interesaba para ir señalando los ciclones.

Me gustaba cuando en el radio o en la televisión hacían público no sólo la posición del momento, sino exponían de acuerdo al desplazamiento, las coordenadas donde se ubicaría el ciclón a futuro. Entonces, yo localizaba los puntos en el mapa y los señalaba con un lápiz. Ese mapa lo pegaba en la pared y era fácil darle seguimiento al ciclón; obviamente es raro el pronóstico que se cumple al 100%, entonces en cada nueva actualización que escuchaba me daba la oportunidad de ajustar mis datos y proyecciones. Este método me fue muy útil cuando los ciclones nos llegaban a dejar sin energía eléctrica, porque ya con la proyección nomás le calculas la hora y puedes saber dónde se va ubicando, es de poco margen de error y muy confiable. Era muy chistoso, porque los vecinos iban a preguntarme a la casa por la ubicación, “A ver, Luisito, saca el mapa ese que tienes rayado para que me nos digas por dónde viene el huracán”.

Del huracán Kiko de 1989 me acuerdo perfectamente, yo acababa de cumplir 6 años, la gente se asustó mucho porque era un huracán categoría 3 y venía entrando por el Golfo; eso traía muy malos recuerdos del Liza. A fin de cuentas entró por Los Barriles y en La Paz no dejó mucho desastre; pero lo que si te puedo decir y tengo muy presente es la cultura y solidaridad de la gente, los vecinos se ayudaban mutuamente y entre todos nos organizábamos para prepararnos antes de la llegada y después del ciclón para tener un plan de acción ante un escenario digamos, poco alentador.

No estudié eso porque no sabía que existía una carrera al respecto, de haber sabido sí me aviento; me han contado que por ahí en la UNAM y otras universidades de México se puede estudiar Ciencias Atmosféricas, que es lo más cercano, y por supuesto en el extranjero también hay opciones; la maestra Sandra Robles Gil de la CONAGUA Local estudió para eso, y hasta Maestría en lo mismo tiene; los meteorólogos aficionados del Estado le tenemos mucho respeto y admiración, es una lástima que no salga casi en los medios y tampoco publique sus observaciones.

Con los mismos ciclones he perdido mucha información que guardaba desde hace muchos años. En una caja tenía recortes de periódicos viejos con temperaturas y noticias locales sobre ciclones, además de unos cuadernos con registros de temperaturas y lluvias en La Paz; gran parte lo destruyó el huracán Juliette en 2001, fue un mundo de agua y se rompió una ventana de la casa de mis papás, se mojó todo y fue imposible rescatarlo, aunque puse al Sol los documentos se honguearon y la tinta e corrió, vaya pues quedaron ilegibles. Tenemos razón en seguir considerándolos unos grandes destructores. Ahora lo que hago es tomar fotos de los documentos y voy armando mi propio archivo. Desde hace 12 años tengo un archivo en Excel donde voy capturando los datos de La Paz por lo menos, todo: viento, temperatura máxima/mínima, si llovió y cantidad, si hubo windchill en invierno y la sensación de calor por humedad en verano; años más atrás he logrado conseguir los datos de La Paz y otras poblaciones de Estado. Hoy en día, he podido capturar por lo menos las temperaturas y la cantidad de lluvia en La Paz desde 1941, tengo el archivo completo. Más atrás he podido reconstruir la historia de algunos ciclones con documentos históricos o libros que he consultado, y todo lo voy fotografiando para guardarlo. Esto es importante porque con eso se tiene referencia histórica y se pueden hacer comparaciones de cómo eran las condiciones meteorológicas en nuestra ciudad en otras épocas —e incluso siglos—, además que se puede construir, más o menos, cómo es el clima en general en la región.  Además, quiero hacer una “Historia general de los ciclones en Baja California Sur”, el maestro Elino Villanueva hizo su tesis sobre eso precisamente, un trabajo fantástico, pero ya han pasado varios años desde entonces, además que lo centró más que nada en el huracán Liza y tenemos muchos datos nuevos.

Tenemos una larga tradición de observaciones meteorológicas en nuestra tierra y está documentada, por ejemplo el padre Baegert estuvo de 1751 a 1768 en San Luis Gonzaga, y en el libro que escribió y que afortunadamente llegó hasta nosotros, deja plasmados datos muy importantes de las condiciones meteorológicas que observó en tantos años de soledad, además de observaciones de ciclones. También hay un señor de La Paz, de la segunda mitad del siglo XIX, se llamaba Fidel S. Pujol: es un personaje interesantísimo, tenía un periódico y ahí publicaba las observaciones del estado del tiempo en la ciudad además de la hora de la puesta del Sol para que la gente ajustara sus relojes, no he podido saber de dónde vino y dónde terminó, pero he investigado que llegó a ser regidor del Ayuntamiento de La Paz y parece que fue Tesorero, tuvo varios puestos públicos; sobra decir que es uno de mis ídolos, de alguna manera nos identificamos y en él encontramos un antecedente en lo que hacemos, estamos forjando nuestra tradición y eso es apasionante.

Luis Domínguez Bareño ha estudiado documentos históricos, para muestra, imagen del periódico de Puyol de 1875 en La Paz, con datos del estado del tiempo que él tomaba.

¿Cómo nace el proyecto de Clima La Paz y cómo opera en la actualidad?

Bueno, ya ahora de grande seguí con esta afición aunque la tecnología te facilita todo, con el Internet es maravilloso poder observar en tiempo real las imágenes de satélite y leer de inmediato los boletines que van saliendo. Desde hace más de 12 años andaba en los foros de Internet, había unos locales, ahí compartía información de los ciclones, era más bien algo esporádico. Después con las redes sociales abrí mi Facebook y en mi muro compartía datos y comentarios sobre el asunto, se fue haciendo cada vez más necesario hacerlo de manera masiva, por lo tanto en septiembre del 2012 decidí abrir el Facebook de Clima La Paz B. California Sur. Desde entonces por ahí andamos dándole a esto. Uno de las aportaciones más valiosas yo creo que fue con la emergencia de Odile. Ya me había pasado antes con otros ciclones, que me quedaba sin Internet o electricidad aquí en la casa y pues no reportaba. Estuve en pláticas con Raúl Amaya —él está en Ciudad Constitución. Noté que era un chavo con algo de conocimiento sobre esto y deseoso de aprender, sobretodo lo empujaba el hecho de que él y su familia son agricultores, así que las condiciones meteorológicas si le son un tema muy importante. No recuerdo bien del todo, pero creo que antes de Odile ya lo tenía habilitado como colaborador; cuando vimos el desastre de Odile en Los Cabos, la noche del 14 de septiembre de 2014, me decidí por entregarle Clima La Paz y lo habilité como administrador, por cómo venían las cosas yo sabía que lo más seguro me quedara sin Internet y electricidad. Entonces le di toda la confianza; y efectivamente, para las 2 de la mañana del día 15 me quedé sin electricidad, todavía desde el celular alcancé a realizar una actualización a las 3 de la mañana, de elaborar y publicar un último informe, después quedé completamente en oscuridad y sin batería, opté por irme a dormir.

Regresó el Internet hasta tres días después en La Paz, me sorprendió mucho ver que Raúl había hecho un trabajo excelente, aunque gran parte de Los Cabos y La Paz estaba sin Internet, Raúl pudo establecer un canal de comunicación con las comunidades del norte del estado, además de los familiares de otras partes del país y del mundo que estaban preocupados por saber la situación con sus seres queridos por acá. Desde entonces Raúl es parte de Clima La Paz, seguimos con esa estructura de trabajo que él entra cuando me quedo “offline” yo; con Newton el año pasado, y ahora con Lidia ya teníamos listo el plan, pero no fue necesario aplicarlo. Apenas ahora en marzo me tocó conocer en persona a Raúl, tras casi dos años de trabajar juntos en esto.

¿Cuál es la parte más difícil de realizar esta labor, y cuáles tus mayores satisfacciones?

Cuando algo te gusta y te apasiona no hay partes difíciles, o más bien buscas solventar las dificultades a como dé lugar. Pero lo que dificulta esto, sin duda, es la disponibilidad de recursos y tiempo, se ocupa de instrumentación y de una inversión de tiempo, sobre todo para tener oportunidad de analizar la mayor cantidad posible de información; muchos datos están en inglés entonces hay que traducir, pasar por ejemplo los kt a km, convertir las millas a kilómetros; también cuando se habla de nudos, la estimación de llegada de los efectos de lluvias y vientos; a las mareas también hay que echarles ojo; para tener un pronóstico respetable, se necesitan horas de análisis y siempre vas contra el tiempo, entonces eso le mete vértigo al asunto.

Lo más difícil a veces es no tener una respuesta, ahora con la tormenta tropical Lidia estuve en línea con vecinos de la colonia Real Unidad de Cabo San Lucas, era desesperante lo que comentaban sobre que el arroyo subía, que pasaban carros, que escuchaban gritos, que el arroyo se tragaba casas, en fin, me pedían que les dijera cuándo terminaba la lluvia; yo veía las bandas de fuerte convección sobre Los Cabos que me indicaban la posible fuerte precipitación, pero no tenía un dato que me lo corroborara ahí; la estación del Servicio Meteorológico Nacional en Cabo San Lucas estaba reportando en línea buenos datos como el viento, la humedad, la presión barométrica ¡pero no la lluvia!, entonces no hay elementos concretos. Tenía contacto con familiares en Cabo San Lucas y San José del Cabo, entonces contaba con testimonios, pero eso no te da para cuantificar con certeza la magnitud, hay mucha subjetividad. El gobierno le tiene que invertir en la instrumentación para contar con una efectiva fuente de información meteorológica constante, es la única manera de poder realmente salvar vidas.

La mayor satisfacción sin dudarlo es cuando uno ve que tu trabajo le sirve a las personas; cuando la cajera del Oxxo te dice “Oye ¿tú eres el del clima en el Internet, verdad?”, sabes que de todas formas no te hará descuento, pero como que sientes que sales más fortalecido. También cuando eres útil, en 2015 estuve dándole seguimiento al huracán Patricia, y mantuve informada a gente de Michoacán, Colima y Jalisco; me mandaron mensajes de agradecimiento y realmente es satisfactorio. Medios nacionales como “El Universal” nos han citado, ahora con Lidia nos dio gusto ver que “SDP Noticias” retomó nuestra información y nos citó como fuente. También a nivel internacional, el año pasado que estuve haciendo trasmisiones en vivo de Newton nos estuvieron siguiendo en Canadá, Italia y Francia. Son cosas que levantan el ánimo y te comprometen.

Pero lo que nos da más satisfacción es ser la única página que le da seguimiento a los ciclones en el norte del estado de manera permanente. Cuando los ciclones pasan por Los Cabos y La Paz creemos que ya pasó todo el peligro pero no, porque siguen nuestros paisanos del norte ahora sí que literal “en el ojo del huracán”; en Comondú tenemos muchos seguidores en los ejidos, además de la costa del Pacífico Norte. Me acuerdo en septiembre de 2015, se formó una depresión tropical frente a Comondú y que después entró por tierra cerca de Punta Abreojos. En esas fechas tenía muy grave a mi mamá en el ISSSTE, entonces me pasaba las noches cuidándola, había tenido muchos gastos y andaba sin saldo en el celular, esa noche me fui de la casa como a las nueve de la noche al hospital, mi último reporte fue que la depresión impactaría durante la madrugada y me disculpaba por no poder darle seguimiento por las razones que te comento. Como a las 11 me llega un mensaje de recarga al teléfono y luego un señor por WhatsApp me dice algo como “Amigo ya le puse saldo, usted sígale informando estamos muy preocupados por acá y usted es nuestra fuente más confiable”. Creo era el subdelegado o delegado de Punta Abreojos, me la pase toda la noche actualizando desde el hospital, al final de cuentas sí fue un ciclón que dejó mucha agua, recuerda que en Santa Rosalía hizo mucho desastre. Ya después el señor me habló y me agradeció en nombre del pueblo, esas yo creo que son de las satisfacciones más grandes y te las llevas para toda la vida.

Platícanos un poco de cómo realizas tus reportes del clima.

Primero que nada hay que esperar el tiempo propicio para emitir un mensaje, hoy con la tecnología puedes ver un ciclón casi con un mes de anticipación, pero es un pronóstico a muy largo plazo y por lo tanto con muy bajo porcentaje de efectividad. Hoy en día mucha gente se acelera tratando de ser la primera en “predecir” que viene un ciclón, pero bueno, si estás en septiembre y dices “Va venir un ciclón a mediados de mes” ¡tienes muchas posibilidades de atinarle!, a ver ¿dónde están esos personajes en junio o julio dando sus pronósticos? Ese es el chiste de esto, tener constancia y prudencia, creo que eso la gente es lo que ve, por eso sabe a quién darle su confianza y a quién no. En 2015, Blanca nos puso a prueba a todos con su acercamiento en junio, pocos nos atrevimos a hablar de su impacto, y finalmente si tocó Baja California Sur como tormenta tropical.

Me baso más que nada en lo que publica el “National Hurricane Center” de Estados Unidos; “Wunderground” también es muy bueno porque cuenta con muchos expertos a nivel internacional que comparten sus conocimientos y datos; “Tropicaltidbits” también es una buena fuente de información si se usa con mesura y de forma analítica; el Servicio Meteorológico Nacional es buena fuente por su red de estaciones meteorológicas que transmiten datos en línea, ya que eso sirve para la recopilación de datos a nivel de superficie. El ingeniero Juvera de Hermosillo tiene una empresa llamada “GlobalMet” y son muy buenos, recomiendo seguirlos en Twitter por ser una fuente confiable y dan seguimiento de los ciclones en el noroeste del país.

No te pierdas la segunda parte de esta entrevista, donde Luis Domínguez Bareño habla sobre los eventos climatológicos de más impacto y las políticas de difusión, así como de protección civil en temporada de huracanes en BCS. Próximamente.

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Escritor y periodista. Nació en Ciudad Constitución, BCS, el 26 de febrero de 1978. Licenciado en Cs. de la Comunicación, por la UABC, en Mexicali, BC, en 2002. Autor de “Prólogos a la muerte”, Premio Estatal de Cuento “Ciudad de La Paz” en 2013, y de “Caperucita Roja, muy roja”, Estatal de Dramaturgia en 2015. Fue reportero web y editor de medios digitales. Es director y fundador de CULCO BCS. Premio Estatal de Periodismo 2017 en la categoría de “Entrevista”.

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