La súper heroína que salvó a una doctora sudcaliforniana

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Por Marián Camacho

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En el marco del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, no dudé en pensar que mi columna quincenal la dedicaría a Alexandra Elbakyan. Esto como el humilde agradecimiento de una doctora sudcaliforniana hacia una joven mujer de 30 años que cambió la forma de acceder a la información científica en el mundo, salvando así mi doctorado, y seguramente también el de miles de científicos más alrededor del planeta.

Antes de comenzar con la historia de Alexandra Elbakyan, creo que es necesario conocer el contexto de la realidad a la que nos enfrentábamos los estudiantes y profesionales de Ciencias antes de que esta súper heroína apareciera en nuestras vidas. Para esto, es indispensable saber que para realizar una investigación científica se necesita tener acceso a mucha información, antigua y reciente, sobre el tema de interés; básicamente, se debe conocer qué es lo que se ha investigado sobre el tema en cuestión para plantear correctamente el rumbo del trabajo, “no vaya a ser” que lo que queramos investigar ya lo haya publicado alguien más en el mundo. Asimismo, se debe conocer el trabajo de los demás científicos para poder comparar y discutir nuestros resultados, y así llegar a conclusiones interesantes y novedosas.

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De lo anterior, la pregunta obligada que surge es “¿dónde encuentro la información científica necesaria para una investigación formal?”, y la respuesta, casi automática, es “pues del Internet”. Claro está que, en estos tiempos, esta respuesta es tan ambigua como decir “pues por ahí”, ya que el Internet es un universo de información, tanto confiable como no confiable, donde es posible perderse si no se sabe cómo navegar. En este sentido, la información respaldada por la comunidad científica se puede encontrar —casi exclusivamente— en revistas especializadas (journals, en inglés) que, generalmente, solicitan un pago para la descarga de los artículos científicos.

El costo de un artículo varía dependiendo de la revista, pero generalmente oscila entre 400 y 700 pesos. Ahora, imagine usted, querido lector, que una investigación de doctorado involucra la revisión de poco más de un centenar de artículos científicos y usted es un modesto estudiante con una beca gubernamental que intenta, por todos los medios, sacar adelante sus estudios y beneficiar a su país con los resultados obtenidos.

En esta realidad anteriormente planteada se encontraba quien escribe estas líneas, cuando entre las pláticas del desayuno, bajo los árboles del centro de investigaciones en el que hacía mi doctorado, alguien me preguntó “¿y por qué no descargas los artículos de Sci-Hub?”. Aún recuerdo muy bien esas palabras porque nunca antes había escuchado ese sonido: “saijob”. Intrigada, le di otra mordida a mi burrito de machaca, y respondí “¿qué es eso?”.

El proyecto Sci-Hub

Siempre había escuchado decir que los rusos eran muy inteligentes, sobre todo cuando escuchaba algún comentario acertado y alguien decía “híjole, te van a llevar los rusos”. Así que cuando me enteré que una joven científica de Kazajistán, país integrante de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), había creado este sitio no dudé que debía ser una chica muy lista.

Alexandra nació el 6 de noviembre de 1988 en Almatý, República Socialista Soviética de Kazajistán; se graduó en Ciencias de la Computación en la Universidad Técnica Nacional Kazaja en Almatý, especializándose en Seguridad Informática, y más tarde en el área de Neurociencias. El 5 de septiembre de 2011, Elbakyan creó Sci-Hub, un sitio web que otorga acceso inmediato y gratuito para cualquier usuario a un enorme porcentaje de los artículos científicos publicados por las principales editoriales y distribuidoras académicas digitales en cuanto éstos son puestos online. Como ya se comentó, la mayoría de estos artículos sólo son accesibles, en las páginas de las revistas, mediante el pago correspondiente.

Así de simple y de maravilloso es el aporte de esta súper heroína de la ciencia, así de increíble es esta versión femenina de la historia de Robin Hood, en donde en lugar de encarnar el papel de una joven doncella desprotegida, Alexandra toma las riendas de la injusta situación de acceso a la información científica y “roba” a los ricos para ayudar a los pobres. La creación de Sci-Hub le ha dado sobrenombres tan llamativos como la “Reina Pirata de la Ciencia”, pero también una demanda millonaria por parte de Elsevier, la mayor editorial de libros de medicina y literatura científica del mundo.

El 3 de junio de 2015, Elsevier presentó una demanda ante un tribunal en Nueva York contra Alexandra Elbakyan por infracción de derechos de copyright y por violación de la Ley de abuso y fraude informático. Elbakyan era la única persona física nombrada en la demanda, que también se dirige contra los sitios web Sci-Hub, Library Genesis y sus responsables. En noviembre de 2015, el juez del distrito de Nueva York, Robert W. Sweet, emitió una orden provisional de cierre en su contra, haciendo que el dominio fuera inaccesible. El sitio volvió a estar accesible ese mismo mes tras cambiar el dominio de a “.tw”. Seis meses más tarde, en junio de 2017, Alexandra perdió el juicio contra Elsevier y fue condenada a pagar una multa de 15 millones de dólares en compensación a la infracción de derechos de autor. Sin embargo, al estar fuera de la jurisdicción de Estados Unidos, nación donde se hizo el juicio, Alexandra no ha sido perseguida en Rusia, su lugar de residencia, para pagar esta multa e incluso se duda si alguna vez lo hará.

Ciencia y comunismo, inseparables

Alguna vez, Alexandra Elbakyan declaró que la influencia directa para la creación de este sitio web fue el concepto familiar en los Estados pertenecientes a la URSS de que “la ciencia y el comunismo son inseparables”. No obstante, contrario a lo que podría pensarse, una afirmación con tanta fuerza histórica, política y social, y en directa polémica con muchas ideas occidentales, no ha sido impedimento para que Alexandra haya sido reconocida, en diciembre de 2016, por la revista inglesa Nature, una de las más prestigiosas revistas científicas a nivel mundial, como una de las diez personas más destacadas del año debido al impacto que ha tenido Sci-Hub en el mundo de la Ciencia.

Actualmente, Sci-Hub concentra alrededor del 3% de las descargas mundiales de publicaciones científicas, lo que le trajo también la atención de las grandes editoriales, entre las que participa Nature. Su trabajo ha posibilitado a miles de personas acceder a conocimiento científico al que de otra forma no habrían podido hacerlo, debido a su costo. “La falta de acceso a la literatura científica es una injusticia masiva y ella lo arregló de un golpe”, opinó al respecto Michael Eisen, biólogo y defensor del acceso abierto (open access) a la información científica, de la Universidad de California en Berkeley.

Elbakyan defiende su trabajo, ya que a pesar de lo que se pueda creer, no sólo los países con pocos recursos lo utilizan, ya que los 34 países que conforman la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), los más ricos del mundo, aparecen en el listado de accesos a este portal. “¿Hay algo malo o vergonzoso en hacer una página para acceder a investigaciones, tal como Sci-Hub? Yo creo que no”, asegura Elbakyan en entrevista con Nature.

Espero que estas líneas hayan servido para que más personas conozcan la importante y revolucionaria labor de mi súper heroína Alexandra Elbakyan, y que funcionen para extender mi más sincero agradecimiento por ser una mujer inspiradora de cambios y trascendencia.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.

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Marián Camacho

Bióloga marina y comunicadora pública de la ciencia. Nació en la Ciudad de México, el 23 de noviembre de 1984, pero desde los tres años de edad radica en Baja California Sur, por lo que se autodenomina “choyera”. Licenciada en Biología Marina por la UABCS en 2006, Maestra y Doctora en Ciencias por el CICIMAR-IPN en 2009 y 2014. Es considerada persona muy preguntona y que siempre muestra interés por el mundo que le rodea. Su pasión es la investigación científica y su debilidad es compartir los resultados de la misma.

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